miércoles, 31 de julio de 2019

“FRUSTRAR AL ADVERSARIO”



Nadie, excepto el candidato, es responsable de la formación del Gobierno. Inventarse que los partidos de la oposición tienen la responsabilidad de abstenerse para que él pueda ser investido presidente del Gobierno carece de toda lógica. La obligación de los partidos de la oposición es frustrar al candidato para que no consiga el objetivo que persigue. En eso consiste la democracia, que es un sistema armónico de frustraciones mutuas. La primera obligación en democracia es frustrar al adversario. No hacerle la vida más fácil. F. Pérez Royo en eldiario.es
Estoy empezando a descubrir que yo no soy demócrata. O al menos un demócrata como los que describe Pérez Royo. Y eso que he defendido este sistema siempre como el menos malo de todos. O acaso es que yo concibo la democracia como algo diferente a lo que de estas palabras se deduce.
Parece de sentido común entender que la oposición tiene que contrarrestar al Gobierno en este sistema de enfrentamientos. Pero su base hay que hallarla en que la concepción de la vida diaria y su traducción política son distintas. ¿Son del todo distintas? ¿No coinciden en nada? Aun no coincidiendo en nada -algo imposible hasta en la definición-, ¿la obligación de los partidos de la oposición es frustrar al candidato para que no consiga el objetivo que persigue? Ojo con lo que defendemos pues habrá, por analogía, que admitir que el contrario haga lo mismo con nosotros. Este camino conduce al absurdo y a una lucha sin cuartel en la que todo vale.
Tengo una práctica política representativa muy reducida: tan solo cuatro años como concejal en mi ciudad estrecha. Lo hice porque me lo pidieron y por intentar ayudar algo en la res publica. Nunca defendí ante mis compañeros que nuestro fin fuera ponerles las cosas difíciles a los que eran equipo de gobierno en el ayuntamiento. ¡Pero si coincidíamos en muchas cosas! ¿Por qué íbamos a decir no a aquello que nos parecía bien? Yo no fui a la representación para ponerle las cosas difíciles a nadie ni para pillarles en renuncio y tirarlos a la lona, sino para ayudar en lo que pudiera y para dar mi opinión acerca de lo que se presentaba para su aprobación: el bien de la comunidad está muy por encima de cualquier personalismo y de cualquier encuesta.
De manera que me parece que esto de la oposición habrá que tomarlo con algo más de calma y con algo menos de maniqueísmo.
Por supuesto que hay oposición porque las concepciones en algunos principios son distintas. Si esto no fuera así, ¿para qué la existencia de diferentes partidos? Estaríamos hablando entonces de personalismos o de caudillismos; y esto es demasiado barriobajero y detestable para un pensamiento sólido. Uno echa la vista al cielo y encuentra coaliciones entre partidos opuestos. El caso de Alemania nos ilustra. Dependerá de los contextos en los que se sitúen las negociaciones y las posibles coaliciones. Los principios son principios, pero se explican y se aplican en unos determinados contextos.
Concedo que, nominalmente, es el candidato el máximo responsable del éxito o el fracaso de este tipo de negociaciones, pero achacarle a él (o a su partido) todas las culpas es lo mismo que sumarle todas las bendiciones del posible éxito. Las cosas suelen ser algo más complejas; las causalidades, múltiples; las explicaciones, variadas. Así que quietos parados. No se trata de ser equidistantes, pero tampoco maniqueístas.
El intento de investidura de Pedro Sánchez, candidato del PSOE, ha sido un fracaso.
Sigo pensando que el asunto territorial está en la base de todo lo demás, por mucho que se quiera ocultar y dejar como en el olvido. Oír hablar a los representantes nacionalistas, con una piel suave de cordero, no sé si me causaba más enfado o más esperanza.
Como es verdad que en toda negociación -por el hecho de ser realizada por personas- interviene el carácter personal, habrá que recordar a los negociadores que todo lo que hayan entorpecido les caerá en su conciencia y tardarán en olvidarlo por los perjuicios que causan en tanta gente.
Si fueran verdad las palabras del profesor Pérez Royo, nadie tendría que rasgarse las vestiduras con la negativa absoluta de las llamadas derechas a abstenerse en otro posible intento de investidura: “su misión es frustrar al candidato para que no consiga su objetivo”.
Las estrategias políticas -con bastante frecuencia rastrerillas y con el punto de vista siempre puesto en las encuestas- son, por desgracia, consustanciales a este sistema de gobierno que llamamos democracia. Repito: el menos malo, no la panacea de todas las desdichas. Es una servidumbre evidente y no ponerle límites acarrea muchos dolores de cabeza.
Ahora estamos en período de relato, de representación de la realidad. En ese relato participan muchos, pero no todos con la misma fuerza ni con las mismas razones ni argumentos.

martes, 23 de julio de 2019

YO, MI, ME, CONMIGO



YO, MI, ME, CONMIGO

De lo que tuve ayer no queda nada
en que apoyar con calma mi cabeza,
y miro hacia las horas de mañana
sin saber los empeños que me esperan.

¿A dónde dirigir, pues, mi mirada
buscando alguna luz en mi ceguera?
¿Cómo elegir los pasos, si no hay nada
en lo que hallar un rastro de certeza?

¿Será vivir tan solo un paso a paso
que nunca deja huella en el camino?
¿Será morir tal vez solo un descanso

para cumplir el hado y el destino?
¿A quién he de, al final, hacerle caso,
a lo que grita yo, mi, me , conmigo?

viernes, 19 de julio de 2019

"¿AQUÍ CÓMO NOS LLAMAMOS?"



Entrecomillo el título porque son palabras textuales del líder de Unidas Podemos (¿cuándo han feminizado el nombre?) no hace muchos días, comentando lo que le sucedió cuando visitaba una ¿región, comunidad autónoma, nacionalidad, nación…? en campaña electoral ¿de la nación, del estado…?
Me parece que esta confesión resume muy bien lo que le viene sucediendo a esta formación política y a buena parte de todas las demás.
Asentar un partido y darle consistencia exige la visibilidad de una estructura territorial y organizativa bien definida y reconocible. Si no sucede esto, se corre el peligro de desdibujarse y de convertirse todo en una mezcolanza y en un baile de la conga en el que cada cual se suma a la fila cundo quiere y como le apetece.
Cuando sucede esto en un partido, es solo ese partido el que corre el peligro de desdibujarse y hasta de desaparecer del mapa. Es este un asunto grave, pero no definitivo. Mucho peor es si otro tanto ocurre con todas las formaciones políticas de una comunidad que llamamos nación, o yo qué sé cómo. En ese caso el sujeto que puede descoserse y desarticularse es todo el conjunto, o sea, eso que llamamos nación o estado… o yo qué sé.
Quien extraiga de esta exposición la idea de que debemos ir a los partidos piramidales de líderes todopoderosos creo que se equivoca. También esta fórmula comporta peligros grandes y evidentes. Observar, por ejemplo, de qué manera servil, rastrera y sumisa se guardan por ejemplo las filas y preferencias en cualquier pasillo político dejan a uno sin resuello para animar a este tipo de organizaciones.
¿Entonces?
Si yo lo supiera… Al menos yo mismo estaría más tranquilo, aunque seguiría sin que nadie me hiciera ni el más mínimo caso. Sí tengo un par de ideas claras al respecto; y las repito machaconamente una y otra vez.
La primera es la de la identidad territorial. Este asunto es anterior a cualquier otro y, si no se arregla, los demás seguirán sin solución de ningún tipo. Si no tenemos clara cuál es la estructura territorial, con sus límites y su organización, ya podemos ponernos a rezar y a esperar el santo advenimiento: las fuerzas centrífugas y centrípetas jugarán su eterna partida y todos seremos espectadores aturdidos y lelos viendo cómo la pelota va de un campo a otro, encanallando el ambiente y exigiendo todos los esfuerzos y toda la atención.
La segunda va de la mano con la primera. Se trata de la confianza y la lealtad entre todos. Si no sabemos quiénes somos todos, ni siquiera se puede plantear eso de la confianza y de la lealtad. ¿Es que no queda ningún elemento común que mueva los deseos y las ilusiones de todos los que forman esa comunidad que ni siquiera sabemos cómo tenemos que llamarla? ¿Ni siquiera podemos afirmar unos principios que nos sitúen en plano similar a todos los habitantes y a todos los territorios? A esto antes se lo llamaba solidaridad o justicia social. ¿Cómo se cocina esto con las fuerzas que gastan todos sus esfuerzos en sacar beneficios para una parte de ese todo olvidando al resto?
A la derecha parece interesarle poco eso de las regiones pues se queda aún en un escalón más bajo, en la persona individual, como sujeto de derechos por encima de la comunidad. La izquierda viene vacilando en eso de la identidad territorial desde hace demasiados decenios. Y muchos andamos perplejos por no saber ni siquiera cómo nos llamamos y cómo nos debemos llamar.
Por eso la pregunta del principio, que hago extensiva no solo al partido de UP, sino a todos los demás ya a cada una de las personas de la comunidad. ¿Ustedes saben realmente aquí cómo nos llamamos?
En fin…
N.B. Como esto se escribe casi en tiempo real, pasan estas cosas. Me llega la noticia de que Pablo Iglesias, líder de UP, renuncia a formar parte del Consejo de Ministros. Ojalá esto allane el camino. Pero, o uno es muy tonto, o la dificultad sigue en pie. ¿O acaso otros miembros de ese partido piensan de manera distinta en lo referente a la estructuración territorial? Y vuelvo a escribir por enésima vez que este asunto es previo a cualquier otro. El conflicto y la tensión están servidos.

