martes, 23 de octubre de 2018

PAUSA



Me voy por unos días a otra Europa y dejo nuestra casa hecha unos zorros: sentencia del supremo de alcance imprevisible, Cataluña degradándose sin remedio, esa gota tan fría y sus destrozos, el Madrid nuevamente en la picota, el otoño rompiendo…
Pero voy a otro sitio preocupante: Italia nos aguarda. Preocupan y no poco algunos italianos dirigentes, nunca esa tierra milenaria que nos dio tantas cosas, que mantiene el recuerdo tan presente y que yo quiero tanto.
Pongamos, pues, un punto de cordura, estacionemos lentos y dejemos que el aire nos avive. La eterna Roma, Florencia, Siena, Venecia o Milán bien merecen la gracia de una pausa.
Esta Europa tan vieja y tan hermosa… A pesar de tantísimos pesares.

lunes, 22 de octubre de 2018

DE ALONSO QUIJANO A DON QUIJOTE. FELIPE COMENDADOR



Participé el sábado en un encuentro para homenajear a Luis Felipe Comendador. Lo hicimos en Candelario. La elección del lugar, en este caso, no es azarosa; pero ahí lo dejo, que eso me importa ahora menos. Se reunió gente diversa y supongo que con una interpretación variada de lo que allí se celebraba. No puedo, por ello, interpretar con certeza las intenciones de todos. Pero sí creo que había algunas que son comunes.
Lo primero era congratularnos y felicitar al homenajeado porque entendemos que su labor nos satisface y creemos que sirve de ejemplo para otras personas. No es fácil ver por ahí a mucha gente entregando horas a hacer un poco más felices a los demás: lo común es observar que cada cual anda a sus intereses y -a ver quién explica eso- por desgracia, aplaudimos más a aquel que más consigue para sí. Aunque tal vez sea muy injusto lo que acabo de apuntar, pues pienso y se me vienen enseguida a la mente los casos de tantas personas dadas a hacer la vida un poco más llevadera a sí mismas y a los que tienen a su alrededor. Tal vez el caso de Luis Felipe sea más llamativo por ser más visible y más notable desde los espacios y los tiempos en los que realiza su actividad. Aplaudimos también toda la labor creadora y editorial, ya tan extensa y valorada, aunque, en esta ocasión, menos citada y comentada. En fin, un compendio de hechos y de actitudes que nos parecen loables. Lo llamamos rey mago y yo lo hice Quijote en mis palabras. Andaba como perdido en la emoción y el contento: no era para menos.
En segundo lugar, y con independencia de los valores del homenajeado, que aplaudíamos, lo que latía tal vez en el ambiente era la constatación de que hay gente que cree en otra escala de valores, que anda ya harta de asuntos mostrencos y egoístas, que grita sin ser oída que la actividad bien se puede orientar de otra manera. Y, lo que tal vez sea más enriquecedor y agradecido, que otras actividades producen una satisfacción personal y colectiva que no se paga con dinero. Me gustó mucho que Luis Felipe afirmara en público que en realidad todo lo hacía por egoísmo -por egoísmo sano, se entiende- para satisfacción de sí mismo. Ese es el punto más elevado de cualquier virtud, el hecho de ejercitarla, no ya como esfuerzo y cumplimiento de un deber, sino como satisfacción y agrado en la conciencia, a los que se ha llegado por la repetición de los hechos, incorporados ya como algo natural e inevitable. Cuando eso se consigue, ya no hay enfrentamientos con nada ni con nadie, solo alegría y contento con uno mismo. Y ya no hay que sermonear demasiado a nadie ni justificar nada: el que quiera que se sume y el que no que siga su camino tranquilamente.
Iba con alguna duda de que alguien cayera en la tentación de hacer espejo sucio y trazo grueso de “los de la otra parte” que niegan a esta parte su reconocimiento (perdón por la perífrasis: pensad y entenderéis), pero todo fue limpio y elegante. Y me alegré por ello. Lo he escrito hace un momento: el que quiera que venga, y el que no que se aparte y no moleste, que siga su camino.
Terminamos cantando y tomando unos vinos bien contentos, con ambiente de agrado y optimismo. Son pequeños empujes para seguir viviendo y animándose juntos, por causas y actitudes que merecen la pena y producen dividendos muy sabrosos.
Hoy es a Luis Felipe. Enhorabuena. Mañana serán otros por lo mismo. Son pequeñas hogueras que dan calor muy vivo en medio de este mundo donde hace tanto frío.

viernes, 19 de octubre de 2018

MI CORAZÓN



MI CORAZÓN

Mi corazón es bomba de energía
forrada en terciopelo,
que succiona, bombea sin descanso
y surte los canales subterráneos
que dan vida a mi cuerpo. Por sus cauces
se derraman la esencia y las semillas
que han de dar fruto en todo lo que vive.

