martes, 8 de julio de 2025

CRECIMIENTO / BIENESTAR

 

CRECIMIENTO / BIENESTAR

Cada uno contrasta sus pensamientos con todo aquello que hacen visible los pensamientos de los demás. Es la parte inevitable de comparación que existe en toda acción humana. Somos seres sociales y nada menos que ocho mil millones de ejemplares en este pequeño planeta. Y el contraste se establece, sobre todo, con aquellos hechos y opiniones que se hacen más frecuentes. Son los del día a día, aquellos que son más generales y que llegan al común de la comunidad, sobre todo a través de los medios de comunicación. En ese diálogo silencioso que uno establece con esas imágenes y con esas opiniones se deslizan enfados o asentimientos, como si de una discusión constante se tratara.

Para mi desgracia, me declaro muy alejado del común de esas imágenes y de esas opiniones; por ello, vivo en un casi constante enfado y me muestro protestón con mucho de lo que veo y leo.

Pero, de vez en cuando, descubre uno, en la lectura sobre todo, que alguien desarrolla un razonamiento que está próximo al que uno tiene. En esos casos, se siente reconfortado, descubre que no está solo y se toma un ratito de consuelo y de ánimo.

Leo en El futuro de Europa, obra de Antonio Turiel, estas palabras: «Dos de los pilares conceptuales más importantes del neoliberalismo económico son su fe absoluta en el libre mercado y su defensa a ultranza en el crecimiento» (pg. 112). Enseguida se afana en demostrar que ambos pilares son falsos y que ni existe el libre mercado ni el crecimiento continuo nos puede llevar a otra consecuencia distinta que no sea el caos.

Y, bien mirado, uno piensa que, en realidad, la experiencia se encarga de demostrarnos que esto es así de manera evidente y que el sistema tiene que terminar por agotarse en sí mismo y morirá de éxito, tal vez no tardando mucho.

Desarrollar este pensamiento no es objetivo de estas líneas. El autor lo hace muy bien en su libro, pero por hacer la idea visible. Estamos ya en días de pleno verano en esta piel de toro. Los calores aprietan. Las playas se hallan abarrotadas. Los hoteles, otro tanto. El empleo en el sector terciario ha crecido un montón. Aparentemente, todos tan contentos.

O no todos. Que pidan opinión a los vecinos de algunas ciudades y de ciertos barrios, completamente abarrotados de gente que parece (solo parece) contribuir con su actividad al crecimiento económico continuo. ¿Cómo no defender que el crecimiento tiene que ser regulado y orientado si no queremos que sea peor el remedio que la enfermedad?

Es solo un ejemplo, pero la lista podía crecer hasta casi el infinito.

De nuevo habla el autor: «El problema es que, dentro del marco teórico-conceptual del neoliberalismo, no crecer es tener problemas económicos y sociales graves: los créditos no se devuelven, las empresas quiebran, la gente pierde su empleo... Eso ha llevado a una identificación abusiva de crecimiento con bienestar que hoy en día es aceptada de manera acrítica y generalizada por la sociedad. Sin embargo, dado que los límites biofísicos que nos marca el planeta existen, el crecimiento perpetuo es imposible, y de hecho ya estamos en un momento histórico en el que el crecimiento no puede ya continuar por los diversos trastornos que está causando. Más aún: insistir en seguir creciendo ya no consigue mayor bienestar a la población, sino mayor empobrecimiento y degradación tanto social como como ambiental. El paradigma de esta degradación por crecimiento en la España de 2024 es la gentrificación y turistificación de las grandes ciudades, que las está convirtiendo en gigantescos resorts para turistas mientras expulsa a la población autóctona hacia la periferia, lo encarece todo y degrada sus condiciones de vida”.

Y así en todos lo que nos rodea.

Pero, venga, todos a la playa, a poner nuestro cuerpo en el medio metro cuadrado que nos puede quedar libre. Y llenemos las carreteras, y dejemos esas playas y ciudades costeras vacías medio año, y llevemos a sus trabajadores al subsidio de desempleo, y gastemos lo habido y por haber, y quejémonos al mismo tiempo de la destrucción del planeta, y bla, bla, bla.

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