miércoles, 30 de marzo de 2022

CUMPLEAÑOS Y SANTOS

CUMPLEAÑOS Y SANTOS

       Tengo en mi móvil un calendario que cada día me recuerda que es el cumpleaños de alguna persona; de las que quiero felicitar y de otras muchas cuyo aniversario no me produce ninguna sensación especial. Y es que los móviles son los almacenes de casi todo, también de parte de nuestra memoria. Tanto nos han cambiado y tanto hemos cambiado con ellos. Nos empujan, nos detienen, nos recuerdan. Le damos a un on y es como si a un animal le gritáramos «arre» para que se ponga a andar; le trasladamos un off y es como si al animal de mandáramos «sooo» para que se detenga. En realidad, nos hemos convertido en algo así como en arrieros de la informática.

       Pero no era esto lo que yo quería hoy glosar. Me sirve la anécdota para pensar en los cumpleaños y en la otra celebración general: el santo. El cumpleaños y el santo.

       El primero es lineal, el segundo es circular. La metáfora geométrica indica que el cumpleaños se produce y se completa en sí mismo, sigue la línea recta del tiempo; el santo vuelve al punto de partida, se reproduce y se recuerda cada vez que da la vuelta el calendario. Uno solo cumple veinte años (a pesar de que dicen que veinte años no es nada) una sola vez, pues la próxima serán ya veintiuno. El santo se repite y siempre vuelve al mismo sitio, a la misma advocación, al mismo recuerdo. Uno se llama Roque, por ejemplo, y cada mediados de agosto lo tiene a la puerta como el pasado año y con los mismos ropajes. El cumpleaños viste connotaciones distintas según la edad, mientras que el santo es más neutro. El santo, claro, es más religioso; el cumpleaños es más civil.

       Como la risa va por barrios, las celebraciones también. Hace no muchos decenios, se celebraban las onomásticas, los santos, con más rumbosidad; ahora parece que andan un poco olvidados. ¿Será asunto de las influencias religiosas? Pues seguramente, aunque la causalidad es siempre múltiple.

       Claro que no estaría de más arrimarle como causa esa extraña moda de ponerles a muchos niños nombres sacados de cualquier parte: Kevin, Joanna, Olmo, Pino, Josua… A ver qué Cristo es capaz de ponerse en el calendario con estas pancartas. Es que no hay manera. Tenemos el santoral ya a rebosar, que últimamente los canonizan a cientos. Algunos tenemos santos en el santoral para dar y tomar, y podemos celebrar el santo casi cunando queramos. Y así no hay forma de que quepan más.

       Pues sea como sea, esto no es más que un indicio de reflexión y un poco de ironía. Cada cual puede llamarse como le venga en gana. Hasta ahí ya habíamos llegado. De todos modos, los padres podían pensárselo dos veces antes de dejar medio estigmatizados a los pobres niños para toda la vida.

lunes, 28 de marzo de 2022

LA VIDA EN EL VALOR DE LA PALABRA


LA VIDA EN EL VALOR DE LA PALABRA

Como cualquier palabra que habita el diccionario,

yo soy otra palabra, solo un nombre,

un sencillo sonido articulado,

la armonía que saca del olvido

lo que antes era sueño y era nada.

Soy solo, pues, la forma que contiene

la aspiración constante de algún significado.

 

Pero tengo misión de hacer milagros

nombrando cada cosa y dando vida

al oscuro desván de la materia.

 

El río es río porque yo lo nombro,

porque pronuncio río y se hace río

para todas las bocas de la tierra.

Lo mismo le sucede al cielo, al agua,

al amigo, a la madre o a la piedra…

 

Los seres solo son si los nombramos.

 

Porque otro me nombró, yo soy un hombre

y tengo la misión desde ese instante

de dar nombre y dar vida a lo que existe.

Las cosas no se nombran por su cuenta:

no tienen el poder de la palabra.

Yo llamo, clasifico, ordeno informo,

jerarquizo, destruyo, mato, olvido

con el sacro poder de la palabra.

 

La realidad a veces me regaña

por unos resultados tan precarios.

