miércoles, 31 de agosto de 2022

SAN RAMÓN

 

SAN RAMÓN

Hace tan solo unos días, publiqué este poema dedicado a la memoria de nuestra madre. Como este grupo aún no estaba creado, lo vuelvo a mandar para que todos lo conozcan.  Un brindis por su memoria y por la de todas las Ramonis y Ramones (hermana y sobrinos), y la de todos los demás, presentes y ausentes. Que el recuerdo sea siempre positivo. Los negativos solo merecen estar en el baúl del olvido. Va por todos.

 

EL TIEMPO EN MI TERRAZA

En los meses de agosto y de setiembre,

mi madre cosía ropa en la terraza.

Eran sus años últimos, los años

en los que su memoria se marchaba

en busca de unos mundos que se hundían

en el rincón oscuro de la imaginación.

Del fondo del paisaje aparecían

fantasmas que, a su modo, peroraban

confusas melodías: «Una casa,

que me quitan la casa que tenía

a la entrada del pueblo y no me dejan

ni la alcoba y la cama en que acostarme».

Y de nuevo a la carga con la casa,

el hogar, que resume con certeza

todos los viejos sueños de una vida.


 Yo la veía coser y en las agujas

era como si todo renaciera

para tejer de nuevo nueva ropa

con la que remudarnos los domingos

y volver a los tiempos en que todo

era ejercicio de supervivencia,

y dignificación de la pobreza.

 

Un día se marchó con las agujas

y los hilos de amor en el recuerdo.

 

Hoy la he visto de nuevo haciendo gancho

y tejiendo el jersey de la memoria.

De la suya y la mía, la del tiempo

que crea de nuevo el mundo y que vincula

el tiempo de la madre y el del hijo

en un fulgor de luz y de añoranza.

                  24-08-2022


 

lunes, 29 de agosto de 2022

TIENTOS

 

                            TIENTOS

 

El agua de la laguna,

entre los ecos del viento,

copió en oro tu figura.

Tembló al verla el mismo cielo.

 

Se retiran las horas de la tarde

y la noche pregona su presencia.

¿A dónde irá la luz?, ¿por qué la sombra

se alza vencedora y la derrota?

 

De vivir ando cansado,

de morir estoy sediento.

¿Cómo encontrar mi contento

si sigo en tan triste estado?

 

Para perderse, encontrarse;

para encontrarse, perderse.

Y en el camino dejarse

lo que perderse merece.

 

Con la muerte de un soldado

mueren todas las razones

de las guerras que en el mundo

han provocado los hombres.

 

La costumbre de vivir

es costumbre tempranera;

la de pensar solo llega

cuando la vida está vieja.

domingo, 28 de agosto de 2022

BRINDIS PARA RUBÉN

 

                              BRINDIS (En el octavo cumpleaños de Rubén)

                             Dos y dos son cuatro,

cuatro y dos son seis,

seis y dos son ocho,

y ocho…, ya veréis.

Hasta el ocho hemos llegado

entre risas e inocencias,

y sin tener del futuro

ni noticia ni conciencia.

Pero Rubén ya conoce

lo que es causa y consecuencia.

Por eso piensa y observa

mientras se divierte y juega.

Los demás lo contemplamos

en su constante tarea,

le regalamos consejos

que no siempre los acepta.

 

Hoy Rubén cumple ocho años

en esa larga carrera

que es la vida, un largo río

que para la mar nos lleva.

 

Por él levanto mi copa,

de buenos deseos llena

de compartir con él siempre

sus alegrías y penas.

Por Rubén y por sus padres,

y por su familia entera,

por que cada día en su vida

sea tiempo de eterna fiesta.

 

FELIZ CUMPLEAÑOS

Abuela, abuelo y tío Po

viernes, 26 de agosto de 2022

'INFORMADO' VERSUS 'FORMADO'

  'INFORMADO VERSUS FORMADO'

Entre chapuzón y chapuzón, entre largo y largo, uno mirando hacia la sierra de Béjar y otro contemplando los Picos de Valdesangil, uno tiene tiempo de refrescarse y de pegar la hebra con los conocidos y con los amigos. El verano y sus horarios son propicios para ello.

