martes, 9 de julio de 2019

PERO LOS DOS PERDIMOS



PERO LOS DOS PERDIMOS

Soñaba que el amor era una lucha
en la que yo ganaba y tú ganabas
por ceder lo que en ella regalaba
al gozo y al placer de la fortuna.

Y no sospeché nunca que ninguna
deuda por el regalo yo pagaba:
me cegó la pasión con la que amaba
lo que fue mensajero de amargura.

Pero los dos perdimos la cabeza
jugando sin razón una partida
que no tuvo ni reglas ni razones.

Era como jugar a la ruleta,
en una situación desconocida
para dos despistados corazones.                          

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