viernes, 17 de mayo de 2024

APUNTE SOCIOLINGÜÍSTICO

 APUNTE SOCIOLINGÜÍSTICO

Vuelvo de un paseo matinal por el campo. La Corredera está muy concurrida: es lugar de paseo diario para personas mayores. Tres varones casi llenan la acera soleada mientras van caminando y pegando la hebra. Cuando paso a su lado, escucho estas palabras, dirigidas por uno de ellos a sus compañeros: «Me han regalado un cacharrín asín, chiquinino». Cada uno sigue su camino; ellos, el suyo; yo, el mío. La anécdota me sirve para la consideración de hoy.

Los especialistas en sociología lingüística, los dialectólogos y cualquier filólogo avispado andan siempre a la caza de elementos que les den en conjunto una visión del estado de la lengua en un espacio y en un tiempo determinados. Es simple deformación profesional, afición o ambas cosas, ningún mérito más, ni menos. El pequeño tesoro de hoy es bastante frecuente y muy sabroso, a pesar de su brevedad.

Solo siete palabras y acumulan toda una serie de consideraciones de tipo social y filológico.

. Seguro que no nos equivocamos si afirmamos que el hablante pertenece a un grupo social bajo, o al menos de escasa aproximación a la lectura y a la escritura, o sea, a la cultura lingüística.

. Una fijación fonética seguro que nos habría mostrado la pérdida de la -d- en el participio «regalado».

. El uso del diminutivo -in («cacharrín») nos acerca a unos espacios del occidente peninsular. Y, efectivamente, estamos en Béjar, tierra fronteriza entre el castellano y el leonés, que es el que más utiliza esta forma.

. La forma «asín», con el añadido de esa ene final, no es más que otra prueba del alejamiento de ese hablante del conocimiento y de la reflexión lingüística. Este vulgarismo se explica por la fuerza que tiene la sílaba final aguda, que carga con un esfuerzo fónico mayor y por eso puede admitir otro sonido. A veces, incluso se oye «asina».

. La palabra «chiquinino» incorpora una forma aún más propia del leonés, en su fórmula extremeña. -in, -ino, -inino, -irrinino (chico, chiquitín, chiquino, chiquinino, chiquirrinino) son formas diminutivas que se pueden oír en el occidente de España, en esa distribución de extraordinaria variedad de los sufijos diminutivos en castellano.

. A todo eso hay que añadir el doble valor que incorporan los diminutivos en nuestra lengua, pues en numerosas ocasiones no indican disminución de tamaño sino aumento de valor afectivo. Así que habría que concretar si el regalo era realmente pequeño de tamaño o se trataba de un regalo de especial aprecio.

. Para echarle más imaginación a la frase, piénsese en el uso del hiperónimo (nombre genérico para una especie) «cacharrín». ¿De qué clase de «cacharro» se trataría? ¿Un teléfono? ¿un televisor?, ¿un bastón? Cualquiera sabe.

Los tres jubilados siguieron su camino hacia el parque de la Corredera y yo hice lo propio hacia mi casa. A la sombra de los plátanos, que ya tienen la hojas crecidas, seguirían sus peroratas, sin saber que yo había estirado mi antena para robarles un ejemplo de uso de la lengua que deja al descubierto al que la usa mejor que si de una confesión se tratara.

La lengua es nuestra herramienta más importante para la comunicación. Su conocimiento y su buen uso no son cosa poco importante. Con ella nos mostramos a los demás y los demás se muestran a nosotros. Nos jugamos nada menos que la convivencia, los buenos usos y los malos o buenos entendidos.

El modelo de lengua es uno, paro los usos son muchos, tantos como hablantes. El señor que había recibido el «cacharrín» solo estaba haciendo uso de uno de ellos. Que el regalo haya sido hermoso y afectuoso.

lunes, 13 de mayo de 2024

LO QUE QUEDA DEL PROCÉS

 

 LO QUE QUEDA DEL PROCÉS

¿Tiene sentido que yo dibuje aquí unas líneas y un esbozo de idea acerca de las elecciones catalanas si ya se ocupan de ello todos los medios de comunicación? Aparentemente, poco sentido tiene; pero nihil mihi alienum puto, nada me impide echar mi cuarto a espadas, persigo que no me pueda del todo el desencanto o la desidia y sigo creyendo que todo nos afecta a todos. Por ello, anotaré aquí alguna consideración, aunque sea, como siempre, en forma casi de índice o guion. Por supuesto, huyo de abrir todas las variables y me quedo solo con aquello que considero más importante.

