miércoles, 30 de abril de 2014

RECORDANDO A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


Ahora que se van apagando los ecos y los destellos de los reconocimientos a Gabo, ese castillo de fuegos artificiales que siempre estalla cuando muere alguien más conocido y que tan bien representa esta cultura, quiero dejar aquí una nota de mi reconocimiento al escritor y a la persona.
Lo primero que he hecho ha sido volver a las páginas de “Cien años de soledad” y leer la novela de cabo a rabo. Hacia veinte años desde la última vez que leí esta obra. Al menos eso reza en una nota que escribí en la edición que guardo en casa. ¡Cuánto tiempo! Por el camino han ido pasando otras obras del mismo autor, pero esta andaba perezosa y escondida en una segunda fila de mis anaqueles, como en un reino perdido y olvidado. Mea culpa, si es cierto lo que se apuntó en la nota.
“Cien años de soledad” representa una borrachera extraordinaria, una evasión casi infinita, un estallido celestial de la imaginación puesta al servicio de la esencia del ser humano, sobre todo del más necesitado.
La primera vez que la leí andábamos en aquello del boom del realismo mágico, de ese sesgo literario que no podía nacer ni crecer sino en América, en sus paisajes y en sus gentes.
Me parece que el realismo mágico venía fraguándose desde muchos años antes en escritores del sur y del centro del continente americano, entre aquellos que se habían acercado a sus tierras, a sus bosques tropicales y a sus selvas, a sus climas y a sus gentes, con un cariño y con una imaginación especial. Pero esta nota no quiere ser ninguna clase de historia de la literatura.
En esencia, Cien años de soledad no hace otra cosa que estirar la realidad hasta  situarla en los límites difusos de la imaginación, o estirar la imaginación hasta hacerla lindera con la realidad. Para ello hay que desdibujar los espacios y los tiempos, e inmediatamente, dar cabida a los personajes con cualidades apropiadas a esos paisajes y a esos tiempos. Ese es el momento en el que la realidad se hace mágica, o la magia se hace realidad.
Porque, por ejemplo, ¿dónde está Macondo? Y quién sabe. Solo se puede asegurar que “en la ciénaga”. Pero recuérdese que, por sus calles andaban gitanos, árabes, algún sabio catalán y familias con descendientes extraordinarios y numerosísimos, emprendedores de los más disparatados oficios y rebeldes sin causa hasta en treinta guerras. ¿Cómo nos puede extrañar entonces que alguna vez llueva durante varios años seguidos?
Rotos los parámetros más mostrencos y aparentemente racionales, el mundo se vuelve a crear, como se creó Macondo. Y se vuelve a olvidar, como se olvidó Macondo y se perdió la pista a los Buendía, a pesar de que “El primero de la estirpe está amarrado en un árbol y el último se lo están comiendo las hormigas.”
El fondo de la historia es así de elemental según la versión de Aureliano Segundo: “Macondo fue un lugar próspero y bien encaminado hasta que lo desordenó y lo corrompió y lo exprimió la compañía bananera, cuyos ingenieros provocaron el diluvio como un pretexto para eludir compromisos con los trabajadores (…) el ejército ametralló a más de tres mil trabajadores acorralados en la estación, y cargaron los cadáveres en un tren de doscientos vagones y los arrojaron al mar.” Y, frente a esta versión, “la verdad oficial de que no había pasado nada.”
Entre el primer fundador y el último superviviente pasaron cien años de ilusiones y de imaginación, cien años de soledad y de empeños, de realidad mágica y de mágica realidad. La novela es la voz de aquellos que no tienen voz en la realidad real pero sí la tienen en la realidad soñada, que, por ello, se convierte en realidad mágica y solitaria.
Pero el principal valor en mi lectura es el literario, el tono impecable que no decae ni en una sola línea de las muchas que componen la historia. Y es ante este monumento literario
Ante el que me postro para ungirme de su misterio y de su dominio tanto de los tiempos de la narración como de las imágenes continuadas, como del léxico o dela tensión global. No es momento de glosas de este tipo, pero sí es obligado copiar algunas líneas tomadas casi al azar:

“Llovió cuatro años, once meses y dos días. Hubo épocas de llovizna en que todo el mundo se puso sus ropas de pontifical y se compuso una cara de convaleciente para celebrar la escampada, pero pronto se acostumbraron a interpretar las pausas como anuncios de recrudecimiento. Se desempedraba el cielo en unas tempestades de estropicio, y el norte mandaba unos huracanes que desportillaban techos y derribaban paredes, y desenterraron de raíz las últimas cepas de las plantaciones. Aureliano Segundo fue uno de los que más hicieron para no dejarse vencer por la ociosidad…” Y así todas las páginas y las líneas que componen el libro. Amén. 

lunes, 28 de abril de 2014

CONCIERTO PARA DOS SANTOS


No sé por qué vengo a contemplar, e incluso a comentar, sucesos que se producen por ahí. En realidad, cada día me siento, en valores y en acciones, más lejos de lo común y de aquello en lo que se detienen los medios para formar opinión y para hacer creer que es todo lo que sucede y pasa. ¡Y es mentira, coño, es mentira! Porque es verdad que ayer se jugaron partidos de liga, pero también es cierto que mucha gente paseó y disfrutó del campo, que otros leyeron y pensaron, que muchos rezaron no se sabe a qué dios, que otros se sintieron más debilitados en el camino de sus vidas, que muchos acompañaron a los enfermos más desvalidos y que tantos y tantos tomaron unos vinos y conversaron sobre asuntos inanes o sesudos. O sea, que sucedieron muchas cosas y de ellas casi todas quedaron en el olvido y nadie, salvo sus autores, conoció de ellas, las gozó o las sufrió, y todos fueron tejiendo la intrahistoria oscura y sin glamur. Vaya por dios.
El caso es que, de lo de ayer, nadie se quedó sin su ración de santos y de santidad. Un millón de personas de botellón místico en Roma, las televisiones a todo trapo y a todas horas, viajes oficiales a gogó y misterio al por mayor.
Ayer fueron canonizados dos santos más en la iglesia católica. Yo no conozco que en los evangelios se hable de santos. Y el caso es que los leo de vez en cuando. Será mi torpeza. Pero estoy dispuesto a no levantar la voz si a ellos les satisface y se quedan contentos. Qué otra cosa mejor puedo yo desear que ver a la gente contenta.
Pero sé que el razonamiento, así planteado, es demasiado simple y engañoso. Por pura analogía tendría que sentir satisfacción al ver a un borracho contento de acera en acera. Y no es el caso. El ejemplo lo aporto a modo de analogía y sin deseo de molestar a nadie.
¿En qué lugar me tengo que instalar, pues, para poder seguir opinando? Pues en el de la mesura y en el del sentido común. Veamos.
Se canoniza a dos papas muy recientes, de los que muchos seres humanos tienen formada opinión de manera directa, pues los han conocido. Lo mismo me sucede a mí con Juan Pablo II (de Juan XXIII tengo las imágenes más espaciadas y vagas). Y se hace con el aval de dos milagros atribuidos al  nuevo santo, aunque dependiendo de la voluntad final del papa correspondiente. Y los milagros se someten no a criterios racionales sino espirituales y de fe, o sea, vete a saber a qué en realidad. Y, además, bajan la exigencia y el baremo hasta niveles ridículos: asuntos soñados o apariciones en sueños. (Vuelvo a recordarme que, en una página web de la Junta de Castilla y León abierta para la causa de beatificación de Isabel la Católica, se aportaba como posible milagro haber encontrado en una pantalla de ordenador algo que se estaba buscando y que no aparecía. Juro que no invento nada).
Son estos fenómenos, son estos caldos de cultivo en los que se mueven estas celebraciones, son las explicaciones imbéciles que dan algunas que pasan por expertas vaticanistas y que lo que dominan son las desviaciones mentales de aquellos más forofos que exaltan cualquier tontería de sus ídolos, son las representaciones diplomáticas desmesuradas, son las excursiones y los esfuerzos gastados para asistir a una ceremonia que se puede seguir desde cualquier lugar cómodamente, y es, en definitiva, todo lo que de irracional y de espectáculo de masas tiene un ceremonial que ensalza a gente que tendría que responder a la pobreza y a la sencillez, al amor y a la proximidad con los más débiles, lo que me deja perplejo y como atontadito, como sin poder de reacción y pensando si estaré realmente un poco loco o algo extraviado.
Tendría que ser -me parece- un análisis de los hechos y de los pensamientos que firmaron o que propiciaron los nuevos héroes lo que realmente nos ocupara y les ocupara. Cada cual tiene su escala de valores y sabrá en qué medida se siente próximo o lejano a estos personajes, tan dispares y distintos, por otra parte, Juan XXIII y Juna Pablo II. Del segundo de ellos me salen sombras que me dejan el día nublado y con pinta rara: preservativos, teología de la liberación, sida, matrimonios tradicionales, movimientos absolutamente encriptados e inmovilistas, cuentas vaticanas, pederastias… Mejor no seguir.
Supongo que, a partir de ahora, se convertirá en inercia por lo menos la beatificación del antecesor: qué menos.
Tendrá que ser así, pero ni lo entiendo ni me reconforta. Si echáramos algo más de esfuerzo en el análisis y en los modelos de vida y un poco menos en los espectáculos, en los botellones y nos pusiéramos alguna vez menos en concierto…

