martes, 12 de marzo de 2024

¡HÉROES O IMBÉCILES? 11-M

 

¿HÉROES O IMBÉCILES? 11-M

Se cumplen veinte años del atentado terrorista de Atocha, el mayor de los cometidos en Europa en el siglo veintiuno. Las víctimas y sus allegados siguen teniendo presentes las imágenes y los ecos del dolor en sus conciencias. Los demás vamos espaciando las sensaciones y aflojando la conciencia, diluyendo los hechos en toda la gama de sucesos que los tiempos han ido produciendo y superponiendo a aquellos. Por eso tal vez, a medida que van pasando los años, los actos de recuerdo se mantienen, pero las consideraciones buscan aspectos alejados de las primeras sensaciones.

A mí hoy, veinte años después, se me antoja reflexionar acerca del calificativo que debo emplear para aquellos que cometieron tan execrables crímenes.

Desde luego, si cometieron crímenes, no puedo por menos que llamarlos criminales, y, si sembraron terror, tengo que tildarlos de terroristas.

Sentados tales adjetivos, conviene pensar cómo se considerarían ellos a sí mismos. Pienso en los autores materiales, no en los directamente imbéciles que les suministraron medios. Estoy convencido de que ellos se sentían unos héroes, y que muchos los tendrían y los tendrán por tales.

¿Po qué estas consideraciones tan distintas por parte de unas personas y de otras?

Los héroes son, por definición, escasos. Un número excesivo de tales degradaría su consideración.

¿Por qué esa escasez? Porque responden a una suma de cualidades que practican pocos. Un héroe responde a imposiciones externas y no baraja en su conciencia ni los beneficios personales ni las pérdidas que le indicaría la razón; sus acciones están iluminadas por alguna luz exterior que inflama sus sentidos y lo lleva a la acción en nombre de algún ideal externo y superior a él, sea este religioso o civil. Cunado desaparece la razón, actúa solo el sentimiento y se anula la duda. No hay mala conciencia que valga y todo se hace por un bien superior. Estamos en el territorio del fanatismo, donde manda el instinto y no actúa la razón.

En ese territorio mental es en el que seguramente actuaron estos terroristas. Y por ello, no puede extrañar que se valoren a sí mismos como héroes ni que los que sean fanáticos los tengan en la misma consideración.

No parece difícil deducir que son esas imposiciones externas las que crean fanáticos de un tipo o de otro. Ni tampoco que los que no se dejan llevar por esas imposiciones no los consideren héroes sino imbéciles, o sea, sin báculo, sin apoyo mental, sin razonamientos, fanáticos y dogmatizados…

¿De qué elementos externos estamos hablando? Que cada cual cree su propia gama; pero entre los elementos sin duda tienen que incluirse los elementos religiosos. Estos terroristas actuaban, además de por venganza frente a imposiciones de Occidente (guerras, mentiras, dineros…) no en el nombre de sus convencimientos racionales, sino en el acatamiento de imposiciones y dogmas religiosos. Y, si no es Alá, será Yahvé, o cualquier otro dios de los del Olimpo.

Hacer extensión y analogía de esta consideración abre un abanico que dejo aquí solo en bosquejo y en apunte. Cada cual puede extraer sus propias conclusiones y ampliar ejemplos.  La razón humana es muy débil, pero eliminarla es situarse en el dogma y este corre el peligro de empujarnos a soluciones irracionales y catastróficas.

De modo que entiendo que para algunos estos terroristas sean unos héroes (como lo eran los de ETA para otros). Para mí son, los de Madrid y los de ETA, no héroes, sino unos pobres imbéciles.

