martes, 27 de febrero de 2024

LA CONCIENCIA PRECISA DEL INSTANTE

 

LA CONCIENCIA PRECISA DEL INSTANTE

 

La conciencia precisa del instante:

el tiempo y el espacio en desbandada,

la contracción de todos los plurales,

la ceguera hecha luz y solo luz,

el cambio como un dios desconocido,

la inmensa eternidad aún no encarnada,

el cero y lo absoluto, el abandono,

la nada como fórmula del todo,

la fuerza colosal del universo

gravitando en un punto, un agujero

negro en que se condensan los metales,

el big bang en un sueño aún no nacido…

 

Todo vuelve a mi mente, se conoce,

se abraza, se desmaya en el olvido.

lunes, 19 de febrero de 2024

¿HAY PARTIDO?

 ¿HAY PARTIDO?

Se celebraron ayer elecciones autonómicas en Galicia. Los resultados han sido estos: PP 40; BNG 25; PSdeGA-PSOE 9; DO (Democracia Orensana) 1; SUMAR 0; PODEMOS 0…

Los resultados hay que describirlos y después, si hay conciencia, analizarlos.

Cualquier opinión que se añada tiene que partir del reconocimiento de que el PP ha ganado con muchísima holgura, pues ha sumado más escaños que todos los demás partidos juntos.

En las últimas semanas he oído y leído hasta el hartazgo que “había partido” y que los resultados no estaban claros. Pues si llegan a estar claros… Hoy escucho y leo explicaciones traídas por los pelos de aquellos que señalaban en cada intervención que el partido estaba en los penaltis o algo así. Una vez más, creo que se confunden los deseos personales con un análisis reposado y racional de la realidad. Y así no vamos muy lejos.

Como la realidad es siempre compleja y la causalidad múltiple, no seré yo quien destripe las variables de estos resultados (nacionalismos, ley de amnistía, clientelismo, caciquismo, envejecimiento de la población, carácter rural…). Pero sí quiero dejar un apunte acerca de una de esas variables. Me refiero a los resultados cosechados por el PSdeGA-PSOE.

También en este caso hay que partir de los datos, de su descripción. Se ha pasado de 15 diputados a 9 y se ha perdido una riada de votos por el camino. O sea, que el resultado ha sido muy malo, o, simplemente, desastroso.

Y también en este caso hay que entender que la causalidad es múltiple. Los militantes del PSOE gallego tienen más datos que yo y a ellos les corresponde analizar lo sucedido y encontrar las causas para poder corregirlo en elecciones posteriores. Pero habrá que saber también si alguna de estas causas tiene explicación “nacional”; o sea, si las actuaciones del gobierno de España repercuten para bien o para mal en las elecciones autonómicas. Se podrá discutir si esta influencia es mayor o menor, pero negar que existe es pensar en lo excusado, querer engañarse y esconder la cabeza debajo del ala. Y esto tanto para bien como para mal.

Desde siempre he pensado que lo que vengo llamando “asunto territorial” está en la base de todo y, además, que es anterior a todo lo demás, pues cualquier cuerpo legislativo tiene como premisa saber al menos cuál es el territorio en el que se va a aplicar. Pues sigo pensando que el PSOE “nacional” sigue bailando en el desconcierto de la definición territorial. Y lo que es peor para él como partido político, que con esa indefinición está perdiendo el partido; hasta el punto de que, por este camino, puede que algún día tengamos que reconocer que no hay partido.

El panorama que se dibuja es el de un dominio cada vez mayor de los partidos nacionalistas, que, haciendo honor a su nombre, tratarán de beneficiar en todo lo que puedan a sus territorios, olvidándose de los demás y mandando el concepto de solidaridad y de lealtad al cesto de los papeles y al reino del olvido. En los territorios llamados históricos ya lo estamos viendo. Habrá que ver si siguen el ejemplo otras regiones y comunidades.

Ante esta situación, el futuro del PSOE se anuncia oscuro y en pendiente. A los que creemos que esta ideología es la menos mala este panorama nos duele. A mí al menos me desasosiega. Bien deseo equivocarme.