Mas no he de desistir en el empeño

de otro mundo mejor y más gozoso

que nace del poder de la palabra.

sábado, 26 de marzo de 2022

COMO DIOS MANDA

COMO DIOS MANDA

          La lengua es un humilde cifrado de la realidad, es esa figuración en la que convertimos el mundo para que lo podamos dominar, trasladar y hasta intentar comprender. Pero siempre de una manera muy pobre, solo como aproximación, como intento, casi como ilusión. Le sucede como al cerebro, que es una máquina complejísima, pero que, a la menor, se nos desequilibra y tenemos que llevarlo a revisión. Por eso la necesidad de conocerla bien y de echarle una buena dosis de buena voluntad en el asunto ese de la comunicación. Si no se le añaden estos ingredientes, el cocido no podrá tener nunca buen sabor.

         A todo se le suma la dificultad de que todos los elementos que componen una lengua andan en movimiento y son culo de mal asiento. Les pasa a los fonemas, les sucede a las palabras, ocurre con los sintagmas, con las frases y con los significados. O sea, que hay que agarrarse, que vienen curvas.

         Pero como, a pesar de todo, la lengua aspira a ser reflejo de la realidad, resulta que es esa realidad la que la está condicionando a cada instante, poniendo y quitando elementos a su antojo y moviendo los significados según sus caprichos.

         Valga para muestra un ejemplo: COMO DIOS MANDA.

         Se trata de una expresión que ha sido utilizada, en general, para indicar que algo debe realizarse bien, con suficiencia y de acuerdo a las normas establecidas. De tal manera, que algo hecho como Dios manda queda refrendado por la comunidad y quien lo haya realizado queda confirmado por los demás.

         ¿Se ha utilizado siempre con la misma frecuencia tal expresión adverbial? Parece claro que no. ¿Cuándo lo habrá sido? Evidentemente, en las épocas en las que la influencia religiosa haya resultado más fuerte. Si, además de esa influencia religiosa, ha existido confluencia entre ella y la realidad política, entonces miel sobre hojuelas. ¿Habrá habido alguna época reciente en nuestra Historia en la que esto se haya producido? Cada cual decidirá. No hay más que observar cómo se expresan las personas de más edad

         ¿Y en el momento actual? La tendencia apunta a la baja. ¿Hay relación directa con la menor influencia de los elementos religiosos? Seguramente.

         ¿Qué pasará en los años siguientes? Pues vaya usted a saber, pero apostamos a que dependerá de nuevo de la curva de influencia de los elementos religiosos

         «Haz los deberes como Dios manda».

        «Lávate las manos como Dios manda».

        «Compórtate como Dios manda».

        «Vístete como Dios manda».

        Y en este plan.

         Lo más difícil de todo es saber cómo manda Dios. Bueno, tal vez Dios manda «como Dios manda».

viernes, 25 de marzo de 2022

PECADOS CAPITALES

 PECADOS CAPITALES

Estas religiones occidentales que han conformado y siguen siendo conciencia de nuestra historia tienen una de sus bases fundamentales en la culpa y en el pecado. Sin ellos no se sustentarían. La consecuencia inmediata es el castigo y la condena. Los mayores, claro, se extienden hasta lo inabarcable: el fuego eterno. Como contrapeso y ánimo, incluyen el premio también eterno: el cielo glorioso. Y cuantos más adornos se le ponen a uno, más desgracias se le acumulan al otro. Como si el pobre humano tuviera capacidad, pobrecito, para merecer ni gloria ni castigo eternos. La consecuencia es un miedo latente, que aflora en cualquier momento de la vida y que impide el desarrollo normal de las escasas capacidades que poseemos para encarar la vida con humildad, pero también con gallardía.

Pero hay pecados y culpas de todo tipo, con mayor o menor fortaleza y rango. Hoy recuerdo aquellos que se llamaban (no sé si siguen en cartelera) pecados capitales: gula, pereza, envidia, avaricia, lujuria, soberbia, ira. Los siete pecados que te dejan baldado solo con evocarlos, como si fueran fantasmas o jinetes del Apocalipsis que te miraran siempre desde arriba y blandiendo alguna espada.

Si se repasan con calma, hay uno que se separa de los demás en algo importante. Se trata de la envidia. ¿En qué? Pues en que tal vez sea el único que no produce placer.

