sábado, 30 de marzo de 2013

CON UN POCO DE TODO


Se cubren las últimas horas de Semana Santa en una mezcla extraña que da un poco para todo y que no concreta seguramente nada.
Hay aspectos familiares, los hay religiosos, no faltan los sociales y abundan los meteorológicos.
La ausencia de Juan Pablo, que anda de diversión por las antípodas o casi y que volverá mañana por fin, después de quince días, se ha visto recompensada con la estancia -corta siempre y espaciada para lo que yo querría- de mi nieta, Sara. Ella ha alegrado los días del miércoles, del jueves y del viernes hasta el anochecer, cuando nos dejó. Con ella lo demás pierde importancia y se vuelve relativo. Porque ella es la alegría y la espontaneidad, ella me llena y me ocupa, nos llena y nos ocupa a todos, ella es la mejor muestra de que la esperanza existe, de que el futro y el esfuerzo merecen la pena, de que el estímulo da sus frutos en abundancia, ella es el placer del juego y lo más cercano a la felicidad. Cuando se marcha, ella sabe muy bien que yo me quedo un poco mustio; y, con sus tres añitos, me anima y me reconforta. Ella es un cielo, el mejor cielo que puedo imaginar.
No sé hasta dónde llegan los sentimientos religiosos de la gente. Este año los procesionantes no han tenido suerte en esta ciudad. Me cuentan que no ha salido a la calle ni una sola procesión por culpa del mal tiempo. La Semana Santa cumple en época muy variable, como es la primavera. Les sucede lo mismo con demasiada frecuencia. Bien que lo siento por ellos pues se quedan sin cumplir una ilusión, que cada uno ha creado a su manera y que en cada uno responde a una base personal. Por lo que a mí respecta, sigo sintiéndome atraído por el colorido de la liturgia, por los aromas de la primavera, por el colorido, por los silencios, por las esculturas y las composiciones, por las entreluces y por las vestimentas, y por toda la parafernalia que comportan estos hechos. Quiero decir que, aunque acudo a muy pocas precesiones, de vez en cuando me acerco y me lleno de estas sensaciones. Algo totalmente distinto es la racionalización de lo que veo. En esa situación, los palos del chozo se me vienen abajo y me quedo a la intemperie mental. Cada año suelo dedicar por estas fechas unas horas  a la lectura de textos del Libro. Este año no lo he hecho, aunque aún me queda algo de tiempo. Siempre me río con algunos de los procesionantes cuando me dicen que nunca han leído los evangelios y yo les cuento que los leo con frecuencia. En fin, así son las cosas. Para rematar, esta sobremesa he vuelto a ver la película “Así en el cielo como en la tierra” y, como contraste, me ha dejado desinflado, por ser visión en forma de comedia, pero desde la razón, de todo el asunto religioso. Me sigo preguntando por qué se ha sacado prácticamente de la Semana Santa el domingo de resurrección siendo así que es la esencia de todo el asunto, lo que podría dar sentido a lo anterior. Parece que a la gente le va más la marcha de la cruz y del castigo que la de la resurrección y la vida, que le impresiona más el dolor y la amargura del dios del madero que el poder del que anduvo en el mar. Qué extrañas formas de vivir el hecho religioso en cada persona y en cada región.
Los del sur además lloran y muestran el desconsuelo por no poder procesionar; como si les fuera en ello la vida. Se me ocurren para ellos dos preguntas absolutamente ingenuas: a) ¿Por qué no pueden repetir la procesión que no se haya logrado un día de Semana Santa otro fin de semana con buen tiempo a lo largo de toda la primavera?; b) ¿Por qué venden tanto eso que llaman levantá, o salida, o entrada, y que, aparentemente, se resuelve en que un paso no roce una esquina de una puerta de la iglesia o algo así? ¿No es más sencillo mover el paso desde la vista exterior y sin tanto esfuerzo ciego y absurdo? ¿De verdad que su religión no tiene otros gestos más prácticos y hondos? Misterios de la vida e ignorancia mía.
El tiempo meteorológico no se ha aliado precisamente con las procesiones. Qué le vamos a hacer. En esta ciudad no ha parado de llover; como si se tuvieran que olvidar todas las sequías. Buena parte de la nieve de la sierra se ha ido camino del mar y del olvido; el río viene desde hace bastantes días crecido como yo no lo recuerdo e incluso impide pasear a su lado por buena parte del llamado Camino de las Fábricas; los caminos y los arroyos parecen ríos y cualquier pequeña llanura una vega anegada. Todo ello ha retrasado el arranque de la primavera y mantiene a muchos árboles a la espera de echar sus flores y sus hojas. En cuanto se serene el cielo y el sol se detenga un par de días, el suelo y la arboleda estallarán y estos parajes serán más lujuriosos. Hoy mismo el paraje de La Francesa lucía unos rayos de sol que iluminaban la presencia de varios ternerillos en los prados. Allí fue otra vez el gozo y el descanso, el placer de la naturaleza y el sentimiento de que la vida se salva en cosas pequeñas y sencillas, baratas y al alcance de la mano.
Enseguida volverán las disputas en los medios, la sensación de que todo anda manga por hombro, la selección de la mala hierba en medio del resto del prado y la inercia de todas las inercias. Pero la luz se habrá ganado sitio y nada ya podrá con el empuje de lo que ha de ser vida.