Hay años de sequía y temporadas
en las que se desborda y sus crecidas
inundan los terrenos labrantíos.
Si la acequia se atora, las paredes
se estrechan y entorpecen el camino
de ese caudal de fuerza imprescindible
en esa red que riega y que da vida.

Lo mejor es tratarlo con cariño,
no darle sobresaltos ni disgustos
para que no se enfade ni se agite.

Cuando menos lo estemos esperando,
se cansará de sístoles y diástoles,
se dormirá en un sueño repentino
que será al mismo tiempo nuestro sueño.

Él sabe su trabajo y es obrero
sin subidas de sueldo ni convenios,
sin días de vacaciones ni de bajas,
tal vez porque las goza todas juntas
al fin de su jornada de trabajo.

jueves, 18 de octubre de 2018

UNA BUENA NOTICIA



Apuntemos al fin una noticia buena: Se legisla para que la asignatura de Filosofía vuelva al currículo con algo más de dignidad. Eso parece que se ha aprobado en el Congreso. Me alegro mucho de que alguien piense que enseñar a pensar no es del todo malo.
Es verdad que me gustaría ver clases de verdadera filosofía, no de Historia de la filosofía, o al menos no solamente, sino clases de prácticas filosóficas, ratos de lógica y de causas y de deducciones, momentos de definición de ideas y de práctica de las mismas, iniciativas reales con aplicación de esos pensamientos.
Ya se sabe que enseñar a pensar puede volverse algo peligroso para lo establecido, pero hay que romper con lo que nos dan por bueno y tratar de alcanzar hasta los límites de nuestras posibilidades, hay que cuestionarse hasta si es verdad la hora en que vivimos. Solo de la curiosidad puede salir el conocimiento. Y la conciencia del fracaso, que también forma parte de nuestras vidas.
Claro que, entonces, la escala de valores puede tambalearse y nos puede pillar debajo. Audaces fortuna iuvat. Venga.

miércoles, 17 de octubre de 2018

ORTODOXOS A LA GRESCA



Leo en El País (y mi amigo Jesús Majada me lo confirma en Facebook) que la iglesia ortodoxa rusa rompe su dependencia del patriarca de Constantinopla (Estambul) Un cisma más de los que la Historia conoce bastantes. Seguramente la noticia no causará impacto en los países de lo que llamamos Occidente. A pesar de la teoría del efecto mariposa, ni falta que hace que lo provoque.
¿Entonces, a qué la glosa en esta ventana tan particular?
Hace tan solo unos meses estuve en Athos por segunda vez con mis amigos Jesús Majada y Antonio Merino. Athos es una península situada al noreste de Grecia, bañada por el Egeo, donde se asientan nada menos que una veintena de monasterios ortodoxos, casi todos griegos, pero también uno ruso, otro búlgaro y otro creo que serbio. El lugar es muy especial y las características que lo rigen, en lo religioso y en lo civil, son muy peculiares. Aunque aquello está muy cambiado, parece querer guardar las esencias y las tradiciones más “puras” del mundo ortodoxo. Todo, absolutamente todo es allí muy especial. Como se trata de una península casi isla, las entradas y salidas están muy restringidas y controladas. Ya escribí de todo ello en mi primera visita. Tan solo he de añadir que esta segunda me causó menos impresión que la primera y que me dejó un poso como de desengaño y de desencanto, a pesar de la belleza de los lugares y de la aventura que supone recorrer sus caminos estrechos y reposar en los monasterios para compartir unos días las costumbres y los usos de los monjes que los habitan. Desde un punto de vista racional, un despropósito todo aquello.
Pero de la experiencia personal hoy no quiero hablar hoy. Me interesa pensar en cómo, una vez más, se mezclan los elementos religiosos con los políticos y económicos. Con distintas intensidades, siempre ha sido así y no hay que poner cara de circunstancias al leer estas noticias. Lo que importa es entender por qué se produce esa mezcla rara de intereses. Y tal vez ocurra porque la mezcla no sea tal, sino que se trata de los mismos intereses. Por detrás del telón asoman su cabecita Rusia y ese extraño personaje llamado Putin, Ucrania y el asunto de Crimea. Si a eso le sumamos las vanidades, también las religiosas, tal vez empecemos a entender los secretos del sabor de la ensalada. Por si fuéramos pocos, no conviene olvidar que el poder de la iglesia en los países ortodoxos aún es mayor que la que ejercen en nuestros países occidentales.
Cuando se da la vuelta a la península y de rastrean las laderas del monte Athos, que, surgiendo directamente del mar, se eleva casi hasta los cielos, uno no puede dejar de pensar que en su cima debe de esconderse Zeus, o Júpiter, o Yahvé, o Alá, o cualquier otro dios imaginado. No sé si ahora mismo no les estarán echando una buena bronca a todos los que contribuyen a estos cismas. O acaso están todos ellos jugando a las batallitas o a los dados y no se enteran de lo que vale un peine. Quién sabe.
Como me apuntaba Jesús Majada, vamos a tener que volver por allí de nuevo a poner orden y calma.

