lunes, 30 de abril de 2012

ACCIÓN DE GRACIAS


Gracias
 por esa fuerza extraña que arrebata
mis ganas de vivir inexplicables,
que solo yo limito y en mí habita
como anhelo sin causa,  irreductible,
que quiere y quiere y quiere,
sin dar cuenta de nada en sus querencias.
Gracias
 porque en el campo estrecho de mi vista
fuiste tú lo que dio luz a mis ojos
y yo te di la vida en mi mirada;
tú me diste a notar  que lo que escucho
es un templado pálpito exquisito
de una oscura noticia de otra esencia
que reside extramuros
de representaciones inmediatas.
Gracias
por dar exactitud a mi conciencia
y hacerme valedor de los espacios
que dan diversidad a los objetos.
Gracias
por regalar el tiempo a mis razones
donde cifrar la fuerza
que da continuidad a toda empresa.
Gracias
por cederme las fuerzas
y darme la experiencia necesaria
para entender la fe de algunas causas.
Gracias
porque detrás de esa conciencia
me ofreciste noticia verdadera
de la otra realidad más trascendente.
Gracias
por nombrarme sujeto manifiesto,
hacedor necesario,
de todo lo que aspira a conocido
y por subirme al púlpito del templo,
por encima del tiempo y del espacio,
para hallar existencia verdadera
en todo ser que vive.
Gracias
por señalarme responsable
de que el mundo sea mundo y no perezca
hasta que yo no muera.
Gracias
por concederme paz en los momentos
en los que aspiro a ver lo más perenne,
lo más definitivo, y tengo fuerzas
para aquietar mis ansias y anularme
tras un fuego de todas dimensiones,
y allí olvidar por fin los atributos
para quedarme solo en eco, en nada.
Gracias
porque al obrar soy fiel representante
del ser que se retrata en mi conciencia.

Po todo mi feliz conocimiento
del alma verdadera de las cosas
y por darme a sufrir su permanencia
en su mejor versión,
la voluntad y esencia de mi cuerpo,
gracias eternamente, gracias, gracias.

sábado, 28 de abril de 2012

TUMBAR Y TUMBARSE


Abro mi ordenador después de ver un rato la tele -me siguen emocionando algunas películas españolas despreciadas por tanta gente (en lo que me siguen emocionando, no en su esquema simplón y exagerado)- y me encuentro en pantalla este titular: “Nada TUMBA  a Gloria Trevi”. Ni sé quién es -ni me interesa- la tal Gloria Trevi. Miro su foto y no tiene mal aspecto, por decirlo con una frase eufemística.
Otra vez el verbo TUMBAR a escena. En las últimas semanas, lo escucho casi a diario y aseguro, y apuesto cualquier cosa en ello, que se extenderá como las plagas de Egipto en muy poco tiempo. El vehículo es el de los medios de comunicación, como casi siempre; en este caso, desde el apartado deportivo: “El equipo A ha tumbado al equipo B…”. Un filólogo fino bien puede hacer un trabajo fin de carrera con ese término pues le puede seguir la pista en directo.
Hasta ahora, que yo sepa, el término TUMBAR solo se utilizaba en contextos físicos para, como aparece en la primera acepción del DRAE, “Hacer caer o derribar a alguien o algo”. De este modo, se tumba a un boxeador en un combate o un árbol en el Regajo. Y, si nos ponemos exquisitos, cualquiera actualizará connotaciones sexuales en frases con este verbo, ¿o no? En su forma pronominal no admite de momento más que la posibilidad de ejercer sobre uno mismo ese cambio de postura física desde la vertical a la horizontal. En fin, no necesito ser más explícito.
Solo en su sexta acepción aparece, como con la boca chica y escondido, este significado: “coloq. Eliminar a alguien en una prueba”.
Pues nada, a su servicio y lo que usted diga, señor periodista. Pero es que de ninguna manera me salen las cuentas. Ni siquiera  es precisa en la insistencia de dar categoría  general a cualquier coloquialismo, que ya es decir, pues, cuando un equipo “tumba” a otro, o sea, le gana un partido, no lo elimina de la prueba. La mejor señal es que los dos siguen jugando en la competición.
Cuando me adentro en las acepciones de toda la vida, o sea, las físicas y sexuales, entonces la imaginación me pierde, o se pierde, y, si aplico los criterios de razón, esos que deberían regir nuestra convivencia, entonces puedo soltar una serie interminable de improperios con destino bien definido en la cara de muchos periodistas.
Así que “Nada tumba a Gloria Trevi”. Pues ella y el otro o la otra que se lo pierden, porque un buen revolcón en tiempo y forma es de lo más saludable y de lo que más calma el ansia vital del ser humano, de cualquiera, incluso del obispo de Alcalá. Aunque, ahora que lo pienso, es mejor sin tiempo ni formas.
El asunto, naturalmente, tiene como fondo esa ligereza que poseen algunas mentes para darle a la lengua y sentar cátedra desde la ignorancia más absoluta y desde la falta de pudor más evidente. Hasta ahora, para el mundo deportivo, los periodistas se hacían dueños de la terminología guerrera y utilizaban el término VENCER para estos casos. Se pueden aducir ejemplos a centenares de esa apropiación. Con esta terminología guerrera se movían a sus anchas y mantenían la tensión de una lucha continua entre los equipos y entre los aficionados. Este nivel de tensión guerrera ha demostrado que vende muchísimo. Que se lo pregunten, si no, al As o al Marca. Ahora parece que se animan a hacerse dueños de las palabras del mundo sexual, y de VENCER estamos pasando a TUMBAR.
En fin, será el signo de los tiempos. Coño, que sea, pero que no marquen el ritmo los más tontos de la clase. Y cuidado con las orgías en campos muy grandes porque puede ser más llamativo que lo de Sodoma y Gomorra.

viernes, 27 de abril de 2012

ENTIÉNDEME...