martes, 26 de marzo de 2013

EL TIPO DEL COLCHÓN


Hace tan solo unos días veía con sorpresa una notica en la que se daba cuenta de la labor de un señor paisano de Salamanca que andaba creando colchones a los que incorporaba una pequeña caja fuerte con su llave y su combinación correspondiente, como si de un minibanco se tratara. Este colega es un avispado pues se ha adelantado a lo que realmente vamos a tener que hacer todos aquellos a los que no nos haya dado por gastar el último céntimo en vinos de fin de semana.
En Chipre, la Unión Europea, que yo cada día sé menos qué cosa representa, ha impuesto a todo el que tenía unos ahorros una quita (del verbo quitar: que se lo ha quitado) de no sé qué tanto por ciento. Vamos, que se ha quedado con la mitad o más de sus ahorros, como quien oye llover y está tomando un café calentito en un sofá del bar.
Dos salvedades se me ocurren de inmediato. La primera es que esto parece que no les afecta a todos aquellos que no tienen nada de lo que les puedan “quitar” pues bastante tienen con mirar para el cielo y pedirle que acelere porque no hay manera de que llegue el fin de mes. La segunda es la de que, en situaciones de dificultad, los que más tienen deben ser los que más aporten. Así dicho, hasta dan ganas de firmar.
Lo malo de todo esto es que el asunto es una imposición a palo seco de un sanedrín que viene predicando a diario el liberalismo como solución a los problemas que ellos mismos no hacen más que agrandar. De modo que, cuando hay ganancias, déjese al mercado que corra a su aire y que los poderosos sigan haciendo los bolsillos más grandes y las cuentas con más ceros; y, cuando las cañas se tornan lanzas, entonces a repartir los sacrificios y a someterse a los dictados de los que, desde el despacho, cuadran las cuentas para que la ortodoxia del mercado no se tuerza.
Hace muchos años, la izquierda suspiraba por la entrada en Europa. Los más jóvenes tal vez no saben que aquello quería decir aproximarse a las costumbres, a la escala de valores y a las libertades de que gozaban en otros países; en manera alguna tenía que ver con la avaricia de los mercados ni con las grandes multinacionales que dictan las normas con guante blanco, con pluma de oro y en papel de seda. Hoy la situación es muy distinta. El tiempo no pasa en balde, pues el tiempo pasa, que es lo que siempre pasa, y el panorama es bien diferente.
Hoy los grandes organismos son los que deciden desde sus cuevas bien surtidas y servidas por los lacayos. Casi todos los gobiernos en la Unión son de derechas -poca gente destaca este hecho-, el FMI parece haber estado dirigido en los últimos años por discípulos de Alcapone (Rato, Strauus-Khan y Lagarde), las multinacionales quitan y ponen rey a su antojo, y los países siguen mirando solo para dentro de sus fronteras. Así, el más poderoso ordena y manda, quita y pone, ordena los tiempos e impone castigos o premios.
Algunos quisimos ser Europa no por los mercados sino por la racionalidad y por la posibilidad de pensar y de decir con tranquilidad. Hoy la vieja Europa anda hecha unos zorros y no sé si Júpiter se atrevería a visitarla ni en una vaquería. A pesar de su incontinencia amatoria, acaso no le cogería ni un apretón de primavera. Salvo que el señor del colchón les hiciera un precio de amigos y pusiera la cama gratis.

lunes, 25 de marzo de 2013

HAY MAÑANAS DE LUCES Y DE SOMBRAS

HAY MAÑANAS DE LUCES Y DE SOMBRAS
Henchido de montaña y de la lluvia,
hastiado de infinito y de misterio,
me sigo interesando por los ecos
de todo lo que sé que en la experiencia
es ebriedad de espacios.

Hay mañanas  de sombras y de luces
en las que apenas trato con los rayos
que me han de dejar ebrio
de nubes, luz y agua.

Cuando miro a las cumbres,
arrabales del cielo en la blancura,
presiento en mis entrañas
un lejano rumor de cataclismo,
me encierro en la zozobra de la búsqueda
de no sé qué verdad inexistente
y no quedo tranquilo y satisfecho
hasta el don  absoluto del hallazgo.
Al áspero contacto con la piedra,
que me grita incesante su presencia perpetua,
confirmo la certeza
de que mi vida está siempre de viaje,
con esa brevedad de lo superfluo
 que no encuentra su sitio.

Entonces busco encaje
en el tiempo sin causa de los sueños
y me quedo a dormir en la penumbra
de la imaginación.
Las llamadas sencillas de la naturaleza
(agua, rumor y viento entre los árboles
-y un buen trago de té con aguardiente-)
me devuelven la vida por delante,
en el pobre sentir de mi conciencia.

