viernes, 30 de septiembre de 2016

EN EL UMBRAL DE LA NOCHE


Cuando llega la hora del crepúsculo y todo parece anunciar la noche y el silencio, la mente se sorprende y se confunde. En esos momentos en los que la luz declina, la duda se apodera y se hace dueña de la voluntad.
Hay tres frentes abiertos al trayecto de la luz, el del pasado, el del presente y el del futuro.
Si el ojo vuelve hacia el pasado, tal vez reaparezcan los rayos más lucientes, las horas más diáfanas, el proceder más claro. También el claroscuro y las sombras.
Si el ojo y la mente se detienen en el presente, son posibles tanto la complacencia por la luz como la congoja por su huida veloz hacia lo negro, hasta el intenso límite de la pesadilla.
Si se mira al futuro, es la noche la que extiende su manto. Y en ella, la ceguera, o los sueños, o la ausencia de luz y de futuro.
No es fácil saber vivir ese tiempo del crepúsculo. Tal vez todo tipo de luz sea necesaria para seguir viviendo, para seguir sintiendo, para seguir soñando.
En todo caso, el crepúsculo, con su belleza y con sus aguaceros y tormentas, se irá; la noche dejará su huella; regresará la aurora y tal vez luzca de nuevo el sol radiante.

Porque la luz, el crepúsculo y el nuevo día siguen estando ahí. Por mucho tiempo. 

jueves, 29 de septiembre de 2016

LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN: CRISIS EN EL PSOE


Cuando afirmamos que la realidad supera la ficción, estamos dando cuenta de que, a veces lo que aparece ante nuestros sentidos, eso que podemos ver, oír, tocar, etc. supera a aquello que cabe en nuestra imaginación. No es mala ocasión para desempolvar la frasecita y aplicarla a lo que sucede durante estos días, e incluso durante estas horas, en el PSOE de España.
Imagino a los militantes del partido, hago lo mismo con muchos simpatizantes, arrimo a los observadores algo neutros y sensatos, sumo a los del sentido común, les hago sitio a los contrarios ideológicos, abro las puertas de par en par y no veo más que caras largas, rostros estupefactos y miradas perdidas en el horizonte. La realidad supera la ficción.
¿Qué está pasando aquí? Posiblemente sea el momento de discusión orgánica peor de este partido. ¡Y es más que centenario! Tomemos distancia, si  es posible, miremos, contemos hasta diez y luego pensemos y analicemos.
Primero la descripción: Más de media ejecutiva ha plantado cara al secretario general y ha dimitido. Parece que la mitad del grupo parlamentario anda también en posición de protesta. Varios dirigentes territoriales se muestran en público favorables a que el secretario general dimita del cargo. A bastante gente no se la deja ni siquiera que entre en la sede central…
Esto por una parte.
Por la otra. El secretario general se enroca afirmando que él sigue siendo legalmente el secretario del partido. Él es el único secretario general en toda la Historia que ha sido elegido directamente por los militantes.
En medio. Los resultados electorales desde hace tiempo no hacen más que confirmar el descenso del partido. Casi todos los dirigentes territoriales actúan pensando en los intereses específicos de los territorios en los que gobiernan o ejercen la oposición. La proposición de un congreso extraordinario precipitado, cuando se está sustanciando la creación del gobierno de la nación, con toda la pinta de que el actual secretario general tiene todas las ventajas a su favor (tiempo, aparato…). El mandato de la ejecutiva de no pactar con partidos separatistas. La propia historia del partido, que se presta poco al pacto sin preeminencia con otros partidos que, a su vez, son conglomerados de muchísimos partidos pequeños. La necesidad de no alargar demasiado el bloqueo institucional… Demasiados elementos cruzados.
En esta especie de caos, ¿quién tiene la culpa, o más o menos culpa? Esto queda para el análisis reposado y, en la situación actual, poco importa. ¿Qué salidas honrosas se imaginan? Bien pocas. Pero esto sí que interesa.
Hay maraña jurídica en los estatutos sobre las atribuciones del secretario general, del comité ejecutivo y del comité federal. Hay mala leche en los dimisionarios, que bien podían haber esperado unos días y haber presentado quejas y proposiciones en el inminente comité federal. Hay ventajismo y clara metedura de pata del secretario general al anunciar sospechosamente la convocatoria de un congreso extraordinario a toda prisa. Hay cruces de ambición de poder personal por todas las esquinas. Hay atribuciones de ganancias y de pérdidas electorales que corresponden a todos un poco y no a una sola persona. Hay…
En medio de todo este barullo, apenas se adivina la suma de una base legal pero no legalista, el apearse de los personalismos y alzar la mirada para ver el bosque, y, por encima de todo, una buena dosis de buena voluntad, de sentido común y de cesión mutua.
Lo peor de todo esto es que las heridas se estarán lamiendo durante mucho tiempo, demasiado; que otros se lamerán también, pero de gusto; que sufrirá mucho más la comunidad que el partido; que la confianza en esta opción política beberá adormidera durante muchos meses y años y que la recuperación del enfermo será lenta y larga.
Los partidos no son más que instrumentos para el desarrollo de ideas y de ideologías puestas al servicio de la comunidad y de sus miembros, no son fines en sí mismos. Pero este es centenario y no se explica buena parte de nuestra Historia sin él. Además, sea cual sea su suerte orgánica, las ideas seguirán estando ahí, esperando a que cualquiera se acerque a mirarlas, a describirlas, a analizarlas, a asumirlas, a defenderlas y a desarrollarlas. Las personas pasan y son solo cara de un proyecto; las ideas quedan y son más duraderas: las caras son cromos que se pueden cambiar sin que la partida se desequilibre.

