domingo, 30 de diciembre de 2012

FIN DE AÑO


Voy a cerrar la página del año con un simple hasta luego. Porque espero volver a ella, como siempre, sin saber muy bien cómo ni con qué periodicidad.
Las huellas de este año, como las de los otros, se han quedado viviendo en los caminos; muchas en el sentido literal, otras muchas entre visillos y palabras desperdigadas en páginas y versos. Cómo me hubiera gustado que alguna de ellas hubiera servido para hacer un poco más feliz a cualquier caminante desconocido o próximo. O al menos que le hubiera suscitado la comezón del pensamiento, de la duda y de la reflexión.
Cuando yo escribía las palabras, estas ya estaban causando este efecto en mí mismo, mi corazón se estaba deshojando con una sensación de pobreza y de sinceridad. Por eso las he necesitado siempre pues ellas han sido un láudano, una infusión de calma o de excitación, según el caso.
El año se ha tejido una vez más con ideas apenas esbozadas, con gritos encendidos en los versos, con peticiones íntimas y a veces escondidas, con sueños que se apuntan y con constatación de que no siempre la realidad responde a mis anhelos.
Hay gente que ya cuenta, desde este año, en el número de los que terminaron la jornada. Al fin todo no es más que un breve trecho por el túnel del tiempo. Un abrazo fecundo para ellos.
En mi casa hay silencio; es un silencio denso que no conoce límites, que quiere desbordarse por el aire, en busca de otros seres, sacando los colores de todo lo que existe, pues todo guarda dentro un arco iris.
Será el año que viene. Que sirva de tarea. Es verdad que uno puede vivir en actitud de eterna moribundia; pero es también posible intentar la difícil vivibundia. Veremos lo que pasa.
Me abrazo a los que quiero -que son todos- y les recuerdo mi anhelo favorito. También para el próximo año
SOLO QUIERO QUERER Y SER QUERIDO.
Lo dicho, un beso grande.

jueves, 27 de diciembre de 2012

TOMANDO CAFÉ CON DIOS

  TOMANDO CAFÉ CON DIOS

Concentra tu atención por un momento,
olvídate de todo lo demás  que traigas entre manos,
siéntate en un sillón y, sin disculpas,
enseña a mi razón ese poquito
que la salve sin duda de la muerte.
Mira, Padre, Yahvé, Dios, Jesús, Cristo,
Amón Ra, Tor, Odín, Buda o Alá,
descerrájate un tiro en tus estancias
y vente hasta los hombres a cara descubierta.,
nácete desnudito
y enseña tus vergüenzas
a todo el que se atreva con lo simple.

No tengas prisa ahora,
que el ciclo de los tiempos
tiene en huelga de luz su calendario
Y Tú ahora tienes tiempo,
todo el tiempo del mundo.
Descansa en el sillón
y toma a mi salud un cafelito
-yo beberé infusión con unas gotas
de anís y dos terrones-.
¿No ves cómo la tarde se demora
en esa luz tan limpia y tan diáfana?

¿Estás tranquilo al fin?
Pues, venga, vamos.

Aquello de acordarte de nosotros
en una historia azul de Paraíso,
para luego perdernos y obligarte
a un proceso infinito
de eterna salvación, ¿cómo se explica?
Recuerda que soy hombre
de cortas reflexiones
y alcance elemental.

¿No hubiera sido más sencillo y claro
ahorrarnos los disgustos, los castigos,
las guerras y las muertes
de una historia cuajada de misterios,
de buenos y de malos, de elegidos
frente a los rechazados?

Es más, si me permites,
no sé cómo entender que en tu infinita
bondad tuviera sitio
tanto tiempo de espera
para pasar del sueño a la certeza,
del reino de la nada al Paraíso.
¿No nos soñaste siempre? En tu conciencia,
¿qué te impidió tenernos siempre en acto y no en potencia?
¿No nos deseabas ya desde el principio?
¿O acaso no pudiste
soportar el dolor, la soledad
de estar tan solitario sin nosotros?
¿O tal vez fue al revés y fue el humano
el que tardó en crearte y darte forma
con esos resultados tan escasos?

Si fue nuestra tardanza, no hagas cuenta
-recuerda que vivimos pocos años
y hay mucho en que emplear nuestros esfuerzos-.
Pero, si fuiste Tú el que anduvo
perdido tanto tiempo,
no sé cómo entender ese derroche
de dolor y fatiga por la Historia.
Yo no quiero beber en otras fuentes
ni en otros manantiales que no manen
tu gracia y la potencia de tu amor.

¿Qué es eso del pecado si en tus brazos
no es posible otro aroma que la gracia?
No te esfuerces, que damos
por hecha tu potencia salvadora
y habríamos entendido francamente
la ausencia y el dolor de tu pasión.

Y mira, en todo caso,
enséñanos a todos tus propósitos
como un maestro de escuela,
sin andar escondido en tabernáculos
ni en símbolos oscuros.
No olvides que algún día
nos hemos de encontrar con tu mirada,
y solo puede haber amor en ella.
¿Por qué no te adelantas y nos miras
con el mirar sencillo y espontáneo
de un padre que invocara con cariño
la presencia serena de sus hijos?

Ya me dirás, que tengo más preguntas.  

martes, 25 de diciembre de 2012

AFTER... AND BEFORE...