viernes, 22 de marzo de 2013

DEMASIADOS DECIBELIOS


Seguimos enfangados en un lodo que no cesa y que cada día se pone más espeso porque la lluvia no da tregua y no hay manera de que escampe en este ciclón interminable. Me refiero, por supuesto, al ciclón político y social; el otro es siempre bienvenido y augura una primavera hermosa y llena de esplendor.
No estoy seguro, sin embargo, de que en esta sociedad el grado de choriceo sea muy superior al de las otras que nos rodean. Por el norte y, por supuesto, por el sur. Lo que ocurre es que la distancia pone olvido y siempre agrandamos lo que está más a la vista y nos es dado en aluvión.
Todo es rechazable, escandaloso y hay que reprimirlo y corregirlo. No creo que nadie dude de ello y, por tanto, insistir en lo obvio es como llamar tonta a la gente. Vale.
Algo muy diferente es la forma con la que se encauza la regulación, la puesta en público y la persecución de todo este asunto.
Me reafirmo en la impresión de que se sobreactúa muchísimo, de que lo que realmente importa es poner cara a las personas implicadas para que sirvan como diana y tiro al blanco de la gente de a pie, que, por comparación, se siente justamente desalentada y con el enfado a flor de piel. Y hay interesados, muy interesados, en que esto sea así. Son los medios de comunicación, que viven del morbo y del cálculo insidioso, de la fragmentación de la noticia, de poner el foco exclusivamente en la persona y no en el desaguisado social que se haya formado. El morbo vende y todo se pone al servicio de la cuenta de resultados del medio y del grupo que lo sustenta.
Porque mi torpeza mental sigue sin ver que se analicen las causas que hayan podido generar lo que se haya producido. Tampoco las consecuencias, sobre todo sociales, que los hechos pueden causar. Todo se va en el momento, en la exclusiva, en el escándalo, en la exageración, en el grito, en poner el dedo en la cara para humillar, en el tú más, en el griterío, en el yo tenía razón y te he pillado, en yo fui el primero que lo dije, en no dejar ni siquiera terminar una frase para confrontar ideas, en un caldo de desaliento, en…
Me da asco una sociedad -porque los medios crean opinión y caldean o enfrían un ambiente general hasta hacer de él lo que su inmenso poder quiera- que se divierte y se enfada al son que le tocan desde unos intereses tan particulares y no siempre confesables. Creo, además, que hemos llegado a tal grado de degeneración, que no hay casi medio que se salve. Comenzaron los que siempre han hecho bandera del desprecio, de la risa y de la desigualdad su forma de actuación, de modo que se convierten en odiosos no tanto porque lo que propongan sea verdad o no sino por la manera de presentarlo, esos medios que han proliferado en los últimos años con concesiones gratuitas de sus amigos; y, erre que erre, se han ido contagiando los pocos medios que se movían en un mayor grado de sensatez y de análisis. Parece como si la contaminación hubiera llegado a todos los lugares y nadie se pudiera librar de ella. No todos practican esa degeneración con el mismo grado, por supuesto, pero uno empieza a sentirse casi huérfano de opiniones sosegadas y de alcance, de firmas que analicen a las causas y adviertan de las consecuencias; en fin, de gente que se mueva por el pensamiento y no por el instinto.
Sé que generalizar, como siempre, es injusto. Yo mismo estoy cayendo ahora en el impulso y en el desahogo. Pero la tendencia es la tendencia. Y el peligro se me ofrece evidente. Que al periódico El Mundo, por ejemplo, le siga interesando la foto para señalar y la información parcial y sesgada para tener titular durante muchos días con los que crear y derribar héroes y villanos, y así vender, que es lo único que le importa, no me extraña: es lo que ha hecho siempre y por esa razón a mí me resulta repulsivo, creo que ha hecho muchísimo mal a la convivencia en este país y me provoca vómitos; que El País parezca deslizarse por la misma pendiente me preocupa mucho más. Porque no me quedan muchos más referentes de alcance general en los que pueda apoyarse la sociedad que quiera limpiar lo sucio pero desde el análisis sereno y reflexivo. No pienso ahora en asuntos concretos, siempre menos importantes, por particulares, sino en tendencias que creo observar
Sigo pidiendo a gritos que se analicen las causas que pueden haber provocado -es otro ejemplo- tanto el asunto del ex tesorero del PP como el latrocinio de los ERE de Andalucía. Solo de esa manera se podrá impedir que se repitan con frecuencia. Por si alguien se atreve y los medios le dejan, ahí les abro un par de espitas: a) Mantenerse durante mucho tiempo en un puesto de poder tiende a generar vicios que no son fáciles de combatir; ergo cámbiese a las personas de puesto. b) Mientras no tendamos a considerar que estar en un puesto no implica ninguna superioridad intelectual o de sueldo, todos tenderán a hacerse con ellos como sea y los demás los mirarán con una mal disimulada admiración y reverencia que a nada bueno conduce.
Para empezar, puede servir. Si hace falta, puedo proporcionar un índice más largo y articulado. Lo malo es que tal vez eso no venda en este caldo de cultivo irrespirable que hemos creado entre todos.

jueves, 21 de marzo de 2013

CIEGO QUISIERA SER


CIEGO QUISIERA SER
Ciego quisiera ser para tener más tacto
y tocar con mis manos tenazmente
todo lo que tú tienes en mi cuerpo.

Cuando escalo los montes de tu geografía,
o bajo hasta las simas de tu hondura,
siento latir mis venas,
que andan dentro de ti, son residentes
que han tomado el dominio
de vasta posesión.

En cambio, si me entraño
y me quedo perdido  por mí mismo,
conozco tus poderes, me someto,
como ciego a la luz más cegadora,
a lo que oigo de ti, a lo que degusto
de ese apoderamiento
que has convertido en reino, donde moras
en la más honda esencia.

Ya solo soy en ti
y, si quiero tenerte,
me busco en ese tú que en mí respira.

miércoles, 20 de marzo de 2013

SOLO LA SOLEDAD HABLA EN SÍ MISMA


SOLO LA SOLEDAD HABLA EN SÍ MISMA
Solo la soledad habla en sí misma,
cuando se ha desasido de los ruidos
que ensucian los plurales y el lenguaje,
cuando el despojo se ha quedado mudo
y no hay ya más apoyos
que los que esconde en sí el desasimiento.