Y llegará el de turno y me dirá tú métete en tus cosas  y deja que los demás hagan lo que les apetezca. Y acaso hasta tendrá razón. Qué sé yo.

domingo, 27 de abril de 2014

´Breverías¨ (II)

.
.- Cuando yo me muera no tengan ustedes miedo a mi cadáver, por favor. 78.
.- Los niños antes de tener uso de razón siempre tienen razón. 80.
.- Todos los nombres de danzas populares comenzaron siendo viles y envilecedores. La estúpida aristocracia lo quería así: villanelas, garrotines, bulerías (embustes), muñeiras (molineras emputecidas), folías (locuras), escarramanes, fandangos, cachuchas, zorongos, jaleos, zarabandas, zamacucas, matachines, changüís, pies de jibao, tarantela (picado de la tarántula), mitote, zambra, canaria (de can, perro), jácara, zarabanda, vito, corralera, moharracha, zangarrón,  y naturalmente jota (puta). 81.
.- Es una tontería discutir sobre religión con ningún sacerdote de ninguna iglesia porque viven (comen, visten, se albergan) de la doctrina a la que sirven, con fe o sin ella. 82.
.- La mujer nos hiere -el flechazo- y el hombre se defiende -penetración viene de pene- y siembra la matriz. Como en todo combate hay víctimas, nace un niño. 90.
.- El promedio de vida del hombre ha subido diez años en este siglo. Yo creo que es debido al uso de los desinfectantes en las iglesias, sobre todo en los confesionarios. 90.
.- Si en el inconsciente de cada cual nace Dios -y no hay duda de que allí nace-, resulta que nuestro inconsciente es la madre de Dios. 93.
.- Lucrecio nos dice: el cuerpo no necesita sino la ausencia del dolor y el espíritu un bienestar sin angustias. 94.
.- Nadie es desgraciado hasta que piensa de veras que lo es. 102.
.- El vacío es todopoderoso porque puede contenerlo todo, dice Laot-sé. 105.
.- No amamos nosotros a la muerte, es la muerte la que nos ama a nosotros y cada cual le corresponde en la medida de sus posibilidades, aunque espera siempre una oportunidad para serle infiel. 112.
.- Nuestro universo no está hecho de verdades universales sino de probabilidades. 114.
.- ¿Dios no puede morir? Entonces es probable que nos envidie. 122.
.- Cuando nos vamos de la vida, la dejamos intacta. 131.
.- “Malanges”, dicen los gitanos. ¿Pero hay ángeles malos? 150.
.- Vale la pena repetir que nos refugiamos en la soberbia por miedo a la verdad de nosotros mismos. 151.
.- La muerte es un desahucio sin apelación en el que solo nos dejan una sábana. 154.
.- “Matando el tiempo”, solemos decir a veces. Absurda pretensión. Es el tiempo el que nos mata a nosotros. 160.
.- El campesino analfabeto, cuando oye al filósofo de la ciudad decir que el existir del hombre se basa en el estómago y el sexo, comenta: “Eso lo sabían ya todos los perros de mi pueblo”. 165.
.- Todos los días de nuestra vida -menos el último- han sido vísperas. 169.
.- El silencio tiene ecos, también. La poesía, por ejemplo, es o trata de ser eco de los silencios de Dios. 174.
.- Las bodas crean adeptos entre los invitados. Siempre se conocen en ellas parejas nuevas que se hacen novios y se casan. Pero los entierros hacen más adeptos todavía. 175.
.- “Lo vi con estos ojos que se ha de comer la tierra, decía un gitano y añadía por lo bajo: ¡siquiera se le indigesten! 187.
.- Hay varias clases de orgullo. El orgullo de la humildad es peor que los otros. 192.
.- Algunos días solo hay en el mundo dos personas: nuestro enemigo y nosotros. 193.
.- Bastante es mejor que demasiado. 194.
.- Las religiones hacen tantos prosélitos porque es más fácil creer en lo que no se ve que en lo que vemos cada día. 195.
.- Todas las palabras tienen sentido, pero no hay palabras para nuestros mejores sentires. 211.
.- Todos los artistas de hoy tenemos por lo menos veintiocho siglos de edad. 214.
.- La conquista del espacio está bien. Pero es muy fácil ese espacio exterior. En la conquista del espacio interior querría verlos. 214.
.- Nuestra idea del tiempo es la base de todo el practicismo de la Humanidad. Por eso algunos no usamos reloj. 228.
.- Cada edad tiene su manera de entender la bondad y de practicar la maldad. 233.
.- Hay instantes de gozo o de infortunio donde se advierte cierta dosis de eternidad. 234.
.- Si no eres indispensable para alguien estás de más en el mundo. 246.

.- No seamos pesimistas. Cada instante del día y de la noche es el amanecer glorioso en algún lugar del mundo. 245.

viernes, 25 de abril de 2014

ALGUNAS ´BREVERÍAS´


    ALGUNAS ´BREVERÍAS´ del libro “TOQUE DE QUEDA”, R, J. SENDER
.- Pertenezco a un partido que tiene un solo militante: Yo. Así y todo discrepo y lo traiciono muchas veces cada día. Pg. 8.
.- No es que uno sea mejor que el vecino pero hay que tratar de parecerlo por respeto precisamente para el vecino. Pg. 10.
.- Nuestra sombra nos habla pero no la escuchamos porque suele decirnos impertinencias. Pg. 13.
.- El que nos niega nos afirma condicionalmente. Lo peor no es negarnos sino ignorarnos.
.- La vida perdurable. Bien. ¿Pero qué vida? La que conocemos no la quiere repetir nadie. La que querríamos no existe. Pg. 15.
.- Nos reímos olvidando que el dinero y el amor son aliados más frecuentes que el amor y la pobreza. Pg. 22.
.- A los ochenta y tantos años suelen los sabios enterarse de su ignorancia. Pero todavía lo disimulan. Pg. 24.
.- La ociosidad es la madre de casi todos los vicios y desde luego de todas las virtudes. 24.
.- Yo no sé quién soy y por eso estoy tan vivo y tan presente. Pg. 25.
.- Si no somos todo para alguien no seremos nunca nada para nadie. Pg. 26.
.- La inteligencia no es solo para saber sino para no saber demasiado. Pg. 26.
.- El todo es una nada poblada y actuante y la nada es un todo inerte y vacío. Pg. 27.
.- Lo malo de la inteligencia y la cultura es que cada día nos hacen más conscientes de nuestra ignorancia. Pg. 28.
.- Es permitido mentir al hablar de nuestras experiencias amorosas porque si decimos la mera y pura verdad tampoco nos cree nadie. Pg. 34.
.- ¿Vivir por vivir? ¡Qué más querríamos! Pg. 42.
.- Somos todos ciudadanos de una urbe sin nombre, construida sin saber por qué ni por quién ni para qué. Pg. 43.
.- Todo el mundo habla y escribe sobre el amor desde hace milenios y sin embargo el amor sigue siendo un tema virgen. Pg. 51.
.- Nacer es un error y el hombre discreto trata de ir rectificándolo a lo largo de su vida.  53.
.- Al saber que alguien se ha suicidado nos sorprendemos porque no lo creíamos tan valiente ni tan inteligente. Pg. 54.
.- La unamunidad es la versión fonéticamente ridícula de la unanimidad y por eso Unamuno discrepaba siempre. Para despistar. 69.