           
Ayer mismo, después de un paseo delicioso por la dehesa de Candelario y por el cauce del Cuerpo de Hombre, con comida y bebida generosas incluidas, y antes de cumplir con las reuniones del Buen Pastor y de la cena familiar de Noche Buena, dediqué al menos dos horas a mirar, observar y repensar algunos reportajes del canal televisivo Historia.
Supongo que, en honor a la fecha, habían elegido reportajes con el factor común que rezaba algo parecido a lo que sigue: “Buscando a Dios”.
Por desgracia, volví a experimentar las mismas sensaciones que las que se me desprendían del libro del Papa, del que he dejado constancia aquí. En este canal televisivo, uno espera las opiniones razonadas de los estudiosos de los temas. Pero es que, para empezar, les encargan los guiones y los itinerarios a personas solo de un color. Y, en esto de la religión, el convencido es que no tiene remedio: ya todo lo supedita a la verdad absoluta en la que cree. La única diferencia resulta del camino que utilizan. Un teólogo no se anda por las ramas y retuerce las interpretaciones de cualquier elemento con tal de que le sirva para “explicar” su verdad. Un científico en estos reportajes se tiene que someter al razonamiento y no puede darlo todo por hecho. En consecuencia, se queda en las hipótesis. O al menos comienza con ellas: Si hubiera sucedido tal cosa; si tuviéramos en cuenta esta posibilidad; si la interpretación de tal dato fuera en realidad no sé cuál…
En uno de los programas de ayer tarde se trataba de explicar la realidad o la falsedad del paso de los israelíes por el Mar Rojo en su huida de Egipto. El sentido común dice que las palabras bíblicas son sencillamente un disparate. Pues hay que salvarlas como sea. Para ello, algún sesudo catedrático de Cambridge, ganado para la causa, empezó a imaginar hipótesis inverosímiles y a juntar posibilidades casi imposibles de que se den ni siquiera por separado. De la suma de ese montón de hipótesis se deduce al fin la posibilidad, que no la realidad, de tal hecho, y menos en las condiciones en las que lo narra el Libro.
Me queda el regusto amargo de no saber qué es peor:  que tengan razón los que defienden la realidad con hipótesis tan traídas por los pelos, o que sencillamente se trate de una patraña más al servicio de quien haya sido y sea.
Para el caso que me ocupa -el asunto del paso del Mar Rojo-, las dos posibilidades me asustan por igual. Si el asunto es real, ¿cómo es posible siquiera imaginar a un Dios tan justiciero, nacionalista, pendenciero, vengativo y todo lo que se quiera imaginar en negativo, que salva a un pueblo y elimina de un plumazo al ejército de otro pueblo? ¿Es eso un Dios o un payasete jugando a las batallitas o a buenos y malos? Qué manera de degradar su esencia. Qué disparate. Si el asunto es irreal y no es más que otro episodio inventado o legendario, ¿por qué todas las religiones se tienen que mostrar en misterios, elementos esotéricos, medias tintas, pasajes escondidos, magias y ocultaciones? ¿Seguimos jugando al ratón y al gato? ¿Qué miedo les da siempre a los dioses presentarse con claridad y sencillez ante sus posibles seguidores? ¿Por qué andan siempre en el misterio y tras la cortina? ¿Esto casa con la sencillez de los fieles que tanto se predica? ¿A quién favorece todo este invento? O, mejor dicho, ¿quién es el autor de todo este invento y de todo este despropósito? Otra degradación absoluta de la esencia de Dios.
Si Dios hubiera o hubiese nacido, la primera tarea que tenía que acometer es la de aclarar toda su doctrina, la de aparecer claro y sencillo ante los hombres, la de marcar un camino sencillo y señalizado. No se puede dejar esa tarea a los guardias de tráfico, porque lo complican todo. Sobre todo si quieren ser ellos los únicos intérpretes de ese posible código. Y, además, casi siempre han llevado y llevan pistola y porra.