Es la hora de la reflexión. La de todos. También la de los militantes, esos que ahora siguen con la mente alucinada por lo que ven, oyen y sienten.

lunes, 26 de septiembre de 2016

ACERTIJO DEL DOLOR



ACERTIJO DEL DOLOR

Si el dolor se produce y se derrama
como mal cotidiano por el mundo,
no estará mal -incluso es razonable-
que a un dios se le pregunte
por que explique su acción en este asunto.

Tan solo se me ofrecen cuatro  formas
de actuación celestial en el negocio,
ninguna me seduce ni convence:

o quiere eliminar del mundo los dolores
y no puede lograrlo,
y entonces es un débil como tantos
que no van ni de dioses ni de eternos;

o puede conseguirlo y es su gusto
no querer alcanzarlo, qué manera
de venirle la envidia a visitarlo:
eso es propio de dioses de bolsillo;

o ni quiere ni puede, y en tal caso
es envidioso y débil,
tal cual un dios menor debilitado;

o, por fin, quiere y puede
con la fuerza absoluta de su rango.
Pero entonces me asalta la blasfemia
y clamo hasta quedarme sin aliento:
¿Por qué no se eliminan esos males
que tanto desconsuelan y atormentan

al ser que los contempla o los soporta?

viernes, 23 de septiembre de 2016

SUEÑOS



SUEÑOS

Soñé con que mis manos y mis labios
servirían para el beso y el abrazo,
soñé con mundos limpios y adobados
en las cándidas palmas de mis manos,
soñé que el mundo entero era un tratado
de amor en que agitarse como el rayo.

Sueño con que algún beso me consuele
cuando la soledad me ofrece llanto,
sueño hacer oración a un dios que duerme
donde habitan la luz y la belleza,
sueño con un espacio que me hable
con idioma cargado de silencios.

Quiero seguir soñando que los sueños
no me olvidan en medio del misterio,
quiero seguir soñando
y despertar sin sueños, como el viento
que vuela y vuela en dirección incierta,
libre, ligero, disponible, franco.

A veces pienso

que sueño demasiado.

jueves, 22 de septiembre de 2016

SOBRE LA NATURALEZA DE LOS DIOSES


En su obra “Sobre la naturaleza de los dioses”, ensayo filosófico de madurez y recopilatorio de buena parte de los pensamientos del escritor latino Cicerón, este reflexiona acerca de esa idea que ha traído de cabeza a casi todo hombre y a todas las culturas. También a Nietzsche, cuando afirmaba “Dios ha muerto”, le mordía este concepto y esta idea generadora de tantas otras.
En su libro primero, Cicerón resume las ideas de los principales autores de la Grecia clásica, para quedarse en extensión con Epicuro y con los estoicos, de los que él fue egregio representante en el mundo latino. Cita a una nómina extensa y esencial en el pensamiento griego: Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Anaxágoras, Alcmeón de Crotona, Pitágoras, Jenófanes, Parménides, Empédocles, Protágoras, Demócrito, Diógenes, Platón, Jenofonte, Antístenes, Espeusipo, Aristóteles, Heraclides del Ponto, Teofrasto, Estratón, Zenón, Aristón, Cleantes, Perseo, Crisipo… Y después Epicuro, y los estoicos. Toda la pasarela completa, aunque se echen en falta algunos.
Poco importa el repaso de nombres; lo interesante es observar cómo un repaso tranquilo nos ofrece un camino descendente, desde los elementos más idealizados hasta la contemplación de la naturaleza y las consecuencias racionales que de su observación y estudio se extraen. Es como si se pasara lentamente del caos al mito (con todos los dioses de por medio), del mito a la razón, para volver a perderse en las limitaciones evidentes de la razón y vuelta a empezar el ciclo interminable.
¿Es posible desentenderse del mundo de los dioses y vivir sin su referencia? No sirve la sustitución de los dioses clásicos por otros tan de cartón piedra como los de la publicidad, el cine o el deporte: nos estaríamos engañando ingenuamente. O, al menos, hay que saber y reconocer que nos estamos engañando.
Algo sí parece claro: la configuración de los dioses la hacemos nosotros mismos desde nuestras conveniencias y desde nuestras necesidades. Por eso los fabricamos con tantas deficiencias y por eso los cambiamos a nuestro antojo. Y les exigimos lo que se aparece en el vértice de nuestros ideales; con esas ideas los configuramos y hasta con esos perfiles les ajustamos una religión y unos cultos determinados. Luego, cuando no cumplen nuestras expectativas, o nos refugiamos en el misterio, o nos decepcionamos hasta el enfado y la recriminación.

No sería poco que, al menos, no perdamos de vista el camino, lento y tortuoso, pero sin vuelta atrás, del asombro ante la naturaleza y ante la razón. Ellas no pueden andar lejos ni de la lista de los dioses ni de las leyes, religiones y ritos más convenientes para el ser humano. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿FUMAR PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD?


