SOLO LA SOLEDAD HABLA EN SÍ MISMA
Solo la soledad habla en sí misma,
cuando se ha desasido de los ruidos
que ensucian los plurales y el lenguaje,
cuando el despojo se ha quedado mudo
y no hay ya más apoyos
que los que esconde en sí el desasimiento.
Todo ha sido ebriedad,
hartura de la vida en sin sentido
de todos los sentidos. La ignorancia
de los significados de esa vida
dio empuje al ánimo en la búsqueda
del exacto sabor de la ceguera.
En un momento supo
que acaso cualquier verso
ha de tener sabor siempre de lluvia
para que moje el suelo y purifique
todo lo que conduzca
al hermoso silencio del amor.
Y se dejó al momento de sí mismo,
quedó pobre en silencio
y fue feliz en sí, lleno y henchido
de todo el privilegio de la desposesión.
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