domingo, 23 de diciembre de 2012

DE SUMMA TEOLOGICA

               DE SUMMA TEOLÓGICA
Joseph Ratzinger ha publicado un libro titulado “La infancia de Jesús”. A mis manos ha llegado como regalo en papel pero ya se puede leer en las redes sociales sin soltar ni un euro. Como todo lo que escribe un Papa resulta ser para los cristianos algo así como maná llovido del cielo en la peor época del hambre, pues es difícil encontrar una asociación en la que se ensalce más al líder en cuanto este se pone al frente de la misma. Entre las demás personas supongo que provocará cierta reacción de curiosidad y un no poco de risa a medio lado. Ahí está lo de la mula y el buey en el portal, o lo de los magos venidos desde Tartesos, o sea, como desde las playitas de Cádiz o algo así.
El autor se ha cuidado muy mucho de poner en la cabecera su nombre, aunque inmediatamente debajo escribe su cargo de Papa: Benedicto XVI. Hábil añagaza la suya que no sé si es pillada por todos los lectores y por todos los fieles. Se trata de separar la labor del cardenal teólogo de la del predicador Papa, que, en tal situación, correría el riesgo de tener que mostrarse infalible para los fieles, por su condición de pontífice.
En efecto, el libro -su lectura no exige más que un par de ratos- parte de la visión de un teólogo y también creo que se mueve en las disquisiciones de los teólogos. Los teólogos son unos señores muy raros empeñados en interpretar todo lo interpretable con tal de dar carta de naturaleza a todo lo que aparece en las escrituras según conviene a los intereses y a la doctrina oficial de la Iglesia. No son, pues, unos investigadores, en el sentido más etimológico del texto, sino unos componedores, una especie de alquimistas o magos que siempre parten de unos principios inalterables que tratan de aclarar con explicaciones de todo tipo, quedándose solo con las interpretaciones de los hechos y de las palabras que les convienen a sus propósitos. De tal manera que todo lo que no se ajusta a sus intenciones no sirve. Como se han arrogado para ellos solos y para lo que llaman su magisterio la interpretación válida de los textos, pues a ver quién les tose o les lleva la contraria. Y si el exegeta es el Papa, entonces ni se plantea la más mínima duda. Hasta ahí podíamos llegar.
Un investigador racional parte de unas hipótesis que considera válidas, y trabaja para consolidarlas. Pero, si de sus investigaciones resultan resultados diferentes a los esperados, no tiene empacho en reconocerlo y en cambiar las hipótesis del principio. Es la gran diferencia entre la razón y la fe, entre lo evaluable y lo que se impone sin rechistar, entre lo que puede ser alcanzado por el esfuerzo de cualquier humano y aquello que nos viene dado por los que se creen los únicos portadores de la llave filosofal.
Yo no hallo diferencias entre este texto y otros de carácter teológico. Todos me parecen errados en el método desde el principio. Aunque bien sé que no todos los teólogos se manifiestan con el mismo dogmatismo. El propio Papa en este texto a veces se muestra prudente y viene a reconocer las dificultades que se suscitan entre planos distintos:
 “Gracia y libertad se compenetran recíprocamente, y no podemos expresar la acción de una sobre la otra mediante fórmulas claras. Es verdad que no podríamos amar si antes no hubiésemos sido amados por Dios. La gracia de Dios siempre nos precede, nos abraza y nos sustenta. Pero sigue siendo también verdad que el hombre está llamado a participar en este amor, y que no es un simple instrumento de la omnipotencia de Dios, sin voluntad propia; puede amar en comunión con el amor de Dios, o también rechazar este amor”. Apenas nada, pero algo es algo.
El resto, desde mi punto de vista, confusión y enredo tras enredo, hasta tejer una madeja hermosa que no sé si sirve para quitar algo el frío o para dejarnos  más a la intemperie.
El ejemplo del pesebre como lugar en el que los humanos podemos ir a comer del alimento y de la gracia divinos es paradigmático de la verborrea mental en la que se mueve: “Agustín ha interpretado el significado del pesebre con un razonamiento que en un primer momento parece casi impertinente, pero que, examinado con más atención, contiene en cambio una profunda verdad. El pesebre es donde los animales encuentran su alimento. Sin embargo, ahora yace en el pesebre quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento que el hombre necesita para ser persona humana. Es el alimento que da al hombre la vida verdadera, la vida eterna. El pesebre se convierte de este modo en una referencia a la mesa de Dios, a la que el hombre está invitado para recibir el pan de Dios. En la pobreza del nacimiento de Jesús se perfila la gran realidad en la que se cumple de manera misteriosa la redención de los hombres”. Ya me contarán. No quiero hacer otras interpretaciones por no herir a nadie, pero me quedo con ganas.

Como reflexión para el solsticio de invierno, no está mal, aunque no esté muy al uso. Y, sin embargo, es lo que está en la base de todo este asunto. Lo de las mulas y los bueyes, pues eso…
FELICES FIESTAS PARA TODOS.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