jueves, 18 de julio de 2019

A UN TERNERO EN EL DESPIECE



A UN TERNERO EN EL DESPIECE

Colgado en ese gancho tan seguro
que puede sostener el mundo entero,
te muestras derrengado y como a punto
de pedirnos perdón en tu silencio.

Imagen compasiva que procuro
soñar en plenitud cuando tu cuerpo 
pastaba en prado freso y tu saludo
era la voz amiga del vaquero.

Tú soñaste la vida al sol y al viento,
los demás te soñaron hecho carne
en un plato servido en el momento

en el que ya no existes para nadie
y no queda de ti siquiera el eco
de todo lo que fuiste al son del aire.

martes, 16 de julio de 2019

NEGOCIAR, ACORDAR



Hasta ahora, aquello del bipartidismo nos evitaba la negociación entre partidos, salvo en lo que suponía la rapiña descarada de los partidos nacionalistas. Y, aun solo con eso, hay que ver hasta dónde hemos llegado y cuánta deslealtad se ha sembrado por el camino. En esta nueva situación del multipartidismo, eso de negociar -de quitarnos del ocio: “nec otium”- se ha vuelto imprescindible. Y no parece que los llamados a entenderse, por los resultados electorales habidos, anden en el empeño ni vean la luz sino la oscuridad del túnel. Me refiero, claro, al PSOE y a UP.
Llevamos casi tres meses desde la celebración de las elecciones y -aparte del mes de gracia por aquello de las elecciones locales, autonómicas y europeas tan seguidas-, parece que no hay forma de que los partidos de izquierda se pongan de acuerdo.
Lo más sencillo es arreglarlo descalificándolos a todos y mandándolos al rincón de pensar y con los brazos en cruz. A mí también me dan ganas de hacerlo. En la realidad, no creo que el asunto sea tan sencillo.
En condiciones normales, el sentido común pide que se ceda y que cada cual esté representado en los equipos de gobierno de acuerdo con los resultados electorales. ¿Son normales las circunstancias en las que nos encontramos? Sospecho que, por desgracia, no. ¿Cuál es la principal razón? A mí me parece que hay una que tiene muy difícil solución. Se trata de la concepción que cada formación tiene de la estructura del Estado. Y la realidad se muestra muy tozuda. Sigo pensando y vuelvo a repetir por escrito que, mientras no tengamos clara cuál es esa base territorial, todo lo demás es fallido y no se puede encarar con garantías. A las pruebas me remito. Y no discuto cuál es la mejor o peor concepción -aunque yo tengo la mía, por supuesto-; lo que aseguro es que, sin solucionar esta, lo demás no tiene solidez y lo sitúa todo en la desconfianza. Esto es lo que me hace pensar y decir que este es un país fallido, a pesar de ser el más antiguo de Europa. ¿Cómo pueden convivir en un Gobierno concepciones opuestas sobre la concepción territorial del Estado? ¿Qué tipo de legislación se va a aplicar si no sabemos dónde? Dicen que UP ha declarado que sería leal en este asunto. No sé cómo se puede mantener esa lealtad cuando el asunto se suscite, que será cada poco tiempo y de manera recurrente. Y aquí sigue siendo lo más importante, por básico, en los últimos cien años. Y, si hay lealtad, no sé cómo se podrá tapar la incoherencia.
Pero esto ya se sabía desde el primer día. Lo sabían todos los negociadores, por muy cándidos que se mostraran. Lo mismo que se sabía de qué se podía hablar con los independentistas cuando tanto se repetía aquello de “hablen, hablen, hablen”.
Si se salvara este obstáculo -yo no sé cómo se puede hacer-, lo demás sería asunto de egos y de tácticas electorales. Y de todo esto muchos estamos ya hasta el gorro. Si así fuera, entonces sí que tendríamos que mandarlos a todos al rincón de pensar, pero con una pila de libros en cada mano y con prohibición de salir de allí hasta llegar a un acuerdo.
Es oportuno recordar que “acuerdo” tiene que ver con “cor-cordis”, palabra que significa corazón (otro pequeño indicio para filólogos). Y tengo la corazonada de que ese camino está poco transitado.

lunes, 15 de julio de 2019

LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE: "MITO" Y "MÍTICO"



