¿QUIÉN
GUARDARÁ DE MÍ...?
¿Quién
guardará de mí
las notas
que protegen el recuerdo?
¿Y cómo
arpegiarán
formando
una imprecisa melodía?
Sé que
tan solo soy
un eco
casual del universo,
una
simple partícula,
un átomo
de un cuerpo gigantesco.
Pero han
de ser tan solo
esas
pequeñas cosas las que digan
las
letras de mi nombre
cuando ya
no comparta su presencia.
Alguna
roca, acaso,
regalará
una lágrima a la tierra
y el río
la reciba
para
decir con ella que comparte
esa mella
minúscula
que el
silencio del tiempo orada y grita;
un papel
despistado,
o el eco
que repite la costumbre
que
cifraban las horas
en el
roce diario con la vida.
Me duele
no saberlo,
pues el
dolor consiste en no saberse,
y
entonces no estaré para contarlo.
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