En alguna ocasión fumé. Siempre lo dejé con el ánimo alto y con el paquete encima del televisor. Allí, asomando, como provocándome y desafiando mi voluntad, como gritando su derrota. Porque mi manera de dejar el tabaco era también -es justo reconocerlo- como la de un chulo de barrio cuando estira los brazos en los billares, alza la mirada y pasea lentamente su vista por el local, por si queda alguien a quien recordarle quién manda allí.
Hoy pienso que tal vez nunca disfruté realmente del tabaco, de la inspiración lenta y profunda del humo, de las volutas redondas que se alzan en el aire, una sobre otra, como si se llamaran para formar alguna bandera olímpica en el cielo, del sabor amargo que deja en la boca y del hondo hormigueo que alcanza los pulmones durante un rato. Pero, más que el disfrute físico, ese que encoge y estira los músculos, que traspasa la piel y se apodera del ambiente exterior e interior, creo que lo que me perdí fue la sensación de estar sucumbiendo a algo que me hacía mal a mí y a los que me rodeaban. Porque allí el vencedor era yo, era mi voluntad, era mi razón y era mi dominio de la situación, ante mí mismo y ante los demás. El tabaco no era sino el elemento imprescindible para mostrar ese poderío, ese sometimiento del vicio y hasta esa tiranía por mi parte.
Sí, sé que puede parecer una contradicción, pero intuyo y hasta saboreo que el gozo empieza precisamente en el momento en el que uno se entrega a lo que ya no puede controlar, a lo que te domina y te entierra en su voluntad. Porque el momento decisivo es aquel en el que uno se plantea la reacción ante algo que te perjudica. El camino, claro, es doble: o te apartas y vences, o te sometes y sientes cómo te lleva el tabaco por los rumbos que le da la gana. El segundo responde al abandono de la voluntad, pero también se acerca al gozo de lo prohibido, al disfrute de aquello que debía ser pero no es, a lo que rompe la razón, a lo que se aparta de lo saludable.
No, no tengo ninguna intención de volver a fumar; ni siquiera de experimentar con esa situación de conciencia de pérdida de lo que considero recto. Solo he hecho un juego que es algo más que un juego verbal para acercarme a la consideración conceptual de lo que es voluntad y de lo que puede llegar a ser gozo.

El tabaco perjudica seriamente la salud. “No fumes, que te vas a morir, le decía un amigo a otro”. Y el otro le respondía: “Por eso fumo, porque me voy a morir”. Otro juego de palabras.

martes, 20 de septiembre de 2016

SOLAZ RÍTMICO


REVISANDO EL SANTORAL
(SOLAZ RÍTMICO, O MÁS)

Hay santos que se desantan,
vírgenes que se desvirgan,
ricos de fin de semana,
pobres de toda la vida.

Y días en el calendario
que no se llegan a dar:
están todos dedicados
al culto de san Jamás.

Y si le ponen novena,
con procesión y boato,
es el momento oportuno
de honrar a san Cucufato.

El santoral está lleno
de fiestas que hay que guardar,
mas ninguna es tan solemne
como la de san Patrás.

Haremos nuevos bautizos
de dimensión celestial
que cubran todas las fechas
que permite el santoral.
Y así, fiesta sobre fiesta,

todo el año en carnaval.

lunes, 19 de septiembre de 2016

LOS SERES... (TAMBIÉN PAULINO)



Aquella simplificación de la niñez: “Los seres nacen, crecen, se reproducen, mueren”. Qué descripción tan minimalista para un enunciado que todo lo encierra.
Primero es la secuencia fónica repetitiva, como una abeja más de la colmena escolar: “Y todo un coro infantil va cantando la lección: mil veces ciento, cien mil; mil veces mil, un millón”.
Después se abre la flor de la vida y apenas si da tiempo a reflexionar acerca de la sentencia: la vida, entonces, no se piensa, solo se vive. El tiempo solo se mide en presente y en futuro, pero no en límites que corten la cuerda por ningún sitio.
Cualquier día, el común de la vida se hace algo más común y las acciones se vuelven demasiado repetidas. Es tal vez el momento en el que el ser humano se planta y levanta la mirada. Entonces resulta que el tiempo también tiene pasado, y que este se va acumulando y ocupa un espacio grande y visible del recorrido. Puede que por entonces haya uno crecido y se haya reproducido y empiece a mirar hacia el final del epígrafe. Las medidas se ajustan, la conciencia se muda, la perspectiva cambia.
Y cualquier otro día, que seguro que no está señalado en el calendario, se hace mutis por el foro, en silencio o de cualquiera otra manera.
Qué simple, qué terrible, qué verdadero, qué aleccionador, qué fuente de sabrosas consecuencias…
La sentencia nos iguala a todos aunque nos empeñemos en mostrarnos diferentes en el trayecto de la vida. Y lo somos, vaya si lo somos; no en el principio ni en el final, pero sí en el discurrir menudo de cada día.
Hoy ha fallecido Paulino. Y lo ha hecho solo, sin molestar; solo como venía estando desde hacía muchos años. Paulino ha sido un hombre que no ha necesitado de los libros para entender lo que ha visto en la vida. Y lo que ha visto han sido muchas injusticias al lado de las máquinas de tejer, y muchas desigualdades por la calle y por las tiendas, y mucha mala leche en demasiadas personas. Tal vez por ello a él le quedaba un residuo de recelo, que mezclaba con un sentido común y con una bondad luminosa. Y, como estaba solo, se dio a los demás y se aferró a su necesidad de honradez y de bonhomía.
A Paulino hoy, en su caja mortuoria, apenas le acompañaba nadie. Él dormía el último sueño en el que se quedó transido anoche. Y, como estaba acostumbrado a la soledad, su cara estaba tranquila y limpia, tal vez charlando con el reino de las sombras.
Paulino ha cumplido hoy el último apartado de esos cuatro que parecen asignados al ser humano. Lo ha hecho con dignidad, en silencio. Con él se lleva su coherencia, sus ideas sociales y la gallardía de lo más sencillo cuando se vive desde la convicción personal. O tal vez haya dejado algún rastro de todo ello entre los que quieran recordarlo.

