domingo, 28 de febrero de 2021

¡QUÉ PAÍS!

  ¡QUÉ PAÍS!

Viajé ayer a Ávila para estar unas horas con mis hijos y mis nietos. Preparamos una frugal comida campestre para degustarla en el paraje de El Soto, una fresneda hermosa al lado del Adaja, amplia y soleada. Hacía dos meses que no nos encontrábamos. Llegamos a la hora de comer, cuando el sol permitía sentir sus rayos tibios. Acotamos dos mesas cercanas y en ellas nos distribuimos: cuatro en una y tres en otra. Solo nos quitamos la mascarilla en el momento justo de la comida y sin mezclar los escasos cubiertos necesarios. Después paseamos por el parque distendidos y con el cuidado siempre presente. Cuando el sol declinaba, nos despedimos y regresamos hasta esta ciudad estrecha. El viaje se nos fue -como se nos va siempre- en celebrar la salud y el discurrir de la vida de todos nosotros.

A la vuelta me entero de que iban a entrevistar a Victoria Abril y de que iba a refrendar unas palabras, pronunciadas en una entrega de premios, en las que se mofaba de las vacunas contra la COVID. La madre que la parió, y que me perdone su santa madre. La había visto haciendo figurines con el cuerpo -yo creo que un poco desgastado y vete a saber de qué- y buscando su minuto de gloria en la televisión.

Busquen su recorrido intelectual y verán qué les sale en él.

El mismo proceso racional de siempre: a) Que se expresen opiniones no es lo mismo que respetarlas; b) Que una persona sea actor o actriz no quiere decir que tenga nada consistente en su cabeza (tampoco lo contrario). c) Intelectual es el que utiliza el intelecto en sus comentarios y en sus comportamientos vitales (exponer cuerpos y hacer visajes poco tiene que ver con ello). d) Igualar popularidad con inteligencia es de imbéciles y así nos va. e) Tienen culpa infinitamente mayor los que forman la tropa de papanatas que abren ojos (u otros apéndices) como platos cada vez que aparece la figura de cualquier famosillo. f) La misma culpa que los que les dan voz para subir la audiencia. g) Un país en el que sucede esto muestra una escala de valores que me merece el mayor de los desprecios. h) Y en este plan…

Un mes a cuidados intensivos, otro cavando a pico y pala y un tercero a poner tejas. Y luego ya, si eso, al Origud y a la representación y a eso de la ‘intelectualidad’. O al Un, Dos Tres. Y de ahí al premio Nobel.

Bueno, me callo.

jueves, 25 de febrero de 2021

UN NÓMADA EN LA GRAN VÍA

 

  UN NÓMADA EN LA GRAN VÍA

Con frecuencia sostengo que lo más particular termina siendo lo más universal. Un beso, un abrazo o una mirada atravesada pueden ser el resumen de toda la evolución humana. No descubro ningún Mediterráneo con ello: otros lo han proclamado antes. Tal vez por ello, no está mal que cada cual atienda a sí mismo y a lo más inmediato como fórmula menos mala para hacer andar y mejorar un poco a la comunidad y al mundo.

Pero, como cada afirmación tiene como centinela a su contraria, tampoco es bueno olvidarse de aquella otra que reza así: con frecuencia, el árbol no nos deja ver el bosque.

Yo creo que, en los tiempos que corren, es más disculpable que cada uno mire para sí mismo, que achique los espacios y que se ponga el parapeto de la defensa personal. Cómo no va a ser disculpable… Aunque quizá también sea precisamente un contexto propicio para levantar la vista y ver más allá de nuestras propias narices.

Ando estos últimos días engolfado en la lectura de la obra Sapiens. De animales a dioses. La firma Yubal Noah Harari. En cerca de 500 páginas describe un recorrido que empieza en el siempre impreciso comienzo de la vida y avanza por varias revoluciones (cognitiva, agrícola, geográfica, científica y tecnológca) hasta llegar al momento actual en el devenir del ser humano.

