lunes, 31 de octubre de 2022

MADRID, CON OTRO CRISTAL MÁS TRANSPARENTE

 

 

MADRID, CON OTRO CRISTAL MÁS TRANSPARENTE

Se describen tres tipos de entonaciones fundamentalmente en nuestra lengua: la enunciativa, la exclamativa y la interrogativa. La primera de ellas sirve de molde para los estados de ánimo más calmados, más asertivos, más de cada día. La segunda y la tercera nos sitúan en estados de ánimo alterados, bien porque descubrimos algo inesperado que nos causa sensación, o porque deseamos conocer una cosa nueva, o, en tantísimos casos (preguntas retóricas), confirmar lo que pensamos.

No me importaría trasladarles esta sencillísima consideración a bastantes locutores de televisión. Incluso estaría dispuesto a acercarme a Madrid para glosárselas y, a la vez, pedir que los manden a sus casas a aprender a entonar.

El caso es que el pasado fin de semana hice paréntesis en el tiempo y me marché a la capital, pero no a esta ocupación, sino a pasar el fin de semana con mi familia, con mi hermana, mi cuñado y mi sobrino. Y, cuando voy a Madrid, la entonación se pone en grado exclamativo. Y de poco sirve que uno tenga ya andados muchos caminos: siempre la urbe está dispuesta a abrir sus carnes y a enseñarme nuevas fronteras y novedades varias.

Hubo teatro, concierto, visitas a las calles donde todo se pone a compraventa, o sea al Rastro, compras y charla de amistad en Rivas con José Luis Morante, paseos, risas y lluvia… De todo en la gran urbe. Siempre emerge del fondo, para brillar con fuerza, el valor de la amistad y el amor familiar que nos cobija. A pesar de la gloria de todos los artistas (maravillosos todos en sus obras) y todos los programas. Lola Herrera y las otras actrices en teatro, Dorantes y sus manos prodigiosas al piano, con sabor a flamenco y un trasfondo de Albéniz y Granados (Teatros del Canal), y cualquiera otra cosa que se sueñe. Lo digo y lo proclamo con tono exclamativo: por encima de todo, el calor familiar y el tono de amistad de los amigos.

No me gustan las urbes ni me agradan las aglomeraciones. Y Madrid, en su centro y en muchos de sus barrios, acoge a medio mundo. Por eso mis visitas se limitan a un período de tiempo reducido. Sé, sin embargo, que a todo se acostumbra el ser humano; pero no me imagino sin gozar a cada instante del privilegio que me ofrece la vista sin fronteras de la naturaleza.

No obstante, hay formas diversas y cristales que cambian la mirada para cambiar también el fondo de verdad y de mentira. Y esta vez he pillado el lado bueno. Tantos miles de gentes por las calles, edificios gigantes y avenidas enormes con ruidos y pandemia de automóviles, personas tan diversas y distintas, tristezas y alegrías de la mano, canales creativos por todas las esquinas, lujos casi ofensivos y pobrezas dentro de los cartones, salud y enfermedades, hasta ovejas cruzando pensativas por medio de la Plaza Mayor a mediodía… Y, a pesar de la angustia de todos los pesares, se siguen aguantando y siguen conviviendo con un cierto nivel de asentimiento, respetando unos mínimos que logran que el paisaje se vuelva sereno y habitable. Infinitas y raras circunstancias y todas con cabida entre los límites de esa urbe gigante, rompeolas de todas las Españas.

Quizás, después de todo, tengamos que reír y estar alegres. Y eso que no brilló la luz de otoño, de ese otoño tan claro en el cielo madrileño, que mira en la distancia a la montaña del alto Guadarrama.

jueves, 27 de octubre de 2022

LEY, PERDÓN Y CONVIVENCIA

 

 LEY, PERDÓN Y CONVIVENCIA

Me paro a contar diez antes de opinar, me hago un guion mental para ordenar y jerarquizar ideas, soy consciente de que cada uno escribe desde un contexto que le condiciona y asumo la necesidad de ser equitativo, sé que me muevo en unos límites de espacio que me he impuesto en esta ventana… Y voy a ello.

Se ha dictado sentencia condenatoria en el juicio que se ha desarrollado, tras la acusación de unos policías, contra la exalcaldesa de Béjar. Mis consideraciones, ordenadas en forma casi de índice, son estas:

- Para los casos en los que los seres humanos no se ponen de acuerdo, las sociedades han necesitado inventar códigos a los que atenerse.