Paulino nació y creció (aunque él no lo hizo mucho físicamente). Hoy ha fallecido. Como todos. Pero con dignidad y coherencia.

viernes, 16 de septiembre de 2016

PRIMERO LA PALABRA


Cuando a Vicente Ferrer, ese santón laico que tanto sembró en la India, le preguntaban cuál era la esencia de su trabajo y su objetivo fundamental, respondía que, por encima de todo lo demás (cereales, caminos, agua…) estaba la obligación de darles voz a los que no la tienen, de concederles la palabra, esa arma revolucionaria que nunca habían tenido y que les ponía en disposición de desarrollar todas las demás posibilidades. Lo cuenta muy bien Manuel Rivas en un relato maravilloso titulado “Vicente Ferrer. Rumbo a las estrellas con dificultades”.
Qué bien captó el fundamento de las necesidades del ser humano. Porque esta consideración sirve para cualquier ser humano, no solo para los más olvidados de y por las castas en la India. La palabra es la materialización del pensamiento, del sentimiento y del nivel más elevado de la condición humana. El ser humano lo es en tanto que posee la  cualidad de cifrar el pensamiento en palabras, de trasladar a sus semejantes sus anhelos y sus necesidades a través del don de la palabra.
Claro que el nivel de la palabra se halla en el pensamiento, en la posibilidad real y física de poder expresarla y en la libertad mental y social de intentar expresar las opiniones propias y de intentar convencer pacíficamente a los demás a través del razonamiento verbal. Por eso, conceder la palabra es mucho más que un hecho físico, es ante todo no negar la posibilidad de expresión razonada, es impulsar esa expresión y combatir el monopolio de la misma por parte de unos pocos, de esos que niegan la opinión y la libertad real de los demás. Porque negar la palabra es negar la igualdad humana, es jibarizar la opinión social, es adentrarse en el mundo del miedo y del misterio, es abandonarse a la voluntad de los otros, es negarse a vivir la verdadera vida, es dejarse en el vaivén del viento, es negarse el futuro, es llamar a la abulia y al silencio del rebaño, es abandonar el arma más potente, es velar los matices y ennegrecer los rayos, es…
En la India se levantan los parias lentamente. Vicente Ferrer quería que lo hicieran con la palabra como base de todo el desarrollo posterior. En occidente los parias son silenciados de manera más sutil, encarrilándolos en el embarcadero de la publicidad, restando la importancia del cruce de opiniones, o simplemente cerrando todas las puertas de los lugares físicos y mentales en los que se podría producir el desarrollo del pensamiento y de la palabra. ¿Dónde están el fomento de la palabra y la expresión sin trabas correctoras de las opiniones que no sean las que nos vienen dadas desde las lejanas alturas?
Pensar puede resultar peligroso para el poder establecido. Y el pensamiento toma cuerpo a través de la palabra. Por eso la negación de foros, los miedos a que las verdades establecidas se puedan venir abajo y la reacción de los usuarios del pensamiento y de la palabra se convierta en la mejor revolución imaginada. Buen ejemplo para cualquier comunidad grande o pequeña y buen campo de actividad social y política. En esto sí que nos jugamos la esencia de una comunidad y no en las fiestas patronales, por ejemplo.

Vicente Ferrer tenía muy claro el fundamento de su escala de valores. La palabra como expresión de la dignidad, de la libertad y de la igualdad del ser humano. Desde ella y, a partir de ella, todo lo demás. 

miércoles, 14 de septiembre de 2016

OVILLEJO DE RITA BARBERÁ Y PP


OVILLEJO DE RITA BARBERÁ Y PP

¿Quién falta siempre a las citas?
Rita.

¿Quién oculta la verdad?
Barberá.

¿Quién se apunta al “caloret”?
El PP.

Desde siempre barrunté
que PP y mujer farsante
daban juntitos el cante:

Rita Barberá y PP.

