sábado, 25 de agosto de 2018

DÍA DE PUERTAS ABIERTAS



DÍA DE PUERTAS ABIERTAS

Me propongo luchar contra el olvido.
La cita es inminente, inaplazable.
Tendré que abrir las puertas a las prisas
con que ya está mirando la nostalgia.
Desconozco con qué me he de encontrar
en la sala de espera, en la que aguardan
los somnolientos hechos del pasado.

El recuerdo me hará seleccionar
lo que quiso quedarse para siempre
cerca de mí, conmigo.
Abriré las ventanas, daré paso
al viento de levante, con su brisa
y la carga de imágenes que traiga.
Vendrá el sol con sus rayos desolados.
También entrará el eco del invierno
con la nieve buscando desafíos…

Dicen que la memoria es selectiva,
que solo atiende a lo que deja huella
y no corta las venas. En mi auxilio
acudirán los días de más gozo
entre aquellos que son los que más quiero.
Si regresaran días de los otros,
los he de recibir con un saludo
e invitarlos con gracia y cortesía
a abandonarme pronto. Mi conciencia
tiene ya menos tiempo disponible
y no quiero gastarlo con fantasmas
que llegan desde lejos a asustarme.
Me quedo con las buenas compañías,
con los espacios blancos, armoniosos,
con la mirada franca de los míos.

Quisiera que los míos fueran todos,
pero extiendo los brazos y no alcanzo
más que a los que me abrazan con los suyos.

jueves, 23 de agosto de 2018

DE VICIO



             DE VICIO
Dicen por estas tierras que un par de tormentas a mediados de agosto arruinan el verano y anuncian un otoño prematuro. No es el caso, es como pensar en lo excusado. El calor sigue apretando y las horas centrales del día hay que dedicarlas a menesteres que no exijan mucho esfuerzo físico, que no aceleren nuestros ánimos y que nos mantengan en una especie de calma chicha o, como ahora se dice, en stand by. Luego llega el atardecer, el sol cambia de ángulo y se pone menos gallito, las sombras se alargan y los grados van lentamente bajando. Cuando el ocaso se hace presente, entonces todo se acelera hacia el bienestar, hacia la brisilla serrana y hacia las ganas de salir a la calle y pasear.
Parece increíble que este pequeño desahogo se concrete aquí, en la sierra de Béjar, a casi mil metros de altura, junto a los ríos y regatos, que van agostándose también, pero que siguen alimentando la frescura de cualquier rincón o senda. En realidad, es quejarse un poco de vicio. Hay tanto donde elegir… La ladera norte -por acotar espacios simplemente: el espacio entero es sinónimo de ruta siguiendo cualquier rumbo- sigue abundosa en sombra a todas horas. Ahí está la Fuente del Lobo echando agua fresca por sus fauces, con sus sombras, sus mesas y sus casetas donde preparar una buena barbacoa. La ladera contiene y esconde al menos cuatro caminos a distintas alturas. Váyase por cualquiera y siéntese a tomar aire y viento fresco en cualquier rincón de los mismos. Admirará todo el frente luminoso, con la ciudad alargada y el horizonte ancho hacia la sierra de Francia. O estire la mirada haciendo compañía a la corriente del río que tiene nombre de varón, y piérdase con él y con sus aguas camino de Montemayor del Río. Lléguese hasta el llamado Árbol Centenario y admire su grandeza. Contemple sin prisas la fuerza eterna de la naturaleza. Y siéntase pequeño y poca cosa ante tanta grandeza natural. Si le quedan más fuerzas, considere y active la conciencia de su pertenencia a esa naturaleza y la suerte que tiene de andar tan bien rodeado por la generosidad que esta le brinda. Apúrese y lléguese hasta la Francesa de Arriba y escuche los arrullos del Horquitos, que parece escondido y allí sigue, dando frescura y agua todo el año. Suba tan solo un poco y quédese a mirar desde la finca la hermosura que muestra la ladera y el fondo de ciudad allá a lo lejos. Reponga su desgaste y embaúle alguna vianda: el cuerpo y el descanso se lo agradecerán y su grado de contento será más elevado. Después, vuélvase por cualquier otro camino que venga hacia su casa. Todos están frondosos, a pesar del agosto y su arregosto, a pesar de la ausencia prolongada de las lluvias. Por ejemplo, por la llamada Vía Verde. Es llana y parece una niña recién arreglada. Soñará el traqueteo de los trenes de tercera en su andar cansino hacia Plasencia o Salamanca, o revivirá en el pensamiento los saludos y las despedidas en la estación que anuncia el negro túnel, también ahora oscuro, fresco y sin peligro para una pequeña aventura caminando. Vuélvase saboreando las aguas río arriba, por la Ruta de las Fábricas y tal vez le darán ganas de emprender otro día la senda que ellas traen desde los cielos y llegar hasta lo alto de la sierra, donde se acunan gota a gota y emprenden el descenso hasta nosotros, saltando y rebrincando por las peñas.
A todo esto, ¡ya será mediodía! Y apretará el calor, y el Parque estará lleno de paseantes, y los supermercados serán cita de tantas caras nuevas conocidas, que se harán fiel noticia del paso de los años. Pues párate un momento y conversa con ellos estos días. Dentro de nada muchos tendrán ya solo en su cabeza la imagen del recuerdo, del calor, de las sombras, del aura de las tardes, de ese aire de decadencia que muestra la ciudad en los últimos años. Y esperarán la vuelta de otros soles, con los mismos calores y las mismas sombras esperándolos para quejarse de la verticalidad del sol y para la nostalgia de la brisa y la sombra en tantos parajes como regala esta sierra bendita que mira a todas partes en los ojos de los que van y vienen a sus faldas.