N.B. A pesar de todo, siento vergüenza al ver que toda la atención sigue puesta en el asunto de las mentiras del Gobierno (que existieron, fueron lamentables y son imperdonables) y que apenas se atiende a la consideración de los fallecidos, de las causas que provocaron tan lamentables sucesos, de la ola de solidaridad y de las consecuencias que de todo ello podemos extraer.

lunes, 11 de marzo de 2024

REALIDAD / LENGUA

 REALIDAD / LENGUA

Resulta una perogrullada afirmar que las palabras dan vida a la realidad, una vida pobre y con aristas, pero vida, al fin y al cabo. La realidad y la lengua se necesitan y terminan por ser elementos complementarios; como vender y comprar, o interno y externo. Cuando la realidad se reestructura, la lengua también lo hace. Y al revés sucede lo mismo: la lengua obliga a revestirse con nuevos ropajes a la realidad.

Esta realidad tan cuarteada y tan líquida en la que vivimos trae consigo el salto a la moda y a las pasarelas del uso de palabras que se acomodan a esos usos cambiantes. El posmodernismo y la fuga de conceptos absolutos crean un buen caldo de cultivo para ello.

A la palabra EMPATÍA le ha tocado el turno de uso común y extendido y anda en boca de medio mundo para expresar, según la RAE, «identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro». El término se une, en familia de sinónimos, a todo un ejército de palabras, pero la bandera la lleva él: hoy hay que empatizar con todo el mundo si uno quiere dejar huella en la comunidad y hacer la comunicación más fácil y productiva.

A su lado caminan otras que tienen peor cartel y menos seguidores. SIMPATÍA, «inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua». O COMPASIÓN, «sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien».

A simple vista se observa que las tres tienen origen común en sympátheia griega o sympathia latina, que tanto monta. No hay más que añadir los prefijos correspondientes (em-, sim-, cum-) y todo está cumplido. O sea, que hay que “padecer” para ser simpático, para tener empatía o para mostrar compasión.

Algo más complicado se presenta el asunto de los significados. Porque no es lo mismo ser simpático que empático o compasivo. Así, la simpatía es una expresión de preocupación por la mala suerte de otra persona. En cambio, la empatía es la capacidad de realmente sentir lo que otra persona siente. Y, si comparamos empatía con compasión, la empatía se refiere a «nuestra capacidad de tomar perspectiva y sentir las emociones de otra persona; mientras que, en la compasión (concepto introducido por el cristianismo), esos sentimientos y pensamientos incluyen el deseo de ayudar al otro. Ante este panorama etimológico, uno puede preguntarse qué es lo que hay que practicar realmente, la empatía, la simpatía o la compasión.

Pue, si uno quiere andar a la moda, o sea, practicar lo que se lleva; es decir, plegarse a los usos comunes que merecen más aplauso, debe subirse al carro de la empatía. El éxito viaja con la empatía. En política, por ejemplo, se empatiza bailando la sardana o la jota, por más que a uno no le guste ni la una ni la otra.

Si el medio en el que uno se quiere detener es en el de la simpatía, debe mostrarse con naturalidad y atenerse a las consecuencias de caer o no simpático a los demás.

Cuidado habría que tener con eso de la compasión porque te pueden tomar por un sacapechos que anda por ahí perdonando la vida a otros pobrecitos a los que les da una limosna para matar el gusanillo de la caridad. Compasión es una palabra preciosa, pero ha perdido la batalla de la relación de igual a igual, padeciendo en común, en lo bueno y en lo malo. Y lo ha perdido tanto en el sentido religioso como en el civil y social.

Tengo la impresión de que, socialmente, en el vértice de la pirámide y en positivo se halla empatía; más abajo simpatía, y por el fondo compasión. Exactamente al revés de lo que indican su etimología y sus significados originarios.

La realidad social obliga a modificar la lengua. La lengua lo hace al revés también. En este caso y para mal, la batalla la ha ganado la imposición social. Pena.

Pero esto es una batalla solo, y la guerra es muy larga.

jueves, 7 de marzo de 2024

DÍA INTERNACIONALDE LA MUJER

 

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Se celebra mañana un nuevo “Día internacional de la mujer”. La efeméride me pilla leyendo un libro que recoge discursos y artículos de un paisano de esta ciudad estrecha en la que vivo, publicado a mediados del siglo veinte. No tengo interés en repetir verdades elementales e indiscutibles. Es resumen, que la valoración de la mujer a lo largo de la historia solo da para llorar y para enojarse totalmente. Queda dicho una vez más. Tampoco insistiré en mi opinión acerca de la manera de presentar el “nuevo feminismo” con la que no estoy de acuerdo en muchos aspectos. También queda dicho.