Pero, si el dolor y el llanto son inevitables y fuente de la vida, tampoco es menos necesaria la RISA y su expresión física y anímica.
De entre tantos programas como se emiten por las televisiones, los que me atraen con menor esfuerzo son aquellos en los que la risa se intenta provocar. Reírse supone emocionalmente distenderse y racionalmente situarte por un rato en unos parámetros inesperados.
Cualquier tipo de risa tiene su origen en una disparidad entre conceptos o entre realidades. En nuestro discurrir diario, asociamos normalmente un signo con un significado. Cuando esa asociación entre un concepto y el objeto al que aspira a representar se sale de lo esperado, provoca en nosotros una atracción especial, un descolocamiento y, con frecuencia, según el grado de esa disparidad, una sonrisa o una carcajada.
A poco que nos demos cuenta, el proceso es el mismo que se produce en la creación poética en la que el creador consigue asociaciones de palabras, de imágenes y de conceptos inesperados y raros. Por eso nos llama la atención y nos conmueve. En general, esta asociación rara y especial entre elementos se produce en cualquier rama del arte. Semejante disparidad está en el origen de la creación artística, sea esta del tipo que sea.
¿Significa esto que la risa es un arte? No tiene por qué, pero bastantes elementos comparte con él. Algún elemento más hay que añadir para llegar al arte: aquellos que tienen que ver con la distribución y la frecuencia y la intención de esos elementos dispares que se relacionan.
¿Por qué decimos de una persona que es capaz de provocar la risa en nosotros con facilidad algo así como “qué arte tiene”? Pues por lo que venimos diciendo, por la facilidad en llevar a la palabra, al gesto o a cualquier otra forma de expresión esa disparidad y extravagancia. Nuestra expresión física en la risa se produce por lo inesperado de esa asociación entre conceptos o entre objetos. El ser contrario es el aparentemente más serio y circunspecto, el que supedita todo a la racionalidad y al intelecto.
La risa se manifiesta a partir de las palabras o a partir de los actos. La literatura, por ejemplo, solo lo hace a partir de la palabra. Si uno revisa un concepto tan básico en la creación literaria como el de metáfora, entenderá inmediatamente lo que se ha dicho en las líneas anteriores. Si echamos a andar nuestra imaginación para recordar cualquier situación pasada que nos haya provocado risa, reconocerá este sencillo proceso con facilidad.
Después vienen las múltiples variantes, tanto en la sonrisa como en la creación. Por ejemplo, la risa se puede provocar con la asociación mostrenca e hiperrealista de los conceptos o de las situaciones. Entonces estaremos en el campo del humor absurdo o del teatro del mismo nombre. Es solo una de las casi infinitas variantes. O estaremos asistiendo, según los casos a la preponderancia de ideas ingeniosas o de acciones extravagantes. O incluso al triste espectáculo de la pedantería, que ya seguramente no nos provoque tanta risa, aunque este concepto merecería muchos matices para no dar todo el campo a la ignorancia y a la falsa llaneza.
Como todo esto de la risa pertenece más al terreno de la razón -aunque sea para romper los  parámetros normales de la realidad o para sobreabundarlos-, entiéndase que no guarda demasiado en común con la emoción y con la intuición; si acaso, con el ingenio, que, claramente es otra cosa. Los chistes y las situaciones de risa nos desfondan incluso físicamente; otras situaciones que nos producen emoción nos empujan más al silencio y al interior.
Como de todo tiene que vivir el ser humano, venga la risa cuando quiera para pasmarnos con sus excentricidades o con sus mostrencas realidades del absurdo. Su nivel nunca podrá ser el de la emoción ni, si se me permite, el de la tristeza o el llanto, pero también nos ocupa como seres humanos que necesitan relajarse y que, por vía de desmitificación, también pueden volver a la senda de la intuición y de la esencia contemplativa de las cosas. Aunque solo sean unos cuantos chistes de Lepe.

