martes, 16 de febrero de 2021

EL MÁSTER DE LA CIFUENTES

 EL MÁSTER DE LA CIFUENTES

Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid,

ha sido absuelta en el llamado caso Máster, a pesar de todos

los indicios, por falta de pruebas concluyentes en su contra.

El fallo del caso Máster

nos ha dejado flipando,

con dos palmos de narices

y con ojos como platos.

Un tribunal de justicia

en su sentencia ha dictado

que la señora Cifuentes

ha hecho un curso de postgrado

sin asistir a las clases

ni defender sus trabajos

y que una subordinada

-sin que se sepa por cuánto-

ha tejido y destejido

y de todo se ha encargado

sin que la ilustre señora

de nada se haya enterado;

tan solo que un día cualquiera

en sobre blanco ha llegado

certificado del máster

con firmas y bien sellado.

 

Ella calla, nada sabe,

solo en el momento cuando

el pastel se le descubre

saca pecho: “No me marcho.

Lo que dicen es mentira:

aquí está el certificado”.

Niega, reniega, amenaza

con querellas a destajo.

 

El tribunal a las otras

personas ha condenado;

será por entrometerse

donde a nadie habían llamado.

Si nadie les ha pedido

realizar ningún recado,

¿a qué tanta diligencia

en asuntos no mandados?

Tal vez esté la Cifuentes

pensando si demandarlos

por entrar en vida ajena

sin respetar lo privado.

 

¿Quiénes son los que, en el máster,

salen más beneficiados?

¿Es la señora Cifuentes

sabedora del regalo?

¿O es tan tonta que ni de eso

declara haberse enterado?

¿Quid pro quo?, señalan todos

los que el asunto han tratado.

¿Cui prodest, claman a gritos,

tamaño desaguisado?

Ni con ruedas de molino

pueden haber comulgado.

 

Así la sentencia dicta,

por no haber pruebas encontrado,

que no puede condenarse

por indicios y relatos;

mas para que vean mis ojos

candil no han necesitado.

Tendrá valor la sentencia

que en sus letras ha dictado

que es mejor un reo inocente

que cien que sean castigados,

y que la justicia falle

con todo garantizado.

 

Pues, hala, señá Cifuentes,

a la calle y al mercado,

a recobrar lo perdido

y a trabajar a destajo,

y al mundo de la enseñanza

con el curso de postgrado.

Y con similar esfuerzo,

la tesis y el doctorado.

 

Si me permite un consejo,

aunque no sea de su agrado:

en los grandes almacenes,

cuidadito con las manos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien explicado.