PALABRAS
PARA UN MITIN
Este fin de semana he andado
ocupado en asuntos de campaña. Tengo la obligación contraída de ayudar al PSOE
en estos meses, en esta ciudad estrecha y en las condiciones en las que todo
esto se halla. Ahora no es momento de argumentar ni de exponer las razones de
esta disposición.
El sábado se celebró un mitin
en Béjar; era algo así como el acto central de la campaña electoral. En él nos
reuníamos gentes que nos decimos progresistas de Béjar y de los pueblos de la
comarca. No creo que las campañas solucionen casi nada, pero este acto era algo
distinto porque, en el mismo espacio y en el mismo tiempo, gentes diversas
intercambian palabras y se daban ánimos unos a otros. Ser candidato de
izquierdas en un pueblo perdido y pequeño poco tiene que ver con serlo en una ciudad
grande. Cuántas dificultades se puede uno imaginar.
Me encargaron que les
dirigiera unas palabras. Yo no soy candidato a nada. Las razones son otras.
Apunté las palabras, aunque sé que, para un acto de este tipo, no es normal que
se haga. Después -la palabra hablada incorpora gestos, silencios, tonos,
timbres, glosas…- se las dije a todos juntos. Las doy aquí a la luz porque me
las quiero decir a mí mismo también y, sobre todo, porque este es el TONO en el que a mí me gustaría que se
manifestaran los mitineros de los medios de comunicación: nada de complacencias
propias y de qué buenos somos; mucho menos de qué malos son los demás; y todo
lo posible acerca de ideas y de talantes a la hora de representar. Con todas
las morcillas e improvisaciones que siempre incorporo, estas fueron mis
palabras, este fue mi “mitin”:
PRESENTACIÓN
CANDIDATURA PSOE
BÉJAR 16-O5—2015
CENTRO DE CULTURA SAN
FRANCISCO
Queridos amigos, gracias por vuestra presencia en este día en
el que nos reunimos gentes progresistas de Béjar y de los pueblos de la
comarca.
En esta ocasión traigo apuntadas casi todas las palabras que
os quiero decir. Lo hago así buscando tres objetivos. El primero es el de la
brevedad: detrás de mí os hablarán otras personas a las que, el menos de
entrada, es probable que tengáis más ganas de oír que a mí. El segundo se da la
mano con el primero: es el de procurar precisión en lo poco que yo pueda
deciros. Y el tercero es el de mantener el tono de anfitrión que en este día me
corresponde.
Permitidme que comience, pues, como portavoz de la Gestora de
Béjar, por dar la bienvenida a todos los que nos acompañáis, desde los que
vienen de más lejos (Demetrio Madrid),
pasando por Fernando Pablos, en su doble condición de secretario
provincial y candidato a las Cortes de Castilla y León, y las demás personas de
Salamanca, hasta cualquier simpatizante que está en la sala, pasando por todos
los compañeros que, desde los pueblos de la comarca, se han acercado hasta
aquí; ellos son la prueba de que, en realidad, lo que proclamamos hoy es la
voluntad de un amplio grupo de personas de distintas localidades que se ofrecen
para representar a sus convecinos, de acuerdo con unas ideas sociales comunes,
aquellas que dan fuerza y están en la base del PSOE. Si me lo permitís, gracias
especialmente a ellos. Yo mismo nací en uno de esos pueblos y siempre me
declaro, no de pueblo, sino orgullosamente de pueblo, con todo lo que ello
implica. Allí se me apareció la vida, allí empecé a intuir lo que significan el
tiempo y el espacio, y allí advertí por primera vez que la hermosura de la vida
no se reparte de la misma forma para todos. Sentíos bien entre nosotros, sed
cada uno uno más y compartid lo que podáis aportar y lo que os podamos ofrecer.
Como decía, hoy presentamos en público también a un grupo de
personas de Béjar que van a personificar un conjunto de ideas y un programa
político que busca la mejora de los ciudadanos y que, desde un modelo de ciudad
organizado, se ofrece a esta para coordinarlo y para llevarlo a cabo.
Ortega y Gasset, uno de nuestros principales intelectuales en
el siglo veinte, escribía, en su obra “Meditaciones del Quijote”, esta
expresión: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo
yo”. Cada ser desarrolla su vida en unas circunstancias propias, cada comunidad
en otras específicas y todos dependemos de lo que nos rodea.
Como es sabido, el PSOE de Béjar ha vivido en los últimos
tiempos unas circunstancias especiales, muy especiales, acaso las más
especiales desde su refundación hace casi cuarenta años. No haré más referencia
a ello, pero quiero que no lo olvidéis.