Pero es que la balanza se inclina tanto de un solo lado, que provoca sonrojo y uno termina por entender incluso esos aspectos en los que no está tan de acuerdo.

Reproduciré algunas palabras de este libro pronunciadas en una conferencia ante mujeres obreras, en un centro académico universitario local, la que entonces se llamaba Escuela de Peritos Industriales de Béjar, 17 de diciembre de 1953:

«(…) Y sentada esta doctrina de la espiritualidad del trabajo, estudiemos el trabajo de la mujer.

Pero antes esbocemos algunas ideas sobre lo que es la mujer.

Y preguntamos.

¿Qué es la mujer?

A nuestro juicio es un ser encantador.

El ser que completa al hombre, porque necesariamente le hace falta.

Porque no es bueno que el hombre esté solo.

Porque es ley de vida dada por Dios.

Todas sabéis que la mujer fue creada por Dios, de una costilla del primer hombre, Adán.

Y después que la mujer se extendió por el mundo, como todos los seres creados, el hombre y la mujer han armado tal baraúnda y jaleo, que unos se han dedicado a denigrarla y otros a ensalzarla con exceso.

(…)

A nuestro entender, la buena doctrina sobre la mujer es que esta es buena o es mala según que el hombre la guíe por buen o mal camino.

Pero sentando siempre la afirmación, y no lo digo solo por galantería, que la mujer es el ser más encantador de la tierra.

Aunque algunas veces saque las uñas.

No importa, las uñas se limpian… y quedan más bellas.

Y lo natural es que a la mujer la gusta que la limen las uñas… precisamente los hombres.

Todo ello no en un sentido material, sino finamente espiritual, de psiquis natural, por la idea sencilla de que así está hecha y así será hasta que desaparezca el mundo.

O con otras palabras.

La mujer siempre femenina.

El hombre siempre varonil.

Pues, cuando se invierten los términos, surgen las aberraciones más monstruosas contra la naturaleza que entran dentro del campo anormal patológico de la Psiquiatría.

¡Quizás, las mujeres y hombres que así obren sean unos enfermos!

Yo ni afirmo ni niego en esa cuestión, pero el camino de la posibilidad queda abierto.

Dejemos esto, sobre lo que podríamos exponer ideas sustanciosas y sigamos…

…………

Hay un principio general, que es el ideal de la doctrina social católica, y es este:

QUE LA MUJER NO TRABAJE, sino en aquello que por su propia naturaleza, por su propia constitución orgánica, está armoniosa y bellamente dispuesto para ello.

No os asustéis, peor el ideal es que la mujer no trabaje…».

Y este es el tono de toda la conferencia.

El autor, Rufino Agero Teixidor, pasa por intelectual y hasta filósofo; y no son pocas las citas que aporta; todas, claro, según le convienen, y siempre bajo el paraguas de la doctrina católica, apostólica y romana. O sea, bajo el dogma.

Pues esto ha sucedido hace tan solo un par de generaciones. Estoy seguro de que algunas personas de edad se sentirán aludidas inmediatamente.

Como las palabras se comentan por sí mismas, no añadiré casi nada; solo dos o tres consideraciones, como siempre, en forma de guion.

La primera es recordar que cualquier afirmación hay que interpretarla en su contexto.

La segunda es la de entender que los efectos de la dictadura no solo se explican por los muertos y heridos, sino por todo un rosario de secuelas que afectan al pensamiento, a las costumbres de las personas y a su vida en general.

La tercera es la de asegurar que nada de todo esto se puede explicar sin la relación de entendimiento entre el poder del Estado y el de la Iglesia, que tan bien se han complementado casi siempre.