martes, 21 de agosto de 2018

COPLAS PARA RECORAR



COPLAS PARA RECORDAR

Cien rejonazos de luna
contra la frente del agua
pusieron la noche trágica.
El cielo entero lloraba.

Cuando los gallos cantaron,
la muerte ya lo llevaba
por los senderos del aire.
Las guitarras sollozaban.

Cuánta pena derramada
entre los juncos y el agua.
Desde el río a la montaña,
todos derramaban lágrimas.

Ya no será nunca el cielo
tan blanco como la plata,
porque la muerte se puso
del color de las naranjas.

Fue la muerte y fue la herida
la que apretó su navaja
contra el cuerpo de jazmines
y contra el filo de su alma.

Desde entonces no hay sonrisas
ni rumores en las plazas;
solo se escuchan los ecos
del odio y de las navajas.

viernes, 17 de agosto de 2018

DE IDA Y VUELTA



DE IDA Y VUELTA

¿Soy uno, soy distinto, soy el mismo?,
me pregunto mirando
las caras de sorpresa de los otros.
¿He cambiado de ayer a esta mañana?
¿Qué miran en mi piel y en mis palabras
los que pasan al lado por la calle?
Casi nadie conoce
ni siquiera las letras de mi nombre.
¿Cómo puedo pedir su compasión
si ignoran los afanes que me ocupan
y a qué he salido al medio de la plaza?
Si abro mis brazos, lo que abrazo es aire;
si abro mis labios, lo que siento es frío.

Tengo que conceder, por ser honrado,
que me ocurre tres cuartos de lo mismo
cada vez que me mezclo con la gente
que puebla con sus cuerpos las aceras,
las calles y los parques y los bares.
Confieso que no siento
demasiado entusiasmo por saberlo,
pues, cuando por azar me acerco a ellos,
me sueño tan lejano y tan extraño,
que raudo me refugio -perdonadme-
en cualquier pensamiento improvisado.