La situación bien merece un análisis y una reflexión. No parece lo mejor poner todos los esfuerzos en proclamar que nos interesa más echar al contrario que convencer con nuestras propuestas. Esa estrategia se muestra muy pobre y resulta ser pan para hoy y hambre para mañana. Las variantes de Pedro y el lobo ya nos las sabemos.

Sigo pensando que el PSOE es el más indicado para vertebrar el territorio y empujar políticas de carácter social que hagan más justo a este país. Pero para ello hay que creer en la existencia de ese país y defender alguna idea y algún símbolo que nos una y que no nos tenga todo el tiempo a la greña y desgastando nuestros esfuerzos hasta quedarnos exhaustos y con mal humor continuado. Y no habrá que avergonzarse de ello. Pero, ¿qué es la izquierda, si no?

Y, si esto lo pienso para el PSOE, ¿qué puedo decir de los demás partidos a su izquierda? Mejor hago mutis por el foro. Vale.

viernes, 16 de febrero de 2024

DE GOBIERNOS Y GOBERNADORES (II)

 DE GOBIERNOS Y GOBERNADORES (II)

No se discute mucho (por evidente) que la segunda parte del Quijote resulta mucho más elaborada y reflexiva que la primera. A mí no me cabe ninguna duda al respecto. Dentro de esta segunda parte, todos los capítulos que discurren en el castillo de los malhadados duques (siempre queda la sospecha de si hay referencia indirecta a los duques de Béjar, sus primeros benefactores) podrían recopilarse en una narración completa y aislada de todo lo demás.

El caso es que a todos los sucesos en él acaecidos pone fin la salida de don Quijote y de Sancho, su escudero, camino de Barcelona, dirección elegida por descarte, con tal de «sacar mentiroso a aquel nuevo historiador que tanto decían que lo vituperaba». Y, oh el don de la libertad. Los dos personajes nos dan muestra de su encarecimiento. Estos son sus testimonios.

En cuanto es rescatado Sancho con su jumento de la caída en la cueva y llega al palacio de los duques, no pierde el tiempo para manifestarse así: «-Yo, señores, porque lo quiso así vuestra grandeza, sin ningún merecimiento mío, fui a gobernar vuestra ínsula Barataria, en la cual entré desnudo, y desnudo me hallo: ni pierdo ni gano. Si he gobernado bien o mal, testigos he tenido delante, que dirán lo que quisieren (…). Y así, antes que diese conmigo al través el gobierno, he querido yo dar con el gobierno al través, y ayer de mañana dejé la ínsula como la hallé. (…) Salí, como digo, de la ínsula sin otro acompañamiento que el de mi rucio…» (II, 55).

Y don Quijote: «Cuando don Quijote se vio en la campaña rasa (…), le pareció que estaba en su centro y que los espíritus se le renovaban para proseguir de nuevo el asunto de las caballerías, y volviéndose a Sancho dijo: -La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres» (II,58).

¿De qué libertad nos hablan los dos personajes? Porque hay libertades físicas, morales, amorosas…, y políticas. Me parece claro que la libertad de Sancho apunta más a la no sujeción a imposiciones para conseguir una buena posición social y económica. La de don Quijote invoca un mundo más amplio en el que el ánimo y el espíritu se hallan libres de ataduras, salvo las que le dicta su ánimo, para realizar un proyecto vital. En todo caso, cada cual puede extraer las enseñanzas oportunas y elegir las que mejor se le acomoden.

La lectura y la reflexión me han pillado en unos momentos en los que algún regidor del ayuntamiento de la ciudad estrecha en la que me voy haciendo viejo podría arrimarse un poco a las consideraciones de Sancho y actuar en consecuencia. Reitero las palabras: El que tenga oídos que oiga. Pero, si va a decir verdad, a veces, esperar buenos resultados es pensar en lo excusado.

Pero la consideración se puede ampliar a todos los contextos y niveles de la vida y de la representación pública. Y privada. A veces las manos se pegan tanto al poder, que no hay manera de despegarlas de él.