.- No te preocupes. El error de haber nacido se corrige siempre. 71.

jueves, 24 de abril de 2014

LA CULTURA Y EL LIBRO


Ávila sigue siendo hermosa porque yo la hago hermosa con mi satisfacción y mis ganas de seguir yendo a juntarme con los míos, aunque sea solo por unas horas.
Mientras conducía ayer por el amplio y suave valle del Amblés, escuchaba la radio y no oía otra cosa que San Jordi, Barcelona y día del libro. En honor a la verdad -una sola vez y de pasada- escuché decir que también era el día de la fiesta en Aragón y en Castilla-León. Esta desigualdad en la balanza no se produce por casualidad sino que se repite machaconamente con todo lo que tiene que ver en la Península con Cataluña y el País Vasco. Cualquier detalle de esos lugares se convierte en categoría y se le da jabón por todas partes en una falta de pudor que causa sonrojo y mala baba. Naturalmente, hablo por mí y por nadie más. Es el mismo sentimiento que reconozco con todo lo que procede de los Astados Unidos o de Origud. Me parece observar un papanatismo y un falso jaboneo en los medios públicos -tal vez buscando que no se enfaden, vete a saber por qué- que me resulta insoportable. A mí que, cuando aquel asunto de los papeles del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, me declaré públicamente a favor de que se los llevaran porque me parecía -y me sigue pareciendo- un despojo y un robo de un régimen dictatorial que va contra los sentimientos más íntimos de muchísimas familias. En fin, el mundo al revés.
Pensaba también en lo difícil que resulta entender qué significa realmente “cultura”, esa palabra tan manida cuya concreción parece que también se celebraba ayer con el asunto del día del libro.
En sentido amplio, naturalmente que todo es cultura, con tal de que al menos se cultive y se ponga algo de empeño y razón en lo que se hace y no se fíe todo al impulso y a lo que vaya saliendo. De esa manera, tanto es cultura el cultivo de la patata como la Crítica de la Razón Pura.
En sentido más restrictivo, ya me conformaría con que se entendiera por cultura toda la suma de cultivos que nos dan como poso una forma de actuar que se aproxima al sentido común y a cierta civilidad en el día a día y en el trato más cotidiano e inmediato; eso que se sustancia en aparcar bien, ceder el paso, no dar voces, controlar la velocidad, atender a las necesidades de los mayores, no dar portazos, escuchar un poco más y procurar entender que no siempre se tiene toda la razón, no apabullar al de al lado, y, en definitiva, tener en la mente que somos siete mil millones en este planeta y que la convivencia exige algo por parte de todos para que se cumplan los mínimos de la supervivencia. O sea, lo elemental de la alfabetización, lo que no exige dinero, lo inmediato en el sentido común y en la buena voluntad. No sería poco. ¡!Sería un tesoro infinito!!
Solemos aplicar el concepto, sin embargo, a un reducto más estrecho y complicado. Tal vez para enmascarar y dejar en el olvido ese otro campo social que se acaba de apuntar en el párrafo anterior. Sobre todo si desde los poderes públicos se le intenta dar imagen con unos representantes y con unos hechos al menos confusos y sospechosos. Porque, si pensamos en la cultura como lo propio de los más cultos, ¿Qué favorecemos y cómo la concretamos?
No creo que cultura sean las representaciones y las adulaciones que nos llegan y que hacemos de Origud; ni todo el mundo del famoseo que tanto éxito tiene según los índices de audiencia, con sus caras visibles analfabetas de mujeres del partido y de servidumbres del mundo de la publicidad; ni todo lo que procede del mundo de los negocios, que parece que da patente de corso y derecho de pernada a cualquiera que alcance éxito en él; ni a cualquier estampa del mundo de las pasarelas, en el que el esnobismo y los centímetros de insinuación o de descaro de las mujeres y de los hombres del partido (entiéndase bien la intención de este sintagma) es lo que se ensalza; ni, en general, todo lo que tiene su cuna en el mundo de la apariencia y del colorido gaseoso.
Cada cual sabrá qué representación social y política es la que da mejor cobertura a esta burbujeante y falsa apariencia de cultura. Y cada cual sabrá por qué razón quedan fuera de ella los obreros de la ciencia, los que se esfuerzan en el mundo del pensamiento y del bienestar social día tras día con sueldo de simple supervivencia, los que dedican horas al mundo de la sensibilidad sin que casi nadie los tome en serio ni les atienda solo unos momentos, ni los que se alejan de todos los tablados en los que solo el instinto y los dividendos cuentan.
Ayer era el día del libro en cualquier sitio, no solo en Cataluña. Porque, aunque parezca imposible, también existen otros lugares en esta piel de toro tan para el arrastre. Tal vez el mundo del libro, en su creación, en su lectura, en su explicación, en los mundos imaginativos que provoca, en el cambio de vida que siempre propone, no sea el peor exponente de otra manera de entender la cultura, otra cultura distinta, más personal, más reflexiva, y hasta si me apuran más general, popular y gozosa.

En mi propuesta de comunidad ideal, haría leer un libro -no todos son iguales (ese es otro tópico tonto), pero me conformaría con cualquiera- al mes a cada ciudadano y dar cuenta de esa lectura ante los demás. Creo que ganaríamos todos mucho. Y gastaríamos mucho menos tiempo del que pudiera parecer. 

lunes, 21 de abril de 2014

FIN DE SEMANA SANTA


Durante los días de semana santa, suelo dedicar ratos a la relectura de los Evangelios, esos textos en los que, teóricamente, se apoya la iglesia cristiana para su doctrina y para sus actividades. No me parece mala práctica frente a las más vistosas de las procesiones o las playas de este país. Cada uno sabrá lo que quiere hacer y lo que mejor le conviene; sencillamente reivindico otras posibilidades y otras formas de acercarse a esta realidad.
He confesado muchas veces mi desacuerdo con esta forma de practicar la religión más frecuente y pública, y sobre todo más oficial. Pero también me he pronunciado muy interesado por lo que para el ser humano puede representar el hecho espiritual, como fenómeno de trascendencia o de ordenamiento ético y moral de la vida.
Y sigo considerando que nos equivocamos al explicar todo desde el punto de vista del dios al que invocamos. La aproximación a ese dios y a su propia configuración y realidad la realizamos nosotros. Y así nos sale de imperfecto y de lleno de calamidades. Hasta el punto de que, bien mirado, a veces somos nosotros los que tenemos que perdonarle por tantas imperfecciones como creemos observar a nuestro alrededor.
Porque hemos creado un dios con presbicia, que le impide ver más allá de lo inmediato, y por eso nuestro mundo lleno de egoísmo.
Porque lo hemos colocado al frente de una bomba cargada en su interior con una enorme carga de miedo y de temor, tan propicios y beneficiosos para el sometimiento a los poderosos.
Porque nos hemos olvidado de pintar un dios absolutamente misericordioso y lleno de amor, único que tiene sentido y que apuntaría a un mundo diferente y positivo, en vez de a este cargado de enfrentamientos y de luchas para crear vencedores y vencidos.
Porque todo lo fiamos al misterio y a la oscuridad, al pecado y lo desconocido, en vez de dar cabida al amor y al camino llano de la razón y del sentido común.
Porque seguimos amenazando con cielos y sobre todo con infiernos, que nos convierten a todos en asustados enfermizos, con cuernos y rabo si nos atrevemos a pensar por nuestra cuenta.
Porque hemos creado unas parafernalias externas ridículas y unas afectaciones que, por exageradas, ni se acercan a lo verosímil ni a lo creíble.
Porque nos hemos dejado arrastrar por unas interpretaciones basadas solo en tradiciones que nos han impuesto desde los púlpitos o desde las imágenes del cine, en lugar de ir a buscarlas desde nuestra propia lectura y pensamiento.
Porque no hay como dejar llevarse por cualquier costumbre que no es analizada para que esta aumente al son de las fanfarrias y de las indicaciones de los sátrapas de turno.
Porque echamos casi todo fuera en lugar de empujar un poco hacia adentro, hacia el interior, que es donde se cuece la personalidad de cada uno.
Porque confundimos igualándolas religión con espiritualidad.
Porque tal vez aquí, más que en ningún otro aspecto, se evidencia que hemos adelantado en la Historia en todo lo que se refiere a la creación técnica, pero no hemos dado muchos pasos en la mejora de la riqueza interior humana.
Y mira que el decálogo que proponen los Evangelios se termina reduciendo a un diálogo sencillo y claro: a) Amarás al Señor, tu dios; b) Amarás al prójimo como a ti mismo.
Y esto es todo. Tal vez resulte difícil delimitar la figura de ese Señor y su realidad, pero no parece que lo sea tanto la de certificar la presencia de uno mismo y del prójimo.

