Hace un par de semanas
dedicamos una sesión de las que desarrollamos en BIZARTE a dar a conocer la
existencia del filósofo bejarano Nicomedes Martín Mateos. Las escasas personas
que me escucharon creo que comprendieron el esquema filosófico que desarrolla
en su obra fundamental, El Espiritualismo. Me apena que a esta gente
prácticamente nadie la tenga en cuenta, nadie la lea ni la contraste, y sobre
todo que esto ocurra entre los que van de entendidos y leídos por la vida.
Hoy me apetece, como
desagravio al pensador, copiar algunas de sus palabras:
“El SENSULAISMO es un sistema filosófico que pretende que no tenemos
más medios de conocer que las impresiones físicas y la abstracción. Estas son
un producto de la materia viva. El sistema de Condillac consiste en la
transformación de la sensación en atención, comparación, juicio, reflexión,
etc. El alma, para los sensualistas creyentes, es pasiva. Los materialistas,
encontrando proclamada la pasivilidad del alma, borraron esta palabra, dando al
cerebro, con la actividad, la facultad de pensar. Los frenologistas, para
salvar al sensualismo, se empeñan en probar que el cerebro no es un órgano
único, sino una reunión de órganos correspondientes a las diversas facultades
en ellos localizadas.
Unos y otros prescinden de que
tales facultades son inconcebibles sin un poseedor único en quien radiquen. Los
animales asienten y no comprenden. La sensación tiene un puesto legítimo en la
ciencia, porque hay verdades sensibles que sin ella no pudiéramos conocer. Nuestros
conocimientos serían muy limitados si solo hubiéramos de extraerlos de las
impresiones físicas y de la abstracción. El sensualismo es inmoral y ateo y de
aquí su impopularidad.
El IDEALISMO es la filosofía que proclama que los medios de conocer
son las nociones puras de la inteligencia, independientes de la sensación y de
la razón soberana. El empeño del idealismo fue cortar toda relación entre el
espíritu y la materia, entre el alma y Dios. Aristóteles, fundador del
idealismo en la antigüedad, no fue filósofo y, por tanto, no conoció al alma ni
a Dios. Fue el inventor de una dialéctica erizada de sutilezas. Kant,
continuador de Aristóteles, es antimetafísico. El idealismo alemán conduce al
sensualismo y al escepticismo; es un nuevo escolasticismo tan estéril y
embrollador como el antiguo.
PANTEÍSMO deriva de pan,
todo, y de theos, Dios. Es uno de los
tres sistemas teológicos de la antigüedad. Fue fundado por Zenón y enseñado en
el Félices, uno de los pórticos de Atenas. Como sistema filosófico se llamó
estoicismo. La esencia del estoicismo consiste en hacer a la razón sensible,
material; como consecuencia precisa de considerar a Dios derramado en la
multiplicidad. Spinosa resucitó el panteísmo, no viendo nada real fuera de la
sustancia única, Dios, y considerando a los demás seres como manifestaciones de
aquella sustancia. Redujo tales manifestaciones a la extensión y al pensamiento.
Los discípulos de Spinosa denominaron aquellas manifestaciones lo ideal y lo real, lo subjetivo y lo objetivo. Mallebranche dio origen al
panteísmo místico de los quietistas y jansenistas. Tal doctrina aniquila la
inteligencia humana haciendo funcionar en ella a la divina y reduciendo a
inspiraciones de lo alto todos nuestros medios de conocer.
EL ESPIRITUALISMO: La palabra espíritu significa en latín aire,
viento. El espiritualismo es una teoría filosófica que supone otros seres más
que los cuerpos, llamados espíritus. Las pruebas que justifican el
espiritualismo son las mismas que impugnan el materialismo. El pensamiento es
muy distinto de la sensación; y esta es incapaz de explicarlo. El espíritu se
compone de las ideas de ser, cualidad, relación, sustancia, accidente, causa,
efecto, unidad, número, etc. Estas ideas, llamadas generales, porque convienen
a todos los juicios, son los atributos de la inteligencia, como las cualidades
sensibles lo son de los cuerpos. Si estas cualidades revelan una existencia física,
aquellas ideas revelan el pensamiento o el espíritu. El primitivo venero de las
ideas generales es Dios; el segundo es nuestro espíritu. El incesante trabajo
del espíritu consiste en acomodar sus ideas a las eternas y absolutas. El
fundador del espiritualismo fue Platón; su continuador fue san Agustín. Según
Platón, la filosofía es la ciencia del pensamiento, que se adquiere replegándose
en sí. Lo mismo fue para san Agustín, según prueba el libro décimo de las Confesiones. La esencia del
espiritualismo consiste en que las ideas generales son propiedades del espíritu
creado y a la vez del espíritu increado, y en la incesante comunicación que
entre ambos existe, bien lo advierta el hombre o lo ignore”.
En muy escasas líneas resume don
Nicomedes las bases de su pensamiento filosófico. Toda la obra no es más que el
desarrollo de estas afirmaciones. Yo estoy en desacuerdo con bastante de lo que
aquí se afirma, pero me quito el sombrero ante este bejarano que se apartó a
pensar al amparo de estas montañas y de estos paisajes, que montó toda una visión
filosófica del mundo y que tuvo el coraje de armarla por escrito, hasta
terminar por ser uno de los referentes esenciales del Espiritualismo en España.
Apenas lo conoce nadie. Prácticamente
nadie ha leído sus obras. Anda el gentío ocupado en otros asuntos que más tienen
que ver con la apariencia, con lo que le mandan los medios de comunicación y
con los usos mostrencos e instintivos. Ayer mismo fueron las Águedas. Qué
sociología, dios mío, detrás de esos festejos. Con todo el derecho, por
supuesto, pero qué sociología…
Es que no es lo mismo el
bejaranismo que el bejarauismo.