-  Los parlamentos son los encargados de elaborar esos códigos en representación de todos los ciudadanos.

- Los jueces son los obreros encargados de interpretar esas leyes en los juicios, siempre de acuerdo con la literalidad y el espíritu que contengan las leyes que les son dadas. Lo mismito que hace un albañil con los ladrillos y el cemento que se le proporcionan.

- La vida, por suerte, es mucho más rica y variada que cualquier código. Por eso las legislaciones cambian continuamente, caben las interpretaciones de las leyes y las condenas tienen siempre un margen entre lo mínimo y lo máximo.

- El mejor juez es el que no existe, porque los contendientes se han puesto de acuerdo y no ha hecho falta acudir a él.

- Las sentencias hay que acatarlas nos gusten o no nos gusten; pero acatarlas no significa que estemos de acuerdo o en desacuerdo con ellas. Ni desde el punto de vista jurídico (se pueden recurrir) ni desde el punto de vista moral (ya se ha dicho que la vida no cabe en las leyes, y estas son solo una aproximación a la misma).

- Los actos que se han juzgado en este juicio no incluyen ni robos, ni lesiones, ni daños de otro tipo, salvo una coacción momentánea.

- La acusada pidió repetidas veces perdón. Además, dejó su cargo público.

- Todo indica que el asunto se podía haber arreglado con una charla amistosa y un vino de reconciliación. La materia no hubiera dado para más y aquí paz y después gloria. Algo muy diferente hubiera sido que la acusada fuera reiterativa y se mantuviera en su conducta.

- La presentación de una denuncia judicial, sea cual sea su sustentación, acarrea una serie de inconvenientes para el futuro que no son fáciles de solventar, ni para los acusadores ni para los acusados: exposiciones públicas, enquistamiento de posturas, quebraduras en la convivencia…

- A la vida le tenemos que poner algo de coherencia y de analogía. Si así fuera, cualquiera (también los acusadores) tendría que pensar que arrieros somos y en el camino nos encontraremos, y que con la misma dureza con la que juzguemos deberemos ser juzgados. Y hay muchas, muchísimas formas y situaciones en las que podemos encontrarnos en el otro lado. Y entonces…

- Y, en fin, para no alargarme más, que se duerme más tranquilo con el perdón y el acuerdo que con la vara de la ley alzada en amenaza.

- ¿Qué hemos conseguido personal y socialmente con el juicio y con la condena, si, en realidad, solo se había transgredido un precepto legal y se pidió inmediatamente perdón por ello? Tal vez solo hayamos conseguido degradar la convivencia para el futuro. El tiempo dirá.

martes, 25 de octubre de 2022

TRANSITUS

 TRANSITUS

«Siempre que ha llovido ha escampado», reza un refrán castellano. Pues así será, pero no en el día de hoy. Porque, después de oír tamborilear a la lluvia en los tejados durante buena parte de la noche, la mañana apareció gris y encapotada, con los cielos amenazando desplomarse y dejarnos anegados. Y, a pesar de los pesares, pusimos rumbo a Plasencia, con un doble motivo: visitar la exposición religiosa Las Edades del Hombre y pasar un buen rato en compañía de nuestros amigos cacereños Mercedes Barrios y Antonio Merino. El segundo motivo dio cobijo y contexto a la visita a la exposición y sirvió por sí misma para practicar la sagrada y agradable virtud de la amistad, esa relación que se conserva, aunque el espacio y el tiempo pongan tierra por medio.

La exposición sacra resulta ser ya la número XXVI desde que, allá por los años 80 del pasado siglo, alguien tuvo la feliz idea de reunir y presentar en público una pequeña parte del arte sacro que conserva la comunidad de Castilla y León. Las sedes episcopales han sido todas centro de tales muestras. Esta vez la exposición ha saltado fronteras y, supongo que, al amparo de las divisiones eclesiásticas, que no responden a las provinciales, la exposición se marchó a Plasencia, cuyo obispado incluye poblaciones de la provincia de Salamanca, como Béjar y otras. Béjar se ha quedado con la miel en los labios; pero, en verdad, no habría resultado sencillo encontrar un continente apropiado al contenido, salvo que se hubiera forzado la división en varios locales distintos.