Pero también es evidente, y todos lo podemos comprobar aquí y
ahora, que un nutrido grupo de personas, de variada condición social y
socialista, de espíritu progresista y con los mejores deseos de hacer avanzar y
mejorar la vida de nuestra ciudad y de nuestros pueblos, está hoy dando voz y
visibilidad a esa concepción socialista y siendo representante de todas las
personas que sienten la vida en esta escala de valores. Para ellas, por encima
de cualquier otra circunstancia, existen los valores, existen las ideas, existe
una ideología y existen las personas. Tenemos que salvar la circunstancia y con
ella tenemos que salvarnos nosotros, como personas y como gente progresista, y
seguir existiendo en una situación mejorada y positiva.
Con ese espíritu de superación, con la conciencia de que su
trabajo se hace en favor de la comunidad y seguros de prestar un buen servicio
a sus convecinos, estos compañeros que forman la candidatura del Partido Socialista
Obrero Español en Béjar y en la comarca se presentan a nosotros y a todos los
bejaranos y comarcanos. Todos tienen ante nosotros la misma consideración y
aprecio, a todos les agradecemos de la misma manera su disposición.
Después los vamos a nombrar y les vamos a agradecer su
disposición con un aplauso fuerte, pero ahora me voy a permitir realizar un
ejercicio de representación. En la vida me cuesta representarme incluso a mí
mismo pues me doy cuenta de que fallo con frecuencia. Pero me armo de valor, me
disfrazo de ciudadano de la calle, de elector normal, de persona que paga
impuestos, que pasea, que va y viene, que sube y baja con otros en el ascensor,
que puebla las aceras, que compra el pan, que se manifiesta en público y a
veces piensa… (o más bien –para qué nos vamos a engañar-, me disfrazo de mí
mismo, que no es poco y es lo que menos mal hago) y, desde esa posición, me
atrevo a formularos unos cuantos ruegos. Conozco más a los integrantes de la
candidatura de Béjar, pero, como las ideas básicas son las mismas, también
formularé los ruegos a todos los candidatos presentes. Ya veis, en lugar de
venir a proclamar vuestras bondades, que sé que las tenéis, rompo el guion y me convierto en buzón de voz
para pediros cosas.
En primer lugar, os pido que no olvidéis que representáis
unas ideas organizadas, es decir, una ideología. Y que, en esa ideología, el
principal valor es el de la persona: ningún valor es superior al de ser
persona: ni la riqueza, ni la belleza, ni la sapiencia… Nada vale tanto como la
condición de ser persona, simplemente por el hecho de serlo.
En segundo lugar, os pido que no vayáis contra nadie, que
vayáis a trabajar en favor de todos. Este partido tiene vocación de gobierno,
pero, por encima de ganar o de perder, está el hecho de buscar mejorar, de
mejorar a todos. Entre nosotros no debe caber, más allá de la controversia
política, eso de los vencedores y de los vencidos: o nos salvamos todos o
perdemos todos.
En tercer lugar, os solicito que realicéis con intensidad
vuestro trabajo de representación social; pero que no perezcáis en el intento.
La ayuda a los demás tiene que proporcionar también una satisfacción personal y
tiene que fluir con naturalidad, desde la convicción, como consecuencia de unas
ideas previas que la empujan, porque, si no, termina cansando, molestando y
siendo ineficaz.
En cuarto lugar, os ruego que seáis breves en el tiempo y no
os eternicéis en ningún cargo. Cuando se sirve mucho tiempo, se corre el
peligro de la rutina, de la dejadez y de servirse uno a sí mismo y, entonces,
todo cambia de color, los valores se pueden pervertir y todo queda en
apariencia y falsedad.
En quinto lugar, os pido que penséis y miréis con amplitud,
que tengáis altura de miras, y que no os
dejéis llevar por la improvisación del momento. Si servís a la localidad es
porque tenéis unas ideas previas y un modelo de localidad determinado. En ese
modelo es donde encajan las resoluciones y los proyectos. Solo después es
cuando viene eso de hacer fuentes; diecisiete, o incluso dieciocho.
En sexto lugar, os recuerdo que nunca tenemos la verdad
absoluta; primero porque, seguramente, una verdad absoluta no existe, y, en
segundo lugar, porque los demás, a pesar de todo, también tendrán algo de
razón. Su razón, si se suma con la nuestra, tal vez sea más amplia y más
beneficiosa para los ciudadanos. Recordad el proverbio de Antonio Machado: “¿Tu
verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”. Luego ya
vendrá eso de hacer fuentes.