En uno de esos ratitos de intercambio de palabras, alguien me llamaba la atención acerca de una persona y se lamentaba de que, con el currículo que tal persona atesoraba, no hubiera tenido ninguna relación estable con la universidad, ni siquiera como profesor asociado. Le respondí con el argumento que tantas veces he utilizado en este asunto, que, según épocas, se vuelve recurrente.

Si se considera el conjunto, no me importa afirmar que el que desarrolla su trabajo en las universidades está más informado que el grupo de los que lo hacen en otros niveles educativos. Pero, inmediatamente, recordé que en todos los niveles hay gente solvente y otra menos capacitada. Y, sobre todo, argumenté que no es lo mismo estar bien ‘informado’ que estar bien ‘formado’.

Y pasé de la anécdota a la categoría. Porque la distinción pude aplicarse a cualquier profesión y a todas las personas. Es entonces cuando el asunto adquiere realmente importancia.

Estar bien ‘informado’ parece referirse a contar con una buena suma de datos acerca de una realidad determinada; estar bien ‘formado’ apunta a haber sabido relacionar datos para crear un buen conjunto con el que operar en la vida. Informado nos remite a la particularidad, mientras que formado nos lleva hasta el conjunto, hacia lo complejo, hacia los principios, hacia las relaciones entre elementos, a las causas y a las consecuencias.

Y, en este sentido, ya tengo más dudas, tanto en lo que a profesores se refiere, como a cualquiera otra persona o profesión. ¿Qué es mejor, tener muchos conocimientos acerca de un hecho, un oficio o profesión, una etapa muy concreta de la Historia, o alcanzar el dominio de un esquema general, aunque se nos escapen datos particulares de casi todo? Vivimos en época de especializaciones, pero yo termino por decantarme casi por el mapa genérico antes que por la superespecialización.

Como todo lo demás, esto solo se puede medir en grados y no en forma absoluta. Por ello, cuanta más información se posea, mejor; pero todavía mejor si se posee una buena formación. Aquella que nos permite acudir a los principios que se pueden aplicar a casi todo en la vida. Y una cosa no evita ni elimina a la otra, por supuesto.

Después de lamentarnos porque el aludido no hubiera recalado en los ámbitos universitarios y de ‘arreglar un poco el mundo’, decidimos volver a los largos de piscina, que aúnan información con formación: la de la naturaleza, la de la natación, la de la gimnasia y la de sentirnos un poco redentores por un momento de la realidad de cada día.

El Calvitero a un lado y Piquitos al otro nos miraban como con algo de envidia. Después vendrían las cañitas del chiringuito para acabar de arreglar cualquier otro tuerto. Para ello también se necesita estar bien informados y mejor formados.

Al agua.

miércoles, 24 de agosto de 2022

EL TIEMPO EN MI TERRAZA

 

                             EL TIEMPO EN MI TERRAZA

 

En los meses de agosto y de setiembre,

mi madre cosía ropa en la terraza.

Eran sus años últimos, los años

en los que su memoria se marchaba

en busca de unos mundos que se hundían

en el rincón oscuro de la imaginación.

Del fondo del paisaje aparecían

fantasmas que, a su modo, peroraban

confusas melodías: «Una casa,

que me quitan la casa que tenía

a la entrada del pueblo y no me dejan

ni la alcoba y la cama en que acostarme».

Y de nuevo a la carga con la casa,

el hogar, que resume con certeza

todos los viejos sueños de una vida.

 

Yo la veía coser y en las agujas

era como si todo renaciera

para tejer de nuevo nueva ropa

con la que remudarnos los domingos

y volver a los tiempos en que todo

era ejercicio de supervivencia,

y dignificación de la pobreza.

 

Un día se marchó con las agujas

y los hilos de amor en el recuerdo.

 

Hoy la he visto de nuevo haciendo gancho

y tejiendo el jersey de la memoria.

De la suya y la mía, la del tiempo

que crea de nuevo el mundo y que vincula

el tiempo de la madre y el del hijo

en un fulgor de luz y de añoranza.

lunes, 15 de agosto de 2022

POR ENTONCES Y POR AHORA

 

POR ENTONCES Y POR AHORA

Diversas razones que no quiero hacer explícitas me animan a poner en esta ventana unas palabras no mías, sino de un emperador y filósofo estoico. Hay recuerdos que merecen alguna reflexión. A pesar de que el mundo ande en fiestas agosteñas.