CAMPOS DE TIRO


En los Estados Unidos de Norteamérica -hay que recordar que algunos los llaman Astados Unidos y que existen otros Estados Unidos en su frontera sur-, un tal Adam Lanza se ha liado a vaciar cargadores de armas contra niños indefensos de una escuela elemental. Veintitantos muertos. Casi nada. Tragedias de este tipo se repiten con extraordinaria frecuencia en este extenso país. Parece como si sus habitantes hubieran cogido carrera desde la época de la conquista del Oeste y siguieran con la inercia de disparar a todo lo que se mueve, o que tal vez no organicen suficientes campeonatos de tiro al blanco. O incluso al negro.
Los medios -otra vez los medios- llevan una semana tratando de llevar a todos los hogares del mundo los planos panorámicos, largos, medios, de perfil, cenitales o de detalle de todo lo que allí ha sucedido. Y no pararán hasta que despellejen la personalidad del asesino múltiple. No es difícil adelantar el perfil del muchachito de las narices: la soledad, la familia desestructurada, el ensimismamiento, el rechazo a la sociedad, la imitación exagerada… Por ahí irán los tiros. Cuando se agote el tema, se apagarán los focos y a vivir, a seguir en las mismas. Hasta la siguiente, que no tardará en llegar. Eso si se han equivocado los mayas con eso del fin del mundo.
  Otra vez hay perfiles que a mí se me escapan y que me sitúan de nuevo en el margen de las páginas, con la cara de tonto y de enfado, y con la boca dispuesta a echar pestes contra esto y contra aquello.
Lo del dedo y la luna tiene aquí muy buen acomodo. ¿Cuándo esa sociedad papanatas de sí misma querrá mirar a los inmensos negocios de las armas y a todas las actuaciones sociales y políticas que fomentan la costumbre y el uso de las mismas? ¿Contra qué forajidos quieren descerrajar sus armas si ya no quedan más que los de guante blanco? ¿Esta gente no conoce aquel dicho que reza “muerto el perro, se acabó la rabia”? Ya sé que su epopeya se describe en las películas de oeste y nada más, pero bien me gustaría que rescataran algún símbolo más que esos rifles silbando por las peñas.
Tal vez al acabarse lo de las vacas, los caballos, los indios, las minas y las diligencias han pensado que las costumbres no hay que perderlas y por eso siguen divirtiéndose como lo hacían en el saloon. Lo malo es que ahora hay niños por el medio. O acaso sea más cierto que el campo de diversión y de tiro lo han extendido por todo el mundo. No hay más que abrir el mapa y señalar los sitios en los que estos aspirantes a vaqueros disparan con soltura y arman guerras.
¿Por qué disparan tanto los hombres del imperio? Se suele ir el gatillo cuando la mente se llena de miedo por algo incontrolado. ¿De qué tienen estos miedo en su casa y en todo el mundo? Tal vez ahí esté la luna y no el dedo.
La otra variante que más me hiela es de nuevo el papanatismo del resto de los súbditos del mundo a través de los medios de comunicación. La tragedia de los niños de Newtown es horrible. Pero esos mismos días, y los anteriores, y los posteriores, y los de más acá y más allá, siguen muriendo niños por millares, sometidos al hambre y al olvido. Y, en el mundo de la imagen, para ellos ya no quedan cámaras ni reportajes. Aquí manda el que manda. Y yo solo conozco una cosa peor que un esclavo, un esclavo y además agradecido a su dueño y a su amo.

martes, 18 de diciembre de 2012

PROPUESTAS IMPRECISAS PARA UN DÍA CUALQUIERA

PROPUESTAS IMPRECISAS PARA UN DÍA CUALQUIERA
Buscar en la mañana la plenitud del día,
alzarme a la certeza de luz en la montaña,
armarme en las preguntas
sabiendo lo imposible de hallarme en las respuestas,
resumir en un beso  las ofertas
para un día feliz de desengaño,
pensar en el  recuerdo de mis antepasados
y tal vez encontrarme
que son solo las piedras las que guardan
un eco imperceptible
en el que adivinar su permanencia,
vivir como si el tiempo
resumiera su esencia
en la hoja final de un calendario.

Lanzarme cielo abajo y calle arriba
con la espada del ánimo y del llanto,
dispuesto a la conquista de otro mundo
amigo, destructivo, miserable.

Desnudarme del todo y por la noche
palparme y descubrir que, a fin de cuentas,
todo fue violación e incumplimiento,
y volver hacia lo alto satisfecho,
pensando que la noche
me ha de llevar de nuevo
hacia otra plenitud desconocida.

lunes, 17 de diciembre de 2012

LA CONCIENCIA Y LA LUZ DE LA PALABRA



LA CONCIENCIA Y LA LZ DE LA PALABRA
Primero el balbuceo de los sonidos
en una contracción involuntaria,
después de tanto tiempo en el silencio
maternal y sin mancha del olvido.
Qué sensación de roce y desamparo
frente a las coordenadas
del mundo en sus desvelos y en sus luchas,
qué choque tan brutal para una piel tan tierna.

Después la sensación de que en los labios
anida la salmodia de los nombres
y ensayar toscamente su belleza:
madre, amor, mío, tuyo, beso, padre.
Ensayar la elección con adjetivos
que precisan matices y conducen
al núcleo más sabroso y sugerente.
Y, en la elección de todos los matices
de la fecunda luz de la mañana,
sentirse un dios menor creando el mundo,
sacando su presencia de la nada,
prestándole colores y disfraces.

Más tarde acaso alzarse hasta los brazos
en que sueñan a veces las palabras
y se funden con otras al servicio
de arte de vivir,
y así llevar de brazo
en brazo la conciencia de esos mundos
ocultos y sedientos de otras manos.

Pero, si he de rogar al horizonte
los transparentes límites del sueño,
suplico humildemente
descubrirme desnudo y ascendiendo
hasta la gloria mística del verso
y allí ofrecer sin precio y en reposo
mis manos rebosantes
del gozo y la alegría de las palabras.
Y no aspirar a más, tan solo a eso.

Hasta que un día cualquiera
mi carne se derrumbe contra el suelo,
implorando a los dioses
los ecos primitivos del silencio.

viernes, 14 de diciembre de 2012

DE MI MESA DE TRABAJO (II)