En séptimo lugar, os invito a que escuchéis la voz de los
ciudadanos, a que dialoguéis con ellos. Y recordad que, en cualquier
conversación, es tan importante o más saber escuchar que hablar sin pausa. Después vendrá eso de hacer
fuentes, o incluso lo de arreglar calles y esas cosas de “nosotros hemos hecho”
que tanto se prodiga.
En octavo lugar, os ruego que, entre vosotros mismos,
entendáis que todos aportáis lo que podéis y que nadie es superior a nadie.
Todos somos importantes y nadie es imprescindible. No vayáis a comportaros como
aquellos habitantes filósofos de la película “Amanece que no es poco” cuando
aclamaban al alcalde con las aquellas palabras de “alcalde, todos somos
contingentes, solo tú eres necesario”. Colaborar no es mandar ni jerarquizar
sino laborar en común, aportar en el mismo nivel, sentirse todos igual de
importantes. Si esto se cumple, lo de las fuentes y las calles vendrá después y
con mayor facilidad.
En noveno lugar, quiero rogaros que, en vuestro trabajo
municipal, contribuyáis a cambiar y mejorar la escala de valores en la que nos
tiene sumidos un conjunto de tradiciones y costumbres rancias y obsoletas de
nuestras localidades, que obedecen más a elementos extraños y misteriosos que a
ninguna medida racional. Esa España de charanga y pandereta que parece
conformarse con la tríada de toros, procesiones y verbenas y que apenas
comparece en otras expresiones culturales más racionales, ricas y actuales.
Esas sí que serían otras fuentes que manarían con otro tipo de agua. Y, por
cierto, serían más de 17 o 18. Os lo dice uno que siente devoción por un trago
de agua del chorro de una fuente cualquiera.
Y, para no ser demasiado pedigüeño, haré un último ruego. Es
el siguiente: No vayáis al Ayuntamiento a redimir a nadie ni a proclamar que
sois mejores que nadie. Tampoco a sustituir a los ciudadanos en sus
obligaciones. Esa es una concepción muy superada, aunque parezca más cómoda
para muchos votantes. Y, además, es una visión de la política muy autoritaria,
muy paternalista y muy de derechas. Id a decir a todos que nuestra ciudad o
nuestro pueblo es lo que de ellos hagamos entre todos; que vosotros coordináis
y organizáis, promovéis y animáis; pero que las sugerencias tienen que venir
desde el interés de todos los vecinos,
desde su participación y desde su implicación en todo lo que tiene que ver con
la vida en la polis, en la ciudad, o sea, en la política. Solo de esa forma se
puede conseguir una ciudad, o un pueblo, mejores, más sociales, más
participativos, más activos y más democráticos. Os aseguro que, si todos
trabajamos con espíritu colectivo y con vuestra disposición a estar al frente
de este proyecto común, los resultados serán los mejores para todos los
ciudadanos. Y después también vendrá eso de las fuentes y de las calles. Pero
ya veis que de otra manera.
En el fondo, y, si lo miráis bien, no os solicito más que una
buena dosis de sentido común y de buena voluntad; el sentido común que dan
nuestro pensamiento y nuestra ideología, y la buena voluntad que de ella
también se desprende.
Os marearán con el sonsonete manido de “obras, no palabras”.
Cuando esto oigáis o leáis, pensad en lo siguiente: Al ser humano, lo único que
le distingue del resto de los animales y le coloca en una situación
privilegiada respecto de ellos es precisamente la palabra. El resto de animales
nos supera en todo lo demás. A nosotros
nos interesan las palabras porque ponen voz a las ideas, las ideas sustentan
las políticas y las políticas animan las realizaciones concretas. Nosotros
también pedimos fuentes -si puede ser, más de 17- pero de otra manera, porque
nuestra escala de valores es otra bien distinta. Usadlos en este orden: ideas,
palabras, exposición de argumentos, acuerdos y realizaciones. Si me permitís,
en el ejemplo de las ya famosas fuentes, primero los valores del agua y de la
geografía urbana, después la proposición y el intercambio a través de la
palabra, más tarde el acuerdo, y, por último, el cemento y la paleta. Y así con
las fuentes y con todo.
A ello os convocamos y en ello os deseamos la mejor de las
suertes. Vuestro éxito será el éxito de los ciudadanos, que es lo que realmente
nos importa a todos.
Os recuerdo, por último, unas palabras que rezan en el acta
fundacional de nuestra agrupación, desde hace ya 113 años: “En nuestro partido
cabe todo el que, amando la verdad y huyendo de mistificaciones, persiga los
grandes ideales y esté siempre dispuesto a sacrificarse por el bien general”.
Son muy claras. La interpelación de las mismas os la dejo a cada uno de
vosotros.
Ánimo y muchas gracias.