Allí propongo calma a mi desasosiego,
echo cuentas, deduzco y considero
lo complejo y difícil que resulta
conjugar el plural y al mismo tiempo
rondar en soledad toda una vida.

jueves, 16 de agosto de 2018

BUMERÁN



Qué cansino se puede volver todo si nos dejamos llevar por la aparente paz de la rutina y no le buscamos alicientes. Después, nos sacan de ella y ya no somos nadie y andamos despistados y como idos. Es como si la realidad se hubiera detenido y no tuviera chispa ni atractivo.
Hay otra forma peor que la rutina para escapar del roce de la vida y de esa identidad que nos persigue. Se trata de dejarse llevar por la corriente, de dar por bueno todo o casi todo, de enfrascarnos en una realidad feble y facilona, de no molestar al que levanta el cuello para así no tener ningún disgusto, de ensalzar y poner en escenario cualquier cosa que parezca buenista y que no roce para no hacer herida a según qué colectivos.
Estamos en agosto y los medios parece que no tienen plato que echarse a la boca. Si prende una noticia, ya tiene su glosa asegurada para medio mes. Como si en realidad no sucediera nada por el mundo si no es aquella cosa. Y mira que la gente sigue viviendo por las calles, sigue yendo a la compra, paga como puede sus facturas, cobra como otros meses lo que cobra, se muere de calor, se echa la siesta… Quiero decir que la vida sigue su curso y hay mucho de lo que ocuparse para rebozarlo en las conciencias de los ciudadanos.
Pues no hay forma de hacerlo. Se impone descansar de las molestias, se obliga a ver la vida en color rosa y todo se diría que anda al ralentí y en calma chicha.
Hay casos que se estiran cuatro pueblos en el mundo especial de las noticias. Cuando tal cosa pasa, asistimos atónitos a ver cómo se adula y se exagera, se falsea el sentimiento y se salta la valla de la credibilidad. En ese momento, se produce el cambio de dirección y lo que era sujeto de catarsis o de compasión corre el peligro de convertirse en algo cargante y fatigoso, se transforma en bumerán. En este país, que cada día se me antoja más fallido, sucede con frecuencia.
Un caso de ahora mismo lo confirma. Mañana se rendirá homenaje a las víctimas de un brutal atentado terrorista producido hace un año en Cataluña. Honrar a cualquier muerto dignifica; repudiar la violencia es algo humano; rechazar cualquier acto en nombre de algún dios no lo discuto. En fin, hágase todo en su recuerdo.
Pero llevamos casi dos semanas de foto y reportajes acerca de aquel crimen tan horrendo; conocemos ya casi todos los detalles; nos han dado al milímetro la hora y los espacios; andamos a la greña a todas horas con la conveniencia o no de que asistan no sé cuántas representaciones; lo vamos a televisar en directo para que nadie se lo pierda; pasaremos el día compungidos; esconderemos pitos y desafectos que se producirán… Dicho de otra manera, que parece que no hay otra cosa en que pensar en esta piel de toro.
Y es que da la impresión de que no importa hacernos cansinos y repetitivos con tal de no molestar a algunos colectivos y de mostrar dedicación y entrega incondicional por el hecho de que tal o cual cosa se haya producido en este o en aquel espacio de este país. Me refiero, en este caso, por supuesto, a Cataluña.
Cuando se manipula la información a través de la exageración y de la repetición innecesaria de los hechos (aunque estos sean verdaderos), se consigue con frecuencia el efecto contrario al buscado y hasta se llega a provocar el desafecto de la gente que no quiere ser manipulada de esa manera. Es, al menos en mí, el efecto que produce. No es fácil tratar estos asuntos pues son muy maleables y el terreno del afecto y de los sentimientos se puede malinterpretar muy fácilmente. Pero no denunciar los peligros que tiene, aun a riesgo de equivocarse, por supuesto, me parece peor que lo primero.
También las noticias se manipulan por su repetición innecesaria y constante. Lo mismo que sucede por silenciarlas y no dar cuenta de ellas. La primera fórmula se suele pasar por alto, como si no existiera; con la segunda se nos llena la boca todo el día. Y las dos son igual de peligrosas.
El recuerdo ha de ser para las víctimas. Lo demás es mejor no menearlo. Ay los medios.