Veamos.

¿Qué se puede decir de la gula ante un plato bien colmado de algo que nos guste mucho? Estará mal, pero que nos quiten el atracón y el gusto que nos llevamos para el cuerpo.

¿Y de la pereza? En una mañanita de fin de semana o del mes de abril en el que «las mañanitas son tan dulces de dormir»...

La avaricia rompe el saco. Pero, mientras lo rompe y no lo rompe, el avaricioso se cree en el camino de la satisfacción. Eso sí, sin saber acaso que ese camino no tiene meta.

De la lujuria y sus placeres, no cuente que los alabe (…), pues el mundo todo sabe cuáles fueron.

La soberbia deja al menos un ratito de complacencia, aunque enseguida nos lleva a la desazón y al malestar.

Algo similar sucede con la ira, que nos permite, aunque sea momentáneamente, desfogar nuestros enfados y dejarnos como en la posición de descanso. Tal vez, también, por poco rato.

Y llegamos a la envidia. Siempre se habla de envidia sana y envidia no sana. Como si se tratara del colesterol. Alguna vez he escrito acerca de la envidia como sistema de cambio y de rebelión en busca de un ambiente más justo e igualitario. Pero, sea como sea, es difícil hallar un momento de placer en el proceso de la envidia. Ni en la sana ni en la menos sana. Así que aquí, en el campo de la envidia, en el pecado llevamos la penitencia de serie.

¿Por qué nos cargan con los demás pecados si nos producen placer? ¿Es que la vida, tan breve ella, tiene que estar también llena de pecados y de culpa? Un poco de compasión, por favor.

Que no digo yo que haya que abusar de nada, pero de ahí a no dejarnos ni levantar la cabeza hay una escala muy grande.

Esos que se atribuyen la interpretación única de los textos religiosos y que ordenan la escala de valores, de gracias y de pecados, de indulgencias y de premios, pero también de castigos y de penas, se lo deberían pensar un poco más y dejarnos más libres para el gozo y el camino positivo en la vida. ¿Por qué ese empeño en tenernos siempre con la amenaza sobre la espalda y el miedo en el cuerpo? ¿De verdad que los dioses se complacen en vernos así, asustaditos y sin poder darnos ningún caprichito? ¿O acaso es que esto responde más bien a otros intereses inconfesables de los miembros de la comunidad que mejor parados pueden salir de su imposición?

Qué quieren que les diga.

jueves, 24 de marzo de 2022

ADOCTRINAMIENTOS

ADOCTRINAMIENTOS

El PP y VOX han llegado a un acuerdo (Valladolid, 10 de maro de 2022) para gobernar la Comunidad de Castilla y León. El documento firmado consta de 11 EJES y de 32 ACCIONES. Al mundo educativo se dedican las ACCIONES 14, 15, 16 y 17. Todas están redactadas en términos muy genéricos, seguramente para dejar las manos libres a la hora de llevarlas a la práctica y con el fin de que casi nadie pueda oponerse frontalmente a ellas.

Algunas, sin embargo, incluyen términos que hay que sujetarlos y analizarlos con cuidado, por la cantidad de contenido que pueden incluir y las connotaciones que incorporan.

Sea el caso de la ACCIÓN número 14. Reza así:

Consolidaremos un modelo educativo basado en el mérito, el esfuerzo y la capacidad, que tenga por objeto la excelencia, generador de oportunidades y libre de adoctrinamiento ideológico.

Así leído, sin más, parece que hasta suena bien: mérito, esfuerzo, capacidad. Pero todo se vuelve palabrería si no se produce en un contexto de IGUALDAD. Y de ella nada se dice en el documento. ¿Cómo se va a fomentar esa igualdad en todos los centros educativos? Manga ancha en la práctica y experiencia conocida.

Algo parecido sucede con la última calificación: libre de adoctrinamiento ideológico. O sea, que se aspira a que en la educación no aparezcan ideas u opiniones, RELIGIOSAS, filosóficas, políticas, etc., sustentadas por una persona o un grupo (DRAE dixit). ¿Qué hacemos, eliminamos las asignaturas de Religión, Filosofía o algo parecido a Educación Social? Nadie lo interpreta en tal sentido. ¿Entonces? Todos leemos la intención semioculta de eliminar cualquier posibilidad de razonamiento acerca de hechos sociales y políticos y el respaldo a una doctrina religiosa determinada que se acomoda a sus intereses. O sea, algo que termina abarcando a toda la acción social y a la forma de vida de la comunidad. Un alcance extraordinario detrás de un simple juego de palabras.