Hoy me apunto a unas líneas de Marco Aurelio, aquel emperador romano del siglo II, dueño de todas las pasarelas posibles, al mando de todas las fuerzas imaginables, y que, sin embargo, opinaba de esta manera en sus Meditaciones, libro IX, parágrafos 28 a 32:

«Estas son las rotaciones del mundo, de arriba abajo, de siglo en siglo. Y, o bien la inteligencia del conjunto universal impulsa a cada uno, hecho que, si se da, debes acoger en su impulso; o bien de una sola vez dio el impulso, y lo restante se sigue por consecuencia… Pues, en cierto modo, son átomos o cosas indivisibles. Y, en suma, si hay Dios, todo va bien; si todo discurre por azar, no te dejes llevar también tú al azar.

Pronto nos cubrirá a todos la tierra, luego también ella se transformará y aquellas cosas se transformarán hasta el infinito y así sucesivamente. Conque, si se toma en consideración el oleaje de las transformaciones y alteraciones y su rapidez, se menospreciará todo lo mortal.

La causa del conjunto universal es un torrente impetuoso. Todo lo arrastra. ¡Cuán vulgares son esos hombrecillos que se dedican a los asuntos ciudadanos y, en su opinión, a la manera de filósofos! Llenos están de mocos. ¿Y entonces qué, buen amigo? Haz lo que ahora reclama la naturaleza. Emprende tu cometido, si se te permite, y no repares si alguien lo sabrá. No tengas esperanza en la constitución de Platón; antes bien, confórmate, si progresas en el mínimo detalle, y piensa que este resultado no es una insignificancia. Porque, ¿quién cambiará sus convicciones? Y excluyendo el cambio de convicción, ¿qué otra cosa existe sino esclavitud de gente que gime y que finge obedecer? (…) Sencilla y respetable es la misión de la filosofía. No me induzcas a la vanidad.

Contempla desde arriba innumerables rebaños, infinidad de ritos y todo tipo de travesía marítima en medio de tempestades y bonanza, diversidad de seres que nacen, conviven y se van. Reflexiona también sobre la vida por otros vivida tiempo ha, sobre la que vivirán con posterioridad a ti y sobre la que actualmente viven en los pueblos extranjeros; y cuántos hombres ni siquiera conocen tu nombre y cuántos lo olvidarán rapidísimamente y cuántos, que tal vez ahora te elogian, muy pronto te vituperarán; y cómo ni el recuerdo ni la fama, ni, en suma, ninguna otra cosa merece ser mencionada.

Imperturbabilidad con respecto a lo que acontece como resultado de una causa exterior y justicia en las cosas que se producen por una causa que de ti proviene. Es decir, instintos y acciones que desembocan en el mismo objetivo: obrar de acuerdo con el bien común, en la convicción de que esta tarea es acorde con la naturaleza.

Puedes acabar con muchas cosas superfluas, que se encuentran todas ellas en tu imaginación. Y conseguirás desde este momento un inmenso y amplio campo para ti, abarcando con el pensamiento todo el mundo, reflexionando sobre el tiempo infinito y pensando en la rápida transformación de cada cosa particular, cuán breve es el tiempo que separa el nacimiento de la disolución, cuán inmenso el periodo anterior al nacimiento y cuán ilimitado igualmente el periodo que seguirá a la disolución».

¡Y era emperador en el mayor imperio clásico! Mutatis mutandis, trasládese a estos comienzos del siglo XXI, tómese un respiro la acción, pásese ordenadamente a la contemplación, piénsese unos minutos y extráiganse las conclusiones oportunas. Yo sigo en ello.

viernes, 12 de agosto de 2022

APUNTES PARA UNA ÉTICA

 

APUNTES PARA UNA ÉTICA

                            Caminar, pues te empujan y no puedes

dejar de echar los pies cada minuto,

caminar con la duda de que todo

te conduzca sin pausa hacia la nada.

