lunes, 19 de febrero de 2024

¿HAY PARTIDO?

 ¿HAY PARTIDO?

Se celebraron ayer elecciones autonómicas en Galicia. Los resultados han sido estos: PP 40; BNG 25; PSdeGA-PSOE 9; DO (Democracia Orensana) 1; SUMAR 0; PODEMOS 0…

Los resultados hay que describirlos y después, si hay conciencia, analizarlos.

Cualquier opinión que se añada tiene que partir del reconocimiento de que el PP ha ganado con muchísima holgura, pues ha sumado más escaños que todos los demás partidos juntos.

En las últimas semanas he oído y leído hasta el hartazgo que “había partido” y que los resultados no estaban claros. Pues si llegan a estar claros… Hoy escucho y leo explicaciones traídas por los pelos de aquellos que señalaban en cada intervención que el partido estaba en los penaltis o algo así. Una vez más, creo que se confunden los deseos personales con un análisis reposado y racional de la realidad. Y así no vamos muy lejos.

Como la realidad es siempre compleja y la causalidad múltiple, no seré yo quien destripe las variables de estos resultados (nacionalismos, ley de amnistía, clientelismo, caciquismo, envejecimiento de la población, carácter rural…). Pero sí quiero dejar un apunte acerca de una de esas variables. Me refiero a los resultados cosechados por el PSdeGA-PSOE.

También en este caso hay que partir de los datos, de su descripción. Se ha pasado de 15 diputados a 9 y se ha perdido una riada de votos por el camino. O sea, que el resultado ha sido muy malo, o, simplemente, desastroso.

Y también en este caso hay que entender que la causalidad es múltiple. Los militantes del PSOE gallego tienen más datos que yo y a ellos les corresponde analizar lo sucedido y encontrar las causas para poder corregirlo en elecciones posteriores. Pero habrá que saber también si alguna de estas causas tiene explicación “nacional”; o sea, si las actuaciones del gobierno de España repercuten para bien o para mal en las elecciones autonómicas. Se podrá discutir si esta influencia es mayor o menor, pero negar que existe es pensar en lo excusado, querer engañarse y esconder la cabeza debajo del ala. Y esto tanto para bien como para mal.

Desde siempre he pensado que lo que vengo llamando “asunto territorial” está en la base de todo y, además, que es anterior a todo lo demás, pues cualquier cuerpo legislativo tiene como premisa saber al menos cuál es el territorio en el que se va a aplicar. Pues sigo pensando que el PSOE “nacional” sigue bailando en el desconcierto de la definición territorial. Y lo que es peor para él como partido político, que con esa indefinición está perdiendo el partido; hasta el punto de que, por este camino, puede que algún día tengamos que reconocer que no hay partido.

El panorama que se dibuja es el de un dominio cada vez mayor de los partidos nacionalistas, que, haciendo honor a su nombre, tratarán de beneficiar en todo lo que puedan a sus territorios, olvidándose de los demás y mandando el concepto de solidaridad y de lealtad al cesto de los papeles y al reino del olvido. En los territorios llamados históricos ya lo estamos viendo. Habrá que ver si siguen el ejemplo otras regiones y comunidades.

Ante esta situación, el futuro del PSOE se anuncia oscuro y en pendiente. A los que creemos que esta ideología es la menos mala este panorama nos duele. A mí al menos me desasosiega. Bien deseo equivocarme.

La situación bien merece un análisis y una reflexión. No parece lo mejor poner todos los esfuerzos en proclamar que nos interesa más echar al contrario que convencer con nuestras propuestas. Esa estrategia se muestra muy pobre y resulta ser pan para hoy y hambre para mañana. Las variantes de Pedro y el lobo ya nos las sabemos.

Sigo pensando que el PSOE es el más indicado para vertebrar el territorio y empujar políticas de carácter social que hagan más justo a este país. Pero para ello hay que creer en la existencia de ese país y defender alguna idea y algún símbolo que nos una y que no nos tenga todo el tiempo a la greña y desgastando nuestros esfuerzos hasta quedarnos exhaustos y con mal humor continuado. Y no habrá que avergonzarse de ello. Pero, ¿qué es la izquierda, si no?

Y, si esto lo pienso para el PSOE, ¿qué puedo decir de los demás partidos a su izquierda? Mejor hago mutis por el foro. Vale.

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