Todo ha sido ebriedad,
hartura de la vida en sin sentido
de todos los sentidos. La ignorancia
de los significados de esa vida
dio empuje al ánimo en la búsqueda
del exacto sabor de la ceguera.

En un momento supo
que acaso cualquier verso
ha de tener sabor siempre de lluvia
para que moje el suelo y purifique
todo lo que conduzca
al hermoso silencio del amor.

Y se dejó al momento de sí mismo,
quedó pobre en silencio
y fue feliz en sí, lleno y henchido
de todo el privilegio de la desposesión.

martes, 19 de marzo de 2013

UNA BÚSQUEDA INJUSTA E IMPOSIBLE

UNA BÚSQUEDA INJUSTA E IMPOSIBLE
Me falta una palabra cada día
que diga con certeza
lo que pienso y declaro en mi conciencia,
los argumentos de una simple idea
que justifique este correr sin pausa
hacia ninguna parte.
Tengo sed de osadía y rienda suelta
a lo que acaso duerme
en el triste salón de los olvidos,
algo que fije la tenaz presencia
de lo que me devora cada tarde.

Y sé muy bien que no es lo más exacto,
que pido lo que no me pertenece
pues entro en el silencio
-siempre dueño de la última palabra-
y enciendo la memoria:
los hijos y su hermosa descendencia,
la esposa en el secreto de todo del laberinto
y el eterno proceso
de todos los regalos de la Historia,
cierta capacidad para sentirme solo
y alguna ineptitud para el acopio
de todo lo que acerque a la mentira.

El mundo es siempre puntos suspensivos
y yo me encuentro en medio de la frase.
Buscaré la sintaxis adecuada
y un sencillo  nivel de coherencia
para un todo tranquilo y placentero.
Y, si ha de ser efímero el sentido,
que se agote en el aire y en el fuego,
que purifique al menos los contornos,
que los dioses lo olviden
con la suave ternura de la ausencia.

lunes, 18 de marzo de 2013

Y ES LUNES DE MAÑANA



 Incierta la mañana todavía, los pasos me llevaron, sin aviso, en camino distinto al de otros días. Hoy no fueron los pinos mis amigos, ni respiré sus aires, ni escuché sus latidos cuando los mueve el viento.
Me perdí, calle abajo, en la calleja que sujeta en perfil la carretera que lleva a la estación donde otros días se paraban los trenes. Gibraherrero es su nombre. Es recoleta y vive solitaria. Tan solo la acompaña una veloz y estrecha regadera, que encauza las bravías aguas que vienen monte abajo desde el verde Regajo de los Moros. Una mujer esbelta venía calleja arriba y un muchacho más joven sujetaba el dogal de un perro negro. También aquí se respiraba el aire puro y limpio de estos montes serranos.
Los árboles, castaños sin injertos, del llamado Paseo de la Fabril se encuentran ya de parto; están rompiendo aguas para mostrar al mundo la gloria de la vida en forma de hojas tiernas. Son tal vez los primeros en estas latitudes. Yo los conozco bien, son mis amigos; como lo es el almendro que, en la pared de enfrente, ya luce con sus hojas, frente al sol y a las nieves que viven en el cielo. Para ser más exactos, los castaños están catalogados y bien saben que el parto es por su orden. Es el tercer castaño, joven y desmochado, el que primero dice cada año que ya no aguanta más. Los demás simplemente le toman la palabra, y, al cabo de unos días, ya todo es hoja tierna y verde en fiesta.
Hoy todo fue distinto. Unas vallas prohibiendo a los vehículos su paso anunciaban que allí pasaba algo diferente. Y allí estaba la muestra bien patente. Algunos operarios devastaban, desde casi la base, las ramas, sin piedad, de los castaños hasta dejar aquello como un triste y oscuro cementerio. Más pensé en una tala que en un vulgar desmoche. Menos mal que el castaño que ya enseña sus hojas en la más tierna edad seguía sin ser cortado por el medio.
Un técnico me dijo que había habido protestas de algunos residentes de la zona porque en tiempo de otoño caían de las ramas las castañas y herían las capotas de sus coches. Imbéciles, idiotas. ¿Qué queréis que descienda de esas ramas del esbelto castaño, el maná del desierto o acaso descomunales ruedas de molino? Se lamentaba el técnico y asentía a mi expresión de rabia y de cabreo: “Es la Diputación la que controla y regula este espacio de calzada”. ”!Y a mí qué me interesa!”, le respondí sin pausa.
Nadie sabe que aquello ha sido y sigue siendo lugar de sombra y charla en las tardes sin tregua del estío, que salir al amparo de la sombra y al descanso tranquilo de los bancos es dar certeza y muestra de que existe la vida, de que ahí están los otros, cargados con el peso de sus vidas, que vienen a contarnos por un rato sus cuitas y sus risas, sus simples ilusiones, sus desdichas. Cuántas veces contemplé allí a mis padres, al serano, conversando con otros o conmigo, o dejando correr sin darse cuenta el paso de las horas.
Yo sé que a la arboleda hay que cuidarla, que tiene que vestirse y desvestirse con el tiempo y que a veces precisa que la embridemos fuerte para que viva alegre y vigorosa. Es lo que hacemos todos. Pero hoy aquello olía a páramo y desierto, a degollina y muerte, a guillotina y campo de batalla cuando solo se muestra en abundancia la carne de los muertos.
Enfrente vive gente a la que unas castañas abollan un poquito las relucientes chapas de sus coches. Vaya por Dios; se les han concedido pisos y viviendas en condiciones harto favorables y ahora sus remilgos hacen ascos de unas simples castañas.
Son los síntomas claros de lo que apunta vivo en todas partes: son los coches más graves e importantes que las mismas personas, y el técnico de turno arregla su parcela sin conciencia de que el hombre es la suma de muchas otras cosas y que es esa armonía entre las partes lo que le da valor a su presencia.
Hoy el ejemplo fue en el suave Paseo de la Fabril, pero todos los días es lo mismo en el cemento verde de mi plaza, donde suben los coches sin vergüenza, robando los espacios a los juegos y risas de los niños, donde amplios altavoces resuenan en los coches provocando el asombro y el escándalo sin que nada parezca conmover a los dueños idiotas de los mismos, y menos a las hembras que muestran complacencia -permitidme que no sea más explícito- cuanto más suba el tono de la música. Poned en masculino lo que va  por delante de los guiones si es ella la que llega conduciendo.
Por eso este misántropo se enfada y muestra en diminuto un desahogo, que no puede ser más porque, en el fondo, hay poco que regar desde un pozo sin agua y en desierto.
Es lunes de mañana. De frente se presenta la semana. Veremos, dijo un ciego, y se puso a mirar por la ventana.