Creo que, en realidad, no añade nada que los especialistas en cada una de las etapas no conozcan. Pero una descripción general tan completa termina por ser reveladora para el que quiera alzar la vista y darse un paseo panorámico por ese recorrido vital tan poliédrico y desigual. Por utilizar una imagen del más rabioso presente, es como si a una persona con síntomas de catarro lo llevan a conocer la situación general en un hospital. Se le quitan los males en un momento.

Me ha interesado especialmente la reflexión que se hace en el paso de la etapa de seres cazadores recolectores preagrícolas a la de agricultores sedentarios. Siempre había considerado un avance espectacular el hecho de que las comunidades se asentaran y comenzaran a cultivar y a explotar terrenos. El asunto no es ni mucho menos tan sencillo y acarrea una serie casi infinita de consecuencias, no todas tan favorables precisamente como se podría pensar: cambios biológicos y fisiológicos en los humanos, reducción de especies animales y vegetales, cambios climáticos, nuevas relaciones de grupo…

La consecuencia última es que, una vez comenzada la revolución agrícola y los asentamientos, nada podía volver atrás, pues la población se disparó y ya no era posible de ningún modo volver al pasado. Desde entonces, tal proceso no ha hecho más que acentuarse.

Las consideraciones dan para más de una tarde en el entorno de una mesa. Pero nadie podría discutir que esta sí que es una cuestión que nos supera en nuestras preocupaciones diarias. Nos engañaríamos si pensáramos que esto no va con nosotros. Somos consecuencia y resumen de lo que ha pasado. También, por desgracia, en lo que a la pandemia se refiere. Puede causar extrañeza si afirmamos que la existencia de las religiones, o de los imperios, o de las filosofías tienen que ver con este hecho fundamental del cambio de vida hacia el sedentarismo y el cultivo. Pues hay mucho de cierto en ello. Como de tantas otras cosas, que hoy nos parecen normales y casi como llovidas del cielo.

Desarrollar estas ideas conlleva una extensión que aquí nos sobrepasa. Me sucede casi a diario en esta ventana, donde propongo lo que, en un ensayo sería algo así como el apartado de conclusiones y que vendría a representar todo el desarrollo, con hipótesis, citas, pies de página, comparaciones y todo el aparato académico de rigor. Soy consciente de ello y sé a qué me expongo. No tiene importancia. Lo que importa es el bosque, no el monte bajo y la maleza.

En todo caso, se vuelve a presentar como gota malaya la certeza de que somos muchos en este pequeño planeta. Y la de que hay que aprender a convivir, primero entre nosotros mismos, desnudándonos de tantas preocupaciones nimias; y, a la vez, con el resto de elementos que lo conforman, o nos iremos al abismo sin remedio.

miércoles, 24 de febrero de 2021

"QUIETOS TODO EL MUNDO"

 

 

 QUIETOS TODO EL MUNDO”

La memoria aviva los recuerdos, aunque los trae un poco a su antojo y deformados con el paso del tiempo. Hay cifras redondas que casi obligan a echar la vista atrás y a sumarte al coro de las voces que gritan que no se te vaya a olvidar lo que sucedió tal o cual día de tal año.

Hoy le toca el turno a los cuarenta años del golpe de Estado. 23 F. Tejero, con un grupo de guardias civiles, entra en el Congreso, pistola en mano, y, desde lo más alto de la tribuna, enseñando su pistolón ante los diputados, sorprendidos y desarmados, suelta su frase lapidaria: Se sienten, coño. Y los empujones, y los disparos al techo, y las fanfarronadas de Miláns, y… Todo un festejo durante casi veinte horas. ¡Un golpe de Estado televisado en directo para todo el mundo! Ni en las mejores películas.

Se han escrito miles de páginas y se ha gastado mucha saliva hablando de aquellos sucesos. Creo que aún quedan datos sin cuadrar. La gravedad de todo aquello no se puede discutir…

Pero yo ya lo tengo en el saco del semiolvido. Me pasa con todo lo que no tiene una oreja por dónde cogerlo (por no haber de do le hasga) para dejárselas coloradas y muerto de vergüenza. Por eso no me detengo en disquisiciones, que son tan obvias, por otra parte.