DE MI MESA DE TRABAJO. NOTAS PARA UN ÍNDICE (II)
.- Al agua de la sierra se le ha estirado el cuerpo en el carámbano.
.- No busques más el tiempo: es tan solo un reloj que se ha perdido.
.- Recuerda que no hay ser que no envejezca. Madurar es otra cosa.
.- Una voz silenciosa se posó en el murmullo de mis labios.
.- La roca que refleja lentamente la solidez del tiempo.
.- La vida y su pasión son solo muerte.
.- Las palabras pregonan la vida entre tus labios.
.- Mirar para saber y no haber visto.
.- El ocaso te vence, pero otra luz no sabe de derrotas.
.- Es el ocaso lucha del tacto de la luz contra la tierra.
.- La vida, un cuestionario de dudas y preguntas sin respuesta.
.- Hablar, hablar, hablar, y nunca oír nada.
.- ¿Esperarán las fuentes mi presencia cuando mi sed las llama?
.- Sorprender la primera luz del día y verme en solitario contemplándola.
.- Dejadme que contemple en solitario los ecos de la tarde.
.- Le tengo reservado a la nostalgia el rincón más lujoso de mi casa.
.- Es mi memoria un mortecino rescoldo de la hoguera de mi vida.
.- Es el silencio la mejor palabra para quien quiere oír.
.- ¿El fruto y la semilla se olvidan de la rama? Tan solo por un año.
.- ¿Cómo sabré que tienes la boca ya dispuesta para el beso?
.- No es Dios precisamente la mejor creación del ser humano.
.- La sed que necesita las palabras para suplir la falta de las cosas.
.- A veces las mañanas acompasan su ritmo con mi ánimo. He dicho solo a veces.
.- Cuando mi cuerpo muera, dejadme predispuestos los labios para el beso.
.- Son muchos los recuerdos que perduran más que el primer amor.
.- Hojear en el libro de tu vida y encontrar que las letras ya no existen.
.- Duda cualitativa para un pescado frito: ¿salobre o salubre?
.- No pierdas, te lo ruego, el hábito del llanto.
.- Inventarse a diario algún “a pesar de…” La salud lo agradece.
.- Evocar a la madre desde una hermosa sombra que busca la caricia de su sangre.
.- Vivir en la distancia, sobre el filo del sueño y de las sombras.
.- Hay mapas de ciudades y mapas de pasiones. Los últimos no tienen GPS.
.- Quedarme en ti, al olor y a la luz de tus laderas.
.- Mudarse de planeta para estar junto al viento.
.- A veces hay recuerdos que gritan desde el mundo del olvido.
.- Qué cabezota el mar dándose cabezazos en las rocas.
.- ¿Importa o no importa? Si no es importante, lo importante es que no importe. Y, si lo es, seguramente también.
.- Solo me olvido de los sueños soñando.
.- La justicia se exige, a la felicidad se invita.
.- (bis) Habrá que compartir las exigencias de la justicia y dejar que corra libre y diversa la felicidad.
.- La moral vive en un barrio distinto del derecho y en una ciudad diferente de la religión.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

DE MI MESA DE TRABAJO: APUNTES PARA UN ÍNDICE


                   DE MI MESA DE TRABAJO
Mi mesa se halla siempre muy llena de papeles. Y de libros. Ya es proverbial que de vez en cuando se despeje y quede un nuevo hueco pequeñito en blanco con la intención siempre fallida de dejar más espacio desnudo y sin ocupar. Vano intento, al poco tiempo, los libros vuelven a llenar los escasos huecos que van quedando libres y los papeles con notas se van acumulando y formando un bulto cada vez más alto. ¡Y eso que padezco la enfermedad del orden en mis cosas! MI familia lo sufre más que nadie.
En esa rima de papeles apunto notas de todo tipo; unas proceden de lecturas y otras se me van ocurriendo, como pájaros o nubes que aparecen sin saber muy bien cómo ni por dónde. Con el paso del tiempo, algunas cuajan en poemas o breves textos en prosa, otras apenas se dejan ver como simples imágenes de los mismos escritos, y el resto se pierde en el fondo del olvido.
Hoy voy a rescatar alguna de ellas y ya veré si alguna vez les doy cauce y autonomía para que se desarrollen y se extiendan por su cuenta. De momento las salvo del cesto del silencio y dejo un pequeño huequecito en mi mesa para que otras palabras vengan a ocupar su puesto:
.- Vivir en las preguntas y morir en las respuestas.
.- Anímate al peligro de asomarte a tu interior.
.- ¿Acaso son las piedras el único legado de mis muertos?
.- No es posible volver a ningún sitio sin haberse marchado antes del mismo.
.- Descomponer la física de todos tus cabellos.
.- Las sombras de su cuerpo inventaban el mundo cada tarde.
.- La esbelta desnudez de una mirada.
.- Ya no tengo recuerdos en que poner los besos.
.- Y seguir ascendiendo hasta la gloria mística del verso.
.- Quedarse enamorado de lo que más dolor me ha producido.
.- Morirnos sin remedio por no vivirnos juntos.
.- No encontrar la manera de acostumbrarse a amar.
.- La eternidad del tiempo parada en la delicia.
.- El tiempo pasa y pasa escalando silencios.
.- La memoria del tiempo y las personas tendida en los balcones.
.- Lavar mis ojos con las primeras aguas de la infancia.
.- La tarde se ha hecho un ocre pergamino.
.- Mirar el horizonte y descubrirlo desnudo y sin memoria de todo cuanto quise.
.- El silencio vestido de oquedades nocturnas.
.- La infancia me recoge como una madre anciana que me aguarda.
.- Sus días eran cuadros de agujas y madejas.
.- El chopo baila absorto y solitario un baile vertical consigo mismo.
.- Anida el arco iris en sus ojos.
.- El corazón dicta las únicas medidas del espacio. Y también las del tiempo.
.- Hoy siento triste el aire.
.- Tender en crucifijos las camisas.
.- Varón de soledades es el viejo.
.- Te observo con descaro en el lucro sobrante de la tarde.
.- Mirar unas cortinas de pesadumbre y noche.
.- Mirar hacia la muerte, el póstumo paisaje de tinieblas.
.- La lluvia en tu ventana, lienzo líquido.
.- Fundirse en la esperanza de otro saber más alto y más sublime.
.- El castillo estira sus torres para abrazar al cielo.
.- Descubrir con tristeza la señal inicial de los olvidos.
.- Dormir con la presencia de todos los fantasmas en la mente.
.- Hay ríos ermitaños y ríos que se ahogan de bañistas.
.- Salmodiar otros nombres aunque siempre sea el tuyo.
.- Cuidado con la herida del recuerdo.
.- Dejar que cada yema reviente con su tiempo.
.- Hay ríos torrenciales y ríos que se agotan desde las altas cumbres.
.- Conocer al dedillo la dimensión exacta de tu cuerpo.
.- Ponerle a los dibujos y palabras la exactitud y el ritmo de una vida.
.- La inexpresiva lluvia del silencio.
.- Un fundido de horas mirándome en tus ojos.
.- Mirando el movimiento de tu cuerpo contra el atardecer.
.- Los días de este mundo son solo los que tú cuentas.
.- Hoy es el primer día -también, acaso, el único- del tiempo que nos queda.
.- Aquí paz y después guerra // Aquí pan y después tierra.
.- Aprobar en un máster de tu cuerpo.
.- El momento preciso en que la tarde abandona la lucha contra el día.
.- Si no sangra el poema, no es poema.
.- ¿Contigo y conmigo?, ¿Conmigo y sintigo?, ¿Contigo y sinmigo?
.- Es el sexo, que sangra en la materia y termina en la noche más profunda.
.- La sal que en los mares sazona los sudarios del pasado.
.- La arena que devuelve el cansancio del tiempo a ras de suelo.
.- El horizonte marca los límites del sueño.
.- Tu gesto de cansancio silencioso.
.- Ofrecerte las manos maduras de alegría.
.- Esa ley que se cierne sobre el vivir cansado de diario.
.- Extranjero: esa piel con costumbre de otras luces.
.- Descubrirse desnudo, desprendido del lastre de los días.
.- Las sombras que dominan los sitios del olvido.
.- Súplica  a la carne: Te pido, carne mía, que sepas derrumbarte dignamente.
.- Bajo un simple paraguas se esconde la tristeza cuando llueve.

