viernes, 24 de julio de 2020

SANTA SOFÍA, AGIA SOPHIA, AYASOFYA



SANTA SOFÍA, AGIA SOPHIA, AYASOFYA
Hace apenas dos años que visité por primera vez la mezquita-iglesia de Santa Sofía en Constantinopla o Estambul. Antes, en numerosas ocasiones la había contemplado en imágenes, la había asimilado a los distintos estilos arquitectónicos y hasta había escrito algunas líneas de exámenes acerca de esta maravilla. Cuando la visité (aquí mismo dejé constancia escrita de mis impresiones) estaba en obras, pero en nada le hurtaban su grandiosidad y, menos aún, su simbolismo.
Hoy leo que la restauración ha concluido y que se ha aprovechado el momento para una nueva inauguración y la proclamación y consagración como mezquita. Las máximas autoridades del país han acudido para darle más boato al acontecimiento. Los representantes culturales de medio mundo han mostrado su descontento ante lo que adivinan que supone realmente este hecho.
Este monumento grandioso ha pasado por ser catedral ortodoxa, catedral católica y mezquita musulmana. Más de 1500 años la contemplan y varios estilos arquitectónicos se mezclan en sus muros y cúpulas. Sus características artísticas están muy glosadas por todas partes y nada podría yo añadir.
Solo quiero apuntar una consideración acerca del valor simbólico que atesora. No creo que el presidente de la República ni tantos miles de personas se hayan concentrado solo para ensalzar el valor artístico del monumento. Por encima de ello parece oírse la reivindicación del carácter musulmán del lugar. Otra vez el palo y tente tieso en nombre de la religión. Nos pasa en Córdoba, les pasa en Jerusalén y pasa en muchos otros sitios en el mundo. En nombre de la religión se mata, se alza la voz, y, sobre todo, se esconden otras muchas mentiras y miserias humanas
Las intenciones de Kemal Atatürk de levantar un país laico en Turquía dan un paso más hacia atrás. Ojo, y estamos hablando de las religiones del Libro, esa tres que tienen en su vértice un dios que se dice misericordioso, pero también justiciero. La mejor cuña sigue siendo la de la misma leña.
Para disimular, se apunta al valor universal y a la acogida ocasional de otras religiones en este lugar sagrado. Puro engaño. En España este truco lo conocemos bien.
Agia Sophía, Santa Sofía… Bendita y santa sabiduría. Si su nombre nos encaminara más hacia la sabiduría y menos a la exclusión y al rechazo… Pero, ¿qué dios es ese que, siendo el mismo, se subdivide y se enfrenta con sus heterónimos y alias, y, aun peor, que empuja a sus fieles para que se maten unos a otros? Puro disparate.

1 comentario:

Myriam dijo...

Se puede decir más alto pero no más claro: puro disparate. Yo estuve en Turquía hace unos años. Incluso en Ramadan, Estambul es una ciudad maravillosa, pero este retroceso con tintes fundamentalistas es una gran pena.

Un abrazo