martes, 14 de agosto de 2018

ANIVERSARIO



ANIVERSARIO

Otra vez con la herida del recuerdo,
poniendo voz al tiempo consumido.
Etapa veintiuno y una imagen
que vuelve a convocarme a tu presencia.

lunes, 13 de agosto de 2018

PAISAJE FEMENINO



PAISAJE FEMENINO

Se echó a la calle con el sueño puesto,
el peso de la ausencia, el desamor,
y el muro que formaron esas sábanas
de otra noche sin restos de calor.

El paisaje pintaba en la ladera
bocetos de mujer. Veía dos
oteros, como pechos centinelas
en vértice volcánico hacia el sol.
Lo densos matorrales y matojos
peinaban una cálida expresión.
El valle, con su fuente, era una boca    
sangrando sus aromas de licor
y rumores de voces que eran ecos
lejanos de palabras de otra voz.
 Era también la tierra rica en musgo,
cual rizo que en el pubis se plantó.
Las rocas en hilera dibujaban
piernas y brazos desafiando al sol.

Miró sus senos, se durmió en el musgo.
Sereno, de su sueño despertó
gozando la fortuna de los montes.
Con lágrimas su canto agradeció.
Desde lo alto más claro de una loma,
entera la ladera contempló
y quiso ser gozoso caminante 
por rutas de placer y de ilusión.

domingo, 12 de agosto de 2018

UGT: 130 AÑOS DE UN SINDICATO DE CLASE



                 UGT: 130 AÑOS DE UN SINDICATO DE CLASE
Son los que se cumplen hoy de la fundación de este sindicato. Nada menos que 130 años. Un sindicato que ya deja sus huellas por tres siglos distintos. Una historia muy larga, como para observar en ella altibajos, montañas y badenes, curvas y largas rectas. De todo.
Nada del pasado se debe juzgar con los ojos solo del presente: sería, además de equivocado, injusto y ventajista, pues todo se produce en un contexto y no tenerlo en cuenta desfigura su realidad.
Conozco un poco sus vaivenes de los últimos cuarenta años. Quiero decir que los conozco un poco más de forma directa, aunque mi situación ha sido, como con otras organizaciones, de tipo testimonial. No recuerdo que me haya solucionado ninguna dificultad laboral y, sin embargo, ahí he estado como forma de manifestar que no es lo mismo, en mi forma de entender las cosas, una organización que otra, ni son lo mismo unos valores que otros.
A las organizaciones sindicales llamadas de izquierdas se les suele achacar que son correa de transmisión de los partidos políticos homólogos y que atienden más a una ideología que a los asuntos laborales de sus afiliados. Ojalá tuvieran razón los que así opinan. Pero, ¿qué se han creído si no? Un sindicato de clase nace como instrumento para mejorar la vida de las capas más desfavorecidas de la sociedad en todos los sentidos. O sea, nace con una ideología como base, tiene conciencia social y apoya, por ello, reivindicaciones laborales y de todo tipo. Es que, sin ideología no se debe ir ni a comprar el pan. Para preocuparse egoístamente solo de sus afiliados ya están los sindicatos de derechas o corporativos a los que poco o nada les importa lo que les suceda a los que no son sus afiliados. Obsérvese que, curiosamente, todos son de grupos acomodados laboralmente y de gentes de derecha en términos generales: pilotos, maquinistas, conductores de trenes, médicos…, y todos los llamados “sindicatos de…” ¿Cuándo se ha visto a un sindicato corporativo luchar por convenios y mejoras que afecten a toda la clase trabajadora? Sería una contradicción en sus términos. Es como si queremos encontrar un partido político que se reclame nacionalista y a la vez de izquierdas. Es, sencillamente, imposible.
Por razones muy diversas, la actualización de estas organizaciones sindicales resulta muy necesaria. Pero tengo para mí que precisamente esa actualización tiene que ver con volver a la esencia de los principios ideológicos que los pusieron en marcha. Los principios siguen llamando a todos; las aplicaciones de los mismos siempre son discutibles y analizables. Cada vez que nos olvidamos de esas ideas fundamentales y nos fijamos en el corto plazo de la aparente defensa de los afiliados, sin análisis acerca de su razón o de su sinrazón, estamos dando pan para hoy y hambre para mañana. Los trabajadores afiliados no siempre tienen razón, y los que ya tienen trabajo tampoco la tienen siempre. También hay que hacérselo saber. Si no lo hacemos, la gente pierde fe y se aparta de la afiliación y, lo que es peor, de la confianza en los sindicatos.
Los primeros de mayo son una muestra clara de la situación emocional en la que se encuentran muchos ciudadanos respecto de las organizaciones sindicales. Deberían ser la mejor muestra del año para reivindicar mejoras sociales y laborales de tipo general. Muchas personas, que sí se acercan a otras manifestaciones con entusiasmo, rechazan e ignoran estas fechas tan señaladas. El análisis espera. Los cambios, también. Los más necesitados no pueden esperar más.