martes, 13 de septiembre de 2016

LA (A)NORMALIDAD

             LA (A)NORMALIDAD 
Después de varios meses de sequía, de pertinaz sequía, vuelve a llover un poco y las temperaturas se ponen soportables.
Los más pequeños empiezan sus clases y vuelven a los horarios repetidos, a los ciclos repetidos, a la escala de valores repetida, a adiestrarse en las modas que les pide el común.
El alcalde de esta ciudad estrecha saca pecho con el resumen de las fiestas que dicen que se han celebrado estos días pasados. Procesión, toros, verbenas, Yola Berrocal y Marianico el Corto como estrellas del cartel. Ah, además dice que es un hito fundamental e histórico el hecho de que un toro haya sido indultado en la corrida. ¡!Lo he leído yo, lo juro!! Tal vez haya sido por su esfuerzo y por su trabajo.
 El tejido comercial de Béjar se hace cada día más estrecho y débil: se cierran tiendas y comercios de todo tipo.
Empieza la copa de Europa de fútbol.
A la senadora Rita Barberá la procesa el Supremo. Es aquella del “caloret”, de la berza y de la estulticia. Y es aquella a la que le dediqué un romance jocoso que publiqué en su día y que guardo por ahí.
El ministro de economía miente y miente sin que se le arrugue la mejilla y todos le aplauden con las orejas.
Las encuestas predicen un aumento en votos para el PP en próximas elecciones.
En Galicia, el PP, con Feijóo al frente, parece que tiene casi asegurada la mayoría absoluta.
Se comenta sotto voce que el PP está encantado con que sigan apareciendo escándalos de corrupción: es la mejor manera de asegurarse que el número de sus votantes aumentará sin parar. Incluso alguien afirma que van a empezar a cometerlos con luz y taquígrafos para que no haya duda de que los provocan y de que los autores son ellos.
El “asunto catalán” no decae y nadie ve una salida razonable al mayor desafío de la historia de España en los últimos siglos.
Yo veo, miro, observo, pienso y ya casi ni me enfado.

Será que ha vuelto la (a)normalidad.

lunes, 12 de septiembre de 2016

DE LA SERIE -TAS -TATIS


Es bien seguro que a los paseos por el campo se les puede sacar producto en abundancia; y, si se sabe destilar, el licor resulta convincente para el mejor paladar. Depende, por supuesto, de los caminantes, de su fondo mental, de sus aficiones y de los asuntos que se presten para que peguen la hebra.
A veces hay asuntos que apenas se apuntan y que quedan asomados a la ventana, como semiescondidos, porque nadie los quiso llamar e invitarlos a bajar al jardín. Creo que hoy ha sucedido algo de eso. Se comentaba algo que tenía que ver con la situación social (tema recurrente, claro). Algunos pensaban que una conclusión correcta desde cualquier análisis era evitar cualquier elemento absoluto y acercarse con serenidad a la relatividad de las cosas, como medio de entendimiento y de mejora de las mismas.
Pero es que las ideas tienen su expresión lingüística y sus términos apropiados. Alguien apuntó (y no era filólogo) que empezaba a eliminar de su vocabulario muchos términos que apuntaban a la certeza, a la falta de duda, a la ausencia de matices y a la abstracción. Con un asentimiento pareció terminar todo.
No fue así. En el camino de vuelta me venían a la mente palabras que cumplían alguna de las características anteriores: bondad, maldad, piedad, oscuridad… Qué curioso: todas pertenecían a la etimología latina -tas / -tatis, que habían cambiado hasta nuestro sufijo –dad.
¿Tendrá cada edad su vocabulario propio? ¿O será cada nivel mental el que pida su propia terminología? Sigo pensando en ello y en lo importante que sería un buen estudio acerca de este asunto. Al fin y al cabo las palabras no son más que débiles trasuntos de nuestros pensamientos; y estos ya son frágiles y variables de por sí.
En todo caso, me apunto a la relatividad como postura intelectual; postura que no quiere ser equidistancia ni falta de anhelo para aspirar a situaciones mejores, sino sencillamente el reconocimiento de mis propias debilidades y las de mis semejantes. Todo el que saque pecho debería ser castigado al rincón de pensar por unos días, por torpe y egoísta.

Ah, y el campo estaba hermoso, como siempre, con el otoño en puertas y aguardando los aguaceros que se anuncian para mañana mismo. Y las viandas, otro tanto.  

jueves, 8 de septiembre de 2016

LA VIRGEN APARECIDA



Día de fiesta en esta ciudad estrecha en la que paso mis días. Muchas causas me alejan de la participación festiva. Alguna culpa también será mía, claro. El acto que aquí consideran central es una romería en el Castañar. Allí se habrán juntado muchas personas. Es su voluntad: nada que objetar. Solo una cosa: que no hagan general y obligado lo que es devoción particular. He pasado unas cuantas horas leyendo el libro  de E. O. James “Historia de las religiones”, que me ha ilustrado creo que bien acerca de las causas, del desarrollo y de las consecuencias de lo que se celebraba en el monte del Castañar. Bueno, es otra forma -un poco rara- de celebrar las fiestas patronales.
Hace cinco años escribí, en forma popular de romance, una doble versión de la historia de la Virgen del Castañar, una meliflua y otra revisada. Como casi todo el mundo ha practicado hoy la meliflua, yo traigo aquí la versión revisada. Aunque no sea más que para que sirva de contraste.
ROMANCE DE LA VIRGEN DEL CASTAÑAR
 VERSIÓN REVISADA
Cuentan las voces confusas
que la leyenda decía
-no preguntéis por las fuentes:
eso dicen que decía,
y en asuntos de leyendas
las verdades no andan finas-
de otra virgen soberana
en el monte aparecida.

Nadie documenta el caso,
ninguno se atrevería
a demostrar tal prodigio
que en el monte acaecía:
pozo que no tiene agua
 nunca la sed calmaría.

Eran los siglos oscuros,
la Edad Media era crecida,
las luchas de reconquista
obligaban cada día
a saludar mil prodigios
que a la fe acompañarían
y al moro lejos de España
las victorias llevarían.
A justificar las guerras
la Virgen bien serviría
y a calmar todas las voces
del pueblo que empobrecía
con el trabajo penoso
al que atado se veía.

Para interpretarlo todo
se presta la clerecía
que con prebendas y dádivas,
con diezmos y canonjías,
bien regulaba las horas
y organizaba los días.