martes, 16 de octubre de 2018

MÚSICA EN EL TALLER DE LA PALABRA



MÚSICA EN EL TALLER DE LA PALABRA

Primero fue engolfarte en la inocencia:
las onomatopeyas a concurso:
¡On, on!, graznaba el ganso en su garganta,
¡Miau! recitaba el gato, y el aullido
del perro era un ¡Guau! ¡Guau! bien sostenido
contestando al ¡Cri, cri! de un pobre grillo,
el parpeo del pato ¡Cuaa! ¡Cuaa! ¡Cuaa!,
o el gruñido del cerdo ¡Oenc! ¡Oenc!,
todo lanzado al viento de la tarde
desde el ¡Quiquiriquí! de un gallo altivo.

Después fuiste forjando otras palabras,
moldeando sus formas más complejas:
cultismos, invenciones, parasíntesis,
apócopes, aféresis, metáforas,
calcos, siglas o formas derivadas
y otros moldes de forja muy diversa.

Así, entre el ¡Mua! sabroso de los besos,
el ¡Hip! ¡Hip! de los hipos o el ¡Achís!
de un extraño estornudo,
comenzó un buen concierto de vocablos,
de formas y de ideas que te hicieron
sentirte confortable y aspirante
a ser novicio atento y entusiasta
en el taller feliz de la palabra.

lunes, 15 de octubre de 2018

PERFILES



PERFILES

El perfil descuidado de aquella adolescente
anunciaba su pecho, cual granada en sazón,
quebrada, roja y presta a convertirse en zumo
que libara una abeja con ansias de pasión.

La tarde era silencio y nada perturbaba
la redondez dorada que iluminaba el sol.

Las cancelas del huerto fueron sólidas rejas
para cualquier intento de gozar el amor.

jueves, 11 de octubre de 2018

TE PROPONGO SERENAMENTE UN PACTO



TE PROPONGO SERENAMENTE UN PACTO

Si te busco y te llamo, no te encuentro;
si te olvido, no muestras tu presencia.
¿Será tal vez que debes tu existencia
a la necesidad que de ti tengo?

Si te debes a mí y a mis deseos
de no sentirme solo en mi inocencia
-pues por ello se hiela mi conciencia-,    
también yo de tus ánimos dependo.

Necesito saber qué me respondes,
que te animes y vengas a llamarme,
pues ando oscuro, débil, solitario.

Buscaremos algún lugar en donde
cara a cara, sin trampas ni disfraces,
podamos dialogar libres y francos.

miércoles, 10 de octubre de 2018

BUENO, A VER SI ME EXPLICO, ¿VALE?