Las cosas existen solo si son nombradas, no antes. Es únicamente en ese momento cuando adquieren cuerpo en el espacio y en el tiempo, esas dos dimensiones en las que sucede todo. Una prueba difícilmente refutable de ello es que la materia existe desde siempre y, sin embargo, las realidades con las que nos va sorprendiendo cada día ni las imaginábamos hace casi nada. La lengua va dando nombres a cada una de las muestras de esa nueva realidad.
Pero, así como la realidad se nos va mostrando cambiante, del mismo modo, las palabras van perfilando sus significados al ritmo que los hablantes les van imponiendo. Por ello, siempre nos estamos moviendo en la imprecisión y en la necesidad de echarle sentido común y buena voluntad a todo acto de comunicación. Sin embargo, no estoy seguro de que cualquier ritmo de cambio sea el adecuado, ni tampoco de que los impulsores de esos cambios, que terminan consolidándose en lo colectivo, estén bien elegidos por la comunidad.
Estamos en julio y aprietan los calores. Muchos ciclos productivos han cumplido su recorrido. Se generalizan las vacaciones y los horarios más relajados. La vida sale a la calle.
Una de las muestras más evidentes es la de los festivales de música; se multiplican como plaga de langosta y parece que la asistencia es masiva. En este asunto, como en tantos otros, intervienen numerosas variables. No seré yo quien las analice aquí. Tan solo me detendré, esquemáticamente, en una.
Mi carácter tiene poco que ver con las concentraciones masivas. No soy asistente a este tipo de festivales. En el arte musical, si me sacan de la música clásica, de la tradicional y de los cantautores, me pierdo bastante. Me emociono con Labordeta, por ejemplo, y no quiero saber casi nada de los Rolling ni de los Beatles. Ya veis qué pobreza la mía. Y lo peor es que, por esta vía, no tengo ningún interés en enriquecerme.
Por eso me quedo en un hecho concreto que tiene que ver con el uso de las palabras en el mundo de la música.
Leo y escucho, en los anuncios y resúmenes de las actuaciones en estos festivales de música, con una reiteración empalagosa, la palabra “mítico” y las de su familia léxica. Y me quedo perplejo. Porque veamos. “Mítico”, por supuesto, es cualidad que se debe aplicar al mito. Y “mito” venía siendo algo así como “narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico”. O también “historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal”. O incluso “persona o cosa rodeada de extraordinaria estima”. Y, para rematar, “persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen”. O sea, aquello que, por ejemplo, se aplica a la mitología clásica,
A partir de esta aproximación definitoria, echo a rodar mi imaginación y contemplo a los miles de espectadores rodeando la realidad del mito del escenario, en liturgia y botellón emocional, en medio del estruendo de los infinitos vatios de luz y de sonido, y creo observar cómo se elevan a los cielos, en ascensión mística, hasta dejar el suelo vacío (tal vez con restos de botellas), solo para los pobres mortales, que no llegan a gozar de tan inefable experiencia.
Pero debo confesar que no tengo muy claro cuál de las acepciones descritas les conviene de verdad a estos “mitos” y a estos conciertos “míticos”. A veces pienso si no será verdad que alimentamos a esos mitos desde la invención y el entusiasmo de los asistentes y de los periodistas que nos trasladan las crónicas. Tal vez donde corre una brisa sentimos un huracán y donde aparece lo que no es más que un capricho de imbéciles proponemos una ocurrencia maravillosa. Por eso tal vez tanta repetición con eso de las “bandas míticas”. Y, si son de origen inglés por la lengua, entonces las “míticas bandas”, que, para cualquier aprendiz de filólogo, no es necesario explicar más.
En fin, de nuevo en el lenguaje. La lengua es un organismo vivo y siempre está cambiando: no puede ni debe ser de otra manera. Pero ese cambio ha de hacerse con tiento y bajo el impulso y el cuidado de aquellos que sepan lo que se traen entre manos. La realidad presente impone una escala de valores en la que la apariencia y la exageración se llevan la palma. El léxico y su uso terminan siendo, como siempre, su fiel reflejo.
Vaya por dios.

viernes, 12 de julio de 2019

NUEVA NOTICIA DEL FUERO DE BÉJAR



Hace por ahora un año que se celebraron en Béjar unas jornadas de estudio del Fuero de Béjar. De ellas ya di cumplida cuenta entonces. Se trataba de dar a conocer los trabajos realizados para la restauración de este texto jurídico que tanta influencia ha tenido en la regulación de vida de las tierras bejaranas durante muchos siglos. A la vez se analizaban diversos aspectos del mismo por parte de diversos especialistas. No es necesario repetir lo que se dijo entonces, también aquí, en esta ventana.
En aquel momento se anunció la posibilidad de que a finales de año estuviera completo todo el trabajo; también una edición para la lectura de cualquier interesado. El original debe estar a buen recaudo, sobre todo teniendo en cuenta que cualquier edición bien construida reproduce con toda exactitud lo que en el original se contiene. Ha llegado la hora y ya está en la calle, en las librerías y en alguna biblioteca el texto esperado. Los retrasos tendrán que explicarlos quienes los conozcan. Supongo que habrá razones para ello y no seré yo quien ponga pegas, pues no conozco el desarrollo de los trabajos realizados.
Sí me interesa dejar constancia de dos hechos. El primero tiene que ver con la composición y con los elementos que suma la edición que se ha puesto a la venta. Recoge el libro las aportaciones, ahora más extensas y minuciosas, que se expusieron en las sesiones públicas del verano pasado. Así todo aquello que tiene que ver con la familia del Fuero de Cuenca, sus elementos paleográficos, el castellano del Fuero de Béjar, el contexto histórico en el que se redactó, así como el añadido de Carmen Cascón y Óscar Ribadeneyra acerca de la documentación del archivo de Béjar, y el proceso de conservación-restauración, que expone Paloma Castresana. A ello se le suma la parte central, un facsímil fotográfico de nuestro Fuero. Todo ello nos da una visión completa, no solo del texto original, sino también de su contexto e importancia. Cualquier interesado o estudioso del Fuero tiene a su disposición un cuerpo importantísimo para ser descifrado y comprendido. Sin duda, ha de ser referente durante mucho tiempo para todos.