La última es la de advertir que se ha mejorado mucho, pero que queda un poso en lo más profundo de las costumbres y de la escala de valores que no se quita ni con lejía, y que todos tenemos una labor que cumplir en ese proceso.

Mejor, eso sí, con serenidad, con ideas y sin estridencias.

lunes, 4 de marzo de 2024

AFORISMOS-INDICIOS

 

AFORISMOS-INDICIOS

. Peor que un universo cruel u hostil es un universo indiferente.

. Los grises de los vaivenes de la vida son engañosos: solo hay plenitud o muerte.

. Morimos de dentro afuera, cuando nuestros genes se cansan de sí mismos; no de fuera hacia dentro.

. Propósito: Buscar un equilibrio y un pacto entre lo que dicen las palabras y lo que en realidad quiero decir yo.

. Escuela de aprendizaje darwinista: No le busques sentido a la existencia: créala y vívela en la plenitud y en la inocencia.

. Las dos edades más importantes de la historia: la edad biológica y la edad cronológica. Ambas apuntan hacia el envejecimiento y hacia la muerte.

. Regulación no regulada: La naturaleza no tiene ni propósito, ni fin, ni objetivo. Sin embargo, obedece, como esclava agradecida, a unas repeticiones inevitables.

. ¿Qué me debe el mundo? ¿Qué le debo yo al mundo? La razón me dice que nada; el sentimiento que mucho.

. Disfunción lógica en la naturaleza: Causas sin objetivos: Ocurren las cosas por algo, pero lo hacen para nada.

. Ilusionismo: Actuar como si no fuéramos naturaleza, anudando causas y consecuencias; como si fuéramos dueños de nuestro destino.

viernes, 1 de marzo de 2024

ASESORES

 

ASESORES

Escribo estas líneas un día de los que menos se repiten, pues lo hace solo cada cuatro años, los años bisiestos, esos que se añaden para dar algo más de exactitud a lo que llamamos tiempo y que ciframos en los calendarios.

Pero lo que se repite más que la morcilla o el ajo es la situación social y política descolocada en la que vivimos. Día sí y día también, asistimos al conocimiento de hechos que nos sonrojan a todos (¿a todos?) y que empujan con fuerza a la desconexión y a la desconfianza en la vida social y en la participación, o sea, al desencanto.

Resulta que han pillado a un asesor de José Luis Ábalos, antiguo ministro socialista y secretario de organización del PSOE. El susodicho asesor es un tal Koldo y ha caído con las manos en la masa del tráfico de influencias y del aprovechamiento millonario nada menos que de mascarillas en tiempos de pandemia. Caso gravísimo este por la cantidad, por el aprovechamiento del tráfico de influencias en días tan complicados para todos y por la catadura del aprovechado. El exministro se ha negado a dimitir como diputado y el revuelo es general, la derecha política tiene carne para rato y a ese bocado se agarrará con uñas y dientes. Se le olvida todo lo que le cuelga a ella, pero así son las cosas.

A mí, en forma de guion como siempre, se me ocurren estas consideraciones:

1.- Las responsabilidades políticas son distintas a las judiciales y, como tales, hay que tratarlas.

2.- Este es un caso flagrante de responsabilidad política en eso que técnicamente se llama in eligendo e in vigilando (dos latinajos sencillos). Vamos, que el exministro se tenía que haber enterado de la que estaban preparando sus allegados y gente de confianza.

3.- Que el exministro, en consecuencia, debería haber dimitido.

4.- Que, en términos generales, nadie sabe dónde hay que poner los límites de la gente de la que hay que responder, en la elección y en la vigilancia. Si partimos, por ejemplo, de un ministro, ¿cuál es el último escalón en el que decae la responsabilidad? ¿Los secretarios de Estado, los subsecretarios, los directores generales… el último empleado del ministerio? Nadie lo ha cifrado nunca porque nadie sabe hacerlo. Esta indefinición la aprovechan todos para arrimar el ascua a su sardina, según les vengan dadas. Aunque este caso sea claro, conviene no hacer leña del árbol caído, porque nos podemos quemar si actuamos con analogía.

