RENOVACIÓN DE VOTOS
Llegados a ese punto
kilométrico
que no mira hacia arriba
porque estamos
en lo alto de la cima,
con área de descanso y con
espacio
para mirar la cuesta y el
abismo,
me propongo a mí mismo no
negarme
a abrir de par en par la puerta
que anuncie cualquier pista
de otro nuevo principio o
aventura.
Todo ha de ser distinto, con
la fuerza
de lo que aspira al otro lado
de lo desconocido,
de aquello que me vaya
sorprendiendo
con la revelación de cada día,
como si nada hubiera sucedido
como si se inventara la luz en
cada esquina.
Aspiro a que me queme
lentamente
el fuego que da vida y
purifica,
el fuego creador, el que ve
más,
el que enciende la luz del
corazón.
Quiero seguir soñando,
quiero seguir ardiendo cada
tarde
cuando se ponga el sol y la
costumbre
me impulse hacia la inercia
del olvido,
quiero ser aprendiz de toda
cosa,
alumno sorprendido ante toda
sorpresa,
ciego que abre los ojos y
descubre
que todo está aguardando mi
contacto.
Y si hay sombras oscuras que
me asombran
por la presencia gris de la
injusticia,
que también todas ellas me
acaricien
los poros y me llenen la
conciencia
para seguir sintiendo su
amargura.
Hoy de nuevo soy joven y
renuevo
con firmeza mis votos y
promesas
de fe en los privilegios de la
vida.
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