Dicen las voces confusas,
con intención confundida,
que a unos pastores la Virgen
les habló y así decía:
“I need a church in the mountain.”
Los pastores no entendían
la lengua que desde el árbol
hasta sus oídos iba.
“No tenéis que entender nada
-la Virgen les repetía-
pues que aqueste no es el árbol
de la gran sabiduría
ni vosotros Adán ni Eva
los que aprender pretendían.”

La Virgen, siempre en la rama,
del árbol no descendía
por miedo a que los pastores
reconocerla podrían.

Los pastores miran lelos
para abajo y para arriba
y, lelos, van muy deprisa
adonde un cura vivía,
a contarle los prodigios
que en el monte sucedían.

“Si lo sabré yo, hijos míos,
todo lo que allí se vía
y lo bien que para el auge
de la religión venía.
No contéis nada a las gentes,
yo seré de hoy vuestro guía
y diré lo que ha pasado
a los nobles y a la curia,
y no olvidéis que a la Virgen
le gusta la compañía
de los humildes pastores
que rezan, callan y fían
a la voluntad del cielo
lo que en el castaño vían.”


Ya se extiende por los campos,
por pueblos y pedanías,
desde el este hasta el oeste,
del norte hasta el mediodía,
la voz del nuevo milagro
de la Virgen escondida.

Para darle consistencia
se erige pronto una ermita
al lado de los castaños,
que encinas allí no había.
Ya se bendicen los campos,
ya la bondad infinita
se propaga a todas partes
de la Virgen de la ermita.
“La Virgen ya está en lo alto”
proclama la curia altiva,
lo proclama la nobleza,
que tanto le convenía.

Se organizan procesiones,
se rezan rosarios, misas,
se ofrecen dones al cielo,
también a Santa María;
unos frailes los recogen
con contento y alegría.
Amplían el santuario,
un gran inmueble edifican
con campos y buenos patios,
y con ricas celosías.
Todo el lugar se ennoblece
con cosas de gran valía.

Para realzar los actos
que honran a Santa María,
se organizan los devotos,
nombran nueva cofradía.
Presiden algunos fieles
que en abades se volvían,
los más ricos, que en sus casas
ganaban en demasía.

Cuando la incivil contienda
terminado ya se había,
coronan a aquesta Virgen
con gran boato y alegría.
Allí llegan los obispos
de la ciudad placentina,
allí todos los que entonces
a ser notables aspiran
y el pueblo llano que calla,
reza, obedece y confía
en lo que le dicen otros
sin saber lo que decían.

Procesionan con la Virgen
monte abajo y monte arriba,
celebran fiestas con bailes,
con tambores y corridas,
parece que en aquel monte
todo se junta a porfía.

De Béjar es la patrona
esta virgen con mantilla;
nadie preguntó a la Virgen
si ser patrona quería
ni se consultó a la gente
si amaba su tutoría.

Subida en su bastidor,
con trono, corona y rica
de tesoros en la iglesia,
asoma su cabecita.

Lejos de aquel santuario
el juglar pensaba un día
si era bueno que en el monte
vivieran aparecidas,
y pensó que para sustos
de taberna y sacristía
no necesita leyendas
que a la gente confundían.

¿Quién interpreta las leyes
de tan oscuras visitas?
¿No puede la Virgen pura
venir a la luz del día?
¿Por qué no nos vemos todos
como amigos, como amigas,
y nos damos un abrazo
de amor, de paz y justicia?
No podemos andar siempre
a hurtadillas y a escondidas:
ni Dios juega al escondite
ni su madre lo querría.

Como el juglar no pretende
 bullicios ni algarabías,
hace mutis por el foro,
hinca en tierra su rodilla
y echa de la bota un trago
que acompañe a su tortilla.

Hoy el juglar sí ha contado

lo que el sentido le dicta.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

UNA MALA NOTICIA



Desde ayer por la mañana falta de su domicilio un chico de 15 años, P.G.L. Parece que lo último que hizo fue ir a recoger las notas de septiembre al colegio. Es vecino mío. Algunos grupos lo buscan, hasta hora de manera infructuosa. A mí no se me ocurre de qué manera puedo ayudar salvo ofreciéndome a la policía por si organizan alguna búsqueda. Ya lo he hecho.
Con toda la cautela del mundo, y más, porque se trata de un menor de edad, porque a mí me faltan todos los datos y porque lo que interesa por encima de todo lo demás es su aparición y que desaparezca la angustia de sus padres y seres más próximos, no puedo por menos que apuntar una brevísima consideración.
Es simple conjetura, sobre todo teniendo en cuenta que siempre la causalidad es múltiple y la variantes muchas. Todo apunta a una situación de dificultad académica y a la presión que el niño tiene que haber sufrido. No quiero restarle ninguna responsabilidad personal, pero ¿no deberíamos reflexionar acerca de cómo tenemos organizado todo ese mundo de la educación?: clasificaciones, notas, asignaturas, repeticiones, perfiles, éxitos y fracasos y mil variables más.
Sé que no es el momento, pero el hecho podría servir de pretexto para una reflexión amplia.
Ojalá aparezca pronto, sano y salvo P.G.L. Y ojalá él mismo también se incorporara a esta reflexión.

¡!! En tiempo real me comunican que la búsqueda ha terminado con éxito ¡!!  Estupendo. Pero la reflexión sigue pendiente.

lunes, 5 de septiembre de 2016

AMBICIONES


AMBICIONES

Desterrar la conciencia de pecado
más allá de los muros del olvido
y que emerjan los cuerpos
desnudos y sin mancha hacia la vida.