Bueno, a ver si me explico. Con frecuencia leo opiniones que aconsejan dedicar más esfuerzo, en la enseñanza y aprendizaje de la lengua, a la consecución de habilidades prácticas que a la glosa de elementos teóricos. Yo me apunto sin reservas a esta manera de ver las cosas; de hecho, me condeno a mí mismo por no haber roto más barreras en esta dirección mientras he ejercido la enseñanza de nuestro idioma. Cada ciencia posee un corpus terminológico que hay que dominar, pero este no es otra cosa que una herramienta para conseguir otros fines superiores. Hay, claro, diccionarios de términos filológicos, como los hay de términos literarios. Hoy mismo andan reunidos en Salamanca académicos de ambos mundos tratando de impulsar este apartado. Sea, pero sea en sus justos términos
Sirva, como casi siempre, un ejemplo.
No tengo muy claro que un hablante medio atienda a la definición de marcador lingüístico; sin embargo, los utiliza continuamente. No está de más aclararle qué es eso de marcador lingüístico y procurar que no se asuste; pero mucho más productivo resulta enseñarle a usarlos bien en su conversación diaria.
Un subgrupo de los marcadores lingüísticos, que no son jugadores de fútbol ni señales de ordenador, es el de las muletillas. ¿Quién no las utiliza desde la mañana hasta por la noche, todos los días de la semana y todas las semanas del año? Se definen como aquellas frases que se repiten mucho por hábito y que, en realidad, no aportan novedad ni significado a la comunicación. Las utilizamos con varios sentidos, pero, sobre todo, para darnos pausa antes de comenzar o de continuar nuestro discurso o para confirmar que nuestro interlocutor nos sigue atendiendo y entendiendo. La comunicación es cosa de dos y, cada dos por tres, necesitamos asegurarnos de que seguimos ahí, en la onda, en la relación con los otros.
Su lista es interminable y su empleo depende de cada usuario de la lengua. A poco que hagamos examen de conciencia, nos sentiremos representados por alguna de ellas: ¿vale?, ¿me explico?, ¿me entiendes?, ¿comprendes?, o sea, bueno…, por consiguiente, tío, sí o sí, vamos a ver, O.K., ¿no?, ¿qué te iba a decir?, a ver, pero fíjese (que no se le cae de la boca al presidente del Gobierno)… O para los más atildados: you know?, tu vois?...
No se trata aquí de pasarse de listo, ni de recriminar nada a nadie; tan solo se advierte de lo que entorpece la comunicación el uso excesivo de estas muletillas y de animar a no abusar de ellas. Cada cual sabrá cómo debe hacerlo. A mí me corresponde mejorarme a mí mismo. ¿Vale?

lunes, 8 de octubre de 2018

RUMORES



RUMORES

Llegan a mi terraza los callados
rumores de las aguas desde el río            
y me dicen en dulce letanía
todo lo que en el cauce se despide.

En una procesión desdibujada
se van al mar los restos de los días.
Oigo pasar recuerdos, suenan sombras,
se despiden los besos, los adioses,
las risas, los silencios, los suspiros;
hay rostros que dibuja la corriente
y al momento son solamente espuma.

Los llamo y les suplico que me lleven
a hacer rumor con ellos y a perderme,
también disuelta en agua mi memoria,
en los brazos del reino del olvido.

viernes, 5 de octubre de 2018

PASEO VESPERTINO



PASEO VESPERTINO

El silencio, la luz desmadejada,
un sol que se despide de la tarde
haciendo más difuso el horizonte,
las hojas del otoño sin conciencia
de que el suelo es su meta verdadera,
la vaga intuición de una silueta
que cruza sin pararse en la memoria,
un rostro de mujer desvanecido
y enseguida ficción, quimera, niebla.

Bocetos de ida y vuelta en una tarde
soñada entre los árboles del parque.

