Entrecomillo el título porque son
palabras textuales del líder de Unidas Podemos (¿cuándo han feminizado el
nombre?) no hace muchos días, comentando lo que le sucedió cuando visitaba una
¿región, comunidad autónoma, nacionalidad, nación…? en campaña electoral ¿de la
nación, del estado…?
Me parece que esta confesión resume
muy bien lo que le viene sucediendo a esta formación política y a buena parte
de todas las demás.
Asentar un partido y darle
consistencia exige la visibilidad de una estructura territorial y organizativa
bien definida y reconocible. Si no sucede esto, se corre el peligro de
desdibujarse y de convertirse todo en una mezcolanza y en un baile de la conga
en el que cada cual se suma a la fila cundo quiere y como le apetece.
Cuando sucede esto en un partido, es
solo ese partido el que corre el peligro de desdibujarse y hasta de desaparecer
del mapa. Es este un asunto grave, pero no definitivo. Mucho peor es si otro
tanto ocurre con todas las formaciones políticas de una comunidad que llamamos
nación, o yo qué sé cómo. En ese caso el sujeto que puede descoserse y
desarticularse es todo el conjunto, o sea, eso que llamamos nación o estado… o
yo qué sé.
Quien extraiga de esta exposición la
idea de que debemos ir a los partidos piramidales de líderes todopoderosos creo
que se equivoca. También esta fórmula comporta peligros grandes y evidentes.
Observar, por ejemplo, de qué manera servil, rastrera y sumisa se guardan por
ejemplo las filas y preferencias en cualquier pasillo político dejan a uno sin
resuello para animar a este tipo de organizaciones.
¿Entonces?
Si yo lo supiera… Al menos yo mismo
estaría más tranquilo, aunque seguiría sin que nadie me hiciera ni el más
mínimo caso. Sí tengo un par de ideas claras al respecto; y las repito
machaconamente una y otra vez.
La primera es la de la identidad
territorial. Este asunto es anterior a cualquier otro y, si no se arregla, los
demás seguirán sin solución de ningún tipo. Si no tenemos clara cuál es la
estructura territorial, con sus límites y su organización, ya podemos ponernos
a rezar y a esperar el santo advenimiento: las fuerzas centrífugas y
centrípetas jugarán su eterna partida y todos seremos espectadores aturdidos y
lelos viendo cómo la pelota va de un campo a otro, encanallando el ambiente y
exigiendo todos los esfuerzos y toda la atención.
La segunda va de la mano con la
primera. Se trata de la confianza y la lealtad entre todos. Si no sabemos
quiénes somos todos, ni siquiera se puede plantear eso de la confianza y de la
lealtad. ¿Es que no queda ningún elemento común que mueva los deseos y las
ilusiones de todos los que forman esa comunidad que ni siquiera sabemos cómo
tenemos que llamarla? ¿Ni siquiera podemos afirmar unos principios que nos
sitúen en plano similar a todos los habitantes y a todos los territorios? A
esto antes se lo llamaba solidaridad o justicia social. ¿Cómo se cocina esto
con las fuerzas que gastan todos sus esfuerzos en sacar beneficios para una
parte de ese todo olvidando al resto?
A la derecha parece interesarle poco
eso de las regiones pues se queda aún en un escalón más bajo, en la persona
individual, como sujeto de derechos por encima de la comunidad. La izquierda
viene vacilando en eso de la identidad territorial desde hace demasiados
decenios. Y muchos andamos perplejos por no saber ni siquiera cómo nos llamamos
y cómo nos debemos llamar.
Por eso la pregunta del principio, que
hago extensiva no solo al partido de UP, sino a todos los demás ya a cada una
de las personas de la comunidad. ¿Ustedes saben realmente aquí cómo nos
llamamos?
En fin…
N.B. Como esto se escribe casi en
tiempo real, pasan estas cosas. Me llega la noticia de que Pablo Iglesias, líder
de UP, renuncia a formar parte del Consejo de Ministros. Ojalá esto allane el
camino. Pero, o uno es muy tonto, o la dificultad sigue en pie. ¿O acaso otros
miembros de ese partido piensan de manera distinta en lo referente a la
estructuración territorial? Y vuelvo a escribir por enésima vez que este asunto
es previo a cualquier otro. El conflicto y la tensión están servidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario