jueves, 30 de noviembre de 2017

CRÓNICAS DE URGENCIA. PÁGINA TRES


CRÓNICAS DE URGENCIA. PÁGINA TRES

¿Dónde con mayores ganas?
En la cama.
¿Pero en campo y por la noche?
En el coche.
¿Y después, qué mejor rato?
Un cigarro.
Con buena esa bien se eso
-no se discute el adagio-,
pero entiende que son buenos
cama, coche y buen cigarro.


Gastó de su familia una fortuna
por abrir una tienda en calle larga.
A los seis meses solo las facturas
y las deudas la caja le llenaban.


CATECISMO BONACHÓN EN UN SIMPLE OVILLEJO
¿Una santa devoción?
Comunión.
¿Un rezo en cualquier horario?
El rosario.
¿Un domingo con sonrisa?
Ir a misa.

Si aspiras a ser cristiano
y salvarte a toda prisa,
practica con entusiasmo

comunión, rosario y misa.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

CRÓNICAS DE URGENCIA, PÁGINA DOS



CRÓNICAS DE URGENCIA. PÁGINA DOS

Con rara exactitud, cada mañana
visitaba a la jefa de su banco.
No había remedio al repasar su cuenta:
ni con besos pagaba ningún plazo.


Los meses se marchaban con presteza,
como lo hace la vida a cada instante,
excepto acaso la última semana
cuando era la pensión su fiel rescate.


Era carne en filete de ternera
y rojo solomillo y, al vacío,
jamón en lonchas y de pata negra…
lo que llevaba siempre... su vecino.


El ruido de ascensor siempre sonaba
parándose a la altura de su piso.
En la puerta de enfrente, la vecina  
no guardaba ni un poco de sigilo.


¿Quién se cree mayor que nadie?
El alcalde.
¿Hasta quién nunca yo iré?
Hasta el juez.
¿Quién se inventa la noticia?
El periodista.

Si quieres que no te embista
la vida por todas partes,
haz que tus pasos te aparten

de alcalde, juez, periodistas.

martes, 28 de noviembre de 2017

CRÓNICAS DE URGENCIA. PÁGINA IMPAR


CRÓNICAS DE URGENCIA

El pájaro pinto subía y subía
a ver si en el cielo con Dios se encontraba.
Volaba de noche, volaba de día;
cuanto más arriba, más solo se hallaba.


Virtudes y vicios en un hospital
bailaban buscando curar de su mal.
Se daban la mano, se iban a abrazar;
se calló la música: no sabían bailar.

Vendía palabras en un mercadillo,
mañanas de jueves y de doce a dos.
Las más sustanciosas iban al silencio,

las más imprecisas me las regaló.

lunes, 27 de noviembre de 2017

DE MIS CRÓNICAS DE URGENCIA


DE MIS CRÓNICAS DE URGENCIA

De todos los poemas concebidos
acaso solo un verso permanezca”,
me dijiste pensando en el futuro.
“Me sirve de consuelo y de contento
cuando pienso en los libros que no he escrito”.


Aflige el sentimiento la sequía
y ya no mana el agua de las fuentes.
Tal vez los manantiales están tristes
y no lloran más lágrimas ni limpian
de tanta suciedad los corazones.



El sol se despachaba con la luna:
“Estoy cansado de venir al alba
poniendo buena cara y luz continua
para que luego el cielo se me nuble
triste y lloroso por lo que hace el mundo”.


La luna, sorprendida, le responde:
“Duermes a pierna suelta cada noche
mientras yo me desvelo y en la sombra
contemplo los amores que, furtivos,

no me ofrecen ni vela en ese encuentro”.