Tómese, si no, el texto al pie de la letra y prohíbase el adoctrinamiento -este sí, basado en creencias y no en razonamientos- religioso y verán que todos los colegios religiosos y casi todos los concertados tienen que cerrarse inmediatamente. No parece que esta sea precisamente su intención, sino todo lo contrario. Causaría risa ver que alguien litiga exigiendo a nuestra Junta de Castilla y León que cierre colegios concertados y privados en aplicación de las leyes que quiere promulgar. ¿O no es en estos centros donde se produce el adoctrinamiento en todo eso que llaman el Ideario?

Esto del lenguaje y de la lengua es lo que tiene, que vas por lana y puedes salir trasquilado.

Pues eso. Para el rincón de pensar.

viernes, 18 de marzo de 2022

ES EL MERCADO, IMBÉCIL


ES EL MERCADO, IMBÉCIL

Todo necio confunde valor y precio. A. Machado.

Jugamos con el precio de las cosas

negando su valor y su importancia.

Las guerras nos regulan su abundancia,

las bolsas su mercado y el negocio

de solo hacerlas venta o de esconderlas

esperando intercambio más rentable.

Sube el barril oscuro de petróleo

y el gas alcanza precios prohibitivos.

Son implacables leyes del mercado

en las que apenas cuenta el ser humano,

que encaja o desafina simplemente

en la cuenta final de resultados.

 

¿Quién habla del valor de la materia?

¿Quién del que mata el frío con su llama?

¿Cuánto vale la tierra que alimenta

al ser humano que a su amparo vive?

Materia, ser humano, tierra, trigo,

son solo componentes

del concepto sagrado del mercado.

 

El mundo es una lonja, un mercadillo,

un zoco, un gran bazar, un baratillo,

en el que el ser humano poco importa

al lado del dinero y su subasta.

lunes, 14 de marzo de 2022

LA CONCIENCIA DEL TIEMPO Y DE LA VIDA

      

LA CONCIENCIA DEL TIEMPO Y DE LA VIDA

La lluvia se ha dignado visitarnos

en estos días postreros del invierno,

ya a punto de nacer la primavera.

Algún pájaro vuela y se humedece

dibujando piruetas en el aire.

Por mi plaza circulan los paraguas

y las gentes se cruzan presurosas

en direcciones vagas e imprecisas.

Desde el fondo de algún lugar remoto

llegan notas en eco de guitarra.

En todas estas casas

que conforman mi barrio viven gentes

que comen, beben, duermen, ven la tele,

se enfadan y sonríen, plantan cara

a todos los sucesos de la vida,

y construyen su tiempo como pueden.

El silencio se cuaja o se hace ruido

cuando menos lo espero y me regala

la conciencia del tiempo y de la vida…

Es la humildad serena de las cosas

que suceden, sin más, a nuestro lado.

 

Entonces me contemplo como un niño

que sonríe inocente entre los brazos

satisfechos y alegres de su madre.

 

No ha sucedido nada diferente

a lo que ocurre el resto de los días;

son solo esos milagros silenciosos,

tan pequeños que acaso los ignoro

si no activo la voz de mi conciencia

y observo la belleza del momento,

del milagro continuo en que se pinta

la vida y su hermosura en cada instante.      

viernes, 11 de marzo de 2022

SEMBRANDO ODIOS

SEMBRANDO ODIOS

Llevamos ya un par de semanas de guerra en Ucrania y creo que no he escrito ni una línea que manifieste mi consideración ante la misma. No quiere decir esto que la idea no esté presente en mi conciencia. Además, ante hechos tan graves y tan claros, me cuesta modular y no sé aportar casi nada más que lo que se manifiesta desde tantas fuentes.