domingo, 17 de marzo de 2013

PALABRAS PARA UN CUMPLEAÑOS


PALABRAS PARA UN CUMPEAÑOS
(Para Mayca Martínez)
No es el tiempo el que marca las distancias
de la cuna a la arruga o al declive,
no el espacio el que anuncia si se vive
en el mejor perfil de la prestancia;

es vivir la ilusión con elegancia,
descerrajar costumbres, divertirse,
dar testimonio fiel de que se ríe
con más gusto si rige la abundancia;

es comer hasta hartarse la manzana
del árbol del Edén, echarle el ojo
a todo lo que ofrezca la mañana;

es quedarse a vivir en otros ojos
y al llegar de la tarde la desgana
volver a perseguir la luz y el gozo.

Vivir, Mayca, es, al fin, el complemento
de una oración con múltiples sujetos

jueves, 14 de marzo de 2013

OTRA VEZ EL ÁRBOL Y EL BOSQUE


Con el botellón de fondo en casa san Pedro, incluida paloma mensajera sobre chimenea y lluvia mojando al personal de a pie; apabullado por la cantidad de portavoces, voceros y entendidos vaticanistas que engrandecían cualquier detalle hasta situarlo en el nivel del paroxismo; sin un euro en el bolsillo pues todo se me ha ido en impuestos para pagar el despliegue informativo; fascinado por la fascinación de los que asistían al concierto litúrgico y jaleaban al cantante antes de que saliera a saludar al escenario, sin tener en cuenta si afinaría o andaría ronco; ni ilusionado ni decepcionado porque de donde hay agua no se puede sacar petróleo; con la convicción de asistir a una liturgia siempre especial y atractiva, precisamente por el halo de misterio y por la grandiosidad.
Y, en otro orden de cosas, avisado de la resolución de Bruselas acerca del abuso en la práctica en los desahucios en España, algo que hasta el más incipiente novicio en el curso del sentido común había ya advertido, salvo los defensores a ultranza del status quo del mercado, o sea, los ricos poderosos.
Vengo a leer en el PAÍS, periódico en el que aún confío un poco -cómo será mi opinión acerca de los demás- la noticia de que “El 86% de los aspirantes a una plaza docente en Madrid no pasó la prueba de conocimientos. El test incluía preguntas que debe responder un alumno de 12 años”.
La enseñanza. Otra vez la enseñanza. Y, dentro de ella, la memoria, su valor y sus usos. Los ejemplos, como siempre, se vuelven a centrar en asuntos de equivalencias de pesos y medidas, asuntos geográficos y aplicaciones ortográficas.
Me duele que un asunto de tanta importancia -quiero decir la educación, por supuesto, no los ejemplos parciales que se citan- se resuelva desde uno y desde otro lado con tanta ligereza. Coño, a quien diga que el Duero pasa por Madrid, sencillamente que lo echen y que no le vuelvan a admitir ni la siguiente instancia para pedir trabajo; quien escriba “conduzta y Valladoliz” que se encierre en su casa y se dedique a tomar el sol; y quien diga que Badajoz es una provincia andaluza, que se vaya a la ribera del Guadiana a refrescarse en verano, pero solo y sin mochila.
Pero quien aduzca esto como arma para reprimir otras reivindicaciones o para tratar de ordenar la enseñanza solo en el camino memorístico, estará haciendo un mal irreparable a los niños y jóvenes que transitan por los distintos niveles educativos.
¿Nadie quiere preguntarse por qué se producen estos disparates? ¿Alguien quiere situar estos errores en el contexto que los pueda explicar y, sobre todo, intentar descubrir el mundo que se vislumbra tras ellos?
Porque errores son, y muy de bulto, esencialmente si todo lo fiamos al almacenamiento de datos y no a su relación y a la supeditación a los principios de los que tienen que ser ejemplos y nada más que ejemplos.
Me ocupo del asunto de la lengua como instrumento de comunicación entre los seres humanos. También de su reflejo en la escritura, con sus reglas a veces farragosas y no siempre lógicas. Nunca me he escandalizado por un error aislado, por muy espectacular que parezca, sino de las tendencias y del mundo de deficiencias que esos errores aislados dejen entrever. Escribir una vez esperto, con el error de la equis, es una golondrina que no hace verano, pues cualquier escribano echa un borrón y aliquando dormitat Homerus. Separar, sin embargo, el sujeto del verbo, cuando no se interpone nada entre ellos, es descoyuntar la idea y poner la mente gráficamente en blanco. El primer ejemplo lo castiga la sociedad vulgar con la burla mientras que el segundo pasa casi siempre desapercibido y sin queja. Así son las cosas.