Hay mucho material para extender la lluvia y la palabra. Todo es ponerse a ello. Ya veremos.

domingo, 9 de diciembre de 2012

LA PARTE POR EL TODO


La experiencia racional del ser humano termina reduciéndose a dos caminos que terminan en el mismo punto. El objetivo es dar luz a una idea que ha de incorporarse al sucesivo discurrir posterior sin necesidad de volver a cada momento sobre ella.  Desde la idea más simple hasta el más abstruso tratado filosófico, todo se puede traducir en un ir y venir en la inducción y en la deducción.
En el primer método, son los ejemplos los que nos dan luz para terminar en el principio que los explica todos. Si yo dejo libre en el aire un objeto con peso, este tiende a caer al suelo. La experiencia la puedo repetir un número considerable de veces. Cuando noto que el resultado es siempre el mismo, termino mosqueándome y sospechando que hay algún principio que explica esa acción que se repite. Hasta el más torpe de los torpes tiene capacidad para esta observación. La curiosidad y el sentido común hacen el resto hasta llevarnos a aceptar eso que llamamos ley de gravedad.
El método deductivo camina en sentido contrario, pero llega a la misma meta. En este caso se parte de un principio y no se admite como tal hasta que la experiencia no me demuestra que se cumple siempre. Para el caso que me ocupa, alguien me describe los elementos de la ley de la gravedad y yo me pongo chulo declarando que no me la creo hasta que no la experimente y la vea en funcionamiento. Es entonces cuando quien me la ha descrito toma en sus manos un bolígrafo, por ejemplo, y lo deja suelto en el aire. Y este cae. La experiencia se repite y, a la décima o a la vigésima vez, mi mente se abre y termina reconociendo algo así como esto: “Coño, pues va a ser verdad”. Y cuando observo la experiencia en la centésima vez, entonces ya me la creo del todo y la incorporo a mis criterios de razón.
No conozco otras formas de razonar que no sean estas. Ni creo que las haya, salvo la mezcla de ambas
El asunto no es que ahora me interese ningún principio teórico como tal. Es que creo que en la vida tendríamos que actuar siempre desde estos dos principios. Y esto tanto en lo más elemental y sencillo como en las decisiones más complejas y decisivas.
Quizá es que la teoría se presenta muchas veces más sencilla que la práctica, pero tengo la impresión de que en demasiadas ocasiones este esquema mental se nos pierde por el camino y todo lo supeditamos al interés personal y único, olvidándonos de que la meta es el principio, la verdad que afecta no solo a mi caso sino a todos los componentes de la sociedad.
Escucho y leo aparentes razonamientos que parecen explicar la vida, en quejas o en alabanzas, solo desde el caso particular y desde la situación individual. Y no quiero ser yo el que niegue el valor del individuo como tal ni el hecho de que acaso la realidad pase por nuestra propia mirada, ni siquiera el valor del interés como acicate y empuje en la vida. Pero quiero pedirme y pedir altura de miras y panorámica en la visión. Al menos entre la gente que se deja oír, por puesto social o por teórica formación.
Y ahora, por practicar el método deductivo, debería señalar algún ejemplo. O, si hubiera querido ejemplificar el método inductivo, tendría que haber empezado por los ejemplos para terminar con el enunciado de la mirada alta y panorámica como principio. Un par de ejemplos, pues.
Primer ejemplo. Quien mire el mundo de los desahucios solo desde su propia situación estará realizando un acto poco racional y escasamente productivo para la comunidad. Una discusión serena acerca de la propiedad individual y colectiva debería tener mucho más alcance que la presentación en una televisión de un caso particular cargado de dramatismo y de morbo para el espectador menos avezado.
Segundo ejemplo: clasificar la bondad o la maldad de las personas, o su amistad o enemistad, sus excelencias o sus miserias, según el provecho personal que de ellas pueda extraer tampoco parece que sea demasiado racional.
Siempre me excuso de no ser más explícito y de no bajar a niveles demasiado próximos y reconocibles: no tengo ningún interés en herir a nadie. Y, además, puedo estar equivocado. Pero cada cual sabrá oír lo que le parezca mejor.
No se trata de pedir héroes (yo no tengo derecho de exigir eso a nadie) sino personas que se eleven desde la anécdota a la categoría, desde el ejemplo hasta el principio. Es la categoría, creo, la que tiene mayor alcance y poder de transformación. Y, por supuesto, sin quitar mérito a las labores personales.