La catedral de Plasencia lucía esplendorosa, después de la reciente restauración que de su retablo y de su abovedado se ha hecho hace apenas unos años. La iluminación artificial -el día siguió oscuro y lluvioso- realiza un trabajo de contrastes casi insuperable y la distribución en una docena de apartados se halla plenamente conseguida. Con ese continente -que, por su carácter sagrado y por su monumentalidad, se convierte en contenido, y del mejor: retablo, coro, órgano, claustro…-, el contenido se visita con un estado de ánimo diferente y más positivo.

Los fondos sagrados de Castilla y León, tan abundantes y valiosos, aquí se han sustituido por los de Extremadura, también generosos en número y sobresalientes en calidad.

A este visitante, además de satisfacerle, y mucho, el valor artístico de la exposición, le rumia en la cabeza la aportación simbólica de todo lo que allí se ve. Y le vuelven las dudas acerca del tono en el que se manifiestan las religiones -todas; también la católica-. Y advierte, otra vez el ambiente de pena y de castigo que manan de las fuentes y se manifiestan en las imágenes que las representan. Siempre el miedo, la sangre, la incertidumbre, y el castigo. La redención y el fin del ser humano solo a través del sufrimiento, del propio y del ajeno, el Jesús del madero y no el que anduvo en el mar.

El hilo conductor de la exposición es el TANSITUS, el paso hacia, el camino hacia una meta. Y está muy bien buscado, pues su polisemia y aplicaciones a diversos campos le permiten ser guía y nexo entre tantos elementos distintos, desde los históricos hasta los religiosos.

Desde las representaciones varias (esculturas, pinturas, cálices…) hasta su simbología, qué salto tan grande. ¿Por qué la necesidad del sufrimiento y del dolor si todo camina hacia la alegría? ¿Por qué ese camino intermedio? ¿Qué significado tiene esa manifestación de dolor desde un Dios que solo puede ser amor, si es que algo es? Al ser humano solo le queda entregarse en manos de la fe y de la esperanza en la misericordia de un Dios al que no puede acceder. Pero eso, ay, también produce una deshumanización, un olvido de las capacidades del ser humano, por pequeñas que estas sean. Y la humanización es lo que distingue a cada persona y la ennoblece, aunque le golpee con la comprobación de sus límites y de sus deficiencias evidentes.

¿Entonces? Pues que el visitante -este visitante- queda transido y desconsolado, perdido y desconcertado ante esta aparente contradicción y desamparo. ¿Arrojo?, ¿valentía?, ¿desconocimiento?, ¿falta de capacidad para entender?

Todo queda en el aire, en continua transición. Nadie sabe hacia qué lugar ni hacia qué meta.

Una mesa de pan bien abastada sirvió después para dar cabida a la conversación y a la práctica de la amistad. Que tienen siempre sentido positivo y de alegría. Y son de entendimiento y de capacidad humanos.

lunes, 24 de octubre de 2022

PERMANENCIA

         PERMANENCIA

         Miro a mi alrededor y certifico

que todo lo que observo

tiene más permanencia que yo mismo.

Hay lluvia que recuerda tercamente

que todo es ida y vuelta, que el otoño

recibe entre sus brazos la frescura

que se olvidó el verano. Y es inútil

no pensar que el invierno traerá frío

como lo viene haciendo desde siempre.

Luego renacerá la primavera,

y de nuevo, el estío y el otoño,

con esas mismas gotas que ahora empapan

la frágil comprensión de mi memoria.

 

También yo me repito y guardo el eco

de aquel que fue y tal vez dejó de serlo

cada vez que el reloj del infinito

descontaba una acción al calendario.

 

Confieso no saber si soy el mismo,

o tal vez ese eco me susurre

que todo era ya viejo

cuando empecé a vivir y a ser del tiempo.  

 

jueves, 20 de octubre de 2022

INDICIOS EXPANDIDOS

 

INDICIOS EXPANDIDOS  

       

. Vivir en la atalaya de los años,

y echar la vista atrás,

y ver un álbum lleno de memoria;

y echar la vista al frente,

en busca de las luces del futuro,

y ver tan solo niebla, sombra, nada.

 

 

. La lluvia se derrama por las calles

con ganas de brindar dedicatoria

a todos los que miran hacia el cielo

y se funden en líquidos abrazos.

 

 

. Husmeando en el concepto de vejez:

Un viejo no es aquel que un día fue joven

y fue gastando fuerzas en el tiempo,

sino el que desconoce por completo

a aquel joven que fue y ahora se pierde

entre los brazos negros del olvido.

 

 

. Un deseo para todo el que lo quiera:

No solo añadir años a la vida;

también llenar los años de más vida.