Que el ser humano vuelva
a ser su propio fin y la excelencia
de toda elevación y aristocracia.

Que derribar al sátrapa de turno
sea echar abajo el muro de las lamentaciones.

Que toda realidad se toque y se modele con las manos.

Que sea el camino el gozo de cualquier caminante
y sea la verdad solo su propio territorio.

Que todas las doctrinas y los ritos
tengan por dios y sacerdote al hombre.

Que todos nos alcemos a una verdad más diáfana

para saciar la hoguera en que arde la voluntad. 

domingo, 4 de septiembre de 2016

HIPERBÓREO A MI MANERA


En un cuaderno manuscrito en 1888, recogía Nietzsche el siguiente poema:
“Más allá del norte, del hielo, del hoy,
más allá de la muerte,
aparte,
¡nuestra vida, nuestra felicidad!
Ni por tierra
ni por agua,
puedes encontrar el camino
hacia nosotros los hiperbóreos:
así lo vaticinó de nosotros una boca sabia”.
Me reconozco cierto grado de hiperboreidad, vivo vecino a ese lugar más allá del viento bóreas, en un sitio en el que, cuando abro la puerta, no encuentro vecinos con los que compartir mis opiniones acerca de la vida.
Pero tengo que reconocer que mi despiste y desconcierto es más modesto que el de Nietzsche pues mi conciencia no es el de la superioridad sino el de la duda. Acaso por debilidad o incluso por cobardía. Y, cuando hago tal confesión, no creo ser menos honesto que el filósofo en su recriminación del prólogo a su Anticristo: “Hay que ser honesto hasta la dureza en cosas del espíritu, incluso para soportar simplemente mi seriedad, mi pasión. Hay que estar entrenado para vivir sobre las montañas (…). Hay que haberse vuelto indiferente, hay que no preguntar jamás si la verdad es útil, si se convierte en una fatalidad para alguien… Una predilección de la fuerza por problemas para los que hoy nadie tiene valor; el valor de lo prohibido; la predestinación al laberinto. Una experiencia hecha de siete soledades. Oídos nuevos para una música nueva. Ojos nuevos para lo más lejano. Una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Y la voluntad de economía de gran estilo: guardar junta la fuerza propia, el entusiasmo propio… El respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad incondicional frente a sí mismo… Solo estos son mis lectores (…) ¿Qué importa el resto? El resto es simplemente la humanidad. Hay que ser superior a la humanidad por fuerza, por altura de alma, por desprecio…”
Esta búsqueda del hombre, del ser humano como tal, del “humano demasiado humano”, la palanca del superhombre y la pared contra toda imposición social y, sobre todo, religiosa, el despojo de toda imposición, la respuesta contra todo achicamiento… conduce a esa soledad del hiperbóreo. No solo a la soledad personal y conceptual, sino tal vez al olvido de todo lo que no esté a la altura y al nivel de ese entusiasmo de superhombre, incluidos los seres menos “dotados”.
Admiro y comparto el entusiasmo de Nietzsche por encontrar un hombre nuevo, un ser que se mide consigo mismo, en sus debilidades y en sus fortalezas, en sus principios y en sus fines. Me dan miedo las teorías (sobre todo las religiosas) que anulan la voluntad del ser humano hasta convertirlo en abúlico y “drogodependiente”; y mucho más si lo hacen desde la práctica del temor y el anuncio del castigo. No hace falta ser más explícito.

Me dan miedo también las “expediciones” individuales que se desentienden de los plurales y de la diversidad, de que, fácticamente, hay brazos que se abren por todas las esquinas pidiendo alguna ayuda. Entiendo, frente a Nietzsche, la existencia y la práctica de la compasión. Seguramente porque yo la necesito a cada hora y tal vez porque soy un cobarde; solitario pero cobarde. Hiperbóreo a mi manera.

viernes, 2 de septiembre de 2016

AYLAN ES SOLO UN SÍMBOLO


Es esta una ventana pensada para la reflexión y para la creación. El recuerdo solo sirve para volver a ronronear acerca de la misma idea y hacerla presente porque piense que sigue siendo importante para mí y para otros. Por eso no me gusta mucho repetir textos sino crearlos.
Hoy, sin embargo, repito la memoria de un día del mes de septiembre del pasado año. Tal día como hoy, el mundo se sobrecogió con la imagen del niño Aylan ahogado en las playas griegas, en su vano intento por llegar hasta la orilla y a lo que ella significaba. Aylan no es más que un símbolo, con todos mis respetos para él, pobrecito mío. Desde entonces han muerto en similares circunstancias varios centenares de niños más. Ellos son el resumen de toda un una historia triste de la que todos somos protagonistas y en la que descargamos las consecuencias en los más necesitados.
El asunto no es tan sencillo como a menudo se pinta. En él se mezclan elementos religiosos, económicos, de poder, territoriales, históricos… Lo malo es que no le hincamos el diente por ninguna parte, si no es en aquello que más nos afecte a nosotros mismos.
Mi reacción al hecho fue la composición de un poema que reflexiona acerca del asunto, con Aylán como hilo conductor. La vergüenza sigue en pie y acaso con más fuerza. Tampoco es nada nuevo: la historia se repite en lo más negro.
Otra vez, desde el recuerdo al niño, a todos los niños, y en rechazo de todos los que hacen y hacemos posible que todo esto sucediera y siga sucediendo.