Siempre había presumido de pertenecer a una generación que, tal vez por primera vez en la Historia, nunca se había visto envuelta en una guerra. Aunque esta se desarrolla a miles de kilómetros de distancia, ya no puedo decir lo mismo. Primero la pandemia, otra forma más sibilina de guerra no convencional; ahora la guerra en Ucrania. Vamos hacia atrás. Cuando algo te supera de manera tan apabullante, yo no sé hacer otra cosa que admitir o rechazar en conjunto, sin saber modular y ver que, ni siquiera en estos casos tan sangrantes, ni la verdad ni la mentira tienen grados absolutos. Pero es tan alto el valor de la paz, que deberíamos estar dispuestos a pagar casi cualquier precio con tal de salvaguardarla.

¿Qué puede guardar en su mente este moderno imperialista como es Putin? ¿Se creerá en el siglo diecinueve? ¿Cuál es el último fin que persigue? ¿Qué sentido mesiánico es el que lo conduce?

Sean cuales sean los antecedentes que se consideren, esta es una invasión en toda regla de un país por otro y el derecho a la defensa está más que justificado.

Las fuerzas en contienda son tan desiguales, que convendría pensar si es mejor seguir en la defensa y en la lucha, o sencillamente rendirse para evitar baños de sangre y desgracias mayores.

Los valores de eso que llamamos Occidente se están poniendo a prueba más que nunca en la defensa de la democracia, de la ayuda humanitaria y de su cooperación. Su posible intervención militar debería pensarse muy mucho por las consecuencias que podría acarrear.

El reguero de animadversión y de odio hacia los rusos es ya tal, no solo en Ucrania sino en buena parte del mundo, que durará varias generaciones, sea cual sea el resultado bélico. Y esto producirá consecuencias muy negativas para todos.

Pronostico que, se tardará más o menos, pero el invasor terminará marchándose del país invadido con las orejas gachas: no se puede mantener de manera indefinida la invasión de un país tan extenso y con ese número de habitantes. La Historia lo demuestra una y otra vez; sobre todo, cuando la voluntad de toda la población es la misma.

Las estructuras geopolíticas se van a mover como si de placas tectónicas se tratara. A pesar de todos los pesares, que creo que son muchos, no tengo duda en quedarme en las que configuran el mundo occidental. Me parece, con diferencia, el mal menor.

Toda la catarata de ayudas humanitarias que se ha desatado debería estar encauzada en las organizaciones reconocidas y menos en las apuestas particulares, que manifiestan la mejor voluntad, pero menor eficacia.

Como de cualquier crisis se pueden sacar enseñanzas, ojalá todos, cada uno en su nivel, analicemos, concluyamos y actuemos en el futuro, para remediar y para prevenir.

Todos, también los occidentales, vamos a ser más pobres; veremos por cuánto tiempo. Tal vez debamos reorganizar la escala de valores y estar dispuestos a pagar un precio en el bienestar para salvaguardar otros valores. No será fácil.

Visto el panorama y pensando en el futuro, a mí me pide el cuerpo pedir que los ucranianos se rindan, como mal menor para evitar matanzas y muertes innecesarias. La diferencia de fuerzas es tan desigual, que yo no veo ningún deshonor en reconocer que luchar en tal desigualdad no merece la pena. La venganza en frío puede ser más sabrosa, incluso la venganza física. El mal ya está sembrado y el odio no desaparecerá en mucho tiempo, venza quien venza en la guerra; es más, florecerá y será cizaña duradera.

En los países occidentales estamos acostumbrados a que los dirigentes políticos tengan contraposición en otros poderes y en otras fuerzas políticas y organizaciones civiles. En aquellos lugares en los que mandan sátrapas y dictadores encubiertos, o ni siquiera encubiertos, sucede lo que estamos viendo. Si a ello añadimos algo o mucho de desviación mental, la barbaridad está servida.

Qué pena.

miércoles, 9 de marzo de 2022

CONFIESO LO QUE QUISE Y LO QUE QUIERO


CONFIESO LO QUE QUISE Y LO QUE QUIERO

Ejerzo la función en este instante

de espectador ubicuo de mi vida

y todo se me va en un quise ser

para acabar en un soy sosegado.

 

Quise ser aquel niño que ya era,

perderme cuando ya estaba perdido,

sin tiempos, sin espacios, sin fronteras.

