PROPUESTAS IMPRECISAS PARA UN DÍA CUALQUIERA
Buscar en la mañana la plenitud del día,
alzarme a la certeza de luz en la montaña,
armarme en las preguntas
sabiendo lo imposible de hallarme en las respuestas,
resumir en un beso las ofertas
para un día feliz de desengaño,
pensar en el recuerdo de mis antepasados
y tal vez encontrarme
que son solo las piedras las que guardan
un eco imperceptible
en el que adivinar su permanencia,
vivir como si el tiempo
resumiera su esencia
en la hoja final de un calendario.
Lanzarme cielo abajo y calle arriba
con la espada del ánimo y del llanto,
dispuesto a la conquista de otro mundo
amigo, destructivo, miserable.
Desnudarme del todo y por la noche
palparme y descubrir que, a fin de cuentas,
todo fue violación e incumplimiento,
y volver hacia lo alto satisfecho,
pensando que la noche
me ha de llevar de nuevo
hacia otra plenitud desconocida.
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