Tengo que reconocer que lo que más indignación me causó desde el primer momento -además, por supuesto, de lo que quería ser una ruptura de la voluntad popular- fue la chapuza que veía en el televisor. Un pobre imbécil con el mundo en la oquedad de su cabeza, con la única fuerza de un pistolón y una cara de salvador iluminado, dando voces al tendido y empujones a todo el que se ponía en pie, y con esa limpieza, timbre de voz y dominio extraordinario del idioma propio de los grandes oradores, ejemplo de sapiencia y luz de claridad y de agilidad intelectual vociferando: "Quietos todo el mundo". "Quítate de ahí". "¡Al suelo, al suelo, quietos todo el mundo! Y ya mirando al cielo, como si esperara la llegada del Espíritu Santo. Desde entonces nadie habrá superado un parlamento tan brillante en el Congreso; y mira que muchos lo han intentado.

Imbécil, estúpido, cretino, analfabeto, talibán, zafio, salvapatrias…

Me gustaría saber qué poso de lecturas tenían todos los cabecillas de la trama, cuáles eran sus aportaciones mentales para la convivencia de la comunidad, qué razonamientos se les conocían en cualquier ámbito intelectual… Sospecho que de todo ello andaban muy escasitos.

Claro que, para creerse salvador de la patria, tal vez se necesite precisamente no hurgar mucho en los conceptos y en las verdades, siempre tan poliédricas y tan lejos de las exclusiones y de los maniqueísmos; basta con engancharse a una verdad absoluta y cegarse en ella y con ella. Y ya todo exclusiones, mamporros, milagros a gogó, sacapechos y seguridades de estar salvando a la pobre humanidad de la catástrofe y de las garras del mal. Pobrecitos.

¿Es mucho pedir que, si uno se pone a hacer una cosa, al menos lo intente con un poco de elegancia y de buen parecer? Porque, a ver si nos enteramos de una vez: Las cosas, o se hacen bien, o no se hacen. ¿Me se entiende, coño?

martes, 23 de febrero de 2021

ESE VUELO SUTIL DE LAS PALABRAS


ESE VUELO SUTIL DE LAS PALABRAS

Qué vuelo tan sutil el que supone

la vida desigual de las palabras.

Ni la más larga lista de fonemas

parece producir alteraciones

en la calma y el sueño de los vientos.

 

Hermosa evocación la que suscitan

madre, alondra, belleza, amor, amigo…

Pero es un eco efímero: al momento,

el eco es ya silencio, olvido, nada.

 

Mientras, la realidad sigue, tozuda,

marcando los espacios y los tiempos

en otra latitud más duradera.

 

Sembraremos palabras en el suelo.

Los bosques crecerán sobre sus huellas,

enterrando el rumor que las recuerda.

 

El mundo será nuevo a cada instante,

pidiendo ser nombrado nuevamente.

Y así una y otra vez, hasta que el tiempo

se olvide de ser tiempo para siempre.

viernes, 19 de febrero de 2021

CAMINO AL CORAZÓN ES MI DESTINO


CAMINO AL CORAZÓN ES MI DESTINO

Si pretendes hacer un buen camino,

defínete primero y asegura

si serás traveller o si turista,

si vas de viajero o caminante,

si serás visitante o peregrino,

si darás presupuesto a los sentidos

o piensas aplazar las sensaciones

al repaso futuro de las fotografías.

 

No sometas a examen los horarios,

descansa donde puedas y no busques

los mejores hoteles; duerme siempre

donde te halle el cansancio y el olvido.

Vete siempre ligero de equipaje,

del mental y del que hay en tu maleta.

Y, cuando tengas todo preparado,

recógete en ti mismo y determina

cuál es la dirección y el objetivo.

 

Hay caminos que llevan al abismo,

otros que nunca tienen en el mapa

una estación concreta de llegada,

y hay otros que parecen más confusos,

pero van aumentando claridades

a medida que hollamos sus dominios:

van en busca del fondo de uno mismo,

camino al corazón, donde confluyen

los secretos de todos los caminos.

martes, 16 de febrero de 2021

EL MÁSTER DE LA CIFUENTES

 EL MÁSTER DE LA CIFUENTES

Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid,

ha sido absuelta en el llamado caso Máster, a pesar de todos

los indicios, por falta de pruebas concluyentes en su contra.