Unos y otros deberíamos pensar que una buena parte de nuestra sociedad, incluidos muchos de los que aspiran a trabajar con los niños en la escuela, son producto de la imagen, de la falta de reflexión, de la inmediatez y de lo que apenas dura y está flexionado y entrelazado. Acostumbrarse a razonar y a formar silogismos no es lo que más se lleva en nuestra escala de valores; sumar causas y consecuencias, tampoco. Esto sí es lo importante, y no los ejemplos aislados.
Porque, como siempre, detrás de los elementos inmediatos y de los ejemplos tan llamativos, están las escalas de valores, los ideales sociales, los ejemplos por los que nos movemos, los representantes públicos a los que aplaudimos y subimos a los pedestales frente a aquellos a los que no hacemos caso en absoluto, las publicidades que nos acosan a cada instante, los medios de comunicación y sus poderes de idiotización, y toda la parafernalia que va dejando el poso que respiramos a cada momento.
Un ejemplo sencillo que suelo repetir con frecuencia. Algunos de estos aspirantes a profesores no conocen el nombre de las provincias por las que pasa el Duero. ¿A que muchos de ellos han ido a Tailandia en viaje de fin de carrera o a las playas de Cancún? Idiotas. Con lo hermoso que es pasear por la ribera del Duero en Soria, por ejemplo, leyendo unos poemas de Machado. O por el Canalizo, junto al Cuerpo de Hombre, que está aún más cerca. Tontos del culo. Gilipollas.
Gilipollas ellos, pero no menos quien no vea que las agencias y el dinero promocionan los países exóticos e ignoran lo hermoso del conocimiento de lo inmediato, de lo que nos rodea y en lo que vamos haciendo y gastando nuestra vida. Claro que, si echamos el rato en lo más cercano, tal vez nos echemos a pensar en sus valores, en sus propietarios y en sus usos. Y tal vez eso termine por ser algo peligroso. ¿Y quién tiene el dinero de las agencias de viaje? ¿Los parados? Ay, ay, ay.
Así que menos simplezas por parte de todos y a levantar la voz y la mirada. El que no piense, a la calle; y el que no deje pensar, también a la calle. Que ya está bien de analfabetos y de aprovechados de un lado y del otro.

miércoles, 13 de marzo de 2013

UN PACTO NECESARIO CON LA...

UN PACTO NECESARIO CON LA…
Cuando menos la esperas, aparece
y saluda al tendido, como el diestro
que presiente el triunfo. Sin embargo,
otras veces
-estas son las peores, no lo olvides-
amaga simplemente,
insinúa que tal vez cualquier rato,
cuando menos la esperes,
se sentará a la mesa
y pedirá arrogante su menú del día.
No dará ni las gracias
a la legal bondad del camarero
ni abonará la cuenta. A la salida,
se vestirá otra vez su gabardina
y, con gesto y mirada despectivos,
dejará su tarjeta de visita
con cita indefinida y caprichosa.
Mientras tanto, los otros comensales
se mirarán confusos y aturdidos,
pensando en el vigor y el desparpajo
de aquella visitante caprichosa;
procurarán que avise el restaurante
si aguarda su visita
para salir de naja y no encontrarse
de nuevo con su cara.
Pero sabrán que es vano su deseo
pues la visitadora tiene pase libre
en todos los locales
de las causas ganadas o perdidas
y entra y sale a su antojo
sin que nadie le niegue la comida.

Lo mejor es, acaso,
buscar un pacto honroso,
prepararle la mesa con cuidado,
tener dispuesto todo por si llega
cuando menos la esperes y te pide
que le sirvas de postre
porque tiene ese antojo simplemente.
Has de vivir con ella mucho tiempo
y no convienen tratos
indigestos, airados, enojosos.

lunes, 11 de marzo de 2013

CUESTIÓN DE AMIGOS

CUESTIÓN DE AMIGOS
Me detengo en la luz de las mañanas,
mirando cómo pasa por el aire
la densidad del mundo entre la bruma;
si subo paso a paso hasta los pinos,
se me viene a la vista todo el monte
y el cielo se me pone por montera.

Allí convoco a cónclave a las cosas:
a la lluvia dormida entre los charcos,
al invierno grisáceo que ha oxidado
las calles y los patios, a los ecos
de todas las palomas y las nieves
que han dejado el recuerdo río abajo.

Me quejo de las nubes que me ciegan,
de la luz que me invento
en los entresijos de mis soledades,
y creo que me sonríen con dulzura,
con una cucharada de nostalgia
y una pizca de amor en sus sonidos.