5.- Caer en la tentación de la corrupción no tiene partidos, porque su partido lo son todos: se trata, casi siempre, de actos individuales. Lo importante es la reacción ante esos hechos. Cualquiera puede observar de qué manera tan diferente actúan los partidos de izquierda y los de derecha. Los niveles de exigencia ni se parecen siquiera. También en esto se exige mucho más a las gentes de izquierda que a las de derecha. En este apartado de las exigencias éticas, que no judiciales, conviene tentarse las ropas porque intervienen muchas variables: presunción de inocencia, compañerismo, militancia, trayectoria, corresponsabilidad, exposición y juicios públicos, indefensión y hasta compasión. Mucho que decir y que considerar.

6.- El tal Koldo (así se llama el asesor implicado) resulta ser un empleado de un local digamos, por utilizar un eufemismo, de dudosa reputación. Pues desde ahí, sin que le conozcamos mejor ni mayor preparación, ni moral ni académica, hasta el puesto nada menos que de consejero de un ministro. Ahí es nada. Si esto pasa en los ministerios, ¿qué no habrá en niveles políticos y administrativos de más bajo nivel? Piénsese en diputaciones, ayuntamientos… Y nos sale lo que vemos día sí y día también. Por ejemplo, quienes viven en Béjar, esta ciudad estrecha en la que me voy haciendo viejo, bien lo pueden comprobar o lo están comprobando con el alcalde actual. Y no digo más. En un sistema democrático, todos son elegibles, pero algún filtro habría que pasar, en formación y en intenciones. ¿O las ideologías surgen de la nada y se puede apuntar cualquiera? ¿O acaso es que no hay ideologías? ¿Pero qué nivel es este? En fin… Luego vienen las fidelidades forzadas, los silencios ominosos y las lealtades inquebrantables de otros tiempos…

7.- Las consecuencias de todos estos actos tienen un gran alcance, pues producen eso que llamamos desencanto y que lleva a la desafección y al alejamiento de los ciudadanos de sus representantes públicos y de la vida social en general; sobre todo de los más preparados. ¿Qué le vas a decir ahora a tanta gente cargada de formación y de buena voluntad a la vista de los puestos, del poder y de la influencia del portero de locales de escasa reputación? ¿Qué escala de valores dibuja todo esto? ¿Qué fuerza tenemos, así, para criticar otras situaciones, si las estamos promoviendo con estos ejemplos?

8.- Aspiro, como siempre, a que la consideración parta de un ejemplo concreto, pero a que se extienda a todos los que pululan por la actualidad. Este es escandaloso, pero mucho menos que otros. En cantidad y en calidad.

La anécdota no nos debe cegar, sino llevarnos a la categoría. Cada uno puede ejemplificar como quiera.

martes, 27 de febrero de 2024

LA CONCIENCIA PRECISA DEL INSTANTE

 

LA CONCIENCIA PRECISA DEL INSTANTE

 

La conciencia precisa del instante:

el tiempo y el espacio en desbandada,

la contracción de todos los plurales,

la ceguera hecha luz y solo luz,

el cambio como un dios desconocido,

la inmensa eternidad aún no encarnada,

el cero y lo absoluto, el abandono,

la nada como fórmula del todo,

la fuerza colosal del universo

gravitando en un punto, un agujero

negro en que se condensan los metales,

el big bang en un sueño aún no nacido…

 

Todo vuelve a mi mente, se conoce,

se abraza, se desmaya en el olvido.

lunes, 19 de febrero de 2024

¿HAY PARTIDO?

 ¿HAY PARTIDO?

Se celebraron ayer elecciones autonómicas en Galicia. Los resultados han sido estos: PP 40; BNG 25; PSdeGA-PSOE 9; DO (Democracia Orensana) 1; SUMAR 0; PODEMOS 0…

Los resultados hay que describirlos y después, si hay conciencia, analizarlos.