El fallo del caso Máster

nos ha dejado flipando,

con dos palmos de narices

y con ojos como platos.

Un tribunal de justicia

en su sentencia ha dictado

que la señora Cifuentes

ha hecho un curso de postgrado

sin asistir a las clases

ni defender sus trabajos

y que una subordinada

-sin que se sepa por cuánto-

ha tejido y destejido

y de todo se ha encargado

sin que la ilustre señora

de nada se haya enterado;

tan solo que un día cualquiera

en sobre blanco ha llegado

certificado del máster

con firmas y bien sellado.

 

Ella calla, nada sabe,

solo en el momento cuando

el pastel se le descubre

saca pecho: “No me marcho.

Lo que dicen es mentira:

aquí está el certificado”.

Niega, reniega, amenaza

con querellas a destajo.

 

El tribunal a las otras

personas ha condenado;

será por entrometerse

donde a nadie habían llamado.

Si nadie les ha pedido

realizar ningún recado,

¿a qué tanta diligencia

en asuntos no mandados?

Tal vez esté la Cifuentes

pensando si demandarlos

por entrar en vida ajena

sin respetar lo privado.

 

¿Quiénes son los que, en el máster,

salen más beneficiados?

¿Es la señora Cifuentes

sabedora del regalo?

¿O es tan tonta que ni de eso

declara haberse enterado?

¿Quid pro quo?, señalan todos

los que el asunto han tratado.

¿Cui prodest, claman a gritos,

tamaño desaguisado?

Ni con ruedas de molino

pueden haber comulgado.

 

Así la sentencia dicta,

por no haber pruebas encontrado,

que no puede condenarse

por indicios y relatos;

mas para que vean mis ojos

candil no han necesitado.

Tendrá valor la sentencia

que en sus letras ha dictado

que es mejor un reo inocente

que cien que sean castigados,

y que la justicia falle

con todo garantizado.

 

Pues, hala, señá Cifuentes,

a la calle y al mercado,

a recobrar lo perdido

y a trabajar a destajo,

y al mundo de la enseñanza

con el curso de postgrado.

Y con similar esfuerzo,

la tesis y el doctorado.

 

Si me permite un consejo,

aunque no sea de su agrado:

en los grandes almacenes,

cuidadito con las manos.

lunes, 15 de febrero de 2021

LA REALIDAD Y EL DESEO

 LA REALIDAD Y EL DESEO

No sé si heriré demasiado la sensibilidad de Cernuda al aprovecharme del título de su obra La realidad y el deseo para referirme a lo sucedido en Cataluña en el día de ayer, en el que se celebraron elecciones autonómicas.

Apenas he seguido la campaña, a pesar del porreo continuo que los medios nos han dejado en las espaldas. Recordaré simplemente que en otras comunidades también viven personas, con dos brazos, dos ojos, una cabeza, diez dedos…, o sea, personas. Y apenas si se citan cuando deciden en sus territorios.

Estoy hasta mucho más arriba de mi cogote de los esfuerzos que toda la comunidad llamada española ha dedicado tanto al País Vasco como a Cataluña durante todos los años de mi vida. Hasta mucho más arriba del cogote. Tal vez solo se le haya dedicado más tiempo a los asuntos del imperio americano y a su Hollywood. Y de eso ya ni digo hasta dónde estoy.

El caso es que la realidad y los deseos se cruzan en los caminos y en las diversas tendencias políticas que allí y aquí existen. Como los deseos son distintos, habrá que atenerse a la realidad para obrar desde ella y no hacerse ilusiones que suplanten a esa realidad tozuda.

1 La legalidad es la que es y toda ella está de parte del Estado.

2 La legalidad constitucional puede ser cambiada y existen mecanismos para ello. Solo hay que seguirlos.

3 El independentismo gana presencia cada vez que se vota.

4 Hay partidos que se califican de izquierda en Cataluña, pero que anteponen el carácter independentista a las ideas sociales. Es la mezcla del agua con el aceite. Quizá tengan alguna razón para ello, pero deberían explicarla. A mí me parece una contradicción infinita. Pero, ya digo, son muchos y acaso tengan sus razones. ¿Cuáles?