 

martes, 18 de octubre de 2022

DEL VERDE AL AMARILLO

DEL VERDE AL AMARILLO

La alquimia que combina la luz del sol y la presencia de la lluvia provoca la manifestación del arco iris. En él se dan cita los colores en toda su amplia gama y en él destella el cielo cuajando una corona de luz protectora que deslumbra a los que andamos a ras de tierra.

Pero no siempre es necesario tal acuerdo. La tierra y el cielo hacen su trabajo calladamente y guardan en su seno los colores. La naturaleza labora en silencio. Cuando llega la hora, nos los van enseñando y nos recuerdan que todos en conjunto vivimos vestidos según ha decidido la naturaleza en sus diversas estaciones.

Los sitios de sierra, mucho más que los de llanura, conocen muy bien la diferencia entre paisajes desnudos de invierno y paisajes vestidos en verano y otoño. Un día indefinido, algo se va colando desde el suelo, un airecillo fresco que encuentra cobijo por las noches y tarda en despedirse por el día, un regustillo olvidado en ponerse unas mangas de camisa, un sol que va achicando su camino por las horas del día y de la tarde… Y en sentido contrario en primavera.

Y, de pronto, la luz entre las hojas de los árboles. Aquel verde tan tierno que se asomó a la vida el mes de marzo y que se hizo más terso y generoso con los días de abril y mayo, fue calmando sus fuerzas y sus brillos, asentando su arrojo y su lujuria con los fuertes calores del verano. Por el camino fuer perdiendo empuje y dejando en el suelo el tributo de algunas hojas muertas, pero eran más la gracia de sus sombras y el placer y sabor de su frescura.

El verano lo aupó a las ramas de los árboles y lo alejó del suelo y su sequía. Allí vivió unos meses, altivo y engolado. Pero el verde ya no era el mismo: se había hecho más oscuro y enfrentaba la luz con menos brillo.

El otoño le hurtó horas de luz y el sol no fue ya rey tan poderoso. El verde se hizo pobre y habitó donde vive el amarillo. Las hojas fueron mucho menos fuertes y empezó la carencia de la sabia; eran pobres sedientos suspirando por un poco de luz y de calor. Como cansadas y con mal de altura, notaron el empuje del viento y con él decidieron bailar un baile por los aires. El fin de tanta danza reposaba en el suelo. Y el verde era ya carne de amarillo, vestimenta de luz y desencanto.

El ciclo está cumplido. Solo quedan los ocres más oscuros, últimos resistentes a rendirse a la fuerza del otoño. Todo es policromía en la paleta.

El suelo ha recogido todo el peso, toda la desnudez queda en las ramas, vigilantes perennes a la espera de un renacer de verdes primigenios en los meses de nueva primavera.

Del verde al amarillo, del amarillo al verde. En medio anda la vida; y en la vida, nosotros, partes del arco iris y de esas sensaciones que nos llevan por el túnel del tiempo y del espacio, conciencia de las cosas, creadores de tiempo, inventores continuos de la vida.

sábado, 15 de octubre de 2022

BRINDIS PARA UNA COMIDA FAMILIAR

 BRINDIS PARA UNA COMIDA FAMILIAR

Ya mediado el mes de octubre,

cuando el otoño cuajaba,

se cita reunión de primos

en mesón Cuatro Calzadas.

Vienen de distintos sitios:

de Valero, Salamanca,

de Ledesma, de Madrid

y de la ciudad de Ávila…

 

A la hora del mediodía

allí todos se juntaban.

Cruzan saludos, abrazos,

sus novedades repasan

y, al cabo de un largo rato,

a la mesa se sentaban.

 

Antes de calmar su hambre

un anuncio les llegaba

para que, en forma de brindis,

a todos los saludara.

El interior de ese brindis

contenía estas palabras:

 

«Brindad por vosotros mismos

y por los de vuestras casas,

por los presentes y ausentes,

que tanto amor os mostraran.

Sois lazos de una cadena

que por el tiempo volaba.

Recordad a vuestros padres,

que la vida os regalaran

y en muchos días de dudas

tantos cuidados os daban.

Que se sientan orgullosos

porque no os falta de nada,

y que estén en el recuerdo

de todas vuestras palabras.

Bebeos la vida a tragos,

como si fuera agua clara,

que la vida es solo una

y el tiempo todo lo gasta.

 

Y, por encima de todo,

sed buenos, con eso basta.