Y mejor pronto que tarde, porque en la tardanza está el peligro, y los que buscan aventuras no siempre las hallan buenas, y quien yerra y se enmienda a Dios se encomienda. Vale.

miércoles, 14 de febrero de 2024

DE GOBIERNOS Y GOBERNADORES (I)

 DE GOBIERNOS Y GOBERANDORES (I)

De entre los mil millares de maravillas, consejas y enseñanzas que nos regala Cervantes en su obra inmortal don Quijote de la Mancha, el lector puede elegir a manos llenas todas las que le vengan al pelo, pues las hay de toda ley y de toda oportunidad. Esta obra es un piélago sin fondo, un abismo sin suelo y un silo sin medidas. Por eso tal vez sea inmortal e intemporal, tan sabrosa y llena de pensamiento.

Hoy elijo una de ellas, llevado por la situación en la que se encuentran el ayuntamiento de la ciudad estrecha, su regidor y todo lo que sigue a la espera de que vea algo de luz la honradez, la cordura, el sentido común y el razonamiento más elemental. Se trata de la dimisión de Sancho en lo que toca al gobierno de la regalada ínsula Barataria (el nombre posee todo el sentido que tiene que tener). El buen escudero había llegado a ella movido por la codicia, por una ilusión infundada y por la falta de fundamento que se deja llevar por el deseo y el egoísmo. Le sucede todo lo que le sucede en su gobierno y, al cabo de una semana de ejercer el poder, decide abandonar su situación. Una semana le basta para entender lo que la ilusión le había robado, para volver al sentido común y a la sensatez.

Pero mejor que hable él: «Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos que quisieren acometerlas. Mejor se me entiende a mí de arar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos. Bien está San Pedro en Roma: quiero decir que bien se está cada uno usando el oficio para el que fue nacido. Mejor me está a mí una hoz en la mano que un cetro de gobernador, más quiero hartarme de gazpachos que estar sujeto a la miseria de un médico impertinente que me mate de hambre, y más quiero recostarme a la sombra de una encina en el verano y arroparme con un zamarro de dos pelos en el invierno, en mi libertad, que acostarme con la sujeción del gobierno entre sábanas de Holanda y vestirme de martas cibollinas. Vuestras mercedes se queden con Dios y digan al duque mi señor que desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas. Y apártense, déjenme ir, que me voy a bizmar…». Cap. LII 2ª.

Bien le discutiría a Sancho la necesidad de que haya gobernadores que gobiernen, que dicten y cumplan leyes. Pero le abrazaría y le daría un beso de paz en la frente como el que él le dio a su rucio por la gallardía que tuvo en abandonar aquel puesto que ni era real, ni estaba destinado para él ni contenía medidas que se ajustaran a su formación, a su honradez, a su simpleza y a su sentido común.

Gobernadores hay en ínsulas más cercanas que, según sus palabras, ya desde el momento de nacer, sus progenitores les aseguraron que venían a la vida destinados a este menester. Válgame Dión y la Virgen de la ermita. Que hay gente que se vuelve loca, pero hay otra que ya nace con tal mácula. Tal vez por ello es más difícil quitarse de la cabeza tales ensueños y alucinaciones y acaso por tales nebulosas se aferran a los cargos del gobierno con las manos, con los pies y hasta con los tuertos, fantasías y mentiras que las ocasiones requieran.

Bien podían aprender un poquito de Sancho, aquel escudero horro de razón, pero bueno de sentimientos y llano en su comportamiento. A tanto llegó su llaneza y buena voluntad, que consiguió dominar los decaídos ánimos de su amo, el caballero, cuando este, vencido también y desanimado, se hundía en la sima de la desazón y del desencanto.

Pero, tal vez en esta ocasión más que en otras, pedir algo parecido a algún gobernador, edil o alcalde (en otra ocasión se dice «que nunca se supo averiguar si era ínsula, ciudad, villa o lugar lo que gobernaba»), encastillado en su falta de formación y en la desconfianza, en el silencio y en la soberbia, sea como sembrar cotufas en el golfo.