sábado, 25 de noviembre de 2017

MANUAL DE ESTILO: BLÁZQUEZ DE PEDRO

            MANUAL DE ESTILO: BLÁZQUEZ DE PEDR
                  (PARA TERMINAR, DE MOMENTO)
Ayer fue el día acordado para la presentación del libro de José María Blázquez de Pedro, tejido y compuesto por Ignacio C. Soriano y Miguel Íñiguez. El lugar fue el Casino Obrero.
Con Ignacio me cité a eso de las seis y media. Charlamos un rato para configurar y darle cuerpo a la presentación. Tan solo hicieron falta unos minutos. Después paseamos por la calle Mayor y nos acercamos hasta el lugar en el que el anarquista tuvo su librería, La Racional, junto a los Portales de Pizarro. En charla tranquila volvimos hasta el Obrero, con Antonio Avilés y Manolo Casadiego, y allí desarrollamos la velada. Ignacio y Miguel han escrito un libro denso y muy bien distribuido con los datos vitales y las ideas esenciales de Blázquez de Pedro. A los demás lo que nos queda es darles las gracias y disfrutarlo. Ignacio se dejó llevar por mi guion y aquello creo que resultó saludable y provechoso.
Para cerrar este corto ciclo de aproximación a Blázquez de Pedro, copiaré otro de sus artículos esenciales. Lo escribió ya en Panamá, en El Caballero Andante, una más de sus aventuras periodísticas. Sus objetivos e ideales de propaganda quedan muy claros. Tenía 43 años.
“Nuestras bases ideológicas:
Aspiramos a la Fraternidad Universal, sin amos y sin fronteras.
Ser bueno vale más que ser sabio. Para nosotros, la suprema sabiduría es la bondad.
No tememos a nada ni a nadie. Obrar pensando en castigos y en premios ulteriores, lo consideramos inmoral y encadenador. Laboramos, sobre todo, por el placer de laborar. Amamos el bien por ser el bien, y nada más.
Buscaremos todos los fondos, a través de todas las formas.
En los sustancial, somos egoístas como todo ser viviente; pero nos esforzamos por que nuestro egoísmo no choque, sino que armonice, con el egoísmo de los demás.
Queremos que todo el mundo produzca en la medida de sus potencias, y que todo el mundo consuma y goce según sus necesidades y gustos.
Seremos defensores denodados de la mujer, víctima todavía de numerosas preocupaciones propias, de abundantes injusticias sociales y del imperialismo del varón.
El estudio atento de la realidad nos ha hecho deterministas. Por eso llamamos irresponsables a los llamados delincuentes, en la firmeza de que todos son frutos del desorden social que se atreve a titularse orden. Los tenidos por malos no lo serían si se les diesen medios para evitarlo.
Para juzgar y estimar a las personas, no miraremos el color de su piel; nos atenemos a la nobleza de sus sentimientos y a la elevación de sus ideas.
Sin libertad, no estimamos completa ninguna ventura.
Cuanto más desdichado es un ser, más conmiseración nos infunde. Todos los caídos, todos los que sufren son nuestros hermanos.
Lo discutiremos todo, pero siempre con razones. No porfiaremos nunca. No publicaremos ningún escrito que contenga injurias contra cualquiera, por más que se nos pagase cada línea con un puñado de oro.
De los artículos firmados serán responsables sus autores. De todo escrito que no tenga firma, responderá el Director. No aceptamos más colaboración que la solicitada expresamente por nosotros”.

Y con esta carpetilla, al rincón de pensar.