5 Como no se pueden poner puertas al campo, habrá que ir pensando en alguna fórmula que conjugue la realidad múltiple de los catalanes con el derecho. Con coherencia, con todas las consecuencias y sin contradicciones. Y atendiendo a TODOS los catalanes.

6 Hasta donde llego, la Historia -aquí y en Euskadi- muestra un intento de las oligarquías y de una buena parte de la población por asegurarse una vida mejor en economía, en economía y después en economía. Véase la situación de Cataluña: situación geográfica, con el Mediterráneo a sus pies, con África cerca y con el centro de Europa a dos patadas; analícese la benignidad del clima en temperatura y lluvias; compruébese la feracidad de sus tierras; recuérdense las aportaciones de gobiernos y de gentes de otras tierras, las concesiones para el comercio con América… Y así hasta una lista muy larga.

7 No habría que esperar al momento en el que se acuerde alguna fórmula de consulta para llamarlos educadamente de todo, menos bonito. Cuando el rico se levanta de la mesa y se marcha de la cuadrilla (este es el país más viejo de Europa), que al menos le quede al pobre la dignidad de no ser esclavo agradecido. Moralmente habrá que hacer que se mueran de vergüenza y que se vayan corridos hasta esconderse debajo de la mesa. Especialmente todos aquellos menos desfavorecidos que aplauden con las orejas a los que reniegan de las tierras y de los afectos de todos sus antepasados.

8 Y, al final, organizar una vida desde una mayor pobreza, pero también desde una mayor dignidad. Que todavía queda orgullo por estas tierras de España. Venga, que nunca medraron los bueyes en los páramos de España.

jueves, 11 de febrero de 2021

LENTAMENTE, LA VIDA

LENTAMENTE, LA VIDA

El invierno se despereza y parece empezar a dejar atrás el sueño de su frío, de sus vientos y de sus nieves. Mientras esto se produce lentamente, la naturaleza sigue acogiendo en su seno los restos tanto del más pequeño de los animales como del conjunto de seres humanos que se funden con ella. Todo parece que le es indiferente, que no la roza, que no altera sus venas.

Los rayos del sol ponen tibia la faz de la mañana. Me escapo en cuanto puedo a gozar de la luz y a respirar el aire de La Cerrallana. Es atalaya hermosa y despejada, lejana de cualquier aglomeración, expuesta a la luz y a la libertad. Por ese cerro llano paseo sin ningún cuidado, miro de frente las cimas y las laderas de la sierra, observo cómo viene el horizonte, casi alcanzo los Picos de Valdesangil, me da para saludar la cercanía del pueblo, escucho el ruido de los vehículos, que pasan sin cesar por esta autovía del oeste…, y respiro, respiro y respiro hasta llenar con calma mis pulmones.

La sierra sigue blanca, pero algo desconchada: las lluvias la han lavado y le han sacado los colores a la cara. Pero esos colores, en invierno, son oscuros, casi negros. En cuanto un rayo de sol consigue traspasar las nubes altas, comienza la batalla entre la nieve y el suelo. Las nubes cubren peñas o desnudan laderas. Las fuentes ya no guardan sus barbas de hielo, pues se han deshecho en agua. Cualquier llanura acoge los restos de la lluvia. Los ríos y regatos rugen y gravitan sobre las hondonadas que han forjado sus cauces. El agua viene brava y cantarina. El complejo deportivo que ocupa todo el espacio se sume en el silencio y las piscinas son agua reposada y en olvido.

A los lados del amplio paseo, la primavera apunta sus primeros vagidos. Hay flores ya crecidas en todo el altozano, margaritas surgidas en busca de la vida; y apuntan bien hermosas. Son las primeras muestras, heraldos de otros días cargados de verdores.

Pero son solo ellas allí arriba, lejos del territorio del almendro, cuajado ya en las zonas de solana. Los árboles apenas si apuntan diminutos brotes que aún ni siquiera son botones; andan todos perdidos en sus troncos y en sus ramas, centinelas cansados del invierno, oscuros y vestidos con el traje de soldados de guardia. Las ramas de los robles aún conservan sus hojas, ya sin fuerza y oscuras, del ciclo ya pasado y esperan que otras nuevas las empujen hasta el nivel del suelo. La tierra está empapada por las lluvias y muy pronto hará mezcla con el sol y sus rayos para crear la vida. Esto es ladera sur y el suelo ya verdea. Se empiezan a escuchar algunos trinos de pájaros tempranos que se asoman a husmear qué se cuece día a día…

Así el paisaje todo va tomando un aspecto de débil sonrisa de niño que se anima a dar sus primeros pasos y a apuntalar su confianza.

