ELECCIÓN
Es la
vida un vacío que se regala
para
ejercer en él de milagrero
e inyectarle
la luz y la sustancia
que
implica la diaria realidad.
Depende
de nosotros el proceso
y el tipo
de actitud. El más mostrenco
invita a
soportar ese vacío,
como si
de un cansancio se tratara,
y en él
vivir como lo hacen los muertos.
El
segundo es llenarlo a golpe limpio
de
aciertos y de errores: somo seres
echados a
vivir en un desierto
con
escasos oasis de consuelo.
Tal vez
los ingredientes más notables
se llamen
religión o patriotismo,
con
raciones de sexo y de ironía.
En los
tiempos que corren yo me quedo
con los
restos de sexo y de ironía.
El
primero por dar placer al cuerpo,
esa única
verdad que me asegura
que al
menos sigo vivo. La ironía
por
reírme del mundo y de mí mismo
y
salvarme del miedo y del abismo.
Sé que no
es demasiado, pero acepto
mis
límites de ser y mi indigencia.
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