sábado, 11 de agosto de 2018

PINZA



PINZA

Miro un muelle que abraza dos mitades
-centro de gravedad, punto de apoyo-
y junta de una pinza los apliques
para que de una parte se divorcien
mientras por la otra parte se conjuntan.

Abro y cierro la pinza: dos personas
hacen sexo o se besan, condenadas
a elegir entre dos hermosos actos.
Si hay besos, se detienen en el sexo;
si hay sexo, se separan en los besos.

¿Qué guardas, pinza, del remoto origen
de tus días de árbol o de plástico?
Hoy mis manos se juntan a tus manos
y aprietan tenuemente la abertura
que acoge entre sus brazos esa prenda
tendida al sol como estandarte en vela.

¿Qué restos se acurrucan en tus brazos?
Son ecos del amor, de intimidades
que siguen apegadas a esas ropas
que atenazas y aprietas.
No las cuentes a nadie, son secretos
que solo depositan en tu talle.

Me gusta ver tu oficio en los tendales:
desafías la fuerza de los vientos,
haces higas al agua y en las cuerdas
organizas un baile en el que ejerces
de maestra de títeres.

Tiende también mi corazón al sol,
airéame con viento de la tarde,
sécame de impurezas y no dejes
que nada me derribe y me convierta
en pinza derrotada que no supo
agarrar a la vida por sus partes
y hacer con ella un trato
de fuerza, de amistad y de coraje.