El segundo hecho tiene que ver con la distribución y con los lectores. Mi experiencia es esta: Acudí a la biblioteca a interesarme por el libro y por su contenido el día 10 de julio, hace dos días. El libro lleva en la calle ya tiempo. Había llegado a la biblioteca municipal, claro que había llegado. ¡Pero aún no estaba ni catalogado! Parece que no hay prisa para nada. Tal vez porque tampoco hace falta ser diligente pues nadie había preguntado por él. ¡Y esto en la biblioteca pública municipal! No quiero pensar qué sucede en otros lugares. Menos mal que la encargada de la entrega de libros se mostró solícita a hacerme una nota provisional y pude traerme el libro a casa. Sin ninguna prisa en devolverlo porque no tendrá demasiados demandantes. Quiero decir, claro, que el nivel de interés y de lectura es el que es y cada cual debe extraer las consecuencias que mejor le parezcan.
Por lo demás, se anunció una presentación en Béjar y no conozco por qué no se ha llevado a cabo.
Sirvan estas líneas para dejar constancia de la existencia y la realidad de esta edición y de la disponibilidad de la misma para cualquier interesado.
Esta edición viene a sumarse a la extraordinaria que hace ya casi cincuenta años publicó Juan Gutiérrez Cuadrado. Entonces con su trabajo en solitario, ahora con el esfuerzo de muchas personas.

jueves, 11 de julio de 2019

LA DULCE SENSACIÓN DE LA COSTUMBRE


LA DULCE SENSACIÓN DE LA COSTUMBRE

Buscar cada mañana entre las horas
una manera nueva de quererte
que tenga en su memoria los placeres
que siempre me ofreció tu ardiente boca.

Y dejarnos llevar por lo que ahora
nos invita a vivir sencillamente,
compartiendo el placer de lo que sientes
cuando a sentir contigo me convocas.

Ya son cuarenta y tres años cantando
la misma melodía y es ya larga,
pero aún suena muy bien y no decrece.

Deja que el fuego siga siendo tanto
como le pida arder la dulce llama
y seamos esa llama eternamente.


martes, 9 de julio de 2019

PERO LOS DOS PERDIMOS



PERO LOS DOS PERDIMOS

Soñaba que el amor era una lucha
en la que yo ganaba y tú ganabas
por ceder lo que en ella regalaba
al gozo y al placer de la fortuna.

Y no sospeché nunca que ninguna
deuda por el regalo yo pagaba:
me cegó la pasión con la que amaba
lo que fue mensajero de amargura.

Pero los dos perdimos la cabeza
jugando sin razón una partida
que no tuvo ni reglas ni razones.

Era como jugar a la ruleta,
en una situación desconocida
para dos despistados corazones.                          

lunes, 8 de julio de 2019

UN PÁJARO SE POSA EN UNA RAMA



UN PÁJARO SE POSA EN UNA RAMA

Un pájaro se posa en una rama.
Viene de dar conciertos en el aire
de vuelos y sonidos. Ya no canta.
Sus alas, encogidas, se han dormido.