Paseo de este a oeste y vuelvo a caminar de oeste a este. El panorama entero se me ofrece con cara de suspenso y de extrañeza. Acaso sea la mía, mi cara, la que se sienta pobre y desvalida. La naturaleza sigue su curso imperturbable sin saber si la miro y me complace, o si la considero mi enemiga. ¿Me mirará a mí ella? ¿Se sentirá mi amiga o mi enemiga? Formo parte de ella, una mínima parte, que aspira a la conciencia general en la que cabe todo lo que sucede y pasa. Ese todo infinito me habla a veces; otras veces me ignora, simplemente. Hay mucho que aprender de sus lecciones. Me siento tan pequeño e ignorante…

miércoles, 10 de febrero de 2021

EL PODER DE LA COSTUMBRE

EL PODER DE LA COSTUMBRE

Me asusta pensar que la costumbre reduce todo a sumas y restas, a estadísticas y predicciones, a hechos que suceden porque sí, a casillas de un ajedrez…

Hoy día nueve de febrero se han notificado 766 fallecidos por COVID en España. Como en los peores días de la primera ola de la pandemia, cuando todo era nuevo y el miedo se apoderaba de cada uno, cuando nos encerramos en casa con cuarentena alargada, cuando el misterio y las peores predicciones pendían sobre nuestras mentes, cuando…

Ahora mismo sabemos algo más del comportamiento del virus que al principio, incluso conocemos alguna manera útil para combatirlo, estamos a la caza y captura de la vacuna que al menos palie sus efectos, se ponen muchos más medios materiales en los diagnósticos…

La repetición nos ha vuelto casi insensibles, o al menos acomodaticios. Acaso hasta para las peores situaciones la costumbre hace ley y, sobre todo, nos vuelve la conciencia floja y pendulona hasta situarnos en un ambiente que parece tener mucho de fatalismo, de vencimiento y de sumisión.

Acaso la mayor fuerza de la vida se halle precisamente en ese seguir y seguir a toda costa, pase lo que pase y dando de lado a todo, como si nada hubiera pasado e ignorando a los seres individuales, a sus razones y a sus deseos. Cualquiera podría pensar en que esto es determinismo absoluto. Qué sé yo.

lunes, 8 de febrero de 2021

SOCIALISMO Y RELIGIÓN

 SOCIALISMO Y RELIGIÓN

Que la práctica religiosa decrece resulta evidente. No sé si sucede lo mismo con la religión y con los principios religiosos (que no son la misma cosa). Resultará muy interesante echar cuentas con lo que sucede en medio de la pandemia y cuando salgamos de ella, si es que lo hacemos algún día. También sería muy revelador que los más sesudos dedicaran tiempo y esfuerzo en describir cuál ha sido y sigue siendo la respuesta de la Iglesia, como institución y como cuerpo de doctrina, ante esta situación excepcional. Mientras tanto, cada cual puede hacerse su composición de lugar atendiendo a sus propios razonamientos y a las prácticas que haya observado a su alrededor.

A menudo me pregunto por las diferencias y por las semejanzas entre religiones e ideologías. Y, con frecuencia, vengo en concluir que alguna ideología se semeja bastante a alguna de las religiones. Tal es el caso, por ejemplo, del socialismo democrático y de la religión cristiana. El socialismo democrático es algo así como un cristianismo laico, con un fin parecido, pero con una base y alguna práctica muy diferentes. ¿O no son comunes el amor al humilde, al débil, a la igualdad de oportunidades real, a la contemplación del todo como bien común, al deseo de un acuerdo entre todos para un mejor bienestar, al derecho de todos a la felicidad, a considerar a cualquier otro como un semejante y un hermano…?

¿Cuáles son, entonces, las grandes diferencias? Creo que la más importante es el foco del que se parte, que irradia y da fuerza y luz para desarrollar la práctica. Mientras que el cristianismo pide y exige la justicia y la ayuda al más necesitado en nombre de la piedad, el socialismo democrático lo hace en nombre de la justicia. El desarrollo de estos dos conceptos nos aboca a dos caminos muy diferentes: la religión se mueve en los territorios de la fe y de la piedad, y esta excede al ser humano, pues, aunque se quiera, no puede ser universal, ya que solo abarca al que haya recibido ese don. En cambio, la justicia se apoya en la razón, y esta es una cualidad que sí afecta a todo ser humano, pues TODOS poseen ese don y la capacidad de su desarrollo. Por si esto fuera poco, la religión coloca esa felicidad en otro supuesto mundo, lejos de este ‘valle de lágrimas’; mientras que el socialismo las sitúa en la realidad diaria de este mundo.

¿Incorporan la fe y la piedad algunos elementos de razón? ¿Incorporan la justicia y la razón parte de fe? Ahí está la Historia y está el desarrollo de los acontecimientos para valorarlos. Si la razón es limitada en su capacidad, ¿debe mantenerse el pensamiento en esas limitaciones, o debe incorporar otras posibilidades de conocimiento y de convivencia? Si la fe no se basa en la razón, ¿no siente siquiera la necesidad de incorporar elementos de esta para dignificar al ser humano? ¿Cuántos? ¿Cuáles? ¿Deben separarse del todo ambos caminos? Cada vez que haya divergencias, ¿cuál de ellos debe prevalecer?

Y en este plan andamos, con fines comunes, pero con caminos paralelos, que no se dan la mano con facilidad, que se miran de reojo y no se fían uno del otro y hasta se enfrentan en luchas crueles.

Entretanto, el ser humano sigue haciendo tiempo y espacio como buenamente puede: a veces engañado; a veces engañándose a sí mismo, sabiendo que se está engañando; a veces poniendo pie en pared y diciendo basta; y casi siempre perdido en un abecedario que no termina de saber deletrear.

viernes, 5 de febrero de 2021

EL DÍA CINCO DE FEBRERO

 

EL DÍA CINCO DE FEBRERO…

Este febrerillo loco ha comenzado, en su primera semana, con días grises, que me mantienen en casa, mirando a escondidas, a simples vistazos y con la precaución de las mascarillas, cómo me realizan unas obras de albañilería. Cada obra en mi casa se me hace siempre eterna, y, en estas condiciones, más.

Así me ha pillado este viernes de las Águedas. Tradicionalmente observo por las calles a un nutrido grupo de mujeres, vestidas con traje típico, que hacen visible un día en el que dice la tradición que ‘manda la mujer’.  En algún pueblo de esta provincia de Salamanca, incluso tienen su propia canción, que singulariza esta fecha como acotada para el ‘mando de la mujer’. No debo repetir lo que todo esto me sugiere, pues ya lo he hecho en varias ocasiones, y no he cambiado de opinión.

Las obras me tienen recluido en una habitación, donde paso el día. Aquí deshojo libros y ensayo palabras. Por casualidad, releo a la Pardo Bazán en sus Pazos de Ulloa. Qué bien recoge el ambiente rural en el que los hombres y mujeres de este país han vivido sus penas y sus gozos. Y para ello, no la veo ni vestida de lagarterana ni haciendo pasacalles con gaita y tamboril, sino poniendo a caer de un burro la escala de valores que propiciaba aquellas costumbres y aquellos comportamientos.

Cada hecho y cada costumbre debe explicarse y entenderse desde su contexto histórico; sin ello, nada resulta correcto. Sin perder el amor a las tradiciones -que nos conforman y que nos explican, que nos agregan y que nos sostienen y que yo tanto amo-, reivindico el análisis de sus contenidos y la actualización o la eliminación, si hace el caso, de aquellos que estén fuera de lugar o que representen valores que degradan a las personas.

