lunes, 17 de junio de 2024

VIVIR EN LA TERNURA Y LA INOCENCIA

 VIVIR EN LA TERNURA Y LA INOCENCIA

 

Me enternece vivir en la ternura

y dar mi voluntad a la inocencia.

Es tan pobre el poder del pensamiento,

que solo me regala la sospecha

de estar en territorio de la duda.

Entonces, me contemplo a la intemperie,

sin asiento, sin luz, sin horizonte,

y dejo que las puertas abran paso

a aquello que me dicta el corazón,

pues solo se complace en la confianza

de que todo está en manos del amor.

 

Me disfrazo de niño y mi conciencia

se vuelve delicada, está propensa

al afecto directo y hasta el llanto

se acerca a visitarme, por si acaso

necesita salir en mi rescate.

Y así, libre de culpa e inocente,

camino descuidado por un tiempo,

lejos de toda carga y toda culpa,

como un niño en los brazos de su madre

o la luz que pregona la mañana

y se ofrece doncella al nuevo día.

 

Es temblor y es ternura en el contento,

y otro saber más puro en la inocencia.

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