Hoy, por si acaso, se despejan las playas, se aclaran las largas procesiones en las autovías, se reproducen las rutinas, se vuelve a la imaginería que ha procesionado por las calles, al olor de la cera en el recuerdo, a ese Jesús de la cruz y del llanto… Y se certifica que sigue la primavera y que la luz se adueña de nosotros. No se puede morir en primavera, hay que vivir hasta que triunfe el canto y el amor en la armonía del hombre y en todo el universo, hasta que hagamos por fin conciencia de que solo merece la pena un dios lleno de amor y de justicia, una conciencia en luz del universo.

viernes, 18 de abril de 2014

NOS E PUEDE MORIR EN PRIMAVERA

NO SE PUEDE MORIR EN PRIMAVERA

No se puede morir en primavera,
cuando todo conspira por la vida,
ni se debe alentar otra quimera
que mate la esperanza concebida.

Se muere por vivir, se desespera
si solo se contempla que la herida
cumple con su poder, se señorea
si se muestra caliente y dolorida.

Morir solo  contempla otra parada
en un camino eterno y sin sentido,
en busca de otro aliento que en la nada

enmascare la ausencia y el latido
de lo que fue y no es, de lo que al cabo

será por fin testigo del fracaso.

miércoles, 16 de abril de 2014

PASE DE MÍ ESTE CÁLIZ

PASE DE MÍ ESTE CÁLIZ

Fue una noche, a la luna que miraba
sobre el misterio de  Getsemaní.
Comenzó a entristecerse y a angustiarse
con la imagen cercana de la muerte.
“Padre, si esto es posible,
pase de mí este cáliz.
Mas solo si tú quieres.”
Y al rato fue de nuevo la zozobra:
“Padre mío, te pido y te suplico
me libres de beber  todo este cáliz.
Mas solo si tú quieres.”
Y de nuevo en la angustia y la congoja:
“Aparta, por favor de mí este cáliz.
Más solo si tú quieres.”

Qué angustia, qué ansiedad, qué desconsuelo;
cuánta duda, temor, desasimiento;
qué compasión de un hombre al fin y al cabo,
tan cerca de la duda y la impotencia.

Es también un vía crucis en pequeño
el que siento en mis duelos,
que necesita esfuerzos y certezas
        para llegar con fuerza hasta el calvario

martes, 15 de abril de 2014

QUÉ DIFÍCIL VIVIR SIN ÍNTIMA CERTEZA

QUÉ DIFÍCIL VIVIR SIN ÍNTIMA CERTEZA
Qué difícil vivir sin la íntima certeza
de que sucede algo porque es inevitable
que tenga que cumplirse, aunque el azar 
se ponga por delante y no respete
ni el deseo más sencillo y más humilde.

Y, sin embargo, es ley que no haya leyes
a la vista del tiempo y del espacio,
tan solo sobresaltos y agradables
sorpresas que compiten con su engaño
y se ríen
sin tener compasión ni condolencia:
un amor que se quiebra,
 o tal vez se requiebra;
la tarde que se pone su vestido
       de color amarillo; una palabra
      que aparece sin causa y se descubre
      exacta y solidaria con las otras;
      un dios que aguarda turno en una esquina
     para explicar tal vez lo inexplicable;
     tal vez un dios menor que, de la mano,
     te lleva de paseo a cualquier parte;
la ley gravitatoria que, oh sorpresa,
esta vez no gravita ni a empujones;
cualquier papel perdido en un bolsillo
que guarda en gris oscuro la  memoria
de un beso ya olvidado y solitario.

Dadme al menos un punto que me sirva
para apoyar mis manos y mis brazos,
aunque sufran y sangren y se agiten,
aunque duela saber que causa heridas

cada vez que me acerque a interpelarlo.

lunes, 14 de abril de 2014

GOTAS DE ESTOICISMO (y VIII)


¿Qué puedo decir yo después de este racimo de verdades, de advertencias con alma, de recuerdos certeros, de modelo de vida, de consejas de sabio, de principios morales con marchamo de justo?
No me resulta fácil y acaso sea más noble pensar en imitarlo un poco que tratar de explicarlo. Me asusto cuando considero lo lejos que se halla de todo este modelo social de prisas y de luchas del presente, cuando todo se halla sometido al dios dinero y nada se barema si no es desde los centímetros del triunfo y del aplauso externo, desde el vencimiento y desde la derrota frente a los demás, desde la conquista del poder frente a los otros y casi nunca desde el dominio de uno mismo frente a su propia vida.
Aquí está la mesura y la templanza, el reconocimiento de que, ante lo inevitable, de tontos es sentir temor, como sucede ante el hecho universal de la muerte, el acto más seguro y democrático de todos los humanos. ¿Por qué temer lo que ha de ser con toda certeza? ¿Por qué empeñarse tanto en la lucha con los demás, si eso solo asegura el triunfo de uno y el fracaso de todo el resto? ¿Cómo se puede gozar de ese triunfo y en esas condiciones? ¿Por qué no dar cabida y monarquía al sentido común y a la razón como elementos que nos pueden salvar del exceso de las pasiones? ¿Dónde hemos dejado el modelo que nos ofrece la naturaleza? ¿Por qué no mejorar en el perfeccionamiento del ser humano en vez de dedicar todo el esfuerzo a los adelantos técnicos? Parece que el ser humano se hubiera quedado como atontado y sin mejora desde hace muchos siglos, a la vista de todo el cambio de los elementos que le sirven. ¿Por qué no empezar a valorar y a mejorar al pequeño sabio que todos llevamos dentro? ¿Cuándo vamos a hacer un pequeño recuento de lo que es necesario e innecesario para el desarrollo digno y razonable de nuestras vidas? ¿Que estropeamos el mercado? ¡Que se hunda, con tal de que no nos lleve a nosotros por delante! ¿Por qué no nos atrevemos a pensar que tal vez la escala de valores que nos mueve como comunidad acaso no es la más rica para el ser humano como tal, pues nos tiene esclavizados y sin ánimos ni tiempo para pensar en nada salvo para dejarnos llevar por esa ola insana de las prisas y del consumo imbécil? ¿Tiene esto traducción política? ¿Cuál? ¿Estos principios son igualmente aplicables en cualquier edad biológica?
Un conjunto de ideas trabadas no tiene explicación total en unas líneas: son sus partes las que me pueden llevar a rumiar y a deglutir alguna consecuencia, a aplicar algún principio o a imitar alguna forma. Siempre mirando hacia adentro más que hacia afuera. Aunque no sea más que para no darme de bruces contra un muro que me parece de cemento armado y completamente receloso de las ideas que aquí han quedado expuestas. Tal vez sea cobardía, tal vez inconstancia, acaso sea pudor, o puede que impotencia… Pero ahí está la fuerza centrífuga que expulsa y empuja al abandono y al refugio en la esquina de todas las esquinas.
Ayer mismo veía la reposición de una entrevista con el hace poco fallecido José Luis Sampedro. Se reconoció claramente con tintes estoicos como forma de defensa y de vida rica para el individuo. Yo no tengo del todo claro casi nada. Pero me agrego a Séneca y a Sampedro con mucha más confianza que a todos estos protagonistas del escaparate público en el que nos movemos, porque no estamos descontentos en el sistema o porque no sabemos cómo hacer frente a esta marea y a este monstruo.