viernes, 10 de agosto de 2018

SEMANA DE CINE ESPAÑOL EN BÉJAR



Asisto durante toda la semana a las proyecciones de la XXII Semana de Cine Español en el Teatro Cervantes de Béjar. Escasa puntualidad, bastantes espectadores, selección de películas revisable.
En general, se suelen seleccionar películas españolas de directores jóvenes. No me parece mala idea pues suelen incorporar miradas directas y menos atemperadas sobre los asuntos que plantean. Seguramente mi conciencia necesita un agitado de vez en cuando, como para no quedarse parada y buscando demasiados perfiles a las cosas. Pero no sé si la mejor forma es esta.
Se me ha producido cada noche una mezcla extraña de sensaciones. Al desparpajo admirable de la señora Salmerón en Muchos hijos, un mono y un castillo no le veía más que un fondo de mujer privilegiada, un poco bastante vacía de coco, con una vida regalada y con unas confidencias de final de vida y a toro pasado. Así cualquiera. Y encima a quedar bien ante los demás y como mujer guay.
Más terreno de salvación encontré en El autor, aunque con situaciones límite que no sé muy bien cuál es la realidad que representan.
El pastor, obra de ambientación castellana, y armuñesa por más señas, rezumaba muchos rastros de Delibes y no pocas gotas de casticismo y elementos trágicos de Unamuno. Pero es que ni ese pastor admirable existe como tal, ni juegan todas las variables que la vida normal y real ofrece. De ese modo, se me queda un sabor agridulce en la garganta ante un tema que tanto me gusta y que con tanta frecuencia me llama a contemplarlo y a pensarlo. Tampoco pienso que la meseta castellana, esa ara gigante que mira al cielo, sea tan gris y amenazante siempre, aunque esta vez intenta ajustar con el clima de tragedia de la obra, y, si se cargan la tintas en la historia, habrá que hacer otro tanto en el paisaje que la alberga.
Selfie es el largometraje que más me ha llamado la atención. Y no en todo de forma positiva. Muy buena la elección en la forma de presentación, con una cámara de seguimiento continuo y el relato directo del protagonista. También el balbuceo continuo y lo que eso representaba como crítica formal y de contenido. Pero si el protagonista era imbécil al principio, no lo era menos al final; si sus formas eran insoportables cuando era y ejercía de pijo social, no lo era menos cuando reclamaba un puesto en otros ambientes social y políticamente tan distintos. Me parece que la crítica se ha de hacer de manera más oblicua, menos directa y exagerada. Creo que así resulta más eficaz y no se vuelve, desde la exageración, contra el que la formula. Porque la realidad es la que es, claro. Pero en la derecha y en el PP no puede estar todo el mundo tan manchado en el fondo y en las formas. Sería horrible. Y, aunque los acomodos sociales y los comportamientos suelen ir de la mano en las formas y en los fondos, sigo pensando que el arte exige siempre la presentación de la realidad de manera más sutil y menos descarnada. Por cierto, y como nota de mal pensado, ayer, ante una película que se sabía que no dejaría en buen lugar las ideas de los miembros del equipo de gobierno del ayuntamiento, nadie apareció por el escenario a sacarse ninguna foto como las demás noches. Casualidad.
Hoy cerraremos con El olivo. Ya la conozco. Tengo mejor opinión, pero creo que incurre en los mismos excesos.
Los cortos que se han proyectado tienen otro comentario, pues en ellos sí que, o presentas lo esencial, o te quedas sin tiempo. Por ello quizás merezcan un poquito más de comprensión. No me apetece decir nada acerca de los dos del primer día, que pretendían descripciones de Béjar, para no desatarme en disparates e improperios. Una cosa es ser bejarano, otra bejaraui, y otra lo que allí se proyectó. Como para empadronarse en otro sitio. Otra vez será. A ver si el que queda de Jesús Arana y sus naturalezas me resulta más soportable. Seguro que sí: menos es muy difícil.
Creo que, en general, el corte generacional se nota y empuja a aprobar o a desaprobar muchas de las creaciones. También en el cine. Si me cuesta más emitir juicio acerca de elementos técnicos y visuales, me atrevo un poco más a afirmar que el poso, el equilibrio y la voz creadora de cada cual se alcanza con los años. Incluso creo que se puede asegurar que algunos tienen ese no sé qué que dejan balbuciendo y otros apuntan a quedarse por el camino mientras sedimentan, toman poso y abren camino en sus formas de crear.
Siga pues el empeño en estas semanas de cine, en las que habría que propiciar un poco más de participación de los espectadores. Para ellos están hechas las películas y ellos deberían tener la última palabra.

jueves, 9 de agosto de 2018

PUZLE



PUZLE

De un caos informe en el que nada es nada
y todo anda al revés, manga por hombro,
emerge lentamente un tenue esbozo
 que aspira a obra perfecta.
Las energías, que andaban despistadas,
encuentran conexiones y conforman
una red de colores y contornos
que se abrazan y ríen,
encantadas de haberse conocido.
Primero, los contornos, líneas rectas:
es más fácil medir las dimensiones
para hacerse una idea del proyecto;
después, ese esquinazo que resalta;
solo al final, los centros y detalles.