 

¿Seguir una conducta que contemple

los códigos del otro que me roza

o quedarme en mí mismo y olvidarme

de toda imposición y todo rito?

 

Desconectar de acciones materiales

que gastan el fluir de los sentidos

y vivir en la idea otra alta vida,

¿es tal vez una huida o un fracaso?

 

Soy la nada y el todo al mismo tiempo:

sin mí nada es completo, porque falto;

conmigo todo es nada, pues respiro

la nulidad que aporta mi presencia.

miércoles, 10 de agosto de 2022

EL BRUJO REPRESENTA LA OBRA EL LAZARILLO EN SALAMANCA

 Desde hace un par de meses tenía guardado este homenaje a Rafael Álvarez, El Brujo, en su visita a Salamanca. Nunca es tarde si la dicha es buena.

RAFAEL ÁLVAREZ, EL BRUJO, REPRESENTA EN SALAMANCA EL LAZARILLO


MAYO DE 2022

Vestido de Lazarillo

ha llegado a Salamanca

Rafael Álvarez, El Brujo,

el mejor juglar de España.

Viene desde los madriles,

capital de las Españas.

El palacio de Fonseca

le ha servido de posada

para montar escenario

con obra tan señalada.

Es final de primavera,

el sol ya de retirada,

el claustro lleno de gente

en escena porticada.

Así, entre luces y sombras,

con la noche ya anunciada,

sube El Brujo al escenario

que entero él solo llenaba.

Allí Lázaro desfila,

allí el ciego peroraba,

allí un clérigo roñoso

que de todos se mofaba,

también lo hace un caballero

vestido solo de fama,

desnudo de lo demás,

salvo de capa y espada.

 

Rafael Álvarez, El Brujo,

a todos representaba

y en forma de lazarillo

con los mismos dialogaba.

A todos los pone en solfa,

a todos los criticaba,

con todos hace un retrato

de aquella tan triste España,

perdida en sus apariencias,

en honores y en falacias,

en honras que favorecen

a quien más aparentaba.

 

Pero el juglar de habla ronca

y de la barba tan blanca

lo que con ansia y esfuerzo

busca y más le interesaba

es hacer presente todo

lo que en la obra se cantaba.

Por eso habla de la forma,

del ritmo, de las palabras,

da nombre a los personajes

famosos en toda España,

cita clérigos, filólogos,

catedráticos de aula,

pintores de brocha fina

de tan alta y larga fama,

no deja para el olvido

ni a políticos ni a nada.

Hasta con los estudiantes

que de la calle llegaban

a hospedarse en el Fonseca,

cumplida ya su jornada,

dialoga y les recomienda

que paguen ya sus entradas

como lo han hecho los otros

que en las sillas se sentaban,

que apaguen también las luces

y que cierren las ventanas

del salón donde a esas horas

tan trasnochadas cenaban.

Con su múltiple presencia

el escenario llenaba

en formas minimalistas,

pues él solo se bastaba

moviéndose sin descanso

y hasta dibujando mapas:

aquí un tajo, esto es Toledo;

un baúl es Salamanca,

y cualquier otro utensilio

Torrijos representaba.

La imaginación, el ritmo,

la conciencia y la palabra.

 

Así durante dos horas

desmitificando estaba.

Con su arte, con su oficio

y el poder de la palabra

agita y mueve conciencias

de los que el patio llenaban.

Todos aplauden con fuerza,

todos aplauden con gana

cuando El Brujo, Lazarillo,

del escenario se aparta.

 

La noche se puso de oro,

la luna estaba cuajada

dando luz a los que alegres

marchaban para su casa.

 

Rafael Álvarez, El Brujo,

el mejor juglar de España,

se despidió en el silencio

de la docta Salamanca.

 

El cielo arrulló en sus brazos

todos los sueños del alma,

los de El Brujo, los de Lázaro,

los que a justicia llamaban,

los que a renovar invitan

la conciencia y la palabra.


viernes, 5 de agosto de 2022

A CIERTA EDAD


A CIERTA EDAD

Llegar a cierta edad es enfrentarse

en lucha sin futuro con el cuerpo,

desdecir de la fuerza y del empeño

en sumar y sumar, sin darte cuenta

de que vivir es descontar un décimo

que juegas al azar de cada día.

