HOY
ERA GAZA UN CAMPO DE EXTERMINIO
La
crueldad y el horror en la pantalla.
Cualquier
telediario es un espejo
en el que
se reflejan las miserias
que son
crónica fiel de lo que ocurre
en este
extraño mundo que me habita.
Hoy era
Gaza un campo de exterminio.
Son niños
desnutridos, con aspecto
de
esperar la llegada de la muerte
sin nada
que oponer a sus caprichos;
son tierras
y ciudades arrasadas
por
bombas, por rencores y por odios;
son
miradas perdidas, son personas
vencidas
por el hambre y el olvido;
son
dioses disputándose los dogmas
y son
súbditos ciegos a sus órdenes;
son caprichos
sin causa que proceden
de las
tierras lejanas del imperio;
es la
apatía ominosa de los hijos de Alá;
son
miedos de occidente; son silencios
que
atruenan y que hieren y que matan;
No hay
adjetivos justos que comprendan
la exacta
realidad, tan solo gritos
que
expresan el dolor y la impotencia,
sustantivos
inútiles, condenas
que
chocan con el muro del desprecio.
Es la
historia que vuelve a poner cara
a lo más
despreciable y ruin del hombre.
Nacen
niños que van hacia la muerte
jugando
con el vértigo del hambre
y el ruido
de las bombas como juego.
Inocentes
en manos de verdugos,
ángeles
del amor y de la muerte,
rosas en
el jardín donde florecen
también
espinas del dolor y el odio.
No puedo
soportar esas imágenes:
aparto la
mirada y, abatido,
entre el
desasosiego y el desánimo,
evoco
estas palabras, que no sirven
sino para
agitarme la conciencia,
ponerme
melancólico, afligido,
y arrojarme,
perdido y apenado,
donde
habita el enojo y el olvido.