MI CORAZÓN
Mi corazón es bomba de energía
forrada en terciopelo,
que succiona, bombea sin descanso
y surte los canales subterráneos
que dan vida a mi cuerpo. Por sus cauces
se derraman la esencia y las semillas
que han de dar fruto en todo lo que vive.
Hay años de sequía y temporadas
en las que se desborda y sus crecidas
inundan los terrenos labrantíos.
Si la acequia se atora, las paredes
se estrechan y entorpecen el camino
de ese caudal de fuerza imprescindible
en esa red que riega y que da vida.
Lo mejor es tratarlo con cariño,
no darle sobresaltos ni disgustos
para que no se enfade ni se agite.
Cuando menos lo estemos esperando,
se cansará de sístoles y diástoles,
se dormirá en un sueño repentino
que será al mismo tiempo nuestro sueño.
Él sabe su trabajo y es obrero
sin subidas de sueldo ni convenios,
sin días de vacaciones ni de bajas,
tal vez porque las goza todas juntas
al fin de su jornada de trabajo.
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