Quise ser algo más que lo que era,

sin saber ni la causa ni el camino

que hacia sitios lejanos me llevaba.

Quise ser elegido sacrosanto

entre los elegidos. Sin conciencia,

lejos de la razón y sus medidas.

Quise ser uno más en el proceso

que encaja a cada cual en la estructura

de ese mundo de fábrica y cadena.

Quise ser hombre docto entre los doctos

y educador y faro y luz y guía.

Quise ser tantas cosas, que me pierdo

al evocar en vano mi destino.

 

Hoy quiero ser tan solo una certeza

que se levanta alegre cada día,

dar gracias a la vida por lo mucho

que me ha dado y me da para vivirla,

saber a ciencia cierta que aún pervivo,

que el sol me roza, que la luz me mima,

bendecir la existencia de los seres

que modelan en mí ese ser que aspira

tan solo a dar amor y a ser querido.

 

Con calma, con sosiego, con la ayuda

que presta con los años el camino.

lunes, 7 de marzo de 2022

TRES ERAN, TRES

TRES ERAN, TRES

La política es una actividad que trata, mediante una ideología, de enfrentar unos problemas sociales limitados por la economía. Son palabras que cita Daniel Bernabé en su obra La distancia del presente, pg. 287.

Y en la política andamos día a día y hora a hora. En la más general y en la más particular. Todos. Los representantes de otros y los que nos representamos a nosotros mismos.

No me parece mala definición y mucho me gustaría que quienes desempeñan cargos públicos tuvieran en cuenta alguna definición que sustentara sus actos. Obsérvese que parte de un instrumento sin el cual nada se sostiene. Es la ideología, un cuerpo de ideas y de doctrina que ofrece una visión del mundo y de la convivencia. Con ella se enfrenta la solución menos mala para las dificultades que ofrece la convivencia, pues no hay posibilidad del ser aislado, solo es tal en comunión con los demás miembros de la comunidad, cada día más extensa y más intercomunicada. Y ofrece un límite insoslayable: la economía.

Se podría pensar que faltan elementos en la ecuación, pero me parece que, si se desarrollaran bien estos, lo más importante lo tendríamos salvado.

Y si fundamentales son los elementos, no lo es menos el orden en el que aparecen. Jerarquizar se vuelve, una vez más, esencial. Sin una carga mental e ideológica sólida y trabada, el resto es improvisación y esperar a ver cómo amanece el día. Con la visión panorámica, todo resulta más sólido y trabado. Todo ello para tratar de dar solución a las dificultades que la convivencia presenta de manera inevitable y llevarla a unos niveles de convivencia y de bienestar social atractivos para la mayoría. Esa actividad, en la situación en la que nos encontramos de democracias liberales, está condicionada de manera absoluta por los poderes y las trabas que impone la economía. Por eso, el olvido de esa variante como elemento esencial de la política nos puede hacer desviar los esfuerzos en otras ocupaciones parciales (cuestiones de género, de lenguaje, de minorías…), que, sin dejar de ser importantes, nos cambian el foco de atención y desgastan fuerzas, tan necesarias para el elemento nuclear de la economía y de la igualdad de oportunidades en el elemento más común para el intercambio y el desarrollo de la actividad vital.

Esta consideración parece perderse en esas casi 400 páginas del libro, que repasa los hechos más llamativos del segundo decenio del siglo veintiuno y viene a resultar una catarata incesante de sucesos desagradables concretados en tramas, corrupciones, enfrentamientos sórdidos y luchas a cara de perro por el poder. Con el fondo permanente de los poderes económicos como modelo de convivencia. Porque la economía asoma la patita por todas las esquinas y permite entender la suma de hechos como componentes de una cadena que tiene sentido completo con ese elemento de base.

La economía lo explica casi todo, y regular su fuerza y su distribución termina por ser la clave de lo que ocurre, de manera aislada y en conjunto.

Por lo demás, dejar que se te vengan encima tantos hechos que has vivido, pero que ya los tienes un poco lejos, viene a ser como darte un baño de realidad, de conciencia y de ideología.

