lunes, 5 de febrero de 2024

ZORRA DE POSTAL

 

 ZORRA DE POSTAL

En un concurso musical llamado Benidorm Fest ha resultado premiada una canción titulada Zorra. TVE, organizadora del festejo, llevaba toda la semana dando bombo al acontecimiento, como si del fin del mundo se tratara o del descubrimiento que fuera a salvar a la humanidad de cualquier desastre. Al fin y al cabo, han utilizado el mismo mecanismo que las televisiones privadas a las que lo primero que les interesa es hacer publicidad de su producto y ensalzarlo hasta el paroxismo, con el fin de conseguir una buena cuota de pantalla. Purito capitalismo, degradación de principios, olvido de que no es válido cualquier método para conseguir un fin y contribución a la creación de una escala de valores que luego, farisaicamente, cree combatir escandalizándose ante otros sucesos.

Este mediodía he visto cómo, en pleno telediario, se esforzaban ¡durante casi un minuto de televisión!, como si sintieran vergüenza y quisieran pedir perdón, por añadir connotaciones a la palabra “zorra”, hasta convertirla casi en un eufemismo Enseguida he acudido a conocer la letra entera de la canción y he de decir que me causa sonrojo. No por la presencia de la palabra zorra (o no solo), sino por la cantidad de ripios que acumula y por el esfuerzo que he necesitado para entender su significado en el sentido que parecen querer darle los patrocinadores del festival, o sea, TVE.

Dicen que la canción ya tiene tropecientas mil reproducciones, lo cual quiere decir que enlaza con el gusto de buena parte de los seguidores musicales. A algún comentarista, sin embargo, no le da en sus pronósticos para nada mejor que entre los cinco últimos puestos cuando acuda a eurovisión. A mí, que me trae al fresco todo ese invento de eurovisión, no me da ni para el último. Pero ya hemos enviado embajadores zafios y primitivos, y algún voto han rascado; así que mejor es aguardar acontecimientos, porque el mundo anda como anda.

De todo este batiburrillo, me interesan algunos aspectos.

El primero es el de mi asombro por la cantidad de seguidores que tiene esto de la música. TVE ha echado la casa por la ventana, la ciudad de Benidorm estaba hasta los topes, muchísima gente se mostraba entusiasmada y como si le fuera la vida en ello, el país andaba pendiente de los resultados… En fin… Compárese, por ejemplo, con los asistentes o interesados en la lectura o en el intercambio de ideas, o de otras actividades a las que no acude casi nadie.

En segundo lugar, me pone de los nervios dar por hecho que cualquier ruptura con lo existente supone un avance en libertades o en derechos. Este asunto se da mucho en cultura, o en todo aquello que llaman cultura, porque definir qué es cultura y qué puede entrar en el catálogo de cultura nos llevaría demasiado lejos, y, para enfados, ya va bien con esto del festival. He afirmado muchas veces que la innovación por la innovación es la misma imbecilidad que la conservación por la conservación; lo snob y el inmovilismo parten de la misma salida y llegan a la misma meta; es decir, a la tontería. Pues parece que, si no das un paso más allá, en letras, en vatios, en vestidos o desvestidos, en bailes y en apariencias de todo tipo, ya no estás en la moda y no sirves para el sistema, ese que exige el cambio continuo para tener al cliente entretenido y embobado.

Que el leguaje es machista resulta evidente: llevo toda mi vida enseñándolo y criticándolo (el ejemplo zorra / zorro es definitivo); que lo es porque resulta ser reflejo de la sociedad tampoco exige demasiado esfuerzo mental; que la modificación del lenguaje empuja al cambio social y al revés no tiene por qué recordármelo nadie…

Pero, si para ello necesitamos hacer dos tontos donde antes ya había un tonto de solemnidad, lo que habremos logrado será una epidemia de imbéciles y una sociedad imbecilizada.

Una cosa es la aspiración de igualdad y otra muy distinta es el desparrame y el horizonte sin deberes y sin normas. Para todos, claro, para ellas y para ellos.

A ver si ahora nos vamos a quedar sin gallineros y sin trabajo para los que los guardaban.

En fin, puede que yo no sepa leer y esté totalmente equivocado. Después de tantos años de ejercicio, no tendría perdón de dios.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Creo que tengo que darte la razón, o mucho están cambiando los tiempos, o Antonio, pertenecemos a la misma quinta.