Se viste como nunca de aromas la mañana
y yo exhumo rumores de luces y de brisas.

domingo, 10 de marzo de 2013

EXPERIENCIA

EXPERIENCIA
Que la vida va en serio
uno lo empieza a comprender muy pronto.
Todo es ponerse a ello,
o, más bien, que te pongan.
Porque fueron los años
de la escasez y el hambre;
porque la guerra no fue solamente
descerrajar las sienes con un tiro
o llamar a la muerte en una esquina
con banderillas negras de castigo;
porque allí no llegaron los juguetes
a compartir el tiempo con los niños,
ni los cuentos con santos, ni las botas
de la marca Gorila;
porque la noche se hizo también niña
para bajar rodando a las laderas
a dormir en el chozo en el otoño;
porque, apenas sonaron vagamente
las horas del reloj, las dimensiones
se alzaron a gritar sus diferencias;
porque nadie me dijo que las sombras
me habrían de velar el horizonte,
porque vi que la lluvias en las huertas
no regaban lo mismo las simientes;
porque, en fin, la conciencia de la vida
se me ofreció rodando entre los aros
y a la vuelta a mi casa cada tarde.
Que la vida va en serio
uno lo empieza a comprender en serio
cuando se pone en serio con la vida.

viernes, 8 de marzo de 2013

MI GENERACIÓN


MI GENERACIÓN
Vino al mundo sintiendo la denuncia
del coro de un millón de calaveras
aterradas y rotas por el odio,
aún ahítas de pasmo y de sorpresa,
en un reino de buitres y gusanos
hinchados de las sobras de los muertos.

Era el odio y el miedo, la miseria
revestida de luto y de silencio,
el eterno silencio del vencido
que mira y calla y llora e, impotente,
se deja conducir en la barbarie,
con el ánimo gris y abandonado.

¡Tanto tiempo perdido en el silencio
de lo que fue y no fue por no ser cierto!

Fue crecer sin crecer, siempre al amparo
de las miradas bajas, del recelo,
como refugio de lo más oscuro,
como ser voluntad sin esperar ser nada,
como estar condenado antes que muerto,
como dar forma al tiempo sin pedirle cuentas.

Después llegó la hora de la fiesta
y acaso fue muy tarde
para bailar el vals de los borrachos,
para prestar la voz a las conciencias,
para violar la vida a cada instante,
para ejercer, al fin, de juez y parte.

Ahora es tal vez momento de hacer pausa
para anotar en un breve resumen
el índice incompleto de esas horas
en las que fue gastándose la vida
hasta dejar en forma de cenizas
apenas un rescoldo de impurezas.

jueves, 7 de marzo de 2013

PROGRAAMA PARA UN DÍA

PROGRAMA PARA UN DÍA
Hoy me declaro en huelga de porfías,
sereno, satisfecho, sosegado,
imperturbable, quieto y olvidado,
límpido, claro, lelo y egotista.

No aspiro a más que a disfrutar del día,
del placer de tus ojos, confiado,
sin celos, sin temores, sin cuidados,
saboreando el placer de tu alegría.

Cuando la noche duerma con nosotros,
desnudos de la luz y enajenados,
seremos como líquenes al sol.

Todo vivir en calma es un tesoro
para quien sabe estar del otro lado
donde manda la voz del corazón.

miércoles, 6 de marzo de 2013

PRINCIPIO DE ACUERDO

PRINCIPIO DE ACUERDO
Con mis labios sedientos de silencio,
a la espera de todo lo que guardas
cuando callas y vienes a mi boca
en busca de la savia de las olas
que desalan su sueño en tus orillas,
al amparo y la paz de los relojes,
cuando olvidan la gracia y el esfuerzo
de cultivar el tiempo,
en eterna e inútil moribundia
si no me alojas en tu seno dulce,
con el sentir de tu eco que me dice
dónde estás y no estás al mismo tiempo,
en la imprecisa búsqueda
de lo que en mí duerme de la naturaleza,
con el rumor de luz de primavera
que ya lo enhebra todo en luz de hojas,
dejándome cegar con la blancura
del color de la cal y de tu boca,
recorriendo la paz de los suburbios
de todas las ciudades de tu cuerpo,
sigo notando el pálpito del viento,
que trae un suave rumor lejano de la muerte.

Con el hermoso pacto de estos presupuestos
me exiliaré en tus ojos y en tu boca,
me precipitaré en la sima de tu geografía,
como se precipita súbito el deseo
por los acantilados de mis ojos,
profanaré mi cuerpo entre tus llamas,
y así, ya consumido,
mi corazón rendido y deshojado,
me ofreceré en los brazos de la muerte,
cuando todos los poemas estén escritos ya.

