jueves, 15 de septiembre de 2022

ROMANCE DEL CAMINO

 

                 ROMANCE DEL CAMINO

Para Ino, Pepe y Juan, peregrinos compostelanos

 

Con las claritas del día,

desde Avilés han salido.

En dirección a Santiago,

caminan tres peregrinos:

Pepe de Frutos, Juan Heras,

Ino es el tercer amigo.

 

Por el Camino del Norte,

a su lado el mar bravío,

van dibujando jornadas

de calores y de fríos.

Allá lejos han dejado

la amistad de sus vecinos,

las sierras y los calores

en que han pasado el estío.

 

Al discurrir de los días,

suben montes, pasan ríos,

descansan en los albergues

que el azar les ha ofrecido,

madrugan, andan al paso,

comen poco, beben vino

y tienen tiempo bastante

para dialogar con tino.

 

Preguntan por esa fuerza

que hasta aquí los ha traído,

por las razones ocultas,

por la atracción del Camino.

Ninguno tiene respuesta

para tan gran desafío.

 

Así un día y otro día

pidiendo auxilio divino

que dé fuerza a sus andares

y que alivie sus suplicios.

 

Por el camino se encuentran

con muchos más peregrinos

que caminan y caminan

buscando el mismo sentido,

ese que ha traído a todos

desde tan lejanos sitios

hasta los pies de Santiago

para ser de él bendecidos.

 

Al fin, tras duros esfuerzos

por tan estrechos caminos,

la ciudad han divisado,

sienten del cansancio alivio.

La Plaza del Obradoiro

en paz los ha recibido.

Allí descansan, repasan

un tan largo recorrido,

piden la compostelana,

que bien se la han merecido,

consideran si el esfuerzo

ha tenido algún sentido

y se miran sonrientes

pensando que lo ha tenido

sin necesitar dar cuenta

de por qué han hecho el Camino.

 

Entran a ver al apóstol

cuya mirada han sentido

y le piden por aquellos

que comparten sus destinos.

 

Ya regresan satisfechos,

contentos y agradecidos,

y prometen en silencio

volver a hacer el Camino.

 

La noche se ha hecho luceros

y el sueño los ha cogido

pensando en que el año próximo

vuelven a ser peregrinos.