Y quien tenga oídos que oiga, que amanecerá Dios y medraremos.

lunes, 12 de febrero de 2024

KAN MA KAN

 KAN MA KAN

 No, no sé árabe, y bien que me vendría conocer esa lengua, esa forma de ver el mundo, esa manera de darle forma y ese mar del que mi lengua materna toma muchísimas palabras. Pero hay muchas fuentes de donde beber. La traducción, me dicen, podría ser algo así como «era así, no era así», algo parecido al comienzo de nuestros cuentos: «érase una vez…».

Hoy me sirve de entradilla para considerar un par de cosas.

La primera es el valor de la imaginación y la ventana que tenemos que abrir a la diversidad y a la multiplicidad de opiniones ante la realidad. Estoy, de nuevo, engolfado, sí, engolfado, en la lectura del Quijote y en pocas creaciones se muestra como en esta la diversidad de interpretaciones ante la realidad. De tal manera lo hace, que todo el texto está atravesado por la aparente dicotomía entre una visión pegada a la realidad y otra llevada de la mano por la imaginación. Y bien se echa de ver que, lo que permanece en el tiempo es esa osadía de tratar de eliminar la visión de la realidad desde la imaginación (mundo de los caballeros andantes), pero precisamente desde ese mismo mundo de la imaginación que representa nuestro caballero. La mejor vuelta de tuerca de la literatura, los pájaros a las escopetas y el mundo al revés, la fantasía entre las manos y el logro de todos los logros.

Y lo que se ejemplifica con el Quijote se puede extender a las demás obras de creación, con mayor o menor valía o concreción. De ello podíamos concluir que la literatura abre un mundo de posibilidades, de interpretaciones y de variantes que, tomadas con criterio y buena voluntad, empujan a la tolerancia y al concierto entre las personas.

La segunda consideración me lleva a pensar en la naturaleza humana como algo complejo y plural. Porque no siempre somos el mismo, sino uno distinto según el momento y las circunstancias en las que nos desenvolvemos. Somos como el conjunto de una biblioteca cuyos volúmenes nos animan en un sentido o en otro. Si esto fuera verdad, tal vez habría que ir desterrando de nosotros y de nuestros pensamientos las ideas absolutas y los comportamientos excluyentes y abrir canales de comunicación y de convivencia que sumen aguas de distintas purezas.

Y lo que se ejemplifica en el mundo en general, y mucho más en estos momentos, no es precisamente esto; más bien apuntamos a la polarización, a la exclusión, a la descalificación del adversario, a que nos interese más el fracaso del otro que nuestro propio éxito o el bienestar de la comunidad. ¿En qué se resuelven, si no, buena parte de las campañas electorales? ¿Y las competiciones deportivas? ¿Y las actuaciones parlamentarias o de otras instituciones más reducidas?

Todos somos uno y muchos, somos la suma de numerosos elementos que nos conforman, acarreamos contradicciones continuas, se nos descosen los vestidos por todas partes, nuestra razón llega hasta donde llega y no es mucho, los conceptos absolutos no son para mentes reducidas como las humanas…

¿Por qué, entonces, no conceder espacio a las dudas, a la imaginación, a la ayuda de los demás, a la creación literaria que nos trae interpretaciones diferentes del mundo, a la multipolaridad frente a la bipolaridad, a la mano abierta frente al rechazo absoluto, a la buena voluntad y a las aspiraciones comunes, al plural frente al singular, al nosotros frente al yo…?

Don Quijote es un buen representante de toda esta voluntad y de este esfuerzo por regalar todos sus esfuerzos a los demás, y, especialmente, a los más necesitados. Y todo, sin ninguna exigencia, con la voluntad decidida de mejorar el mundo.

Entre este ejemplo de nuestra literatura y lo que se observa cada día se hunden diferencias muy notables. Y todo ello sin querer cortar con el mismo patrón ni a todos los seres de ficción ni a todos los representados ni representantes. Porque diferencias, haberlas haylas, claro.