Poco a poco, sin reglas prefijadas,
se va ordenando todo y lo que era
geometría variable y solo laberinto
se transforma en mosaico minucioso
en el que cada pieza reconoce
su lugar asignado de antemano.
Nada falta ni sobra, todo ajusta
en una obra perfecta y acabada.

El puzle es una imagen fidedigna
de lo que pudo ser el universo,
de lo que acaso sea todavía
y de lo que será si Dios no lo remedia.
En él todos andamos intranquilos
buscando un acomodo confortable
y un asiento con vistas al futuro.
Y no damos con él en ese puzle
ingente, indescifrable y misterioso.

miércoles, 8 de agosto de 2018

AQUELLA CICATRIZ



AQUELLA CICATRIZ

Un cierto estado de convalecencia,
en una tarde plana y anodina,
me conduce a mirarme
una cuarta debajo del ombligo,
a mostrarme extrañado y a fijarme
en esa cicatriz que certifica
que el pasado se guarda silencioso
en la piel que conserva mis recuerdos.
Descubro entonces, como cosa lógica,
que el olvido está lleno de memoria.

Las prisas en la ducha -y los apremios
de otros momentos de mayor urgencia,
que me dispensan de actos visuales- 
negaban la certeza y ocultaban
todo lo que ocurrió en aquel suceso.

Me contemplo, me río y hago cuenta
de que nada se muere en el olvido;
tan solo viene a vernos cuando quiere,
siempre adornado con vestidos nuevos.
Por eso me pregunto si es lo mismo
recordar que olvidar. Y solo entiendo
que el olvido es un sueño del recuerdo
y el recuerdo es un sueño del olvido.

martes, 7 de agosto de 2018

HOJAS



HOJAS

En las hojas se van sedimentando
las huellas perdurables de la Historia.

Guardan las hojas secas de los árboles
la memoria de un año y en otoño
van a rendirle cuentas al subsuelo.
(Algunas se resisten y no cambian:
se han ido por las ramas para siempre).
Las hojas de la espada cortan hilos
de sangre, de dolor y de miseria.
(También cortan el pan si hay paz y acuerdo:
son hojas de usos múltiples).
Las hojas centinelas de las puertas
separan lo de afuera de lo íntimo
y no dejan pasar dentro de casa
lo que no corresponde a quien las cierra.

Pero son esas hojas de los libros
(también las de los textos digitales,
tan jóvenes, ufanas y altaneras)
las que esconden tesoros más recónditos,
las que acunan recuerdos, sentimientos
y mundos destinados a la espera
de manos que las rocen y que abran
las puertas y ventanas a sus ganas
de darme luz y grata compañía.
En sus habitaciones me refugio
cada vez que hace frío o tengo miedo,
me voy de vacaciones o me escapo
a inventar otros mundos más lejanos.

lunes, 6 de agosto de 2018

VOLVER A LA CIUDAD DONDE NACISTE



VOLVER A LA CIUDAD DONDE NACISTE

Volver a la ciudad donde naciste
y descubrir que es otra bien distinta.
Con árboles cortados y con casas
tal vez vacías desde que te fuiste.

A estas calles regresa la nostalgia
repintada en las caras de la ausencia,
que esperan verlo todo igual que entonces,
sin advertir que el tiempo no respeta
ni los ecos callados del silencio.

Una tarde cualquiera te decides,
repasas con cautela el nomenclátor
y observas con sorpresa
que han cambiado hasta el nombre de las calles.
Las fiestas de domingo y los paseos
se han trasladado al barrio de los viernes,
y ya las horas punta no contemplan
la eterna letanía de los pobres.
Hay grafitis y signos dibujados
en la pared externa de las tiendas
que ya no reconoces. Tú los cambias
por los antiguos nombres que aprendiste
cuando el mundo vivía solo en tu barrio
y el horizonte era un sueño inalcanzable.