El tiempo dirá. 

sábado, 12 de abril de 2014

GOTAS DE ESTOICISMO (VII)


. “Los males supuestos son más numerosos que los reales.” Lib. (XIX); Ep. 110.
. “Distingue en tu interior lo necesario de lo superfluo. Las cosas necesarias las encontrarás por doquier: las superfluas deberás buscarlas constantemente, con todo ahínco.” Ep. 110.
. “Apenas si la vida entera basta para que aprendas esta sola lección: menospreciar la vida.” Ep. 111.
. “(Posidonio) No debes pensar jamás que estás seguro con las armas de la fortuna: combate con las tuyas.” Ep. 113.
. “No puede ser uno el carácter del intelecto y otro el del alma.” Ep. 114.
. “La filosofía te brindará este beneficio, el mayor de todos: no arrepentirte jamás de tus actos.” Ep. 115.
. “A las pasiones más fácilmente se las rechaza que se las expulsa.” Ep. 116.
. Petición a la sabiduría: “Enséñame cómo soportar las tribulaciones sin lamentarme, la felicidad sin que se lamenten otros, cómo no esperaré al instante último e inevitable, sino que yo mismo, cuando lo crea conveniente, abandonaré la vida.” Ep. 117.
. “La felicidad no tiene grandes ambiciones, sino muy pequeñas.” Lib. (XX); Ep. 118.
. “No existe diferencia alguna entre no desear y poseer. El resultado en uno y otro caso es el mismo: no te verás atormentado.” Ep. 119.
. “Nunca es poco lo que es suficiente, ni nunca es mucho lo que no es suficiente.” Ep. 119.
. “Ajusta toda tu conducta a los deseos naturales que se satisfacen gratis o a bajo precio; solo procura no confundir los vicios con los deseos.” Ep. 120.
. “Existe muchísima diferencia entre saber dar y no saber conservar.” Ep. 120.
. “¿Cómo hemos reconocido la virtud? Nos la han revelado su orden, su belleza, su constancia, su armonía en todas sus obras y su grandeza que se eleva sobre todas las cosas.” Ep. 120.
. “A excepción del sabio, nadie representa un mismo papel, los demás presentamos muchas caras.” Ep. 120.
. “El primer instrumento que la naturaleza ha otorgado a los seres para su conservación es la adaptación y al amor a sí mismos.” Ep. 121.
. “El cultivo de la virtud es simple, el de la maldad es múltiple.” Ep. 122.
. “Hemos de mantener el camino que la naturaleza nos ha prescrito, sin desviarnos de él: a quienes la siguen todo les resulta fácil y expedito, para quienes se obstinan contra ella su vida no es otra cosa que remar contra corriente.” Ep. 122.
. “Nada resulta molesto si lo acoges con buen ánimo, nada resulta indignante si tú mismo no añades algo con tu indignación.” Ep. 123.
. “Nadie es bueno por azar: la virtud debe aprenderse.” Ep. 123.
. “La gloria es cosa vana y voluble, y más inconstante que un soplo de aire. La pobreza no es un mal para nadie, excepto para el que se resiste a ella. La muerte no es un mal: ¿quieres saber qué es?: la única ley igual para todo el linaje humano. La superstición es un error de mente insana: teme a los que debe amar y profana a los que rinde culto.” Ep. 123.
. “Procura felicidad lo que es conforme a la naturaleza.” Ep. 124.
. “(El bien propio del hombre): ¿Cuál es este bien?: un alma libre, resuelta, que somete a sí todas las cosas y ella no se somete a ninguna.” Ep. 124.
. “Solamente hay bien donde tiene cabida la razón.” Ep. 124.

. “Considérate feliz cuando todo gozo nazca para ti de tu interior, cuando al contemplar las cosas que los hombres arrebatan, codician y guardan con ahínco, no encuentres nada, no digo ya que prefieras, sino que desees conseguir. Te brindaré una breve fórmula por la que puedas valorarte, por la que reconozcas que ya eres perfecto: estarás en posesión de tu bien en el momento en que comprendas que los hombres considerados felices son los más desgraciados.”Ep. 124.

viernes, 11 de abril de 2014

GOTAS DE ESTOICISMO (VI)


. “No hemos de preocuparnos de vivir largos años, sino de vivirlos satisfactoriamente; porque vivir largo tiempo depende del destino, vivir satisfactoriamente de tu alma.” Lib. (XV); Ep. 93.
. “¿Quieres conocer cuál es la vida de más larga duración? La que dura hasta la consecución de la sabiduría.” Ep. 93.
. De Publio Siro: “El remedio para las injurias es su olvido.” Ep. 94.
. “Nada en demasía.” Ep. 94.
. “No pidas otra vez lo que no quieras conseguir.” Ep. 95.
. “Las instrucciones de aplicación particular (preceptos) son débiles en sí mismas y, por así decirlo, sin arraigo. Son los principios los que nos fortalecen, los que protegen nuestra seguridad y tranquilidad, los que abarcan, a una, toda nuestra vida y todo el universo.” Ep. 95.
. “Desde que han aparecido los doctos, se echan en falta los buenos. Se nos enseña a disputar, no a vivir.” Ep. 95.
. “Es mayor desgracia dañar que ser dañado.” Ep. 95.
. “La acción no será recta si no fuere recta la voluntad, porque la voluntad procede de la acción.” Ep. 95.
. “La más insegura de las normas, la opinión pública.” Ep. 95.
. “El único infortunio para el hombre es el de creer que en la naturaleza exista alguna cosa que constituya para él un infortunio.” Lib. (XVI); Ep. 96.
. “Epicuro: El culpable puede conseguir ocultarse, pero no la seguridad de quedar oculto.” Ep. 97.
. “El castigo del crimen está en el propio crimen.” Ep. 97.
. “Nada más desdichado que temer por adelantado.” Ep. 98.
. “El verdadero bien, la sabiduría y la virtud, no muere, es estable y eterno. Es el único bien inmortal que pueden alcanzar los mortales.” Ep. 98.
. “Muerte y dolor: a este el espíritu lo sufre, a la muerte la espera.” Ep. 98.
. “Ese al que consideras que ha muerto se nos ha adelantado.” Ep. 99.
. “Nos separan las distancias, nos iguala el final.” Ep. 99.
. “Nada hay ya cierto para nadie a excepción de la muerte. No obstante, todos se lamentan del único hecho que a nadie engaña.” Ep. 99.
. “La vida no es un bien ni un mal: es la ocasión para el bien o para el mal.” Ep. 99.
. “!Qué necedad la de disponer de la vida, cuando uno ni siquiera es dueño del mañana!” Lib. (XVII-XVIII); Ep. 101.
. “No aplacemos nada; cada día ajustemos las cuentas con la vida.” Ep. 101.
. “¿De qué forma evitaremos la inquietud? De esta sola: que nuestra vida no se extienda hacia afuera, que se concentre en sí misma.” Ep. 101.
. “Diferencia entre la celebridad y la gloria: la gloria se apoya en el juicio de muchos, la celebridad en el de los buenos.” Ep. 102.
. “Ni esperes sin desesperanza, ni desesperes sin esperanza.” Ep. 104.
. “Nadie ha podido ser temible sin inquietud.” Ep. 105.
. “Disponen de tiempo todos los que quieren. A nadie lo persiguen sus asuntos; los hombres se aferran a ellos.” Ep. 106.
. “¿No ves, acaso, cuánto vigor proporciona a la mirada la fortaleza? ¿Cuánta atención la prudencia? ¿Cuánta moderación y sosiego el respeto? ¿Cuánta serenidad la alegría? ¿Cuánta indulgencia la dulzura?” Ep. 106.
. “Las disquisiciones superfluas no os hacen buenos, si acaso doctos.” Ep. 106.
. “Prescribamos, pues, a nuestro espíritu la ecuanimidad y sin quejas paguemos los tributos de nuestra condición mortal.” Ep. 107.
. “A la pobreza le faltan muchas cosas, a la avaricia todas.” Ep. 108.

. “Es rico quien se ha acomodado a su pobreza y se ha hecho rico con poco.” Ep. 108.

jueves, 10 de abril de 2014

GOTAS DE ESTOICISMO (V)