jueves, 6 de diciembre de 2012

LO QUE HAY QUE WERT


En medio de esta tempestad creciente de la desesperación, vuelven a sonar  con fuerza los sones de otra reforma educativa. Sé muy bien aquello de primun vivere, deinde plilosophare y comprendo que quien no llega a fin de mes se puede molestar si se le invita a reflexionar sobre otros asuntos diferentes. A pesar de todo, me sigue pareciendo de ley recordar que hay asuntos en los que nos jugamos muchas cosas para el futuro, entre otras, la forma de conseguir y de repartir el pan. Creo que es el caso del modelo educativo.
Volveré a recordar y a recordarme algunas cosas:
a)      El asunto es tan importante, que a mí no me extraña que los distintos gobiernos echen el resto en cuanto pueden para implantar su modelo propio. Yo lo entiendo perfectamente y descreo de la afirmación tan repetida por todos de que es muy malo cambiar tantas veces de modelo y que casi todos los males se los debemos a esos cambios de sistema. Pido perdón por tener que añadir que me estoy refiriendo a los asuntos mollares, no al resto de los elementos de organización: no estoy seguro de que cualquiera lo entienda.
b)      Si alguien me reprocha que la ley es ideológica, le responderé que por supuesto, y que también me parece elemental que así sea, como son ideológicas y políticas las huelgas, los sindicatos o las asociaciones de mujeres. Todo debería ser resultado de una ideología determinada. ¿O no somos seres con capacidad para pensar?
c)       Si así fuera, la batalla habría que darla precisamente en el terreno de las ideas, de esos principios lógicos trabados que fundamentan las ideologías. Por lo tanto, si hay que ir contra alguna ley o contra cualquier apartado de una ley, ha de ser por no compartir la ideología que la sustenta, es decir, por las ideas, por la ideología.
d)      Tampoco necesito repetir mi convicción de que un buen sistema educativo es básico y esencial para vertebrar una sociedad justa, social y progresiva.
e)      Leo que, en la nueva ley, se elimina la asignatura de Educación para la Ciudadanía, se recupera el carácter evaluable de la Religión y se implanta obligatoriamente una asignatura de Ética como alternativa a la Religión. Y, con independencia de las creencias de cada cual, me parece gravísimo que esto se produzca.
f)       Durante toda mi carrera profesional -salvo una honrosísima excepción, y solo de manera parcial-, siempre he visto cómo los profesores de religión adoctrinaban a sus alumnos en unos supuestos alejados de la razón, interpretados desde su dogmatismo y exclusividad, y con el cebo continuo de las salidas festivas para que se apuntaran a sus clases los alumnos.
g)      Volver a recordar y a exigir que la religión ha de ser practicada en el templo o en cualquier otro lugar externo a un centro educativo parece a estas alturas tan elemental como redundante.
h)      Cuando ejercía como profesor, siempre reivindiqué por los pasillos esta condición con la expresión en voz alta que repetía a cada hora: “Paso al laicismo”. Y jamás entré en una clase en la que faltara el llamado profesor de Religión si tenía que sustituirlo.
i)        ¿Por qué no se estudia (digo “se estudia”) historia de las principales religiones, incluido el pensamiento del ateísmo? ¿De qué se trata, de adoctrinar y fanatizar o de abrir caminos mentales para que la persona piense y después libremente elija?
j)        ¿Qué hace ahí gente elegida por la jerarquía eclesiástica, sin las exigencias académicas ni éticas que se le exigen a cualquier otro docente, a la que tenemos que pagar todos y que no controla el sistema social y democrático?
k)      Tarde o temprano, la verdad elemental se irá abriendo camino, pero a mí no me hace gracia que no lo haga desde la normalidad del pensamiento y del sentido común. Al final todo se tendrá que volver contra sus propios promotores y valedores, pero, mientras, dejan el camino sembrado de mala leche, de enfados y de beneficiados particulares.
l)        Todo ello contribuye a crear una sociedad más oscurantista, inmovilista, desigual, injusta, irracional, egoísta y anclada en el más remoto pasado.
m)    Me parece que es exactamente el espíritu contrario al que alentaba el fundador de la religión cristiana. Pero, como tienen la exclusiva de la interpretación, ah… se siente.
n)      Y luego, para más recochineo, se consideran perseguidos. ¿Por qué insultan? ¿Por qué se mofan desde sus situación privilegiada? ¿No se dan cuenta de que, así, promueven un movimiento inevitable de recelo, de rechazo y hasta de enfrentamiento entre los ciudadanos?
o)      La repercusión de un modelo educativo en la sociedad en muy grande. Por eso es necesario que cada uno se ponga en su sitio y argumente lo que tenga que argumentar. Yo vuelvo a decir que me siento insultado y abochornado con este apartado del proyecto de ley de Educación. Que sirva de desahogo simplemente.
p)      Quizás no sería tan beligerante en otros aspectos, pero hoy tocaba lo que tocaba.
En fin, lo que hay que Wert.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