jueves, 4 de octubre de 2018

EXIGENTES



No sé si no pecamos de exigentes, de planificadores, de dirigir los años y los días al compás de los golpes de alguien que marcara nuestro paso. Y tal vez no sea malo tener algún cuidado no siendo que todos vayamos al fracaso. ¿Quién no se ha parado en jarras a mirar si funciona correctamente en aquellas variables que forman nuestra vida? Nos exigen de todo y por todas partes: hemos de ser buenos hijos, después también buenos padres, buenos amigos, perfectos profesionales, apreciados vecinos, buenos ciudadanos… Nos exigimos todo y no nos damos cuenta de que cumplir con todo resulta poco menos que imposible. No es poco que seamos, sin tanta adjetivación, con las miserias y las limitaciones a cuestas y siempre en la mochila, con el eco del egoísmo tirando siempre de nuestras entretelas, con el runrún continuo que a algunos nos invita a escapar de los ruidos y murmullos de las concentraciones.
No sé cuánto hay de fuerza que nos lleva a pensar que en el centro está cada individuo y cuánto que nos muestra la importancia de lo que nos rodea. Sé que todo es verdad y todo cuenta, que ambas cosas son reales e importantes. No sé dónde está el límite ni dónde se entrecruzan las dos líneas. La cuerda sigue tensa y cruje a veces soportando el empuje de esas fuerzas opuestas.
Cuando se juntan todas esas variables, me acongojo y me rindo, me pongo de rodillas contra la pared, en el rincón de pensar y me pido perdón por mis miserias, por mis fuerzas tan débiles, por mi falta de empeño, por desdecir tan pronto de la vida, por mirar hacia dentro y olvidarme de lo que me sacude los oídos y da vueltas conmigo en esta noria. Hago compartimentos, concentro actividades, me propongo mejorar apartados, no dejarme llevar por lo primero que deduzco, abrir mucho los brazos y cerrarlos con algo entre las manos, ser consciente de que hay otras miradas diferentes de las cosas, de que, aunque cuente en uno, soy solo uno entre tantos, de que a veces me encuentro saciado de existencia, pero debo seguir viendo salir el sol y el nuevo día…
Me abruman tantas cosas en mi mente y vivo en el peligro de no aprobar la prueba cada día.
Menos mal que hay un faro que me guía y me da luz bastante para seguir en pie y mirar al frente. Sé que la última prueba no puede ser numérica, ni he de sacar la nota por responder mejor a una pregunta que vale no sé cuánto. Cuando todo oscurece y nada asienta en sólidos cimientos, cuando el sol se hace sombra y ya no hay día, cuando todo es posible y nada es cierto, hay un centro con luz muy trasparente: el examen de instancia más segura solo tiene que ver con el amor. Esa es la asignatura y ese es el aprobado y el que pasa de curso con expediente limpio. Hablo de amor que tiene su presencia en algo tan hermoso y tan sencillo como eso que llamamos el sentido común, y esa otra cosa tan aparentemente vulnerable apellidada buena voluntad.
A ver si los aprendo y los aplico. Para poder salvarme y no verme agobiado con tantas exigencias tan complejas. Me vuelvo a mis apriscos y a mis lemas: Solo quiero querer y ser querido.
Bien sé que, a primera vista, eso parece poco; pero tengo la certeza de que resulta suficiente.

miércoles, 3 de octubre de 2018

SIEMPRE ESCRIBO DE LO MISMO


       
A veces me pregunto por qué escribo casi a diario y por qué lo hago en este formato de ventana reducida. Repaso y encuentro lo que sin buscar sé que contienen estas páginas, ya tantas y diversas. Y lo que encuentro es que el fondo más extenso, la nube que todo lo cubre, el ambiente más sólido vuelve sus ojos hacia mí mismo.
Esto me plantea la pregunta de alcance, que es lo que aquí interesa: ¿qué es lo que vierte cualquier escritor en lo que hace? La respuesta me llama enseguida a la puerta, la dejo entrar y se sienta conmigo. Un escritor, o un escribiente, no tiene otra cosa ni otro fondo que su propia historia; si no recurre a ella, no le queda otro remedio que copiar a los demás. Y aun esta última fórmula no será más que una imprecisa y burda historia de sí mismo. Es así de absoluto y de diáfano. O sea, que la respuesta tiene pocas aristas: escribo de mí mismo. Porque nacemos vírgenes, pero nos vamos impregnando de nosotros mismos a medida que el tiempo nos ocupa y terminamos siendo copias de la suma de todos los días anteriores. A medida que pasan los años, uno busca más y más en el cubo de la basura todas aquellas hojas del calendario que se han ido cayendo del mismo, dejando tan solo un aroma que se va alejando sin ruido y sin protesta. En ellas me detengo, las rescato y las vuelvo a leer. Yo sé que no son las mismas, y que no pueden ni deben serlo: la historia no se repite; si acaso, se reestrena con papeles distintos, con ropas diferentes y con tonos más cálidos o fríos. Pero hay aromas dulces que avivan el recuerdo y se mezclan con otros con sabor a vinagre. Todos mandan aviso de algo de lo que fueron, son como formas débiles de realidades sólidas más fuertes. Con todos hago un guiso que me sirve y me sacia, que me deja consciente de que soy habitante que quisiera vivir con el pobre y no con la pobreza, con cualquier ciudadano y no con el gentío, que ando en el atardecer de esa ruleta que dicen que es la vida, que yo mismo atardezco sin remedio, mirando con sorpresa el horizonte, cada vez más cercano y menos luminoso. Tengo que confesar que muchas veces me considero intruso en esta vida, como un canto rodado en una esquina, que mira y no comprende muchas cosas, que no quiere acudir a la llamada bulliciosa de los ruidos de fuera, que se esconde en terrenos estrechos, tal vez por timidez, tal vez por desengaño, que a veces se ve envuelto en el desánimo y asentado en la mesa de la sinceridad.
Somos solo pasado en el presente y futuro que aguarda y nunca llega, somos copias continuas de nosotros mismos que se van degradando poco a poco, somos la fugaz belleza de una rosa que se va cultivando con riegos y sequías, que enseña las esencias del aroma y el dolor que provocan las espinas.
Hay que seguir regando con el agua que llega desde el fondo del pasado. Y hay que dejar también que el jardinero se siente a contemplar sus jardines y respire y se deje y se perfume, y se sienta la flor de su cultivo.