lunes, 4 de marzo de 2013

ESE DIOS ES DE DERECHAS



Llevo varios días en la lectura de algo así como una secuencia ordenada de la Doctrina Social de la Iglesia. Las razones no vienen al caso. Esto me ha permitido poner al día de chapa y pintura lo esencial de toda esta doctrina y de este pensamiento. Guste o no guste, es el fondo difuso -y a veces muy preciso y vistoso en la calle y en los medios- de lo que envía como mensaje esta institución de la iglesia a media humanidad. Por eso, y por decencia intelectual, hay que repasarlo y repensarlo. Sin prejuicios y sin ataduras. Seguramente en ese repaso habrá muchos elementos de convergencia y otros muchos de divergencia.
Porque los prejuicios, creo, siguen estando en ellos. Quiero decir en casi todos los que se erigen en armadores de toda esa doctrina. Desde la Rerum Novarum, 1891, de León XIII, pasando por otros textos como Quadragesimo Anno, Mater et Magistra (1961), Pacem in Terris (1963), Gaudium et Spes del Vaticano II, Laborem Exercens (1981), hasta los últimos escritos del ¿dimitido? Benedicto XVI: Caritas in Veritate, todas reflexiones de los papas -que son palabra de Dios para ellos- se mantienen en el mismo principio.
Hasta donde yo llego, y si tuviera que explicarlo con la sencillez de un niño, diría que ellos piensan que todo está fundamentado en la creación del hombre por Dios, en la relación INDIVIDUAL del ser humano con ese Dios. Todo ello está en la base del desarrollo vital de cada ser humano como individuo único e irrepetible. Lo demás es desarrollo de esa máxima.
Enseguida empiezan a echar marcha atrás y a poner peros al considerar lo elemental y a todas luces real del desarrollo colectivo de la persona y de las influencias que el medio ejerce en el ser humano. Pero de ninguna manera sueltan la defensa del ser como uno y como único en la relación con el dios de su religión.
En realidad lo que parece esconderse en esta base es el temor a soltar el dominio de la persona en manos de la colectividad. Es como si temieran que la guía del ser humano pasara del Dios al Estado o a la colectividad. Como ellos se han erigido en intérpretes de esa voluntad divina, todo queda en sus manos y, en realidad, esa relación individual entre el ser humano y Dios queda falseada por las doctrinas de sus intérpretes. Parece que todo encaja bastante bien y se entiende la reticencia a valorar el sentido social y colectivo de la persona.
Eso sí, como para lavarse la conciencia, se manifiestan por todas partes con la coletilla de que es bueno tener en cuenta a los demás y practicar con ellos la caridad. Por eso toda esa moral católica del mercadillo solidario y de la perrita para el Domund, de las colectas  caritativas y de los donativos a las instituciones, de los regalos y de las comidas de los pobres… Todo eso es complementario de la base del individuo, de la propiedad privada y del derecho y la bondad del enriquecimiento.
En esa moral entre el individuo y el dios, ¿quién le pone los límites a la justicia y a la caridad? Sencillamente nadie en forma social y pública; siempre queda todo a la decisión de quien tiene que practicar la caridad. Y siempre reparte de lo que le sobra  y como elemento complementario.
Por eso la doctrina social de la iglesia se ha desarrollado desde el momento histórico en que germinaban los movimientos sociales de la revolución industrial y las teorías marxistas. Hasta entonces simplemente no había habido necesidad de salir al paso de algo que ponía en peligro las interpretaciones de las leyes divinas y que arrebataba la dependencia del ser humano de algo externo a él pues se le planteaba por primera vez de manera sistemática una teoría racional desde el ser humano y para cualquier ser humano. Y eso les llevó, desde el primer momento y de manera radical, a la negación del marxismo y de todo lo que pudiera contener de social y de organización desde la racionalidad.
Analizar las manifestaciones teóricas, pero también las prácticas en las calles y plazas, en los últimos años y en el último siglo termina siendo relativamente sencillo desde esta perspectiva.
Siempre la iglesia ha ido a rebufo de los acontecimientos sociales y políticos. No puede ser de otra manera: su base no le permite otras maniobras pues su moral se basa en dependencias de elementos no racionales y no puede dar el salto al cambio continuo de la Historia; solo se va  adaptando como buenamente puede a lo irremediable y a lo que se va incorporando como evidente. Lo peor es que, cuando lo hace, encima saca pecho y se proclama defensora desde siempre de lo que ha estado negando y persiguiendo hasta el día anterior.
Muchos miles de millones de persona se han arrimado, aunque solo sea formalmente, a ese esquema moral durante los dos mil últimos años. No es bueno tirarlo todo a la basura sin pensar por qué ha sucedido tal cosa. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, reza el refrán. Quizás. Pero ese algo es un pronombre demasiado indefinido como para no pensarlo y desguazarlo, y así separar el polvo de la paja. Pero esa es tarea más larga.
En todo caso, apuntar algo tan elemental como el hecho de que todos tendemos, en el fondo, a asomarnos a algo que nos parece de derecho natural, como fundamento de lo que es más permanente, y que la iglesia aproxima a su moral divina, nos podía iluminar bastante. Por ejemplo.
Sigo pensando que la moral es necesaria, como lo es la ética. Una vida sin estos fundamentos no es tal, o al menos no puede ser considerada propia del ser humano. Pero una moral y una ética que procedan del sentido común y del razonamiento sereno de la persona, de la experiencia histórica y de la visión hacia un futuro mejor y menos desigual.
Para ello no hay que ser demasiado lince ni hacerse portador de nada que no sea la capacidad del ser humano para el pensamiento, para la bondad y para el sentido colectivo de la realidad.
Después vendrá el análisis de cada elemento concreto de la realidad: matrimonio, propiedad de bienes, aborto, comercio, ecología, salarios, organización del trabajo, organizaciones políticas y sociales… Pero los principios son algo demasiado importante como para no tenerlos bien en cuenta antes de ponernos a la obra concreta.
El dios que interpreta la iglesia oficial es de derechas y políticamente les viene muy bien  a algunos. No sé si el de otras interpretaciones lo será también. Tengo dudas razonables. De que sea, y de que sea de derechas.