Deberíamos propiciar un simposio clásico entre lo que es y vemos y el érase una vez o kan ma kan. Entre trago y trago, acaso rebajaríamos las tensiones y veríamos el mundo algo más gris y menos borrascoso.

viernes, 9 de febrero de 2024

RAÍCES DEL YO

 RAÍCES DEL YO

Los empeños en definir la esencia de cada ser, o sea, eso que llamamos «yo» son casi infinitos a lo largo del tiempo. Desde los primeros vagidos de la historia hasta nuestro más rabioso presente, quien más quien menos se habrá parado a pensar una respuesta para una pregunta tan sencilla como difícil de responder: ¿Quién soy yo? ¿A qué características respondo y cuáles son los elementos que me componen y que me explican?

El asunto no parece vacío ni secundario, pues de la respuesta puede depender nuestro conocimiento y nuestra disposición a actuar de una manera o de otra en la vida. Es decir, si conocemos nuestra composición, estaremos en disposición de modificarla, de afianzarla y de seguirla.

Como sucede siempre, y más en este caso, las fuentes de alimentación pueden y deben de ser muchas: la causalidad es siempre múltiple. Pero algunas son más importantes y decisivas que otras.

Me atrevo a anotar un pentálogo de ellas, que no agotan la explicación, pero que aclaran el camino bastante. Es este: El idioma, el lugar, la comunidad, las costumbres y la formación personal. Sé que alguno de estos elementos puede sonar a sujeto extraño en este contexto, pero yo no lo retiro de ahí.

El idioma es el elemento en el que doy vida a la realidad y a la visión que del mundo tengo; es como el baúl en el que cabe todo, o el vestido que acoge la presencia de cualquier cuerpo.

El lugar condiciona que mi relación con las cosas sea de una manera o de otra, por su presencia o ausencia, por sus características y hasta por su relieve.

La comunidad me configura porque yo soy yo y mis circunstancias, o acaso solo mis circunstancias. En cualquier caso, es este el roce más continuo e inmediato. Recordaré simplemente el refrán que dice «dime con quién andas y te diré quién eres», entendiendo ese andar con toda la amplitud posible, como contexto y como ambiente.

Las costumbres, tanto personales como colectivas, crean una inercia y unos tópicos de los que no es fácil salirse y que te empujan a repetir hechos sobre los que apenas consideras su bondad o su maldad.

La formación personal representa la parte más personal, más individual, más voluntaria y más loable o criticable. Es algo así como el espejo en el que reflejo todas las demás condiciones y las acepto o las rechazo.

Me parece que, si echo una ojeada a estas cinco variables, puedo hacerme una idea aproximada de lo que soy, de cómo me he ido configurando y de hacia dónde puedo orientar mis esfuerzos futuros, tanto para mantener mi personalidad como para modificarla.

Cada una de estos apartados abre una ventana muy amplia que recibe la luz de un exterior muy complejo. No sé en qué medida merece la pena pararnos a desbrozarla y a dejarnos traspasar por sus rayos, pero el conocimiento de cada uno bien merece la pena. No solo para nuestra satisfacción, sino también para las relaciones con los demás. No importa demasiado que los resultados sean muy positivos o algo menos; es mucho más relevante utilizar las consecuencias que extraigamos para dominar y orientar la conciencia que de nosotros mismos tengamos.

Y luego ya pensaremos en aquello de lo que en realidad soy, lo que creo que soy, lo que los demás creen que soy y lo que creo que los demás creen que soy. Porque sin el conocimiento aproximado de uno mismo, de poco sirve todo lo demás, a pesar de que nos tengamos que concretar en relaciones con los otros.

lunes, 5 de febrero de 2024

ZORRA DE POSTAL

 

 ZORRA DE POSTAL

En un concurso musical llamado Benidorm Fest ha resultado premiada una canción titulada Zorra. TVE, organizadora del festejo, llevaba toda la semana dando bombo al acontecimiento, como si del fin del mundo se tratara o del descubrimiento que fuera a salvar a la humanidad de cualquier desastre. Al fin y al cabo, han utilizado el mismo mecanismo que las televisiones privadas a las que lo primero que les interesa es hacer publicidad de su producto y ensalzarlo hasta el paroxismo, con el fin de conseguir una buena cuota de pantalla. Purito capitalismo, degradación de principios, olvido de que no es válido cualquier método para conseguir un fin y contribución a la creación de una escala de valores que luego, farisaicamente, cree combatir escandalizándose ante otros sucesos.