 

Salud y abrazos y besos

de este juglar que aquí os habla».

 


miércoles, 12 de octubre de 2022

HISPANIDAD

HISPANIDAD

Como todos los sustantivos que llevan a su cargo este sufijo –idad, este de hispanidad nos deja también un poco con la inquietud de lo impreciso y lo misterioso de lo abstracto. Tal vez por ello se define como «carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura hispánica». Échale guindas al pavo. «Carácter genérico», «todos los pueblos», «cultura hispánica». El legislador, en este caso el fijador del concepto, o sea, el DRAE, parece que se las ve y se las desea para contentar a todos y termina por dejar a todo quisque con el trasero al aire.

¿Qué incluimos en eso de carácter genérico: costumbres, lengua, historia, religión, leyes…? ¿Cuáles son TODOS los pueblos hispánicos? ¿Qué variantes componen lo que entendemos por cultura?

De todos los elementos que conforman este aparente batiburrillo, tal vez sea el de la lengua el que mejor visualiza una herramienta común en eso que llamamos mundo hispánico. Pero es que hasta este es contestado por unos y por otros. Pregúntese, si no, a una buena parte de catalanes y vascos. Hágase lo mismo con los movimientos indigenistas de muchas naciones de América. El resultado no es precisamente muy alentador en cuanto a la defensa de una herramienta que verbalice las voluntades de tantas personas. En las demás variables casi no merece la pena indagar para no venirse abajo en los ánimos (como si fuera uno el culpable de las desigualdades en Hispanoamérica y no los herederos de los españoles que allí se quedaron y sus descendientes, que ahora son los que manejan los hilos de aquellas comunidades: venga ya, hombre...) .

Hoy se celebra en medio mundo el día de la Hispanidad. Y se hace con fórmulas, intensidades y criterios muy desiguales. Si encogemos el círculo y lo aplicamos solo a España, tampoco nos refleja el espejo una imagen muy positiva: unos silbando al presidente del Gobierno; otros dando vítores al ejército, como si de un salvador divino se tratara; algunos presidentes de Comunidad dando la espalda a todo lo que huela a España; y el resto de la ciudadanía observándolo todo con enfado o incluso con desdén y lejanía.

¿Cómo se concreta hoy eso de HISPANIDAD? Cuando los miembros de una familia no quieren, no resulta sencillo celebrar con éxito ningún cumpleaños, ni siquiera el de la madre, como elemento común de la familia. Y la familia de la HISPANIDAD, por desgracia, está muy desunida. Pareciera que la labor de cada hijo consistiera precisamente en mostrar la animadversión al resto de los hermanos y de la madre. Si cada miembro de la familia se esforzara en ver qué puede aportar al resto en lugar de gastar todas sus energías en reclamar sus derechos, otro gallo nos cantaría y otra sería la celebración de la HISPANIDAD. Nunca para dar voces ni para sacar pecho, porque errores y descosidos se le ven al traje de la Historia, de nuestra Historia, por todas partes; pero sí para sentirse herederos de tantos que nos legaron su ejemplo y nos aportaron tantas cosas positivas, sin las cuales no sabríamos explicar nuestro presente. Y, como se ha dicho tantas veces, pidiendo perdón por lo mal hecho; pero sin dejarnos avasallar por los que, desde otras culturas, tanto tienen que mirarse y corregirse a sí mismos y a sus quehaceres.

Cuesta pensar por qué no se modifica la visión negativa para convertirla en una esperanza positiva que anime a todo el mundo en la búsqueda de un futuro mejor para todos, sin revanchas y sin supremacías de ningún tipo. Pero esto tal vez sea pedir peras al olmo o sembrar cotufas en el golfo. Tal vez.

lunes, 10 de octubre de 2022

DÍAS REUNIDOS 2014

 DÍAS REUNIDOS 2014

Me llegan ejemplares de la que ya es sexta entrega de la serie Desde mi terraza. Días reunidos. Estamos casi en la mitad de lo que pretende seguir hasta nuestros días. Los textos ya están escritos y solo falta la voluntad editorial de imprimirlos. Estamos en ello. Me siento contento.

Con la suma de todos ellos, espero configurar una imagen bastante fidedigna de lo que ha ido pasando por mi mente durante todos estos años en un conjunto amplio de variables, que van desde la filosofía a la poesía, o desde los asuntos sociales a los más particulares. Al fin y al cabo, como decía Unamuno, Nada hay más universal que lo individual.