jueves, 26 de abril de 2012

TEN PIEDAD DE MÍ


Nunca he visto llorar a un gato. Si he de ser sincero, a ningún animal salvo al ser humano. No tengo capacidad para indagar en las cualidades internas de los animales ni en las secuencias químicas  que sus cuerpos producen, pero tengo para mí que este fenómeno del llanto es uno de los que nos diferencian del resto de los ejemplares de la especie. Por cierto, y solo a título de curiosidad -o no-, me reconozco como un llorón, un lágrima fácil y un ser emocionable a nada que alguna contemplación se me ponga a tiro.
Parece que el llanto no es más que la expresión física de un dolor, sea este externo o interno. No sé cómo se podría defender razonablemente lo contrario. Pero esa expresión solo se produce después de sentir el dolor, no se trata de una reacción inmediata sino que es la consecuencia de pasar por la criba el sentimiento de dolor. Algo siento en mi cuerpo antes de ponerme a llorar, y algo siento antes de emocionarme con algún fenómeno externo a mí.
Me parece que si habláramos un poco en serio de esta expresión, exclusivamente humana, lo deberíamos hacer con un poco de seriedad pues, en el fondo, nuestra vida no es más que la continua superación de fenómenos dolorosos. El dolor termina siendo así fuente  inexcusable de vida.
Seguramente tanto el llanto sobre un dolor personal como el que se produce por un dolor ajeno se desarrollen de la misma manera. En estas breves líneas me interesa el que procede del exterior, el que me provoca conmoción y llanto desde un suceso que no tiene como representante a mi cuerpo, pero creo que las consideraciones se podrían aplicar a cualquier tipo.
¿Cuál es la situación anímica del que llora? Tal vez se parezca a esta. Ante el sentimiento de dolor, nos reconocemos en la debilidad, y, en esa debilidad, sentimos piedad de nosotros mismos, nos compadecemos y hacemos representación de esa compasión en el fenómeno del lloro. Hay, creo, siempre un reconocimiento de debilidad y un fuerte sentimiento de piedad por nosotros mismos. De hecho, el lloro es siempre un desahogo físico y, sobre todo, emocional.
Cuando alcanzamos la posibilidad de situarnos en el lugar del otro, cuando entendemos que su estado de debilidad podría ser la nuestra, cuando reconocemos que el dolor es sentimiento universal, aunque tenga concreción individual, entonces volvemos a realizar el mismo proceso, ahora desde una sublimación de ese sentimiento. Cualquier ejemplo nos podría dar claridad. Pensar en la situación de debilidad de un niño, imaginar una desgracia o la muerte de un ser querido o reconocer la situación de un grupo social claramente excluido por el hambre y la miseria rescatan imágenes suficientes y luminosas como para entender este proceso.
En el fondo, es como si quisiéramos compartir ese dolor propio con los otros y el de los otros con nosotros mismos. Hemos realizado un acto de los más sublimes que podamos imaginar: ponernos en el lugar de los demás.
No siempre el dolor tiene representación negativa. La esencia de un atardecer en una naturaleza determinada puede producir un dolor positivo y un lloro emocional. Creo que el proceso es el mismo y que es tan sublime un lloro como el otro.
Tal vez visto así el lloro no debería ser ni contenido ni desaprobado, sino reconocido como una manifestación reservada a los humanos y consecuencia de un proceso noble.
No sé si nuestra cultura ha favorecido mucho su expresión con aquello de que “los hombres no lloran” y frases de este tipo. Cada uno sabrá.
Por elegir un llanto, me quedo con el de un niño indefenso y con el que puede desencadenar en mí su situación.
Quizá la expresión eclesial “Ten piedad de mí” no estaría mal interpretada si la entendiéramos como “ponte en mi lugar”, “llora conmigo”, “comparte conmigo el dolor”.
Tal vez porque las personas lloran una a una, pero el dolor tiene esencia universal y debería afectarnos siempre un poco a todos. Tal vez.

miércoles, 25 de abril de 2012

VIVO MIENTRAS ASPIRO A LO QUE ASPIRO

VIVO MIENTRAS ASPIRO A LO QUE ASPIRO
Cada instante que vivo soy un grito
del tiempo que se funde en un anhelo
y nunca sobrevivo en el intento
de gozar y sentirme complacido.

Toda mi voluntad se expresa cuando digo
con ansias y codicia  lo que quiero,
y todo se deshace cuando veo
que he logrado alcanzar lo preferido.

Vivo mientras aspiro a lo que aspiro
y muero en cuanto llego hasta la meta.
¡Qué angustia me domina y qué vacío!

Es entonces dolor lo que me inquieta,
dolor que salva y lleva hacia el camino
de esta inútil y estúpida carrera.

domingo, 22 de abril de 2012

INSIGNIFICANCIAS


Volvía ayer noche del teatro hacia mi casa. No había pasado mal rato viendo en escena una obra que tenía de base la interpretación de un grupo de canciones y la protesta descarnada de la situación en la que se hallan todos los que están privados de libertad. La desmitificación me gana inmediatamente, y allí la había. Como, además, uno de los actores tenía una bis cómica marcada, mi risa fluyó fácil y continua. Un buen rato.
A la vuelta -eran casi las diez-, me encontré con una persona que caminaba solitaria por una calle estrecha. Me confesó que paseaba porque no tenía temple para ver el partido de fútbol que se estaba retransmitiendo por televisión, otro de esos partidos del siglo que enfrentan tantas cosas, no solo desgraciadamente deportivas, entre los equipos del Real Madrid y el Barcelona. Le pregunté por el resultado y me confesó que le parecía haber oído que el equipo blanco había marcado un segundo gol. Ya se ve que el hombre prefería la soledad, pero que no se dejaba pasar por alto la información. Entré en mi casa y puse la radio. A los cinco minutos, terminaba el partido.
Sigo pensando que, en estos enfrenamientos, por desgracia, se ponen en juego muchas cosas, demasiadas; el deporte aquí es soporte de un árbol con muchas ramas largas y engorrosas que tienen frutos y espinas sociales, políticas y de muchos tipos. Por eso, seguí algunas informaciones posteriores en televisión y en radio.
Hay resultados que propician ciertas catarsis colectivas y este me pareció que era uno de ellos. Tal vez porque el equipo ganador no se veía en tal situación desde hacía años o acaso porque sencillamente los medios de comunicación -otra vez los medios- la habían propiciado con imágenes, declaraciones, comentarios… Este negocio les afecta tanto a ellos como a los jugadores y a los clubs, y no vivirían en los mercados sin caldear los ambientes.
Escuché y vi algunas declaraciones de periodistas propias del forofo más trastornado, llenas de insultos y de sumisiones a los campeones; oí razonamientos absolutamente infantiles a otros periodistas tratando de explicar las causas de la derrota de su equipo perdedor; y vi enfrentamientos verbales en televisión que más bien parecían propios de taberna en horas de madrugada.
Por lo que pude observar, y a pesar de que no soy yo precisamente el que pienso que el aficionado, por el hecho de ser tal, tiene derecho a todo, creo que el comportamiento de los mismos ha sido relativamente comedido.
Y, sin ninguna duda, los que se han salvado de la quema son los jugadores, cuyas manifestaciones, salvo excepciones que yo no conozco ni vi, fueron prudentes y amistosas.
Las reacciones se repiten una y otra vez cuando se juega este partido. ¿Por qué? ¿Por qué hay que mantener este montaje cuando es fácil entender que no es mala la expresión contenida de las emociones pero que todo se estropea cundo no se controlan y se usan para vejar y hasta para humillar al contrincante? ¿Por qué vivir siempre a la contra y no en sentido positivo y con ánimos de mejorar? Volveré a repetir una pregunta infantil que me hago nuevamente: ¿acaso para ganar no necesitamos que haya alguien que pierda?, ¿es que no se pueden volver las lanzas cañas en cualquier momento? Ahí mismito se presenta una nueva posible ocasión en el mes de mayo. ¿Qué pasará si el resultado final es diferente? Desgraciadamente, que volveremos a reproducir los mismos excesos pero con protagonistas representando papeles distintos.
Los medios tienen casi todo que decir en estos ambientes, sobre todo si entendieran o entendiesen que el fin de sus negocios no justifica cualquier camino para conseguirlo.
Hoy luce un sol espléndido. Parece como si la naturaleza también necesitara que los resultados cambiaran. Por estas latitudes parece que se ha producido como una catarsis colectiva, a pesar de los muchos seguidores del club catalán y de su desencanto. A mí mismo también, sin alharacas, me ha parecido bien que ganara el equipo madrileño.
Pero sin apabullar, oiga, que esto no es más que un juego. Y la vida es mucho más que esta insignificancia.