Ha visto desde lo alto tantas huellas
de los que van errantes por la vida,
que no tiene seguro si volar de nuevo
o quedarse en la rama, junto al nido.
Siente miedo y vacila: su memoria
juega a la confusión y no asegura
si es libre o es cobarde
para volar de nuevo por el cielo.

Acaso es todo un sueño y ese pájaro
tan solo tenga alas cuando sueña
y vuela tras el sueño que le traiga
otro milagro de la primavera.

domingo, 7 de julio de 2019

SOLEDAD DE SOLEDADES



Hablaba con alguien ayer mismo (después de unos días con la presencia de mis nietos en los que lo demás importa poco o nada) acerca de la soledad y de su encarnación y encarnadura en alguna de las personas que conocemos.
Cada vez tengo menos dudas de que es la enfermedad más peligrosa y más grave, la más extendida y la más descuidada por la medicina social. Quiero decir por todos nosotros en el día a día. El asunto es tan grave y tiene tal largo alcance, que bien podría crearse uno de esos días que tanto abundan dedicado a su conocimiento y a intentar sus cuidados paliativos. Ahí querría yo ver también a todos los representantes sociales y políticos porque yo en eso sí que les pongo falta. Me entienden, ¿verdad?
Sí, creo que con cuidados paliativos tendríamos que consolarnos porque su extinción se me antoja imposible en la escala de valores bajo la cual actúa y se mueve esta sociedad. Porque el asunto, como siempre, va de valores y de los empeños que queramos prestar, y, lo mismo que decimos que no son buenos tiempos para la lírica, también podemos afirmar que no corren buenos tiempos para los que se sienten solos.
Es verdad que la primera soledad en la que pensamos es la soledad física, aquella en la que un ser se halla privado de la presencia física de otro ser son el que comunicarse y con el que compartir vivencias de cualquier tipo. Es la primera y principal, pero no la única. A inventar un vademécum de recetas y de remedios para paliarla deberíamos dedicar esfuerzos y ganas. Claro que no acertaremos con las medicinas si antes no hemos indagado en las causas que la provocan. Es enfermedad, por otra parte, que ataca a todos y contra la que debemos actuar preventivamente. Se habla, por supuesto, de la soledad no buscada; la otra está plena de sonidos y de bienestar: “la soledad sonora, el aire que recrea y enamora…”
Pero, si esta es la epidemia mayor y más grave, ¿quién piensa y actúa contra la soledad económica, esa que retira del escalafón a tantas personas y las deja solas en el camino de la búsqueda de la supervivencia cada día? ¿Y la soledad mental? ¿Qué pasa con todos aquellos que no encajan en sus pensamientos con la escala mostrenca que guía el quehacer de la sociedad y que lleva a casi todos a empujones a los usos y costumbres más groseros e instintivos, a las prácticas más tribales y a los deseos más repetidos? ¿Qué hace toda esta gente, se calla, se rebela, se esconde, se convierte al estoicismo, se interna en el karma, se refugia en un convento de cartujos…?
Por poner un ejemplo de hoy mismo y visual para todo el mundo. ¿Qué puede hacer un habitante de Pamplona al que no le gusten los toros, ni los encierros, ni las masas acumuladas en una plaza, ni la procesión, ni el bullicio de día y de noche, ni la fiesta consistente casi exclusivamente en beber, comer y bailar? Porque no es difícil imaginar que alguna persona habrá en esa ciudad con una escala de valores algo diferente a la que se describe. Pues que no se le ocurra levantar la voz porque puede ser tildado de cualquier cosa por no seguir los dictados de la masa embrutecida. Cualquier ejemplo cercano nos pude servir de la misma manera. No hace falta concretar más.
En fin, soledad de soledades. Qué hermosa si se busca y cómo te castiga cuando llega sin llamar a la puerta y te deja solo ante el tiempo y el espacio en el que vives.