No sé si toda esta parafernalia de las Águedas añade algo a la reivindicación de las mujeres en nuestros días. Y un poco menos en los casos en los que esas manifestaciones están promocionadas por gente que el resto de los días del año calla y otorga, se somete y aplaude, se deja llevar y no se rebela. No sé…

jueves, 4 de febrero de 2021

ARMONÍA DE CONTRARIOS


ARMONÍA DE CONTRARIOS

La luz es evidencia porque hay sombra,

la noche porque hay día y el invierno

porque es verano cuando llega junio;

lo alto porque existen cosas bajas,

la vida si se sueña con la muerte.

 

Necesaria atracción de los contrarios

que se suman en ese abecedario

de armonía universal que nos mantiene

en acción permanente y nos explica

cuanto a nuestra razón la sobrepasa.

 

Tú luz, día, verano y alta vida;

yo sombra, noche, invierno, casi muerte.

Formemos una sílaba compuesta

que nombre la verdad del universo.

miércoles, 3 de febrero de 2021

POR QUÉ QUERER QUERER


POR QUÉ QUERER QUERER

Queremos y queremos sin descanso:

vivir, amar, gozar, seguir viviendo;

buscamos los motivos preguntando

por qué querer querer nos sigue hiriendo.

 

Pasa la vida y al pasar los años

seguimos por las causas inquiriendo

que den razón bastante, investigando

para alcanzar cabal conocimiento.

 

¿Hay otra voluntad externa al acto

que ya tenga pensada desde siempre

toda acción que me hiere y me hace vivo?

 

¿O será cada acto el que contiene

en sus esencias propias los principios

activos que me animan en mi canto?

lunes, 1 de febrero de 2021

INCIERTO DESCONCIERTO

INCIERTO DESCONCIERTO

Me siento en desconcierto y alineado con un comportamiento desigual La sociedad sigue asustada, como yo lo estoy también. Pero la actividad sigue y nada se para. La vida se renueva y hace paradas drásticas en muchas personas que no saben de qué manera dar de lado a la muerte.

Pero, mientras muchos salen y viven, se enfrentan a la vida y a los dolores de la pandemia, yo me quedo en casa. Y quisiera ser también -al menos por un rato- el sanitario de hospital o de centro de atención primaria, tendría que no estar alejado de las enfermeras que acarician la piel de aquellos que no tienen otro contacto humano, debería ser también otro docente tratando de ordenar en una clase el empuje de la vida en los alumnos, o el conductor de un autobús del que sube y baja gente, o ser viajero en el metro de una gran ciudad en hora punta, o cuidador de una residencia de ancianos, o cajero de un supermercado, o acaso camarero en un lugar en el que los clientes no atienden a razones, o…

Y, sin embargo, estoy aquí encerrado, mirando cada día en mi terraza cómo amanece el día y cómo dice adiós cuando anochece, saliendo casi a escondidas hacia algún lugar distante en el que dar un paseo tranquilo al amparo del sol tibio, mientras me llegan noticias de tantos casos dolorosos, de tantos sinsabores, de tanta desesperanza. Hasta estoy enfadado por haber iniciado unas obras en casa, en estos días confusos. Confieso que guardo las distancias, pero no ando seguro ni por esas y hasta me tacho de imprudente por no haber sabido parar y dejarlo todo hasta mejores días.

Por lo demás, mis ratos pasan lentos entre páginas de tipo filosófico, mezcladas con novelas y relatos más livianos, pespunteando palabras y párrafos que dejen constancia de mis días y de mis horas; no sé, com alejado de la cruda realidad del presente y tratando de dar cuerpo a aquel dicho que reza ojos que no ven, corazón que no siente.

Aunque sé que me engaño porque quiero engañarme y así podría llegar a pensar que no reconozco lo que sucede a mi alrededor y lejos de mí también. De ello se deriva un como tufillo de mala conciencia que no sé cómo tornarla en sensación de armonía y de tranquilidad.

Hoy he deshojado un par de ensayos de Leibniz. Mónadas, metafísica y filosofía por todas las esquinas. Y la muerte acechando en cualquier puerta. Y esa sensación de miedo y de congoja en cada sitio. Y las cifras continuas engordando estadísticas.

No tengo muy buen cuerpo. A ver si la noche y el sueño me serenan y me animan a aceptar lo diverso y, a pesar de todo, hermoso de la vida.