Como considero que la ideología socialdemócrata, en los tiempos que corren, es la menos mala -he dicho la menos mala, no la mejor-, me alegro de que el PSC haya sido el partido más votado. Con todos los acontecimientos políticos últimos, el contexto era el más favorable de los posibles. Solo faltaba que al menos parte de la ciudadanía catalana no dijera algo así como gracias. Era ahora o nunca.

Casi de manera unánime, se afirma que, con estos resultados, el llamado “procés” ha terminado: «El debate de la amnistía, que ha agriado hasta el límite la política española, ha tenido el efecto contrario en Cataluña, ya que ha desactivado el independentismo y ha finiquitado lo que quedaba del Procés sin darle(s) a las derechas un papel clave en la formación de gobierno». Son palabras de un especialista en el diario nacional de mayor tirada.

Esta me parece a mí la clave de todo este embrollo, porque alcanza mucho más allá en el tiempo y en el día a día que cualquier formación de gobierno que se articule. Yo no tengo nada claro que esa afirmación responda a la realidad. Es verdad que no se intuye la posibilidad de un gobierno inmediato regido por partidos independentistas; pero es que lo importante es la suma de consecuencias que uno y otro gobierno acarree.

¿Cuál va a ser la actitud que va a tomar Ezquerra a partir de ahora? ¿Se nos ha olvidado ya que antes que actuar como de izquierdas actúan como independentistas? ¿No responde a la lógica la sospecha de que se radicalice mucho más como independentista y confronte son Junts echándose como estos al monte? ¡Que EL ASUNTO TERRITORIAL sigue estando en la base de todo! Y no hay leyes ni programas sin tener claro cuál es el territorio en el que se van a aplicar. España, por desgracia, sigue siendo “un país sin hacer”.

Y, si el “mundo” nacionalista e independentista se queda fuera del gobierno, ¿no tienen campo abierto para pedir, pedir y seguir pidiendo, incluso desde la más burda demagogia?

Y, si entran en el gobierno, ¿no corren el mismo peligro de chantaje continuo?

Alguna vez he escrito que los golpes de estado se dan de muy diversas maneras; no es necesario siempre entrar con los fusiles en ristre. Uno de ellos, más sibilino y de guante blanco, consiste en ir vaciando de contenidos las leyes comunes hasta que un día cualquiera uno mira y se da cuenta de que allí no queda nada de donde tirar. Este proceso es el que creo que se está dando en parte en Cataluña. Así que yo ya no sé qué es mejor, si todo de golpe o poco a poco. ¡Si al menos activáramos el significado de las palabras lealtad y solidaridad...!

Y nunca se ha tratado de que nadie renuncie a nada, siempre que sea con las ideas y con las leyes. Es la misma razón que debe sustentar a los que se sitúan radicalmente en contra de los nacionalismos y los separatismos; sobre todo si el que los promueve es sospechosamente el rico frente al más pobre.

Así que yo no apunto demasiado al optimismo. Pero la gente habla con sus votos y a ello hay que someterse como mal menor. Por más que analicemos de dónde proceden y veamos si responden a ideas, a razonamientos, a coraznadas o simplemente a instintos. ¿Qué pensarán los dirigentes de Ezquerra que pagaron con la cárcel de sus resultados comparados con los de Junts, cuyo principal representante huyó en un maletero?

Como siempre, el tiempo pasa, que es lo que siempre pasa, e irá diciendo lo que tenga que decir. Ah, y amanecerá Dios y medraremos.

viernes, 10 de mayo de 2024

INDICIOS-AFORISMOS

 INDICIOS-AFORISMOS

. Se prohíbe la moneda: páguemelo en afectivo.

. Tiempo cronológico, tiempo atmosférico, tiempo afectivo. Tres tipos de reloj muy diferentes.

. Vidas paralelas: la pública, la privada y la secreta.

. Imaginación: refugio en el que poder vivir los sueños.

. Cualquier realidad cabe en un pronombre, siempre que estemos dispuestos a descarnalizarla.

. Enséñame el lenguaje de tus noches y escribiré el más hondo y bello libro.

. Sáltate el protocolo del comportamiento y quémate en el fuego de la sinceridad.

. Recuerda que ya desde que naces eres un superviviente.

. Primera lección: Lección del Tao: «Los que hablan no saben; los que saben no hablan».

  Segunda lección: Blas de Otero: «Si he perdido la vida… me queda la palabra».

  Tercera lección: Al rincón de pensar.

. Afán de poder: Nadie es más poderoso que aquel que se posee a sí mismo.

. Que tu conciencia no abarque la mala conciencia de los demás sino la que se ocupa de ti mismo.