sábado, 21 de abril de 2012

PIQUITOS

PIQUITOS, QUE DA LUZ Y DA CONOCIMIENTO
Para Manolo Casadiego, amigo, fotógrafo y conversador sesudo,
que comparte conmigo muchos caminos y abstracciones.
Era la luz aún joven. La mañana
brillaba entre las nubes a retazos.
El fresco de la brisa era caricia
y era la lentitud un fiel tributo
del ascenso pausado en la ladera.
Colores dibujaban los espacios
sin fin de las llanuras,
que se tornaban niñas y pequeñas
 en el sentir azul de la distancia.

Qué olores desprendían los cantuesos,
ahora solo en olor transfigurados.
La voluntad del cuerpo se afanaba
por subir y vivir, por ser partícipe
del ansia en conocer lo que en la altura
ofrece la feliz naturaleza.

Es más densa en la cima
la esencia de las cosas.
La vista no ve objetos, ve sus ansias
de dar a conocer sus fundamentos.
Aquí la densidad se olvida de las rocas,
busca ser densidad y pesar sola.
La llanura deshace sus medidas
y se alarga hasta ver el horizonte
perdido entre el olvido del espacio.
Hay poblados que forman en los valles
estampas reposadas de la historia;
pero no tienen nombre, son solo ecos
de conceptos que viven en el viento.
La nieve es solo el blanco
que lucha contra el cielo en la distancia;
el agua es salto o cauce,
pureza, rapidez,  quieto remanso,
y el mundo natural es complacencia,
mirada fraternal,
vestimenta de luz y de hermosura,
compacta sensación, diáfano espejo
del deseo del placer más sosegado.

Aquí yo soy el bien y soy la lucha
del ansia por vivir, de los esfuerzos
que da mi voluntad por ser, sin pausa,
sujeto del mejor conocimiento.
Y soy la luz, el viento, la montaña,
la medida del tiempo, la consigna
que marca el lugar justo a cada cosa,
la causa y consecuencia, el silogismo
que integra y da sentido
a todo lo que siento y reconozco
en una unión más pura y verdadera.

Valdesangil, que duerme en la llanura,
ha perdido su nombre y en Piquitos
solo se habla de altura y horizonte,
de unión y de contento por el gozo
del fiel conocimiento de las cosas.

Hay una enorme piedra aquí, en lo alto,
de densa solidez, de eterna esencia,
en la que el tiempo todo se ha cuajado
en rostro de Unamuno hecho silencio,
pensamiento y tragedia, desafío
trágico, que pelea en busca eterna
del alma y la sustancia de los seres.

A su lado soñé por un momento
con Dios y con su sueño.
Rogué y pedí con fuerzas
que no despierte nunca de ese ensueño
ni yo despierte nunca de los míos
para poder soñar nuestras esencias
en los mejores aires de las sierras.



Fotos: Manolo Casadiego

viernes, 20 de abril de 2012

CONGRESO PARA UN LIRIO


Se analiza del lirio la simiente
en un alto congreso de botánica.
De nombre Lilium cándicum,
familia de liliáceas. Sus rizomas
desarrollan bulbillos y estolones.
Caducas casi todas sus variables,
maduran sus semillas en buen tiempo,
según las latitudes.

En otra sección nueva,
se intercambian razones y motivos
para explicar las bajas y las alzas
en el proceso lento que exigen los mercados
a su transporte rápido y seguro.

Se presenta también una ponencia,
muy bien tipografiada y al amparo
de los últimos recursos tecnológicos,
que indaga en el empleo de los lirios
con fines terapéuticos,
y en usos literarios o sociales
de esta flor a lo largo de la historia.

Lo más in y atractivo en el congreso
es un último estudio que demuestra
que su polen encierra la semilla,
resumen concentrado de milenios.

A la hora del descanso,
los altos dignatarios del congreso
abandonan la sala muy solemnes.

En lo alto de la mesa, solitario,
hay un lirio que llora tiernamente,
su densidad abruma y sus colores
llaman en un arrullo a la belleza.
Llora el lirio  en silencio,
por no sentirse al fin reconocido
y busca en su perfume al ser humano
para ofrecerle el rito
de arrebatarle el pálpito y dormirle
la voluntad de ser.