Creo que sería higiénico que todos lo experimentáramos. Después, cada uno decidirá.

viernes, 4 de marzo de 2022

AL HILO DE ESTOS DÍAS

AL HILO DE ESTOS DÍAS   

Llevo una semana ajetreada, con visitas diversas a médicos. Cada vez tengo más conciencia de que mi cuerpo empieza a tener muchos pequeños descosidos, aunque aún, por suerte, no me reconozca ningún desperfecto notable ni ningún socavón grave.

El asunto me da para demasiadas consideraciones, y no debo regodearme en ellas porque no sé si son precisamente positivas y alentadoras. Pero es que mandarlas al cesto de los papeles tampoco me parece una postura honrada. Así que las apunto como consideración y para cumplir mi propósito de que cualquier hecho vale en tanto supera la anécdota para aspirar a la categoría.

La primera tiene que ver con la edad y eso que llaman el paso inexorable del tiempo, o de la conciencia de él, que es el verdadero tiempo. Uno, sencillamente, se va haciendo mayor (¿o debería usar la palabra viejo?) y tiene que hacerse cargo de las consecuencias que eso conlleva. Aceptar las limitaciones de cada momento tal vez sea una buena manera de sobrellevar lo que va aconteciendo cada día. Mi mente recupera algún prinicpio estoico en estos momentos. Para consuelo y hasta para sosiego.

La segunda es constatar que la sanidad resulta posiblemente la principal carencia de los que vivimos en poblaciones pequeñas y alejadas de hospitales y ciudades grandes. Para casi cualquier desperfecto hay que acudir a la capital, con todo lo que ello comporta de tiempo y de desajustes. Conseguir una buena atención médica en poblaciones asiladas y pequeñas debería ser una de las preocupaciones principales de la Administración. Tal vez lo sea. Comprendo que la relación precio atención no es fácil de conjugar.

La tercera es la de analizar de qué manera los especialistas médicos tienden a considerar que el cuerpo humano se reduce a aquello en lo que son especialistas. Tengo la impresión de que la cura de una parte del cuerpo no debería invadir ni dañar nunca a otra parte, porque el cuerpo es un todo armónico y funciona bien o mal en todos sus miembros.

La cuarta es la de pensar que hay tantas personas con dificultades físicas, que uno se debería sentir privilegiado por no tener que soportar más que alguna pequeña dolencia y esas revisiones que la edad obliga a que se repitan con una periodicidad más corta y que te sumergen en un estado casi continuo de inquietud en espera de la siguiente prueba.

La quinta me sienta para pensar en lo hermoso que resulta entender que la sociedad es la urdimbre de toda una serie de relaciones y de ayudas sin las cuales el ser humano aislado no podría sobrevivir. Cada uno en su tarea particular, siempre con el rabillo del ojo y con la vela de la conciencia sabiendo que hay por ahí muchos que velan por nosotros y que, por la misma razón, nosotros debemos velar por ellos en la medida en que podamos.

Para completar este índice con media docena de apuntes, la certeza de la vida como don, como regalo y como milagro. El privilegio de la conciencia de esa realidad propia entre la inmensidad de posibilidades que no fueron nunca. Y la sensación de privilegio, de gratitud y de satisfacción.

La semana se me ha desperdigado un poco entre médicos y pruebas. Mías y de otros. Ayudando y dejándome ayudar. Una tela tejida con hilos y con algún principio de buena voluntad y de solidaridad.

Vale.

martes, 1 de marzo de 2022

EXTRANJEROS DEL TIEMPO Y DEL FUTURO


EXTRANJEROS DEL TIEMPO Y EL FUTURO

Es el olvido un fuerte detergente

que nos limpia, nos lava la cabeza

y abre otros nuevos huecos, que podemos

intentar rellenar con nueva vida.

 

En estas circunstancias, considero

los sucesos que habitan mi memoria

y debo confesar que no está en mi ánimo

dejarme obsesionar por el futuro.

 

Medito en el descuento de mi vida

-pues vivir es descuento hacia la nada-,

arreglo los papeles y procuro

quedar a bien con todo lo vivido.

 

Si acaso, que el olvido nos acoja

a todos en el mismo duermevela

y en él nos olvidemos de olvidarnos,

extranjeros del tiempo y del futuro.