CONTRA
ESTO Y CONTRA AQUELLO
(Sé que
robo las palabras del título a Unamuno, pero las palabras son de todos y
existen para ser usadas).
Hace tan solo unos días que se ha producido la
dimisión de Íñigo Errejón, político destacado de la formación SUMAR. Lo ha
hecho tras la denuncia, por acoso sexual, de alguna persona. En este país
parece que ha estallado la tercera guerra mundial. Me apetece -como siempre en
forma casi de guion- dejar apuntadas algunas consideraciones.
1.- La conducta de este político, acerca del cual yo
también poseía una buena consideración, es de todo punto reprobable y merece
una censura clara. Esto creo que no lo duda nadie, yo tampoco.
2.- Será bueno que actúe la prudencia y que se siga el
proceso de acusación, prueba, juicio y sentencia; por más que el reconocimiento
y las noticias que se van conociendo no apuntan en muy buen sentido para el
acusado.
3.- En general, en la vida, creo que es bueno tender a
ser comprensivos y estar dispuestos a perdonar un error, si se pide perdón;
cuando se trata de una tendencia, como parece, entonces la disculpa a mí se me
hace mucho más difícil, aunque los hechos repetidos sean leves.
4.- Una persona tiene que tender a ser coherente y
actuar según sus pensamientos. Incluso se puede pedir algo más a aquellos que
han destacado por posturas muy claras acerca de un asunto cualquiera. Él ha
sido un representante público y muy destacado de ideas que se contradicen con
su actuación.
5.- Tengo la impresión de que, siempre que se trata de
asuntos de tipo sexual, nos ponemos estupendos, en un país y en una cultura que
tanto ha rondado por el perfil de esta moral. Cinismo se llama eso y bien estaría
analizarlo.
6.- Los medios de comunicación se han lanzado en masa a
crear patíbulos en los que colgar al reo para el escarnio público. Y ay de
aquel que falte a la cita: se le pondrá falta en la lista de inquisidores. Son
los mismos medios que, día sí y día también, se lucran con imágenes,
espectáculos y manifestaciones que en mucho conducen a crear contextos en los
que actúa mucho más el instinto que la razón, y el sexo que otras conductas reflexivas.
Esto es cinismo elevado a la enésima potencia.
7.- Esta sociedad hipócrita suele confundir un hecho
particular con el valor o la falta de valor de una ideología. Así, a partir de
esta conducta, reprobable sin duda, pero particular, profetizan el fin del
mundo en la formación de la que el acusado formaba parte y era portavoz. Estos
hechos no ayudan en nada a la formación política, pero las ideas que esta
defiende siguen siendo buenas o malas con independencia de la conducta de uno
de sus miembros. Otro acto de cinismo, con mezcla de ignorancia y de mala baba.
8.- Aún daré otra vuelta más de tuerca: A pesar de los
pesares, que una persona no sea limpia en su conducta no significa que lo que
defienda para la sociedad sea malo, aunque sí muestra un grado de incoherencia
notable que lo deja en mala situación en la estima social.
9.- Cuidado con las coherencias, que son importantes,
pero siempre relativas, como relativas y no absolutas son las personas.
Reconducir conductas después de pedir perdón debería estar en la lógica de la
convivencia social.
10.- Si aplicamos analogía -y ya me contarán cómo se
puede uno conducir en la vida sin ella- de exigir una conducta paralela a las
ideas que se defienden, habrá que tener cuidado y ver si no estamos defendiendo
también que aquel que defienda lo contrario esté justificado para actuar en
sentido contrario. Si uno defiende que su conducta es la de robar bancos, ¿está
justificado que los robe? Cuidado con las exigencias de máximos, que nos pueden
llevar a todos a la cárcel o al caos absoluto.
11.- ¿Qué elementos (medios, colectivos sociales,
escalas de valores…) son los que propician la creación de “héroes” de todo tipo
para usarlos y tirarlos según convenga a cada momento? ¿No sería bueno darle
una vuelta a esto? ¿No propician estos contextos lo que sucede más tarde?
12.- Quiero decir, para no alargarme, que los hechos
son rechazables de todo punto, que las víctimas son las perjudicadas y deben
ser atendidas, que los medios de comunicación son aves carroñeras que se echan
sobre la presa muerta a la vez que crean contextos a diario en los que se
alimentan conductas como las que luego condenan y masacran, que las ideas son
buenas o malas con independencia de que el que las defienda cometa errores o
no, que pedir perdón es un hecho positivo que debe favorecer a todos, que las
formaciones políticas no actúan todas de la misma forma cuando se conocen
hechos de este tipo o de otro, que la formación política a la que pertenecía
Errejón sufrirá el rechazo de la sociedad impulsada por los medios de
comunicación, que su decadencia se debe y se deberá, según mi opinión, no a
estos hechos -detestables, que hay que decirlo mil veces- sino a la falta de
estructura territorial y al batiburrillo de formaciones que la componen
13.- Me gustaría que las víctimas se sintieran
reconfortadas y que no cayéramos todos en la confusión en la que nos envuelven
los cínicos medios de comunicación de masas, que quitan y ponen, que deciden lo
que es bueno y malo, y que nos guían por los caminos que les interesa.
Y ahora, vengan palos, que la espalda ya está puesta y
es más fácil seguir la corriente social y estar al sol que más calienta. Pero
uno ya está curtido y tiene la piel dura. Venga.