Será el momento exacto
para el conocimiento verdadero,
la prescripción del tiempo y del espacio,
el olvido de toda circunstancia,
la eternidad del lirio en un instante.

jueves, 19 de abril de 2012

LAS ARTES Y LAS CIENCIAS

 
En el aluvión de cambios, reformas, recortes y apandamientos aprobados por el Gobierno, se nos ha soltado el señor ministro de educación y cultura (y supongo que deportes) con la gracieta, entre otro sinfín de ellas, de que los centros de enseñanza media ofrezcan simplemente los bachilleratos de ciencias y letras. Parece que volvemos a la simplificación de hace varios decenios.
Me sirve de pie este dato para volver a dar a la ventana unas líneas acerca de aquel viejo concepto de las letras y las ciencias. Parece insignificante pero no es moco de pavo.
Para bien o para mal, esa división, llevada a la exageración, dividía aprendices en más o menos constantes, en más o menos capacitados para la abstracción (eso se decía curiosamente) o en más o menos listos o torpes. Que cada cual se sitúe en la parcela que le venga más cómoda. Después, la sociedad, esta sociedad, colocaba a cada cual en su estima económica o social propia de sus valores más relevantes.
Si extendemos el concepto de “letras” y lo aplicamos a todas las “artes”, quizás la visión se nos ilumine un poco. La llamadas “ciencias” actúan y obedecen al principio de razón y analizan, hasta donde pueden, la pluralidad de objetos producidos en un espacio, en un tiempo y en unas relaciones causa-consecuencia. Es lo que hacen la física, las matemáticas, y las ciencias de la naturaleza. Todas en sus diversas variables. En realidad lo que hacen es intentar dar cuenta de todas las posibilidades que somos capaces de percibir a través de la experiencia. Por eso se llaman ciencias experimentales. La última abstracción, curiosamente, se les escapa. Solo se pueden mover en el plano de las representaciones, de las sombras, de las figuraciones, de las cualidades. La esencia de los objetos, eso que significa el común de las especies, lo que se sitúa más allá de la experiencia individualizada, aquello que no depende de la voluntad de nuestro saber sino que se sitúa lejos de ella y solo se complace en el campo del deleite y por encima del espacio, del tiempo y de la causalidad… Eso es ambrosía guardada solo para los otros.
Los otros son los que sabrosamente se dedican a las artes. Quiero decir a la creación, no a la descripción. Son los artistas. Solo ellos son los que aspiran a salirse de esas ataduras del espacio, del tiempo y de las causas, los que anulan sus voluntades y se evaden de las representaciones, los que aspiran a elevar la categoría temporal de un minuto a valor universal, los que se identifican con la esencia de los objetos y no con sus cualidades, los que anulan la voluntad con tal de llegar al goce, los que, tocados por una varita mágica que tanto tiene que ver con el valor de la intuición, alcanzan la suspensión de juicio racional y gozan o sufren lejos de las leyes humanas, los dioses menores.
¿Qué da esencia a una composición musical, por ejemplo? La abstracción de los sonidos. Es verdad que las circunstancias del tiempo y del espacio pueden ayudar a llegar a la esencia, pero estas variables no son más que eso, circunstancias, y las circunstancias, como las representaciones, no son duraderas sino circunstanciales y caducas. Solo la esencia lo es, y esa esencia está en el valor de los sonidos. Lo mismo sucede en la demás artes, y por eso las principales obras de arte son las que superan el paso del tiempo, son aquellas de las que no importa el lugar en el que se han concebido y menos las razones que puedan explicar su aparición para nosotros.
En este aspecto, con perdón, “los de ciencias” bien pueden reconocer que andan un peldaño por debajo de “los de letras”. Que no se apuren mucho porque la sociedad les reconoce muchas otras cosas mientras que a muchos artistas los ignora de manera absoluta. Por supuesto, muchas veces con razón, pues hay mucho gato representando liebre en la pasarela.

miércoles, 18 de abril de 2012

SUPONGAMOS...

Como la res publica anda en tan elevado nivel y los más conspicuos representantes se mueven en el ejemplo más prístino y honrado (cacerías humildes, recortes, tomaduras de pelo y hasta insultos al sentido común), me evado y me sumerjo en la lectura de algo menos pesado, de algo más llevadero, de algo mucho más festivo.
Leo lentamente -ya llevo unos días en ello- la obra de Schopenhauer “El mundo como voluntad y representación”. Esta vez no tengo ninguna prisa porque necesito la lentitud para esponjarme de tanto contenido y de tanta claridad.
Recogiendo algunas de las ideas centrales del libro, debería ir con ellas y llevárselas al Presidente del Gobierno o al Jefe del Estado. Incluso a los mandamases de los medios de comunicación. Al fin y al cabo, ellos son los pilotos que guían la nave de la comunidad, ellos son los que forman opinión y a ellos es a quienes se les dedican todas las atenciones. Supongo que, tanto a mí como al autor del libro, nos tirarían con las páginas a la cabeza y nos encerrarían.
Supongamos que, empezando por el rey, le sometemos a consideración la idea de que “el mundo que le rodea (al ser y, por tanto, también al rey) no existe más que como representación, es decir, única y enteramente en relación a otro ser, el ser que percibe, que es él mismo”. Supongo que nos miraría con compasión y nos invitaría a una copita después de darnos noticia de lo bien que se lo pasa uno en cacería por África, pues lo de disparar tiros es solo una parte de todo lo que en estas excursiones se cuece y se derrama.
Imaginemos que nosotros le añadiéramos que esta es “expresión más general que las de tiempo, espacio y causalidad”, y que todo se desarrolla y se desenvuelve en ellas. Tal vez se reiría y nos contestaría con sorna recordándonos lo que él entiende de tiempo y de espacio, pues los dispone como le parece. Tal vez lo de la causalidad lo tuviera un poco más complicado.
Hagámonos a la idea de que le presentáramos la hipótesis de que las representaciones no son la esencia de las cosas, y que, si queremos llegar a esa esencia, tenemos que acercarnos mentalmente al mundo de la voluntad como única forma de dar sentido a los objetos. Acaso se volvería al hospital o pediría que nos encerraran a nosotros para ser curados de locura.
En la presidencia del Gobierno ni siquiera nos recibirían. En los medios de comunicación darían noticia en páginas interiores de unos seres extraños, atrasados, extinguidos y absurdos. Y en otros niveles produciríamos una estampida y un caos en la huida por miedo.
Quiero decir sencillamente que hay gente que no ordena sus horas para depender de un resultado deportivo, o de la exposición sensual a los demás, o de la memez como señal de identidad, o del insulto como medio de vida, o del dinero como único dios.
Lo digo, por supuesto, por el autor, pues yo aquí soy un simple e interesado lector. Y por tantos que dedican sus horas a asuntos verdaderos y de trascendencia. Al menos que se sepa que existen. Aunque no aparezcan en ninguna escala ni en ningún mapa.