. “(Regalo): El sabio lo sopesará, él personalmente, todo. Nadie, a no ser el sabio, sabe corresponder al favor; como tampoco nadie, sino el sabio, sabe prestar un beneficio; precisamente el que se goza más en darlo que otro en recibirlo.” Lib. (X); Ep. 81.
. “En poder del sabio se halla la honestidad misma, entre el vulgo la apariencia y la imagen de lo honesto.” Ep. 81.
. “Soy agradecido no porque me conviene sino porque me agrada.” Ep. 81.
. “Se elogia no la pobreza, sino a aquel a quien la pobreza no humilla ni doblega.” Ep. 82.
. “Eso que denominan placer, cuando ha rebasado la medida, se convierte en tormento.” Ep. 83.
. “(Escribir-leer): Hay que acudir a la vez a lo uno y a lo otro y combinar ambos ejercicios, a fin de que cuantos pensamientos ha recogido la lectura los reduzca la escritura a la unidad.” Lib. (XI-XIII); Ep. 84.
. “Los alimentos que nutren el espíritu asimilémoslos; de otra suerte irán al acervo de la memoria, no al de la inteligencia.” Ep. 84.
. “(Maestro): Quiero que te asemejes a él como un hijo, no como un retrato.” Ep. 84.
. “Si la razón se impone, las pasiones ni siquiera comenzarán. Es más fácil impedir el comienzo de las pasiones que refrenar su ímpetu.” Ep. 85.
. “¿Quieres saber qué cualidad define al sabio? La misma que a Dios.” Ep. 87.
. “El mayor castigo de los crímenes radica en ellos mismos.” Ep. 87.
. “La pobreza no consiste en poseer poco, sino en carecer de muchas cosas.” Ep. 87.
. “El único estudio verdaderamente liberal es el que hace al hombre libre, como es el de la sabiduría.” Ep. 88.
. “Conoces cuál es la línea recta. ¿De qué te sirve, si ignoras cuál es la rectitud en la vida?” Ep. 87.
. “De igual modo que sé que todo puede suceder, así también sé que no todo me sucederá; por ello espero la prosperidad, dispuesto como estoy para las desgracias.” Ep. 88.
. “Las artes liberales no conducen al alma hacia la virtud, sino que le preparan el camino.” Ep. 88.
. “Una sola cosa perfecciona al espíritu, la inmutable ciencia del bien y del mal, y ningún otro arte investiga sobre el bien y el mal.” Ep. 88.
. “Diferencia entre sabiduría y filosofía: La sabiduría es el bien consumado de la mente humana; la filosofía es amor y anhelo de la sabiduría: esta tiende hacia el objetivo al que aquella ha llegado.” Lib. (XIV); Ep. 89.
. “A la virtud se llega por ella misma, la filosofía y la virtud están estrechamente unidas.” Ep. 89.
. “Estudia no para saber algo más, sino para saberlo mejor.” Ep. 90.
. “El sabio ha investigado primeramente la verdad y la naturaleza; luego la ley que regula la vida; nos ha prohibido someternos a opiniones falsas; ha condenado los placeres a los que va unido el remordimiento; ha elogiado los bienes que siempre nos han de complacer, y ha declarado públicamente que es el más feliz aquel que no precisa de felicidad y el más poderoso el que es dueño de sí mismo.” Ep. 90.
. “Hay mucha diferencia entre no querer y no saber cometer una falta.” Ep. 90.
. “Esto es lo único que sé: todas las obras de los mortales están condenadas a morir, vivimos en medio de cosas perecederas.” Ep. 91.
. “Desiguales por nacimiento, somos iguales en la muerte.” Ep. 91.
. “¿En qué consiste la felicidad? En el sosiego y la tranquilidad perennes.” Ep. 92.
. “La razón es común a dioses y hombres: en ellos es perfecta, en nosotros perfectible.” Ep. 92.
. “El espíritu mire desde su atalaya con desprecio a los ricos y sus riquezas, ninguno de los cuales está tan satisfecho de su patrimonio como entristecido por el del prójimo." E”. 92.

Hasta mañana.  

miércoles, 9 de abril de 2014

GOTAS DE ESTOICISMO (IV)


. “En el alma del sabio siempre reina la serenidad.” Lib. (VI) Ep. 59.
. “Obra, pues, querido Lucilio, cual conviene a tu equidad; deja de interpretar torcidamente el favor de la fortuna: te lo ha quitado, pero te lo había dado.” Lib. (VII); Ep. 63.
. “El lugar que ocupa Dios en este mundo lo ocupa el alma en el hombre.” Ep. 65.
. “La materia del bien algunas veces es contraria a la naturaleza, el bien nunca lo es, porque no existe bien alguno sin la razón, y la razón sigue a la naturaleza. ¿Qué es, pues, la razón? La imitación de la naturaleza. ¿Cuál es el supremo bien del hombre? Acomodar la conducta a los designios de la naturaleza.” Ep. 66.
. “Epicuro señala dos bienes que componen la suprema beatitud: el cuerpo libre de dolor y el alma sin perturbación.” Ep. 66.
. “Cuando estés en tu retiro no debes buscar que la gente hable de ti, sino hablar tú contigo mismo.” Ep. 68.
. “Nadie muere sin no es el día señalado. No pierdes nada de tu tiempo: el que abandonas no te pertenece.” Ep. 69.
. “El sabio vivirá mientras deba, no mientras pueda. (…) Piensa siempre en la calidad de la vida. (…) Morir más pronto o más tarde no es la cuestión; morir bien o mal, esa es la cuestión; pero morir bien supone evitar el riesgo de vivir mal.” Lib. (VIII); Ep. 70.
. “El sumo bien, objetivo de toda tu vida. (…) El bien sumo no es sino la honestidad.”
. “Un alma grande debe obedecer a Dios y sufrir sin vacilar cuanto ordene la ley del universo: o sale hacia una vida mejor, destinada a morar con más esplendor y tranquilidad entre los seres divinos, o va a quedar exenta de toda molestia, si se confunde con la naturaleza reintegrándose en el todo.” Ep. 71.
N.B. Resumen del pensamiento de Séneca: La virtud, el bien único, reside en la parte racional de nuestro ser; supone, por lo mismo, un juicio verdadero y estable, del que toma impulso la voluntad; cuantas cosas están en relación con la virtud son bienes. No cabe afirmar lo mismo de los bienes que se refieren al cuerpo.
. “Para filosofar tienes que desocuparte.” Ep. 72.
. “El gozo del sabio no depende de lo ajeno, ni aguarda el favor de la fortuna de los hombres.” Ep. 72.
. “Cualquier tipo de codicia es inestable, ya que empieza siempre por el final.” Ep. 73.
. “El instrumento más eficaz para la vida feliz se halla en la convicción de que el único bien es la honestidad.” Ep. 74.
. “La plena libertad supone no temer a los hombres ni a los dioses; no codiciar ni lo deshonesto, ni lo excesivo; poseer el máximo dominio de sí mismo. Es un bien inestimable llegar a la propia posesión.” Lib. (IX); Ep. 75.
. “Al hombre solo la razón perfecta le hace feliz; y este único bien es el único que le hace feliz. (…) La razón perfecta se llama virtud y coincide con la honestidad.” Ep. 76.
. “La vida no queda incompleta, cuando es honesta. En el punto en que uno termine, si termina bien, queda consumada.”  Ep. 77.
. “Estos son los tres motivos de aflicción en toda enfermedad: el miedo a la muerte, el dolor corporal y la interrupción de los placeres.” Ep. 78.
. “Cada cual es tan desgraciado como imagina serlo.” Ep. 78.
. “Hay que suprimir dos defectos: el temor por el futuro y el recuerdo de la antigua adversidad. Esta ya no me afecta, aquel todavía no.” Ep. 78.
. “Cuántos hombres ejercitan los cuerpos y cuán pocos su carácter, cuánta concurrencia hay en un  espectáculo pasajero y vano y cuánto abandono de los estudios nobles. Cuán pobres de espíritu son los atletas cuyos brazos y hombros admiramos.” Ep. 80.
. “Todo cuanto puede hacerte bueno lo tienes en ti mismo. ¿Qué te hace falta para ser bueno? Quererlo.” Ep. 80.

Hasta mañana.  

martes, 8 de abril de 2014

ALGO DE ESTOICISMO (III)