Cualquier opinión que se añada tiene que partir del reconocimiento de que el PP ha ganado con muchísima holgura, pues ha sumado más escaños que todos los demás partidos juntos.

En las últimas semanas he oído y leído hasta el hartazgo que “había partido” y que los resultados no estaban claros. Pues si llegan a estar claros… Hoy escucho y leo explicaciones traídas por los pelos de aquellos que señalaban en cada intervención que el partido estaba en los penaltis o algo así. Una vez más, creo que se confunden los deseos personales con un análisis reposado y racional de la realidad. Y así no vamos muy lejos.

Como la realidad es siempre compleja y la causalidad múltiple, no seré yo quien destripe las variables de estos resultados (nacionalismos, ley de amnistía, clientelismo, caciquismo, envejecimiento de la población, carácter rural…). Pero sí quiero dejar un apunte acerca de una de esas variables. Me refiero a los resultados cosechados por el PSdeGA-PSOE.

También en este caso hay que partir de los datos, de su descripción. Se ha pasado de 15 diputados a 9 y se ha perdido una riada de votos por el camino. O sea, que el resultado ha sido muy malo, o, simplemente, desastroso.

Y también en este caso hay que entender que la causalidad es múltiple. Los militantes del PSOE gallego tienen más datos que yo y a ellos les corresponde analizar lo sucedido y encontrar las causas para poder corregirlo en elecciones posteriores. Pero habrá que saber también si alguna de estas causas tiene explicación “nacional”; o sea, si las actuaciones del gobierno de España repercuten para bien o para mal en las elecciones autonómicas. Se podrá discutir si esta influencia es mayor o menor, pero negar que existe es pensar en lo excusado, querer engañarse y esconder la cabeza debajo del ala. Y esto tanto para bien como para mal.

Desde siempre he pensado que lo que vengo llamando “asunto territorial” está en la base de todo y, además, que es anterior a todo lo demás, pues cualquier cuerpo legislativo tiene como premisa saber al menos cuál es el territorio en el que se va a aplicar. Pues sigo pensando que el PSOE “nacional” sigue bailando en el desconcierto de la definición territorial. Y lo que es peor para él como partido político, que con esa indefinición está perdiendo el partido; hasta el punto de que, por este camino, puede que algún día tengamos que reconocer que no hay partido.

El panorama que se dibuja es el de un dominio cada vez mayor de los partidos nacionalistas, que, haciendo honor a su nombre, tratarán de beneficiar en todo lo que puedan a sus territorios, olvidándose de los demás y mandando el concepto de solidaridad y de lealtad al cesto de los papeles y al reino del olvido. En los territorios llamados históricos ya lo estamos viendo. Habrá que ver si siguen el ejemplo otras regiones y comunidades.

Ante esta situación, el futuro del PSOE se anuncia oscuro y en pendiente. A los que creemos que esta ideología es la menos mala este panorama nos duele. A mí al menos me desasosiega. Bien deseo equivocarme.

La situación bien merece un análisis y una reflexión. No parece lo mejor poner todos los esfuerzos en proclamar que nos interesa más echar al contrario que convencer con nuestras propuestas. Esa estrategia se muestra muy pobre y resulta ser pan para hoy y hambre para mañana. Las variantes de Pedro y el lobo ya nos las sabemos.

Sigo pensando que el PSOE es el más indicado para vertebrar el territorio y empujar políticas de carácter social que hagan más justo a este país. Pero para ello hay que creer en la existencia de ese país y defender alguna idea y algún símbolo que nos una y que no nos tenga todo el tiempo a la greña y desgastando nuestros esfuerzos hasta quedarnos exhaustos y con mal humor continuado. Y no habrá que avergonzarse de ello. Pero, ¿qué es la izquierda, si no?

Y, si esto lo pienso para el PSOE, ¿qué puedo decir de los demás partidos a su izquierda? Mejor hago mutis por el foro. Vale.