viernes, 24 de noviembre de 2017

DESIGUALDAD


Cualquier cúmulo de datos debe seguir un proceso para que resulte útil. Lo primero es su descripción correcta; después debe llegar una interpretación serena y razonada; y el final apunta siempre a la aplicación en la vida de las consecuencias que se hayan extraído. Por eso, una imagen de datos aislada puede resultar impactante, pero no termina diciendo demasiado si no es bien interpretada. Mucho más valor tienen las tendencias porque esas sí que indican una base duradera y una inclinación más real.
Se suceden con harta frecuencia las noticias, las estadísticas, los informes y los análisis que nos indican que la desigualdad en España es una de las más altas de Europa. No se trata, por tanto, de unos datos aislados sino de una tendencia y de una realidad irrefutable. Dichos estudios suelen mostrar como índices analizados asuntos generales que, a los de a pie, pueden parecernos lejanos y que no nos atañen. Es evidente que esa percepción es falsa; pero, por si acaso, no tenemos más que trasladarlos a nuestra proximidad para comprobar que tales desigualdades se cumplen dolorosamente. (Aquí un poco de tiempo para imaginar y convencerse de ello).
En muchas ocasiones he afirmado que la justicia tiene, hasta en su definición, mucho de relativo y de comparación, de relación entre los miembros de la comunidad, de proximidad en igualdad de oportunidades. Pondré de nuevo un ejemplo grueso pero espero que didáctico. Si un vecino posee tres lavadoras y el de al lado solo dos, es muy posible que pensemos que a ambos les sobran lavadoras, pero, incluso en esa situación, se produce un acto de injusticia y de desigualdad si no se justifica por qué uno posee una lavadora más que el otro. La justicia es comparación y proximidad en las oportunidades. Si uno no se convence con este ejemplo límite, busque por ahí y compare lo que les sobra a unos y lo que les falta a otros.
La falta de igualdad desencadena un torrente de situaciones que resultan rechazables. En educación, en sanidad, en ocio, en viviendas, en proyectos de vida, en… Y lo que no es menos importante, en todo aquello que afecta a los sentimientos y a las relaciones emocionales de las personas, consigo mismas y con los demás. ¿Qué entusiasmo se les puede pedir a aquellos que se sienten discriminados en salarios y en tratos por la sociedad en la que viven? ¿No fomentan las desigualdades la cultura del sálvese quien pueda y el egoísmo general?
La proximidad en medios y en oportunidades no solo genera igualdad teórica sino real, crea riqueza, enciende el entusiasmo, anima el progreso y anima a creer en la comunidad.
Por la disminución de la desigualdad sí que merece la pena luchar y entusiasmarse, colaborar y organizarse. Tal vez algo más que por esos otros símbolos por los que fanatizamos nuestras fuerzas y cegamos nuestra razón. ¿Alguien se imagina, por ejemplo, toda la energía del proceso catalán puesta al servicio de la lucha por la igualdad en vez de al mandato y a la sumisión ciega de esa cosa llamada nación o pueblo, que yo cada vez sé menos qué pueda ser? Estoy viendo manifestaciones con cientos de miles de personas gritando por la igualdad y ondeando banderas de solidaridad. Y me emociono.

Pero despierto y no veo nada de lo que imaginaba. Menos mal que el cielo llora con la lluvia y yo me pongo contento con esas gotas que tanto deseaba.

jueves, 23 de noviembre de 2017

PERIODISTA SIN FRONTERAS


PERIODISTA SIN FRONTERAS

In principio erat verbum.
En principio era el verbo luminoso,
mas luego llegó el caos descontrolado.
Tan solo era una fecha que mediaba
entre ausencia de líquido espumoso
y una  cabal e inmensa borrachera.

Aún a estas horas sigue sopesando
cuál de los dos estados le conviene.



Era un continuo y tenso desafío
entre Dios y aquel hombre testarudo.
No terminaba el cielo de mostrarse
ni el hombre se ocupaba de buscarlo.
¿Por qué ese dios eterno y sedentario
no sale a los caminos y se agota
hasta encontrar al terco y torpe hombre?
¿Será porque le sobra todo el tiempo?
¡Pero están condenados a encontrarse!


Cuando Dios, por soberbio, fue expulsado
de su estancia feliz del paraíso,
perdió razón de ser la burocracia
celeste y, al momento,
los ángeles, los santos y demonios
volvieron a su sitio de costumbre.

Las colas y estadísticas del paro

sufrieron las terribles consecuencias.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

TRES CRÓNICAS DE URGENCIA


TRES CRÓNICAS DE URGENCIA

Si el nacer es llorar a grito limpio,
¿se puede averiguar cuál es la causa?
¿Será por lo que aguarda en el futuro?
¿Será por lo que queda allá en el útero?
La solución se escribe con la muerte.

Persiguen pensamientos como peces
y ejercen su trabajo con cuidado,
no siendo que la caña los arrastre
hacia el fondo del mar de las tormentas
y terminen ahogándose en sus olas.
¡Quién sabe lo que guardan en su seno!