Molesto y con conciencia de indiscreto,
reinventas totalmente el callejero,
entras para comprar donde tú sabes
que te fiaban siempre. Reconoces
la mano que pesaba las legumbres
y abrazas sus arrugas y las besas.

De repente te niegas a ti mismo.
Te invade la nostalgia y, como extraño,
te sales a la calle y echas pasos
hacia cualquier lugar, sin saber dónde
ni cuándo ni por qué lo estás soñando.

viernes, 3 de agosto de 2018

¿MURIÓ DON QUIJOTE?


                     ¿MURIÓ DON QUIJOTE?
Porque aquel deseo expresado en el capítulo LIX de la segunda parte se cumplió. Y el caballero acabó su vida. Allí se nos dan algunas pistas: “y déjame morir a mí a manos de mis pensamientos y a fuerzas de mis desgracias. Yo, Sancho, nací para vivir muriendo y tú para morir comiendo (…) pienso dejarme morir de hambre, muerte la más cruel de las muertes”. Claro que no muere de hambre pues en su casa vive regalado por su ama y por su sobrina; pero ya deja entrever el cansancio y el hastío de vivir: “a manos de mis pensamientos y a fuerzas de mis desgracias”. ¿Entonces?
En el último capítulo se especifican causas: “Como las causas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar hasta su último fin, especialmente las vidas de los hombres, y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento…” Causa naturales podíamos decir.
No es razón suficiente para los más allegados. Así, el cura, el bachiller y el barbero, “creyendo que la pesadumbre de verse vencido y de no ver cumplido su deseo de libertad y desencanto de Dulcinea le tenía de aquella suerte…” Los lectores tampoco nos conformamos con tan poco. Razones de amor o acaso más hondas. Porque Dulcinea representa lo que representa y es referente y cúspide de una manera de ver y de interpretar el mundo.
Junto a estas causas, el autor suma elementos de tipo religioso y literario: “Las misericordias que ha usado Dios conmigo (…) Yo tengo juicio ya libre y claro, sin las sombras caliginosas que sobre él pusieron mi amarga y continua leyenda de los detestables libros de caballerías”.
Y Sancho insiste y añade: “No se muera vuestra merced (…) porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía”. Y este sí que sabía pues que eran uña y carne. “Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa…”
Pensamientos, desgracias, edad, elementos religiosos, vencimiento… MELANCOLÍA.
Melancolía es un estado de tristeza vaga, profunda sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no se encuentre quien la padece gusto ni diversión alguna.
Parece, entonces, que la historia del caballero es la historia de un fracaso, fracaso de ideales, fracaso en amores, fracaso en escala de valores, fracaso de un mundo ideal, que queda arruinado por lo grosero y mostrenco del mundo más inmediato y aparentemente más a la mano.
Y aquí llega la paradoja. ¡Don Quijote vive!, sigue viviendo, a pesar de que dicen que ha muerto y de su manifiesto fracaso. ¿Quién es capaz de arrastrar a más seguidores que él? ¿Qué ONG tiene más partidarios y voluntarios? ¿Quién levanta más pasiones que este loquicuerdo fracasado?
Don Quijote murió de melancolía, se dejó ir ante la imposibilidad de levantar otro mundo más justo y compartido. Pero el lector tiene todo el derecho a sospechar que quien realmente murió no fue el caballero don Quijote, sino Alonso Quijano, el hidalgo acodado en el pueblo, sin pagar impuestos, al amparo de sus bienes y sin la ilusión de modificar su contexto.
No, definitivamente, don Quijote no ha muerto, sigue vivo en todos los que se ilusionan cada día y se levantan animosos, y van a las aventuras y vuelan la ribera en busca de mejorar algo las cosas. No son pocos los que lo hacen. Seguro que todos ven a don Quijote en el horizonte guiando sus pasos y sus ilusiones. Es el capitán perfecto.