. El bien y la banalidad son hijos de la misma familia. El bien apunta a la idea; la banalidad desmenuza el bien en elementos particulares e intranscendentes.

. No huyas de ti mismo; recuerda que tu sombra te persigue y nadie ha saltado por encima de ella.

. El imbécil siempre está seguro; el sabio siempre está lleno de dudas.

. ¿Lo que niegas te somete? ¿Lo que aceptas te transforma? ¿O acaso es al revés?

. La vida es un difícil equilibrio en el que termina venciendo siempre la muerte.

. Juego de palabras: Soportar lo que has bebido y soportar lo que has vivido. Lo primero corresponde a la resaca; lo segundo a la sobriedad.

. Le podía la confusión: No sabía si tenía un mal beber o un mal vivir, si el mal beber fue primero o el mal vivir lo llevó al mal beber.

. En una lápida mortuoria: ESTO SE VEÍA VENIR.

lunes, 6 de mayo de 2024

DISFRACES CONSERVADORES

 DISFRACES CONSERVADORES

Las sociedades occidentales modernas andan enfrascadas en continuas escaramuzas entre partidos políticos, en eso que llamamos elecciones. Es esta vieja España se están celebrando nada menos que tres elecciones en un solo trimestre. No deberíamos sentir alergia a algo que, al fin y al cabo, no hace más que depositar en forma de votos las voluntades de los ciudadanos. Más bien al contrario; si técnicamente fuera posible, habría que someter a la voluntad de todos los miembros de la comunidad más decisiones de esas que nos afectan a todos.

Pero a mí me siguen escandalizando muchas de las formas que en estos días de campaña se vienen utilizando. Cada formación política tiene su base electoral, que conoce por sociología y por sondeos. Pues en estos días de exposición no hay ninguno que no aspire a mantener esa parroquia y a aumentar por ambos lados la misma. ¿Qué hace para ello? Uno supondría que, fundamentalmente, exponer sus principios ideológicos y concretar los usos políticos que de ellos aspira a hacer, o sea, un índice de las medidas fundamentales que aspira a poner en marcha. ¿Es esto lo que se hace? No, rotundamente no. En las manifestaciones públicas, eso que llamamos mítines, quien más quien menos se cuida muy mucho de no herir la sensibilidad de los posibles votantes y emplea casi todos sus esfuerzos en dejar al descubierto los “males” de los demás y ponerles flores y bondades a los asistentes y a lo que genéricamente se les propone.

Lo que sucede en realidad es que las formaciones políticas tienen miedo a equivocarse y a perder cualquier voto de aquellos que se presuponen suyos. La consecuencia es la ausencia de discursos en los que se exponga sin tapujos lo que se piensa, aquello que se considere mejor para la comunidad, caiga bien o mal a los que están escuchando, se ganen o se pierdan votos con ello. Parece que, en el fondo, en lo que se refiere a esta actitud, todos los partidos son conservadores, tienen reparos evidentes, cuando no miedo, a salirse del carril y de lo políticamente correcto. Por ello, bailan la sardana -o la jota si es el caso- si es preciso, aunque no tengan ni un gramo de sentido del ritmo, o defienden cualquier cosa en la que no creen con tal de contentar el impulso emotivo del votante. Hay como una corriente acomodaticia y pendulona, en lugar de exponer las ideas y los programas con serenidad, pero sin fingimientos ni medias tintas.

Si esto fuera como aquí se expone, estaríamos en condiciones de quejarnos de la política en general y de su uso conservador por parte de todos. Y estaríamos asistiendo a una justificación de casi cualquier medio con tal de conseguir el fin primero que se persigue: la obtención de votos; habríamos convertido la democracia en un espectáculo de contar números solamente, o sea, en una democracia numérica. Excuso decir que este tipo de democracia resulta muy pobre. Esto ajusta muy bien con aquellos que no tienen ideas, sino intereses, y justifican cualquier medio. Cada cual sabrá a quién me refiero.

Imaginemos que un político, o partido, se haya prestado al disfraz de las formas y a dejarse llevar por lo que pide el momento emotivo concreto y se aleja de sus ideas. ¿Qué puede pensar si después fracasa? Y si triunfa, ¿qué le dirá su conciencia?

Ahora imaginemos a aquel que ha expuesto sus ideas en público, ha dicho sus verdades, aunque con ello no haya satisfecho a los oyentes y ha triunfado. Difícil, es verdad; pero ¿y si sucede? Miel sobre hojuelas. Y, si fracasa, ¿qué le dictará su conciencia?

Puestos a elegir…