martes, 17 de abril de 2012

BEJARAUIS SACANDO PECHO

Esta mañana me llamó algún funcionario del Ayuntamiento para pedirme una breve biografía. Parece que van a poner un punto de exposición o de lectura para el día del libro y quieren exponer obras de autores de Béjar. Le dije que tomara de la solapa de algún libro y con eso era suficiente, aunque no estuviera muy actualizada. Con dar una breve noticia creo que es bastante: lo importante son las páginas, no la presentación. Le agradecí la llamada y le sugerí que había que tener en la biblioteca pública municipal todas las publicaciones que se dan a la luz en esta estrecha ciudad, para que el interesado tenga noticias fácilmente de su existencia y para animar a los posibles creadores.
Enseguida me di a la lectura de unas memorias autobiográficas de un personaje bejarano fallecido hace algunos años que cedió las mismas a una institución a la que hacía heredero de todos los derechos que devengaran cuantas ediciones se hicieran de las mismas. No puedo dar más datos ni reproducir literalmente el tono encomiástico que de sí mismo utiliza en su donación. Mayor que si se tratara de algún premio nobel. No puedo ser más explícito.
Conocí al personaje y no tenía ninguna buena impresión de él. Enseguida se confirmaron mis sospechas. Qué barbaridad. Ni forma, ni fondo, ni nada de nada. Se trata de una persona que encuadro en un grupo -creo que desgraciadamente bastante numeroso por estos pagos en años pasados- que en sus vitrinas conservan como trofeos las más tontas retrancas de juventud y las más insípidas conculcaciones de las leyes, sobre todo de aquellas que apuntan a los asuntos sexuales, más soñados que vividos. Añaden, además, un exhibicionismo tan imbécil como falto de crédito. Cualquier desliz fue una orgía perpetua; cualquier saludo a un famosete fue una amistad duradera; cualquier broma de mal gusto fue un acontecimiento social. Por si fuera poco, no conocen prácticamente nada ni de formas de escritura, ni de coherencia ni de cohesión, ni de nada.
Bueno, pues a hacer ofrecimientos y a perdonar la vida con sus escasas páginas, como si de una obra inmortal se tratara.
Un caso solo muy poco importa. Desgraciadamente conozco más. Y lo que es peor, sospecho que a otro grupo mayor de personas este cúmulo de despropósitos le hace gracia. Menos mal que a nadie se le ha ocurrido intentar siquiera la publicación. Qué escala de valores se adivina en las páginas y en los protagonistas. Esto sí que empobrece a una comunidad. Qué pena.
Espero que lo que vaya a exponer el Ayuntamiento sea mejor que lo que yo he leído esta tarde.

lunes, 16 de abril de 2012

CERRADO POR REVOLUCIÓN


He asistido esta tarde-noche a la representación de la obra “Dinero”, puesta en escena por el grupo salmantino “La Lengua Teatro” y basada en ideas de textos de Aristófanes, actualizados convenientemente. Es un ataque directo contra el poder y la función del dinero y sus estragos en los ciudadanos. Para la actual situación, nada podía venirle con mejor ropaje. Me ha gustado bastante aunque me parece que las referencias son demasiado directas y descarnadas para el formato del teatro. Pero la actualidad lo requiere y no le voy a poner pegas por ello.
En su sencillísimo espacio escénico, aparecía, en un momento determinado, esta inscripción en una gran tela: “CERRADO POR REVOLUCIÓN”. No sé si solo sería una hermosa metáfora o cualquier día terminará por convertirse en cruda realidad.
Que vamos camino del cierre cada día parece menos exageración. El Gobierno bien se ha encargado de proclamarlo a los cuatro vientos. Ellos sabrán si sembrar la desconfianza y el desánimo -el extremo opuesto de “España va bien” o de “No hay crisis”- les trae mejores dividendos y les abona mejor el terreno para sembrar en él todo tipo de recortes y de desregulaciones. La trampa es demasiado descarada. Sobre todo cuando casi nadie se atreve a plantear la posibilidad de que los sistemas sociales también se pueden pensar y hasta modificar o cambiar.
Que vayamos camino de la revolución no parece tan claro porque matar un elefante -el ejemplo hoy tiene guasa- asusta por su enormidad y porque no es fácil situar a otro animal en su lugar como alternativa. De hecho son los principales perjudicados por esta forma de vida los menos dispuestos a ir a la caza del paquidermo, a poner pie en pared o a dejarse oír. A tal grado de sumisión y hasta de atontamiento hemos llegado.
Pienso en ejemplos de cierre físico (tiendas, comercios, pequeños negocios…) y no veo más que vacío y malestar, pero no veo tampoco ningún signo de protesta sino de resignación. Y, por supuesto, también pienso en los cierres de tipo mental e ideológico. Estos pueden ser menos visibles pero causan males más duraderos y sangrantes.
Uno no tiene ninguna vocación de revolución física, por supuesto: “Me he declarado en huelga de enemigos”. Pero me gustaría una revolución de tipo intelectual y moral, mucho más honda y efectiva que la física. No sé si las condiciones ni los ánimos dan para ello. Cada cual sabrá qué formato puede utilizar y la intensidad que le quiere dar.
Pero pienso que habría que cerrar muchas puertas por revolución. Naturalmente, para abrir otras más amplias.

sábado, 14 de abril de 2012

CATORCE DE ABRIL


Si la paz se fabricara
con plumas y con palabras,
con causas y consecuencias,
no con odios ni con armas…
qué bien que hubierais vencido
en el campo de batalla.