Buscando la belleza más rotunda
y la verdad que aspira a lo absoluto,
terminaron ahítos de la espera

y jugando a verdades más pequeñas.

martes, 21 de noviembre de 2017

CONSENTIR


Se juzga estos días a un grupo de desaprensivos que, “en manada”, violaron a una chica en Pamplona, durante los Sanfermines. Juicios de este tipo se producen casi a diario, aunque este se ha convertido en símbolo de un hecho que resulta más complejo de lo que pueda parecer. La mejor prueba de ello es que se repite tozudamente, por más que lleve aparejada una condena pública cada día más agria y general.
Si no jerarquizamos ideas y admitimos la causalidad múltiple, tengo para mí que no lograremos eliminar esta lacra de nuestra sociedad y seguiremos de lamento en lamento hasta la derrota final.
Algo debería quedar claro para todos como punto de partida: cuando un ser humano (mujer u hombre, tanto da) rechaza relaciones sexuales, no hay ninguna otra razón que añadir. Cualquier ser humano tiene que ser dueño de su cuerpo y de su voluntad. Sin esta idea diáfana como el sol de mediodía, lo demás carece de sentido y no merece la pena continuar con ningún argumento.
Pero en las relaciones humanas intervienen numerosas variables. Algo tendrán que decir la educación, la escala de valores, los instintos biológicos, los prejuicios religiosos y culturales, las costumbres comunitarias… Muchos elementos como para despachar esto en un renglón. Un ejemplo para enredar en el caso que nos ocupa, y siempre dejando claro el principio expuesto más arriba: ¿qué hacen miles de personas hacinadas en una plaza de dimensiones reducidas, empujadas a la bebida y al jolgorio incontrolado? Pues esto lo favorecen los mismos que luego se llevan las manos a la cabeza.
Por si el asunto no tuviera pocos cabos, los abogados defensores -qué labor la de un abogado defendiendo a alguien que sabe culpable y aportando argumentos que sabe fallidos y mentirosos- aducen que la violada fue “consentidora” de los hechos. ¿Qué querrán decir con eso de “consentidora”? Supongo que se agarrarán al diccionario: “que consiente que se haga algo, debiendo y pudiendo estorbarlo”. Vamos que, a la pobre muchacha, no se le ocurrió coger el zapato y empezar a mamporrazo limpio, y por ahí la han pillado.
Qué barbaridad. Y lo mismo hasta el juez tiene que darles parte de razón.
Otra vez la pobreza de todas las palabras. Se nos olvida partir del criterio etimológico y así nos va. Consentir es la suma de CUM y SENTIRE, o sea, sentir en común la misma cosa, compartir el sentimiento y la sensación. Y ya me dirán ustedes si esa sensación compartida la podemos imaginar siquiera en los de la manada y en la agredida. No se trata, por tanto, de una actitud pasiva sino de un sentimiento positivo, querido y agradable. Y ya no es necesario ni ser más explícitos ni continuar con el razonamiento.

Tal vez algún esfuerzo en el conocimiento y en el uso algo más preciso de la lengua nos ahorraría algún disgusto. Y el reduccionismo en el mundo de las relaciones sexuales acaso también.

lunes, 20 de noviembre de 2017

POR UN NIÑO CUALQUIERA


Es verdad que cada día tiene su afán y que cada hora nos llama con su voz particular. No puede ni debe ser de otra manera. Lo contrario sería una mezcla incontrolable de llamadas y de ansias. Por eso jerarquizar -sabiendo que sigue existiendo también todo aquello que no elevamos a primer plano- resulta fundamental. Y acaso también por ello la comunidad internacional señala y particulariza celebraciones a diario.
Me entero por los medios de comunicación de que hoy se celebra el Día Universal del Niño. Y ya me encojo y me retiro a sus imágenes y a sus sensaciones. Ayer pasé el día con mis dos nietos en Ávila. Allí estaban también mis hijos. Estábamos todos. Y estábamos en esa sensación placentera de que no falta nada y de que todo está bien hecho y en su sitio. Algo que debe de parecerse a eso que llamamos felicidad. Sé muy bien que siguen existiendo los demás, pero tienen que perdonarme si los dejo un poco al lado, porque no me caben en esa primerísima línea de los afectos.
Por la tarde paseé y jugué con Rubén, le hice mil cosquillas, le di más de mil besos, lo abracé hasta hacerle daño…, y él sonreía con cara de pillo y de felicidad. Rubén tiene tres años y empieza a despertarse ante la vida.
Sara es una niña especial. Tiene ocho años y ya razona y anda entre los gustos del niño y los deseos de quien tiene todo el mundo por delante y no quiere perderse ni un minuto de él. Después de muchas cosas y de más risas, se fue a bailar zumba durante hora y media. A Sara le da igual lo que le pongan por delante, se apunta a un bombardeo y todo lo hace con entusiasmo. Yo la vi bailar con su padre al lado y con los ojos como platos de Rubén, que también quería imitarlos desde las gradas.
Los niños son esponjas que absorben toda el agua que les llueve encima. Pero están indefensos  y no tienen paraguas con el que protegerse cuando esa lluvia cala hasta los huesos y anuncia un buen catarro. Por eso es tan importante saberlos proteger y orientar sus pasos y sus acciones en un sentido bueno y positivo. Es evidente que los primeros años de sus vidas son esenciales para la constitución posterior; sin embargo, todas las edades resultan vulnerables y no todos tenemos la misma capacidad para mirar las cosas con cautela y decidir después según nuestra conciencia.
No puedo ni imaginar a ninguno de mis nietos vejado o humillado, maltratado o aislado del amor de los suyos ni de la solidaridad de todos los demás. No sé cómo podría responder, pero sospecho que no demasiado bien. Las imágenes de esas situaciones, no obstante, se repiten a diario: guerras, violaciones, aislamientos, rechazos, abandonos, malnutriciones…, falta de COM-PASIÓN, al fin y al cabo, en todas sus variables.