Si te ha salido mal, toca tristeza;

si te ha salido bien, toca alegría.

El día que nos hace nos deshace.

La meta está a la vuelta de la esquina.

El libro que escribimos tiene páginas

en blanco o en color de tinta china.

Todos quieren llegar a edad de viejos,

mas nadie, binen pensado, quiere serlo.

miércoles, 3 de agosto de 2022

ÉTICA, ¿QUÉ ÉTICA?

 

ÉTICA, ¿QUÉ ÉTICA?   

Cuando uno interactúa con los demás, es decir, en cada momento, o sea, siempre, cabría preguntarse en nombre de qué tiene que actuar de tal o cual manera. Y no estaría mal hacerlo, pues lo contrario es ir a empujones, sin saber ni tener interés en saber qué es lo que nos aguarda a la vuelta de la esquina, o sea, actuar por instinto, como los animales de rango más inferior.

Imaginemos que nos piden ayudar a un vecino necesitado. Pregunta de alcance y provocativa: ¿En nombre de qué tengo yo obligación de ayudar a esa persona? ¿Por qué tengo que ajustar mi comportamiento en una dirección o en otra? ¿A qué obligación ética respondo?

En el campo educativo, se suele decir que existe un currículo oculto, lo que viene a significar que, con independencia de la planificación, hay un sustrato que te orienta en un camino, por más que este no se halle delimitado por uno mismo ni se manifieste en forma externa y programada. Tal vez en la vida suceda algo parecido, que la costumbre y la educación, que conlleva una repetición continuada de hechos, nos animen sin necesidad de plantearnos en cada momento qué opción debemos elegir. Es esa escala de valores que ha ido formando poso en cada uno de nosotros a lo largo de los años. Es nuestra ética., nuestra educación.

Pero, de ser así, se trataría de una ética instintiva, nada reflexiva y al amparo de la moda y de las imposiciones exteriores. Una ética más consistente y honda exige pararnos a pensar con frecuencia por qué hacemos lo que hacemos y en qué principios nos basamos para unos comportamientos u otros.

En cualquier esquema ético intervienen elementos de convicción particular y exigencias de acuerdo colectivo. ¿Cuántos y cuáles de estos corresponden a un ámbito o a otro? No tengo la respuesta. Pero algo sí me parece menos confuso. Es esto: Los elementos de acuerdo general son de obligado cumplimiento, mientras que los de origen particular se prestan más a la discusión y no se pueden imponer a los demás.

Un acuerdo común es contribuir con los impuestos que exige la Hacienda pública. Otro es aparcar bien el coche y no en zona prohibida u ocupando dos plazas. Pues esos acuerdos hay que cumplirlos con todas las consecuencias. Un elemento de ética particular es ayudar por las tardes a X (cada cual que ponga el nombre particular o colectivo que quiera). Pues ese acuerdo puede ser muy plausible, pero no se puede imponer ni generalizar porque depende de la escala de valores particular, es decir, de la ética individual.

En una ética global deber tener cabida los principios de acuerdo común y los de convicción personal. Tengo la impresión, sin embargo, que los primeros andan de capa caída y necesitan ser reforzados para dar vigor y fuerza al sentido de comunidad. Los segundos, tan necesarios, por otra parte, encierran en peligro de ser interpretados de manera personal, y, en tales casos, destapan la tentación de hacerlo desde el interés personal. En tal caso, se disgregan y, además, los más fuertes están a un pasito solo de hacerlo en su propio beneficio.

Tengo para mí que el mejor ciudadano es aquel que cumple muy bien aquellos acuerdos de carácter colectivo, aunque le supongan esfuerzos y no siempre esté de acuerdo con ellos. Y que no lo son tanto los que los olvidan, por más que individualmente dediquen esfuerzos a actividades que pueden ser loables, pero de interpretación personal y variable.

Una ética bien fundada empieza a conformarse en el mismo momento en que comenzamos nuestro camino por la vida y no termina nunca, pues se va sedimentando y afirmando con cada uno de nuestros actos. Ahormar una buena ética, o sea, unos buenos principios de comportamiento, es tarea de todos, porque educa la tribu entera y no hay ser humano si no es en relación con los demás.