Siempre he aspirado a que lo que puede parecer una anécdota termine por elevarse hasta el nivel de categoría, o al menos hasta convertirse en el indicio de una idea. El desarrollo queda para el lector, al que le pido este esfuerzo. Lo demás es todo suyo.

 

 






jueves, 6 de octubre de 2022

LA EDUCACIÓN Y LOS PIJOS

 LA EDUCACIÓN Y LOS PIJOS

Ni halagar demasiado a los jóvenes ni despreciarlos en exceso: ambas son dos muestras de vejez. Arranco con tal sentencia porque me sirve de base para la idea que hoy quiero exponer. Tal vez debería haber partido de la anécdota, pero poco importa.

Resulta que, en un colegio mayor de los madriles, adscrito a la Complutense, un numeroso atajo de muchachos pijos (la estancia en el mismo cuesta un ojo de la cara) se ha desayunado con un despelote de exabruptos e insultos machistas a otro grupo de chicas. Nada nuevo: el asunto se repite por estas fechas en muchos otros lugares que rondan el contexto universitario.

Que los hechos no tienen un pase y deben ser condenados es algo que no ofrece dudas.

Hay al menos dos consideraciones que van más allá de los hechos y que son los que elevan la desagradable anécdota hasta el nivel de categoría. Y a mí, con perdón, es lo que más me preocupa.

La primera de ellas me anima a considerar qué tipo de gente es el que comete tales tropelías. De estos polvos vendrán los futuros lodos y a más de uno de estos arrogantes pijos (el dinero aguanta matrículas y el que aguanta gana y termina con el título en la mano) se le verá en puestos de esos que llaman de responsabilidad social, dictando leyes, impartiendo justicia, seleccionando personal o decidiendo por otros muchos y modelando su actividad vital. Y lo pagaremos todos, pero sobre todo los de menos poder adquisitivo; también los que tienen que labrarse un porvenir a base de esfuerzo personal, de becas y de trabajo añadido.

La segunda creo que aún tiene mayor alcance. Se tiende a asociar ciertas actividades a edades distintas, y son de uso continuo frases como estas: «Son jóvenes, hay que entenderlos». «Ya se les pasará con el tiempo». Y así toda una ristra de tópicos más. No niego la importancia que la biología posee en el desarrollo vital de cada uno de nosotros, pero me opongo radicalmente a ceder todo a ese impulso. Si así fuera, tendríamos que dejar a los niños que hicieran lo que su impulso les pida, por ejemplo. Y no lo hacemos, ni debemos hacerlo. Pues creo que lo que sirve para los niños lo podemos aplicar a los jóvenes, a los adultos, a los maduros y a los ancianos… A todo el mundo. La educación (ex + ducere, conducir fuera de, sacar del camino, buscar el camino adecuado, reconducir…) no nos invita a dar el placet a todo, sino a negar aquello que, desde una concepción racional, comporta perjuicios para el que realiza esos hechos. Si así fuera, tendría que ser, precisamente en la edad juvenil, cuando más cuidado deberíamos poner en regular y hasta prohibir estas acciones; que ya habrá tiempos en las que esto resulte más sencillo. Esta sería, creo, una concepción de la educación distinta a aquella basada en un sencillo laisser faire, laisser passer, que tan bien le viene a este atajo de privilegiados. En la educación, hay que dejar que se desarrollen todas las potencialidades que lleva en sí la persona, pero esto poco o nada tiene que ver con la necesidad de regular los impulsos más elementales, que nos conducen hasta el nivel ínfimo de los brutos y animales.

Por desgracia, toda esta serie de ‘novatadas’ se repite cada principio de curso en demasiados lugares próximos al ámbito universitario. Ya se sabe, «son jóvenes, son así, no pasa nada».

Como respondo cuando se me acerca un perro y el dueño me dice «no tengas miedo, no hace nada». No hace nada hasta que hace.

martes, 4 de octubre de 2022

EL AMOR

          EL AMOR

…cuando el amor se olvida, / ¿sabes tú adónde va?  Bécquer

 

¿Es el amor eterno -me pregunto-

mientras lo siento dentro y me posee,

mientras me hace ser otro y ser yo mismo

en un desdoblamiento enajenado?

¿Y cuando se vacía de mí mismo

y me descubro frío y solitario?

 

Eterno y absoluto es mientras dura,

pues ya no puede huir sin dejar huella

en quien sintió la fuerza de su fuego

por más que ya sus llamas no lo alumbren.