Este mediodía he visto cómo, en pleno telediario, se esforzaban ¡durante casi un minuto de televisión!, como si sintieran vergüenza y quisieran pedir perdón, por añadir connotaciones a la palabra “zorra”, hasta convertirla casi en un eufemismo Enseguida he acudido a conocer la letra entera de la canción y he de decir que me causa sonrojo. No por la presencia de la palabra zorra (o no solo), sino por la cantidad de ripios que acumula y por el esfuerzo que he necesitado para entender su significado en el sentido que parecen querer darle los patrocinadores del festival, o sea, TVE.

Dicen que la canción ya tiene tropecientas mil reproducciones, lo cual quiere decir que enlaza con el gusto de buena parte de los seguidores musicales. A algún comentarista, sin embargo, no le da en sus pronósticos para nada mejor que entre los cinco últimos puestos cuando acuda a eurovisión. A mí, que me trae al fresco todo ese invento de eurovisión, no me da ni para el último. Pero ya hemos enviado embajadores zafios y primitivos, y algún voto han rascado; así que mejor es aguardar acontecimientos, porque el mundo anda como anda.

De todo este batiburrillo, me interesan algunos aspectos.

El primero es el de mi asombro por la cantidad de seguidores que tiene esto de la música. TVE ha echado la casa por la ventana, la ciudad de Benidorm estaba hasta los topes, muchísima gente se mostraba entusiasmada y como si le fuera la vida en ello, el país andaba pendiente de los resultados… En fin… Compárese, por ejemplo, con los asistentes o interesados en la lectura o en el intercambio de ideas, o de otras actividades a las que no acude casi nadie.

En segundo lugar, me pone de los nervios dar por hecho que cualquier ruptura con lo existente supone un avance en libertades o en derechos. Este asunto se da mucho en cultura, o en todo aquello que llaman cultura, porque definir qué es cultura y qué puede entrar en el catálogo de cultura nos llevaría demasiado lejos, y, para enfados, ya va bien con esto del festival. He afirmado muchas veces que la innovación por la innovación es la misma imbecilidad que la conservación por la conservación; lo snob y el inmovilismo parten de la misma salida y llegan a la misma meta; es decir, a la tontería. Pues parece que, si no das un paso más allá, en letras, en vatios, en vestidos o desvestidos, en bailes y en apariencias de todo tipo, ya no estás en la moda y no sirves para el sistema, ese que exige el cambio continuo para tener al cliente entretenido y embobado.

Que el leguaje es machista resulta evidente: llevo toda mi vida enseñándolo y criticándolo (el ejemplo zorra / zorro es definitivo); que lo es porque resulta ser reflejo de la sociedad tampoco exige demasiado esfuerzo mental; que la modificación del lenguaje empuja al cambio social y al revés no tiene por qué recordármelo nadie…

Pero, si para ello necesitamos hacer dos tontos donde antes ya había un tonto de solemnidad, lo que habremos logrado será una epidemia de imbéciles y una sociedad imbecilizada.

Una cosa es la aspiración de igualdad y otra muy distinta es el desparrame y el horizonte sin deberes y sin normas. Para todos, claro, para ellas y para ellos.

A ver si ahora nos vamos a quedar sin gallineros y sin trabajo para los que los guardaban.

En fin, puede que yo no sepa leer y esté totalmente equivocado. Después de tantos años de ejercicio, no tendría perdón de dios.

viernes, 2 de febrero de 2024

PURIFICACIÓN

 PURIFICACIÓN

Hace un par de años, en esta misma fecha, reproducía el texto de la alborada que, en mi pueblo, Valero de la Sierra, se canta tal dia como hoy, fiesta de las Candelas. Para antropólogos, etnólogos y demás estudiosos dejo el análisis de todo lo que explica su origen, su mantenimiento y su significado, tan similar en el fondo a la justificación de tantas otras fiestas populares.