lunes, 1 de octubre de 2018

ATANDO CABOS



Habrá que doblar el mapa y gritar que el norte también existe. De él vuelvo contento, después de pasar algunos días en la ciudad de Oviedo. Asuntos familiares me han llevado hasta ese paraíso natural llamado Asturias, a ese vergel siempre verde y limpio en el que Juan Pablo sigue gastando muchos meses dando cuerpo al traspaso de un proyecto informático del que apenas entiendo casi nada. Es igual, poco importa: él sigue a sus asuntos y nosotros únicamente le acompañamos con nuestra presencia. Así recargamos pilas familiares, conocemos los valles y los pueblos, paseamos por la ciudad, cuando esta no duerme la siesta, y vamos viendo pasar el tiempo y tal vez añorando próxima cercanía. Son días que me sacan de la rutina, perezosa y a la vez agradable, en la que me encuentro y me airean la vista y la certeza de que cada vez me encojo más en mi familia y en mi círculo más reducido. Acaso como signo de escepticismo y de desconfianza en demasiadas cosas que por ahí circulan y me rozan.
El caso es que regreso y ya me pongo al día. Estamos en octubre y el verano se alarga, por más que los días se acorten y las mañanas empiecen a sugerir la presencia del frío.
HACE hoy exactamente un año, se vivieron en Cataluña los peores sucesos de todo el período democrático. Y veo que la gente anda de celebración y de protesta en las calles. Los hechos vienen a demostrar que estamos igual o peor que entonces. No tengo madera de gobernante ni sé qué coño encontrarán en el poder los políticos que se agarran a él como si les fuera la vida. Pero, sea como sea, tienen que ejercer o marcharse. Y no lo tienen fácil.
De todo lo que sucedió sigo teniendo medio claras algunas cosas.:
Los gobernantes catalanes dieron un golpe de estado, por más que no hubiera violencia física.
Este hecho acarrea unas consecuencias legales que tienen que determinar los poderes judiciales de acuerdo con la legislación vigente. Ellos y nadie más que ellos, con independencia, sin presiones y lejos de cualquier manifestación verbal de los ciudadanos. A mí, por ejemplo, también me gustaría que los encarcelados no estuvieran en prisión provisional; pero no soy juez ni me corresponde aplicar las leyes.
No tengo nada claro que los ciudadanos lesionados pasaran del millar: no sé dónde están los certificados médicos o atestados que los confirmen. No tengo pruebas para afirmar lo contrario, pero no me creo el relato de los dirigentes catalanes. Ganarían el relato de los hechos con quien lo ganaran, pero no conmigo.
Si la acción de la policía fue desproporcionada, en un estado democrático tiene dos soluciones. La primera es judicial e implica la denuncia de los que mandaron a los policías y la resolución judicial que corresponda. La segunda tiene carácter político y tiene que ver con el aplauso o la reprobación de esos mismos dirigentes en los lugares de representación pública.
La raíz de todo el conflicto -esto sí lo tengo más claro- es de origen político y tiene que ver con el sujeto de soberanía, con el reconocimiento de quién puede decidir y sobre qué puede decidir.
Si el ámbito de decisión es estatal, no entiendo qué impedimento tiene nadie para promover un cambio en la constitución para que ese sujeto pueda ser modificado. Una democracia lo permite perfectamente.
Si se cambiara el sujeto de soberanía, se pondrán a la cola otras comunidades o territorios más pequeños que el total para pedir que a ellos se les concedan los mismos derechos. De otra manera, si solo se concede esta posibilidad a un territorio menor, el efecto de agravio parece más que evidente e invitaría a pensar enseguida en que solo territorios ricos ejercerían tal derecho.
Prefiero que el clima sea más relajado, si es que acaso lo es, como dicen. Pero me pregunto en qué es más relajado. Los sucesos de hoy no confirman precisamente eso.
Finalmente, una observación para el futuro. La buena voluntad del PSOE en este proceso corre un peligro doble. El primero es el de que la falta de avances dé alas a los más radicales y empeore todo el contexto en una marcha atrás irreversible. El segundo es el de morir políticamente en el intento: hay demasiados ejemplos históricos como para pensar en ello. A pesar de mi visión de las cosas, menos me importaría el segundo que el primero.