Si el poder del ser humano
en sí mismo se cifrara
y fuera el valor más alto
el de la conciencia humana,
si aquel decidido impulso
con el mal no se encontrara…
qué bien hubierais vencido
en el campo de batalla.

Si el espíritu encendido
de aquellos seres obraba
el mejor milagro humano
que la enseñanza esperaba,
¿por qué poderes ocultos
desangraron su alborada?,
si las malvadas pasiones
que agazapadas andaban
no se hubieran desbordado
en crecida desbocada,
si todo aquel fuego hermoso
que en hogueras crepitaba
se hubiera tornado en brasas
de amor y de confianza,
si las fuerzas de Caín
contra Abel no se tornaran,
si los mejores instintos
que las manos amasaban
se hubieran echado en besos
y no en peleas malvadas,
si la res publica a todos
por igual interesara,
si el ser humano a otro hermano
como hermano lo mirara…
qué bien hubierais vencido
en el campo de batalla.

Nunca el tiempo dijo nunca
por estas tierras de España
y otros catorces de abril
por sus valles y montañas,
por sus ciudades y pueblos,
como enseña de esperanza,
como luz de primavera,
en sus entrañas aguarda.

viernes, 13 de abril de 2012

Y. PORQUE ESPERO, CANTO

Y, PORQUE ESPERO, CANTO
El Fondo Monetario,
ese que distribuye las crisis planetarias,
nos conmina a morir a plazo fijo
pues ha echado las cuentas y descubre
-cráneo privilegiado- que no es bueno
que se alargue la vida: vivir mucho
distorsiona la paz de los mercados.
Por eso es conveniente y necesario
que detraigamos pronto de las nóminas
-o incluso del ahorro en la entidad bancaria-
lo que sea obligatorio
para un plan decoroso de pensiones.
Por lo demás, se harán nuevas reformas
en gastos sanitarios
y habrá que pagar pronto las recetas
que nos prescriba el médico.
¿Pero a quién se le ocurre hacerle frente
a lo que dicta la naturaleza?
“Hay que evitar el riesgo
de que la gente viva más de lo esperado.”
Se suprimen inútiles ayudas
a innecesarias leyes de la Dependencia,
se eliminan rebajas en viajes
y se invita a pensar en que la vida
es estar a la espera
de una eterna y feliz resurrección.
Al fin y al cabo vamos todos juntos
al encuentro seráfico del Padre.

Así que sed felices, batid palmas
y haced números pronto
los ricos y los pobres de este mundo.
Que a nadie se le ocurra
echarse nuevas cuentas
y sentirse más dueño de la tierra,
hermano de los hombres que trabajan,
que aman y que sufren
desde el mismo momento luminoso
en que se dan al tiempo y al espacio.
Que ninguno proclame en voz más alta
que la tierra nos da sus alimentos
igual que hace unos años nos los daba,
que el sol nos da calor y el cielo el agua.
Así, sin más niveles de exigencia
que los de ser sencillamente hombres.
En fin, que hay suficiente si las cuentas
no tienen por contable
a la siniestra faz de los mercados.
Y que hay seres que viven y que esperan
y, “porque esperan, cantan”
en versos que se abrazan
con los cuerpos de todos
los que sufren y aman.


Es grito que proclamo hoy, aquí, en Béjar,
siendo trece de abril, a diecisiete
horas y diez  de dos mil doce.

miércoles, 11 de abril de 2012

OTRO HIMNO A LA ALEGRÍA


Cuando mi cuerpo mire y solo advierta
la ceguera más sólida y más densa,
cuando sobre mis huesos
crezcan los jaramagos y enraícen las encinas
o se inventen sus nidos las oscuras
lombrices de la tierra,
cuando el cielo no pueda conocerme
ni en sus días más diáfanos,
cuando los pasos lentos
de cualquier caminante se sucedan
en la desidia eterna de las tardes,
cuando ni el viento atienda
a mis deseos de roce con sus brisas,
cuando nadie se acuerde
de dejar por descuido un simple eco
de lo que en otro tiempo fue vivido,
cuando no haya ni luz ni calendarios,
ni delimitaciones que acoten propiedades,
cuando en un simple mapa
no exista ni la cota de un olvido,
cuando nadie se afane
en busca impersonal de complementos,
cuando no se conozcan las preguntas
simplemente por no tener sentido…

-todo sucederá con la desidia de la monotonía-

aún seguiré viviendo
pues he visto la luz de la alegría,
he gozado el placer de sus caricias,
el descanso en el vientre de su amor.
Y no podré morir, pues no habré muerto
para otro tiempo eterno en la alegría.