Una educación infantil, por ejemplo, implica elementos éticos de obligación y de negación de instintos y deseos, de aprender a decir no y de no complacer todos los gustos, porque, si a un niño no se le enseña poco a poco lo que es la ética, o sea, el comportamiento colectivo, ¿cómo va a comprender más tarde qué es y qué no es bueno, qué es y qué no es delito, qué es actuar en una dirección, aunque no sea la que más te apetezca…?

No sé si el verano es la mejor ocasión para plantear asuntos éticos y de educación, con los horarios flojos y pendulones y con las exigencias en mínimos. Bueno, aunque no sea el mejor contexto, por si quedara un ratito a la sombra para no hablar solo de calores o de festivales. Qué sé yo.

lunes, 1 de agosto de 2022

¿VACACIONES?

 

¿VACACIONES?  

El período de esparcimiento por naturaleza son las vacaciones, esos días en los que los horarios y las medidas del tiempo desaparecen; aunque, en realidad, lo que sucede es que la conciencia de nosotros mismos se torna floja y pendulona y da la impresión de que nos da igual so que arre. Porque las normas de rutina se encierran en el cuarto oscuro y hasta da gusto romperlas y hacerlas trizas.

Cualquier tiempo libre -no importa la época- es sinónimo de vacaciones, pero los meses de verano se llevan la palma. Afortunadamente, vivimos una época en la que el derecho a disfrutarlas, en una extensión mayor o menor, se halla muy extendido. Otra cosa es la realidad, la de tantas personas que, o no disponen de ese tiempo libre, o lo tienen todo a su disposición, pero ningún plan ni medios en que gastarlo.

Sigo sin entender la pasión que se desata por la fórmula de vacaciones playeras; sobre todo cuando los días de descanso son pocos, el calor mucho y los atascos todos. Para una semana escasa se gastan los ahorros de no sé cuánto tiempo, se consume un día para la ida y otro para la vuelta, se convierte uno en procesionaria de una hilera interminable de vehículos, se pasa todo el calor del mundo y algo más, se malcome y a deshoras, cuando en el chiringuito se atisba una mesa libre, se duerme poquitas horas, se gastan otros buenos días para descansar cuando se vuelve, se nota uno sin dinero para la cuesta posvacacional y encima dicen que existe un llamado síndrome posvacacional… En fin, todo un jardín de rosas.

¿No se le ha ocurrido a la mitad de esa gente irse a un pueblo y sentarse al serano al anochecer, para contarse todo el tiempo pasado y para arreglar el mundo al compás de una sencilla conversación? ¿Y levantarse temprano para pasear y oler el campo y hasta para hablar con él? ¿Y recorrer las riberas de un riachuelo o darse un chapuzón en cualquier charco perdido? ¿Y sentarse a la sombra de una encina, de un castaño o de un roble para leer un rato o para dejarse llevar por la brisa y el viento?

Sé muy bien que esta fórmula vacacional posee algunas pegas. En primer lugar, cuesta mucho menos dinero; en segundo lugar, es menos estresante; en tercer lugar, es menos ostentosa y podemos presumir menos de ella; en cuarto lugar, movemos menos la economía, gastamos menos y esto, dicen los gurús del asunto, que es malo para el desarrollo y paraliza el progreso.

 Esto último lo dicen ellos; lo demás lo digo y lo aseguro yo.

Lo malo es que ellos mismos afirman que el desarrollismo sin medida solo lleva a la destrucción y al caos, aunque las playas rebosen durante tres meses y se hallen vacías el resto del año. Deberían aclararse un poco y explicarse mejor.

Mientras tanto, en las playas y en el interior, seguimos medio asfixiados de calor, los patrones de comportamiento no se modifican y todos damos golpes de martillo contra un yunque que nos puede convertir en chatarra el día menos pensado.

Buscaré la sombra, me refrescaré en la piscina, pasearé cuando caiga la tarde y llegue la fresca y seguiré medio escondido hasta que el sol quiera apiadarse de mí y deje de sudar la gota gorda.

Había un refrán que rezaba así: «En agosto, frío el rostro» No sé si no habrán cambiado hasta los calendarios.