. “La muerte está tan lejos de ser un mal como lejos queda del miedo a cualquier mal.” Lib. (IV) Ep. 30.
. “Se niega a vivir quien se niega a morir.” Id.
. “Los acontecimientos seguros (la muerte) se esperan; son los dudosos los que se temen.” Lib. (IV); Ep. 30
. “El único bien, causa y soporte de la vida feliz, consiste en confiar en sí mismo.” Lib. (IV); Ep. 31.
. “El joven debe adquirir los conocimientos, el viejo servirse de ellos.” Lib. (IV); Ep. 36.
. “Ni los niños pequeños ni los enajenados temen la muerte, y es sumamente vergonzoso que la razón no garantice aquella serenidad que aporta la falta de juicio.” Lib. (IV); Ep. 37.
. “Si quieres someter a ti todas las cosas, sométete tú mismo a la razón.” Lib. (IV); Ep. 38.
. “¿Qué es, pues, lo que esta razón exige de él (del hombre)? Una cosa muy fácil: vivir conforme a su propia naturaleza.” Lib. (IV); Ep. 41.
. “Lo que es bueno es siempre necesario; lo que es necesario no siempre es bueno.” Lib. (V); Ep. 46.
. “Vive con el inferior como quieres que el superior viva contigo.” Lib. (V); Ep. 47.
. “Qué locura supone aprender lo superfluo siendo el tiempo tan escaso.” Lib. (V); Ep. 48.
. “El bien, una vez se nos ha confiado, lo poseeremos perpetuamente: la virtud no se desaprende.” Lib. (V); Ep. 51.
. “Es la libertad lo que se nos ha prometido, trabajamos por esta recompensa. ¿En qué consiste la libertad? En no esclavizarse a cosa alguna, a necesidad alguna, a contingencia alguna; en atraer la fortuna (el azar, el destino) a una competición leal. El día en que comprenda que yo puedo más que ella, no tendrá ya poder sobre mí. ¿Me resignaré a ella teniendo la muerte en mi mano?” Lib. (V); Ep. 51.
. “A la juventud deben conmoverla las ideas, no el estilo de la palabras.” Lib. (V); Ep. 52.
. “Solo la filosofía nos despabilará. Conságrate enteramente a ella.” Lib. (V); Ep. 54.
. “Al sabio nunca se le echa, ya que se echa a uno cuando se le expulsa de aquel lugar del que se retira contra su voluntad, y el sabio nada realiza forzado. Ha escapado a la necesidad porque desea lo que ella le ha de imponer.” Lib. (V); Ep. 54.
. “La auténtica tranquilidad es aquella en la que se desarrolla la sabiduría.” Lib. (V); Ep. 56.
. “Cada instante es la muerte del instante anterior.” Lib. (V); Ep. 58.
. “No abandonaré la vejez en el caso de que me conserve íntegro para mí mismo, pero íntegro en aquella parte más noble; por el contrario, si comienza a perturbar mi inteligencia, a desquiciarla en sus funciones, si no me permite ya vivir, sino respirar, saltaré fuera de un edificio descompuesto y ruinoso.” Lib. (V); Ep. 58.
. “En el alma del sabio reina siempre la serenidad.” Lib. (V); Ep. 59.

Hasta mañana.

lunes, 7 de abril de 2014

ALGO DE ESTOICISMO (II)


. “Sufrimos más a menudo por lo que imaginamos que por lo que sucede en la realidad”. Lib. II; Ep. 13.
. “El sabio atiende a la intención, no al resultado”.
. “El que necesita de las riquezas teme por ellas, pero nadie goza de un bien que preocupa”. Lib. II; Ep. 14.
. Epicuro: “Si vives conforme a la naturaleza, nunca serás pobre; si conforme a la opinión, nunca serás rico”. Lib. II; Ep. 16.
. “Si alguna circunstancia te impide vivir bien, ninguna te impide morir con dignidad”.
Epicuro: “Para muchos haber adquirido riquezas no constituye el fin de la miseria, sino un cambio en ella”. Lib. II; Ep. 17.
. “Seremos ricos con más tranquilidad, si sabemos que no es tan grave ser pobres”.
Epicuro: “La ira excesiva engendra la locura”. Lib. II; Ep. 18.
. “Una deuda pequeña hace un deudor; una cuantiosa, un enemigo”.
“Considera que importa más quién ha recibido el beneficio que el beneficio recibido”. Lib. II; Ep. 19.
. “De una vez por todas escoge una regla para vivir y ajusta a ella toda tu vida”. Lib. II; Ep. 20.
. Epicuro: “Si quieres enriquecer a alguien, no debes aumentar sus caudales, sino reducir su deseo”. Lib. II; Ep. 21.
Clases de deseos según Epicuro: a) Naturales y necesarios (comida, vestido, cobijo), que hay que satisfacer siempre; b) Naturales, pero no necesarios (los placeres sexuales), que deben ser aceptados si su satisfacción no resulta costosa ; c) No naturales ni necesarios, que es mejor rechazar.
. Epicuro: “Todos salen de la vida igual que si acabasen de entrar en ella”.
. Séneca: “Es un error: morimos peores de como nacemos”. Lib. (III); Ep. 22.
. “El verdadero bien emana de la buena conciencia”. Lib (III); Ep. 23.
. Epicuro: “Es penoso comenzar siempre a vivir”. Lib (III) Ep. 23.
. “Moriré: es decir, abandonaré el riesgo de la enfermedad, el riesgo de la prisión, el riesgo de la muerte”.
. “Morimos cada día; cada día, en efecto, se nos arrebata una parte de la vida”.
. “Objetivo: no amar demasiado la vida ni odiarla en demasía”. Lib. (III); Ep. 24.
. “Hemos de retornar a la ley de la naturaleza. Sus riquezas están a nuestro alcance”.
. Epicuro: “Retírate en ti mismo en el preciso momento en que te veas forzado a estar entre la multitud”. Lib. (III); Ep. 25.
. “Es una gran cosa aprender a morir”. Lib. (III); Ep. 26.
. Epicuro: “Constituye una riqueza la pobreza que se ajusta a la ley de la naturaleza”. Lib. (III); Ep. 28.
. “¿Piensas que solo a ti te ha sucedido que con tan largo viaje no disipaste la tristeza y la ansiedad del espíritu? Debes cambiar de alma, no de clima”. Lib. (III); Ep. 28.
. “¿Qué te garantizará la filosofía tan elogiada, más estimable que todas las artes y todos los bienes? Sin duda, que prefirieras tu propia decisión a la del pueblo, que valores las opiniones, sin que importe su número, que vivas sin temor a los dioses y a los hombres, que superes los males o que les pongas fin. Por lo demás, si te viera ensalzado por las aclamaciones del vulgo…, ¿cómo no voy a compadecerte, sabiendo cuál es el camino que lleva a esa popularidad?” Lib. (III); Ep. 29.

Hasta mañana.

domingo, 6 de abril de 2014

ALGO DE ETOICISMO


Séneca representa como pocos la llamada filosofía estoica, esa representación moral de la vida que te deja entre la tranquilidad y el sosiego por una parte, y esa especie de duda de no haber intentado la aventura en la osadía y el atrevimiento por otra. Creo que se ajusta mejor a unas edades biológicas que a otras, que molesta más su rumia en unas situaciones económicas y sociales que en otras, y que los tiempos actuales en poco se compadecen con sus enseñanzas y con sus consejos, antes bien parece que huyen de ellas como gato del agua.
A mí, no obstante, me sosiegan y me hacen pensar, me anegan y me empujan a alejarme un poco más de la escala de valores más mostrenca que rige nuestros días.
Recojo del libro de Séneca “Epístolas morales  a Lucilio” algunas sugerencias de las que más me llaman la atención:
. “Todo cuanto de nuestra vida queda atrás, la muerte lo posee”. Libro I; Epístola 2.
. “¿Cuál es el límite conveniente a las riquezas? Primero tener lo necesario, luego lo suficiente”. Lib. 1; Ep. 2.
.- “Han de combinarse entre sí ambos extremos: debe obrar el que está ocioso y reposar el que obra. Consulta con la naturaleza: ella te indicará que tanto el día como la noche son obra suya”. Lib. 1; Ep. 3.
.- “Llega a ti la muerte: debieras temerla si pudiese quedarse junto a ti, pero una de dos: o no te alcanzará, o pasará”. Lib. 1; Ep. 4.
.- “Nuestro propósito es vivir conforme a la naturaleza”.
   “Si dejas de esperar, dejarás de temer”. Lib. 1; Ep. 5.
.- “El camino es largo a través de los preceptos, breve y eficaz a través de los ejemplos”.
   “¿Me preguntas en qué he aprovechado? He comenzado a ser mi propio amigo”. Lib. 1; Ep. 6.
.- “Recógete en tu interior cuanto te sea posible; trata con los que han de hacerte mejor; acoge a aquellos que tú puedes mejorar. Tales acciones se realizan a un tiempo y los hombres, enseñando, aprenden”. Lib. 1; Ep. 7.
.- “Para que alcances la verdadera libertad conviene que te hagas esclavo de la filosofía”.
   “No es tuyo lo que hizo tuyo la fortuna”. Lib. 1; Ep. 8.
.- “El sabio no carece de nada y, no obstante, tiene necesidad de muchas cosas, por el contrario el necio no tiene necesidad alguna (porque de nada sabe hacer uso), pero carece de todo”.
    “Todos mis bienes están conmigo”.
    “¿Ves cuánto más fácil resulta vencer a todo un pueblo que a un solo hombre”.
   “No es feliz quien no piensa que lo es”. Lib. 1; Ep. 9.
.- “Huye de la multitud, huye de los pocos, huye hasta de uno solo. (…) Confíate a ti mismo”.
   “Norma: vive de tal suerte con los hombres como si Dios te contemplara, habla de tal suerte con Dios cual si los hombres de escuchasen”. Lib. 1; Ep. 10.
Son las diez primeras epístolas. Las enseñanzas y los consejos continúan en otras muchas epístolas. Ya tomaré nota.