martes, 10 de abril de 2012

GOTAS DE TORMENTA UNAMUNIANA


Voy a apuntarme algunas ideas tomadas de Unamuno, por si me interesa volver sobre ellas en meditación o en uso:
.- Ser humano es tener un principio de continuidad, que se manifiesta en el espacio (cuerpo) y en el tiempo (unidad de acción, de modelo de vida).
.- La memoria es la base de la personalidad individual; la tradición es la base de la personalidad colectiva.
.- Mejor el mal que la no existencia, que la nada.
.- La memoria es la base de la conciencia.
.- El mundo es para la conciencia.
.- No basta pensar nuestro destino, hay que sentir nuestro destino.
.- En la conciencia está el sentimiento trágico de la vida.
.- El conocimiento está al servicio de la necesidad de vivir.
.- El instinto de conservación nos hace la realidad y la verdad del mundo perceptible.
.- El hombre no vive solo. De la sociedad brota la razón. La razón es un producto social.
.- La razón nació con el lenguaje.
.- El mundo sensible es hijo del hambre; el mundo ideal es hijo del amor.
.- La bondad es la mejor fuente de clarividencia espiritual.
.- Dios es un producto social.
.- Bueno es lo que contribuye a la conservación, perpetuación y enriquecimiento de la conciencia.
.- La conciencia de pensar es conciencia de ser.
.- El ansia de inmortalidad es la primera condición de toda reflexión humana.
.- El culto a la muerte inicia y perpetúa las religiones.
.- Nada hay más universal que lo individual.
.- No es ser poseído por Dios lo que anhelo sino poseerlo, hacerme yo mismo dios, ser inmortal.
.- La institución que ha tomado como fin esa vida eterna es la Iglesia Católica pero queriendo racionalizar la fe.
.- El descubrimiento de la muerte nos revela a Dios.
.- En el Protestantismo, la religión depende de la moral; en el Catolicismo, la moral depende de la religión.
.- El peligro no está en creer demasiado sino en creer con la razón y no con la vida.
.- ¿La dicha forma parte de la verdad, o es la verdad la que forma parte de la dicha?
.- La ciencia no satisface nuestra hambre de inmortalidad sino que la contradice.
.- Lo irracional pide ser racional, y la razón solo puede operar sobre lo irracional. Pero en lucha.
.- El hijo nace siempre en protesta contra el padre.
.- El concepto de vivir, o más bien de sobrevivir, siempre en lucha.
.- La consecuencia vital del racionalismo sería el suicidio.
.- El fin de la vida es vivir y no lo es comprender.
.- No quiero poner paz entre mi corazón y  mi cabeza.
.- Nuestras doctrinas no suelen ser sino la justificación a posteriori de nuestra conducta.
.- La compasión es la esencia del amor espiritual humano.
.- Nihil volitum quin praecognitum; nihil cognitum quin praevolitum.
.- El amor personaliza todo cuanto ama, todo cuanto compadece.
.- A esa Conciencia del Universo, que el amor descubre, personalizando cuanto ama, es a lo que llamamos Dios.
.- Dios es la personalización del Todo, es la Conciencia eterna e infinita del Universo.
.- Hemos creado a Dios para salvar al universo de la nada.
.- Dios no puede ser Dios porque piensa sino porque obra.
.- Los atributos de Dios hay que deducirlos de su revelación histórica.
.- El conocimiento de Dios procede del amor a Dios.
.- El sentimiento de Dios es un sentimiento de hambre de Dios, de carencia de Dios.
.- Dios se hace o se revela en el hombre, y el hombre se hace en Dios.
.- Siempre se cree en lo que vendrá, no en el pasado.
.- La fe es flor de la voluntad, y su oficio es crear… Y la fe en Dios consiste en crear a Dios, y como es Dios el que nos da la fe en Él, es Dios el que se está creando a sí mismo de continuo en nosotros.
.- Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño… por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino.
.- La conciencia individual se nos sale a sumergirse en la Conciencia total de que forma parte, pero sin disolverse en ella.
.- Existe cuanto obra, y existir es obrar.
.- La verdad frente al error vive en el campo de la lógica; la verdad frente a la mentira vive en el campo de la moral.
.- Todo individuo que no vive o poética o religiosamente es tonto.
.- ¿No es la belleza, y la eternidad con ella, una creación del amor?
.- Eso que llamamos voluntad, ¿qué es sino dolor?
.- El dolor es la sustancia de la vida.
.- Acostumbrarse es ya empezar a no ser.
.- La suprema pereza es la de no anhelar locamente la inmortalidad.
.- La religión, más que se define se describe, y más que se describe se siente.
.- ¿Y si todo esto no fuera sino un sueño de Dios y Dios despertara un día? ¿Recordará su sueño?
.-El que a Dios conoce es ya Dios él.
.- El fin es que Dios, la Conciencia, acabe siendo todo en todo, Apocatástasis.
.- Hay que creer en la otra vida…, y en una vida individual y personal, en una vida en la que cada uno de nosotros sienta su conciencia y la sienta unirse, sin confundirse con las demás conciencias todas en la Conciencia Suprema, en Dios; hay que creer  en esa otra vida para poder vivir esta y soportarla y darle sentido.
.- Obra como si hubieses de morirte mañana, pero para sobrevivir y eternizarte. El fin de la moral es dar finalidad humana, personal, al Universo.
.- Hacemos tiempo para matarlo.
.- El individuo es el fin del universo.
.- Lo que el hombre busca en la religión es salvar su individualidad, eternizarla.
.- Es, pues, la religión una economía trascendente.
.- Es, pues, la filosofía ciencia de la tragedia de la vida, reflexión del sentimiento trágico de ella.

Todo esto y mucho más cabe en un libro tan trágico y radical como EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA.
No sé por qué pero ahora mismo sueño que he utilizado ya alguna vez este ramillete de ideas, de gérmenes de reflexión que deja Unamuno en esta obra. Poco importa, me siguen sirviendo para asentir o para decir contrarios. De momento, aparto esta hoja de mi cuaderno de notas y las traslado aquí a esta ventana, a la vista del público, frente a mi conciencia y a mi condición de ser pensante y creante.