Me ocupa solo un aspecto que parece marginal, pero que, sin duda, encierra un significado de muy largo alcance. La letra de esta alborada, en un par de estrofas, dice los siguiente:

Hoy, día de las Candelas,

María a misa salió,

cumplidos cuarenta días

de su purificación,

 

Y para salir a misa

la Madre del Redentor;

y para salir a misa

dos tortolitas llevó,

que se usaba en aquel tiempo

ofrecerlas al Señor.

Se trata de la costumbre (¿o tal vez obligación?) de llevar alguna ofrenda hasta el altar. Y, sobre todo, de la idea de la purificación. Hasta la Virgen, ese ser concebido sin mancha -ya me contarán en qué lugar deja esto a las demás mujeres, que, por comparación sí conciben y son concebidas con mancha- tiene que prestarse a un rito de purificación. Impura ella por la concepción, por el embarazo y por el parto. Impura por todas partes. Qué barbaridad.

Este empeño de las religiones en salpicar todo de temores y de pecados, de penas y de castigos; este impregnarlo (empreñarlo) todo de miedos y de sustos; este segar el gozo de la vida y el desarrollo de la alegría de ver a un nuevo ser…

¿Existe algo más hermoso que concebir, gestar y dar a luz un nuevo ser, una vida en ciernes y una culminación amorosa? ¿Por qué tantas religiones se empeñan en negar que la persona tiene como primera propiedad su propio cuerpo y que prolongarlo en otros cuerpos nuevos como producto del amor es al acto más sublime que se puede imaginar?

Pues a golpes con las manchas y con los pecados, con las castraciones y con las purificaciones, con los lavados y con los bautismos.

Aún recuerdo mis años de niñez en los que las mujeres parturientas iban a la iglesia con alguna ofrenda, sobre todo con un roscón. Con lo bien que les hubiera venido a ellas mismas para su recuperación física y para el alimento del recién nacido. Pues nada, manchas, pecados, ofrendas y purificaciones.

Las incorporaciones a las comunidades, civiles o religiosas, siempre vienen acompañadas de algún elemento que las haga visibles. Pero de ahí a señalar con el dedo, a asustar y a exigir prebendas media un gran trecho.

No hay nada que purificar, porque no hay nada impuro. Sí hay mucho que celebrar, pues una nueva vida se incorpora a la comunidad y hay que acogerla y darle la bienvenida con las mejores muestras de alegría.

Por las estrechas calles de mi pueblo cantan los mozos y mozas la alborada de las Candelas. La noche se ilumina con sus voces, el cielo los escucha, esa virgen pura (como puras son todas las mujeres) los acoge. Mi recuerdo está con ellos. Hasta mí llegan los ecos y yo canto en voz baja la alborada.

Despunta un nuevo día. «Hoy, día de las Candelas, sale el sol entre dos rayos: los laureles que le cubren a la Virgen del Rosario». Los rayos de la luz, de la esperanza, de la convivencia, de la participación, de todo lo que nos ayude a vivir un poco mejor.

jueves, 1 de febrero de 2024

MIRÁNDOLO, ME PUEDE LA CONCIENCIA

 

MIRÁNDOLO, ME PUEDE LA CONCIENCIA

 

Vine a buscar la gracia del almendro

en las viejas laderas que provocan

al desnudo invernal de los castaños.

Y allí estaba de nuevo, cara al sol,

empeñado en fingir que el frío se ha ido

cuando andamos en pálpitos de enero.

Ni los viejos recuerdos, ni los rayos

de un sol que tibiamente lo calienta,

nada impide su salto hacia la vida

vestido de litúrgica pureza.

 

Mirándolo me puede la conciencia

y vuelvo a ser el tiempo nuevamente.

Los primeros vagidos de la vida

frente al negro sentido de la muerte.