ES APENAS UN BLANCO QUE LO VEÍA TODO


El frío escurridizo de la tarde se ofrecía en contraste con un sol que doraba las últimas hojas de los moribundos robles. Era el norte frente al sur, la luz contra la sombra, el desconcierto jugando a ser más alto. Allí arriba, la sierra con sus nubes y sus hielos, en otras latitudes. Qué lejos las honduras del mar y del abismo. Otro abismo más alto se fundía en el mar de las estrellas. La noche se acercaba con sus primeros pasos. Allá, en el horizonte, en el confín del tiempo y del espacio, me dieron este texto, llegado de las costas de otros mares. Me senté torpemente y leí:
“No, no son hierbas en el morado campo, ni es tampoco un atardecer ni siquiera un árbol con una gruesa corona de follaje. Es apenas un blanco que lo veía todo. Contra él se recorta un trecho de cielo que empieza a arder, rajándose de lado a lado hasta reflectarse en el interior de una pupila que mira directamente hacia el frente, inmutable. Dentro de ella se refleja otra pupila que le devuelve la mirada y ese reflejo a su vez espeja a otra y esa otra a otra y a otra y a otra: el último reflejo es el de una calavera. Sus cuencas vacías se agrandan aceleradamente invirtiéndose en dos pelotas cristalinas que ruedan por el piso. Un grupo de pequeños juegan a las bolitas, todos ríen. No, no son niños sino una formación de focas amaestradas en una piscina al centro de un inmenso auditorio. Grandes glaciares comienzan a recoger los tonos multicolores del público que las aviva. Las focas reptan por esas planicies y  se lanzan al mar helado. Es una estampida de mugientes animales arrojándose en tropel por un abismo. El abismo son las cuencas de la misma calavera reflejada en el interior de dos ojos muy abiertos que miran fijamente. Los ojos comienzan a incendiarse; un grito desgarra el auditorio, es una pregunta, no, es un grito, no, es un gemido apenas audible: está vacío, no hay nada, nada. Una multitud de seres famélicos agitan tarros vacíos gritando “Está muerta, está muerta”. Es solo la figura de un niño encogido. No está muerta, está muerto. Los cuerpos hambrientos caen fundiéndose con el rayado de una muralla totalmente agujereada. Dice Mutter, no, dice Muerte. Un intenso fulgor quema la imagen y todo se va al negro. La multitud sigue gritando, peo no se ve. Sobre ellos se alza el hongo de una gigantesca explosión atómica, no, es la cara de una bella mujer proyectada en la pared. Las manos del niño se acercan y palpan a tientas el muro: madre, madre”
Con la luz del texto en mis manos y en mi mente, deshago los colores de la tarde y me invado a mí mismo haciendo renacer de lo más hondo las figuras más tristes y más bellas del recuerdo.
He de darle las gracias a Zurita y brindar con su saludo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

SENTENCIA PARA DÍAS IMPARES


SENTENCIA PARA DÍAS IMPARES

Considerando
que al menos siete veces por semana
necesito una dosis de inconsciencia
para no perecer en el intento
de este trabajo inútil de la vida,
me pongo en posición decúbito supina,
cierro la puerta y desconecto el timbre,
me olvido de leer los titulares
de todos los periódicos,
me dejo de sospechas y de dudas
sobre el valor o el flujo de la vida,
les pido a mis amigos los filósofos
que cierren su taller por vacaciones;
si por azar se ofrece una batalla,
me doy directamente por vencido,
y anoto en el calor de mi cuaderno
algunas sensaciones placenteras
que me regala el mundo cada día:
la luz en la ventana, los aromas
del viento que me briza, esa sonrisa
que se puso a mirarme
y que no se ha bajado de tus ojos,
el sabor de la fruta, o la presencia
de su recuerdo en la fotografía.

Así voy componiendo la semilla
de un léxico que canta y que me habita,
y tengo la certeza
de que estoy en el mundo.
Hay tardes en que incluso me incorporo,
me visto de solemne
y salgo a la ventana dando gritos:
“Respiro, vivo, canto, luego existo.”