AYLAN EN LAS ARENAS
“Las manos de mis niños se me escaparon de la mías”. Palabras del padre de Aylan, niño sirio que se ahogó en el mar, entre Turquía y Grecia, junto a su madre y un hermano mayor de cinco años. Todos huían de la guerra en su país.

Supe de tu existencia desde el día
aquel que, desde el mar de la Antillas,
surcaron naves hacia el mar de oriente,
con la muerte en sus vientres
y una insaciable sed del oro negro.
Te adiviné en los turbios pensamientos
llegados de la tundra de Siberia,
envueltos en la faz de la locura.
Estabas incubando cuando Europa
jugaba a repartirse Oriente Medio.
Naciste cuando Alá andaba furioso
jugando a la guerrilla con los niños,
descabezando bienes y razones
en nombre solamente del misterio.
Creciste con el miedo a los caprichos
del sátrapa de turno en tu contorno.
El hambre te empujó, te empujó el viento
contra el último engaño de occidente.
El mar se volvió cómplice y al verte
tan solo, tan pequeño, tan humilde,
se apiadó de tu tierno sufrimiento.

Todo eso lo había visto y no supe mirarlo.

Tú hoy le pusiste cara y me increpaste
por no haberlo gritado a grito limpio,
por no cambiar la parte que me toca
y no gritar la rabia y la impotencia:
por no haberme manchado en mi palabra.

Hoy va mi maldición contra esta historia,
que es historia de todas las historias.
Porque hoy tú eres el resto de un naufragio
que llega desde el cielo y certifica
el despiadado paso de los tiempos.
Que los dioses respondan de sus culpas,
que los seres se miren la conciencia,
que yo sepa llorar lo intolerable
pidiendo tu perdón,
y que la tierra grite
un grito de dolor en las arenas
donde tú te rendiste
acunado en el eco de las olas

del mar Mediterráneo.

jueves, 1 de septiembre de 2016

HOY COMO AYER


Hoy me echaré a la calle a respirar la lluvia, esa primera lluvia de tormenta después de tanto tiempo de secano. Que llenen mis pulmones y mi cabeza esos sabores a tierra mojada tan densos y sabrosos. De esa manera, además, podré lavarme de otros olores más fétidos.
Hace no muchos días (no tengo la fecha exacta a la vista) dejaba aquí mi opinión acerca de lo que debía hacer el PSOE en el supuesto de una investidura de Rajoy, candidato del PP. Me decantaba por la abstención sin nada a cambio, y proponía una lucha sin cuartel en defensa de las ideas de izquierda en cada ley parlamentaria. También dejaba claro que, después de tantos desaguisados de la derecha en los últimos años, entendía que había también razones más que suficientes para negar cualquier apoyo. Mañana se consumará la negativa del PSOE y será fallido el intento de investidura del candidato de la derecha.
A día de hoy sigo teniendo la misma disposición mental, pero no la misma disposición anímica.
He visto en televisión algunos momentos (cortes) de la respuesta del candidato al secretario socialista. Y he visto completa la intervención del portavoz del PP, señor Rafael Hernando. Y es tal la suficiencia que muestran, los rasgos de desaire, las muecas de chulería, los dejes de supremacía, las invectivas sin venir a cuento, las mentiras encadenadas, el tono de grosería…, que entiendo que, aunque solo fuera por rechazo personal, se hace casi imposible arrimar posturas y prestar ni un gramo de confianza. En cuanto se les deja estirar la patita, les sale el tono propio de los que se creen los dueños de la fábrica, los amos de la cuadrilla y los matones del barrio. Qué asco.
Es verdad que a la política conviene ir llorado y curado de espanto. También es verdad que, por encima de formalismos, están los ciudadanos a los que hay que servir y en nombre de los cuales se habla. Pero confieso que a mí estas posturas me superan y me alejan de la consideración de las ideas, que es lo fundamental. ¿Cómo puede estar en el Congreso un individuo como el tal Rafael Hernando? ¿Quién ha contenido los vómitos para votar a ese ser?  Ojo, y han sido miles. Y además, de portavoz. ¿A qué vienen esos dejes de desprecio del señor Rajoy hacia los adversarios, regodeándose en la pausa y en el aplauso de los entregados? Por cierto, lingüísticamente, no son más que coletillas que indican falta de vocabulario y pobreza léxica.
Para que la fiesta continúe, los medios de comunicación analizan el discurso del candidato por su aburrimiento, no por las ideas que propusiera ni por las aproximaciones mentales que hiciera a los demás partidos. Todo es espectáculo y circo. Lo demás no interesa. Vaya panda de travestidos de carnaval. Al fin y al cabo, como el resto de la vida: una representación y un circo, una pasarela constante llena de luces que deslumbran y no dejan reflexionar. A los medios eso les va muy bien: es su espectáculo y son sus cuentas de resultados. Lo peor es que se presentan como analistas cuando parecen floreros o diseñadores de moda. Vaya tropa.
¿Qué pasará después? No se ven luces en el horizonte. Por desgracia, yo no atisbo solución por la otra banda, por más que la desee. La cantidad de agentes y alguna llamada línea roja que no tiene encaje legal lo dificultan demasiado.

Me voy a la calle. Acaso el olor a suelo mojado me aclare un poco la sesera.