N.B. Para que no haya falta a la verdad, hay que anotar que muchas de estas advertencias ya existían en Epicuro, al que Séneca honradamente cita siempre.

viernes, 4 de abril de 2014

UN TEXTO DE BAROJA


En “El mundo es ansí”, Baroja traza una semblanza terrible de la España de principios del siglo veinte. A este escritor, con esa velocidad de crucero en la narración que más bien parece un coche de carreras que no se detiene ni a echar gasolina, le da tiempo en una novela para poner ante nuestra vista un libro de postales, cada una de las cuales parece un esquema de ideas y todo él un álbum completísimo. Lo que más poso deja es el ambiente atosigante de deficiencias, de falta de voluntad y de ignorancia, a veces con tintes un poco maniqueos y siempre cargados de negrura y de desesperanza. ¿Qué grado de razón tendrá? El mundo es ansí.
Una de las ideas que lanza como flecha que busca dar en el blanco y cobrar pieza es la que desarrollaron luego tanto Américo Castro como Claudio Sánchez Albornoz, aquella de la esencia de España según la influencia de moros, judíos y viejos cristianos del mundo ibérico. A su interlocutor literario le suelta perlas como estas que entresaco del capítulo “La aristocracia y el pueblo”:
“Entonces, ¿no hay aristocracia?
-          La hay y no la hay. Lo que no hay es una aristocracia que sea lo mejor del país (…) En España hay dos tipos principales: el tipo ibero y el tipo semita. El tipo celta, el homo alpinos mongoloide, no es más que un producto neutro influenciado por los otros dos fermentos activos. (…) El tipo ibero, grave, fuerte, domina en España en la época de la Reconquista, anterior a la formación de la aristocracia; el tipo semita, astuto, hábil, aparece cuando los antiguos reinos moros entran a formar parte del territorio nacional, cuando se forma la aristocracia. El tipo ibero es el hidalgo del campo; el semita, el cortesano y el artífice de la ciudad. Poco a poco, al hacerse la unidad nacional, toda la España semítica crece, triunfa, y la España ibera se oscurece. La ciudad predomina sobre el campo. La aristocracia se forma y se consolida. Probablemente con el elemento más próximo, con el elemento semita (…) En la marcha de España por lo menos ha hecho que el elemento ibero, el elemento campesino, no haya tenido representación alguna. (…) Si hubiese habido un ibero genial como Cervantes capaz de escribir un libro así, jamás se le hubiese ocurrido burlarse de un héroe como Don Quijote; se necesitaba ese sentido anti-idealista, nacido de los zocos y de los ghettos, para moler a golpes a un hidalgo valiente y esforzado; se necesitaba ese odio por la exaltación individualista, que ha sido la característica del español primitivo. (… ) En España puede afirmarse que a mayor aristocracia corresponde mayor incultura, mayor miseria, mayor palabrería. La aristocracia en España va vinculada al latifundio, a las grandes dehesas, a los cotos de caza, que se quieren sin colonos; a la usura, a la torería, a la chulapería, al caciquismo, a todo lo tristemente español, y a estas cosas va unida la degeneración del pueblo, cada vez más pobre, más anémico, más enclenque. (…) Seguramente somos de una enorme incapacidad actual para todo lo que sea orden, ciencia y civilización. (…) Temo que será siempre así; pero ahora hay una secta nueva de europeizadores, que, como usted, no cree en iberos y en semitas, y que dice que todo eso de la raza, de la alimentación, del clima, del medio ambiente, no tiene importancia, y que un negro no se diferencia de un blanco en el color, sino en que el uno sabe matemáticas y lee a Kant y el otro cuenta por los dedos y no ha leído la Crítica de la razón pura. (Interlocutor: -¿De manera que hay esperanza?) – Parece que sí, que hay esperanza.”

Me parece que es un texto que incluye muchos elementos de todo tipo y sesgo para comparar con los de un siglo después. Y me llama mucho la atención la sugerencia que hace al carácter de Cervantes, a su origen y al sesgo que eso le impone a la escritura del Quijote. Buen caso para desarrollarlo en una conferencia, por ejemplo.

jueves, 3 de abril de 2014

TODO FUE Y HA DE SER GOZO Y LAMENTO

TODO FUE Y HA DE SER GOZO Y LAMENTO

Llama la primavera hasta sus labios
para que sean besados y den fuego
o acaricie su cuerpo el sol  dorado
que tiernamente fluye de los cielos.

Las hojas tiemblan escuchando cantos,
respiran, huelen, crecen sus anhelos
y se complacen descubriendo el tacto
con el roce dulcísimo del viento.

Recuerdo aquel primer placer del tiempo
en que empecé a sentir gozo de niño
y fueron la alegría y el contento.

Hoy medito callado, en el momento
en que ya es largo el viaje y el camino:  

Todo fue y ha de ser  gozo y lamento.

miércoles, 2 de abril de 2014

TODAVÍA AQUELLA GUERRA INCIVIL

Ayer mismo, aniversario del final de la guerra incivil, varios medios recogían opiniones acerca de aquel acontecimiento. En algún digital de derechas se podían leer comentarios de añoranza y hasta de petición explícita por la vuelta de aquella calamidad. Por si fuera poco, el “ocurrente” Rouco volvió a mentar la bicha en ocasión solemne y ambiente de prédica religiosa.
No sé si merece o no la pena, lo cierto es que varias generaciones han vivido bajo la influencia de todo lo que aquello significó, aunque no estoy seguro de que todos sean conscientes de ello.
A medida que pasa el tiempo, los hechos se van aligerando y de ellos se hace un recuelo, que solo va salvando de la quema aquellos hitos que son más fáciles de guardar en la memoria, o que han sido los que machaconamente se han repetido hasta convertirlos casi en únicos. Es algo que sucede con todos los acontecimientos de la Historia y su paso por el tejido del tiempo. Con las dictaduras sucede de manera más acusada todavía. A estas alturas, y cada día para más gente de generaciones más jóvenes, lo que se mantiene es alguna figura personal, el concepto de dictadura, una bruma de posible malestar para los que lo padecieron…, y poco más.
Somos muy injustos, o muy torpes, o muy egoístas, o muy sabios tal vez… Porque, a pesar de todo, hay que sobrevivir y el proceso continuo de las cosas nos envuelve sin solución de continuidad, como lo hace un ciclón continuado que no ve nunca el cielo claro y sereno.
Porque serenamente habría que reflexionar acerca de las razones que explican la causa de este hecho tan horrible. Nada sucede porque sí. Seguro que las opiniones son diversas y cada uno tiene su parte de razón, aunque, por supuesto, no del mismo peso, que la equidistancia es de bobos o de irresponsables.
Tampoco habría que dejar de lado todo lo que concierne al escenario en que se produjo y al tiempo concreto en que se desató y se desarrolló. Menudo ensayo para lo que se venía ya encima en Europa y en el mundo: de tropas, de voluntarios, de armamentos, de ideologías…
Y, a partir de ello, la consecuencia inevitable de la duración, de los vencedores y de los vencidos. Los heroísmos personales, que los hubo, tal vez se empequeñezcan al lado de la imagen general y de la desigualdad de medios y de ayudas.
Y, para mí, siempre el apartado más importante: ¿cómo fue la larguísima posguerra, sobre todo para los vencidos y para sus deudos y familiares? Este apartado es el de más alargadas consecuencias y el de más dolor para los que sobreviven.
Cada apartado ha sido estudiado concienzudamente por especialistas y también por hagiógrafos y turiferarios desechables, aunque seguidos por fanáticos y ágrafos; pero creo que al genérico de la comunidad se le debería dar un esquema sencillo y que apuntara a las variables principales, de manera que cumpliera dos condiciones esenciales: que se pudiera repetir con brevedad y que no olvidara el carácter panorámico, ese que nos defiende de lo sesgado y parcial.

Pero los medios de comunicación… Ah los medios de comunicación… Y las prisas… Y el paso del tiempo…