HOY
ES TODOS LOS DÍAS
Despierta la mañana y es el día.
Las horas del reloj en sus agujas,
cual párpados en guardia,
pidiendo que mis ojos se sorprendan
con todo lo que el mundo me regala.
Y luego, la caída de la tarde.
La noche. El horizonte se ha
dormido.
Así una vez y otra, con la magia
que mece entre sus brazos la insistencia
de la monotonía.
Hoy es todos los días,
resumen del pasado y del futuro
en un presente gris, que se
alimenta
de rumores difusos y perdidos,
que vienen a ser ciertos y a
decirnos
que todo se repite, que va y viene,
que sucede y se pierde sin más
causa
que el poder infinito del olvido.
Tal vez reconocerse entre los
grises
que manchan el color del arco iris
ayude a concebir por qué la vida
no es más -tampoco menos- que un
dejarse
llevar por ese extraño
abecedario
que dice y que conjuga nuestros días.