PERMANENCIA
que todo lo que observo
tiene más permanencia que yo mismo.
Hay lluvia que recuerda tercamente
que todo es ida y vuelta, que el otoño
recibe entre sus brazos la frescura
que se olvidó el verano. Y es inútil
no pensar que el invierno traerá frío
como lo viene haciendo desde siempre.
Luego renacerá la primavera,
y de nuevo, el estío y el otoño,
con esas mismas gotas que ahora empapan
la frágil comprensión de mi memoria.
También yo me repito y guardo el eco
de aquel que fue y tal vez dejó de serlo
cada vez que el reloj del infinito
descontaba una acción al calendario.
Confieso no saber si soy el mismo,
o tal vez ese eco me susurre
que todo era ya viejo
cuando empecé a vivir y a ser del tiempo.
1 comentario:
Todo era viejo y también joven. La renovación de la naturaleza.
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