Desde la proximidad y por lo que más de cerca me toca, aunque solo sea por egoísmo, hoy levanto la imagen de un niño, de cualquiera, y le muestro mis brazos por si quiere tomarlos y sentirse querido. 

sábado, 18 de noviembre de 2017

ASUNTOS LOCALES


Diversas circunstancias me han llevado a la relectura de una novela que tenía guardada en una habitación perdida de la memoria. En otro contexto la utilicé para algún asunto mitad personal, mitad protocolario. Se trata de la novela Rincón de provincia, de la que es autor el bejarano Emilio Muñoz, de la saga de los hermanos Muñoz, para mí el que, de todos ellos, escribía con más fina pluma.
La novela se publicó en la editorial Juventud, Barcelona, marzo de 1935 .Pero su ambientación recoge los postreros años del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX. Según me parece, no posee un valor literario muy crecido si se lee con ojos del siglo XXI. Aunque, cada obra hay que verla en los contextos en los que se fraguó si no queremos desvirtuarla y distorsionarla. En todo caso, esto refleja solo una parte de sus contenidos. Porque otra parte no menos importante es la que tiene que ver con los elementos que la componen. Y aquí se vuelve extraordinariamente descriptiva y hasta premonitoria de los tiempos futuros. Hasta el punto de que la considero la novela de Béjar. Son sus lugares, sus gentes y sus inquietudes los que ambientan todo el proceso. Y su aparición en la obra es de tal fidelidad, que parece más una fotografía que un producto de la imaginación del escritor. Por más que haya pasado un siglo largo desde su alzamiento a la obra literaria. Ya tuve ocasión de repasar estos lugares hace años, y tendré de nuevo oportunidad de hacerlo dentro de unos días.
Hoy solo quiero recoger, por su visión de futuro, algunas frases de uno de sus dos protagonistas, que resulta ser trasunto del autor. En algún momento del final de la obra dice Tebita esto:
“Tampoco miro yo el porvenir (de la industria textil) con mucha confianza. En esta como en otras industrias, se está produciendo demasiado y ha de venir después la fatal depresión (…). El día en que a un ministro se le antoje cambiar, como ya se ha dicho, el paño azul por otro que forzosamente ha de ser de distinto color, menos visible y menos fino, como lo es en los demás ejércitos, y se centralicen las compras que ahora realizan los Cuerpos separadamente, Téjar (es el nombre novelístico de Béjar) luchará con la temible competencia, no solo de Cataluña, sino de otros núcleos semirrurales más retrasados y pequeños, pero capaces de producir el género nuevo con mano de obra menos costosa”.
Y después: “No sé, pero lo que hay que buscar aquí son rutas nuevas, sin quedar a merced de un solo cliente, más peligroso cuanto más importante, que puede fallar cualquier día. Hay quien pone su esperanza en el veraneo, que aquí tiene tanta razón de ser y que aumenta visiblemente, pero esto nunca pasará de ser una ayuda secundaria.
¿Y si tuviéramos estambre?
La gran lástima es que no la tengamos ya hace tiempo, porque eso no se improvisa (…); pero más valdría tarde que nunca, máxime cuando en Téjar se lavan y se peinan lanas para la exportación en cantidad enorme. Pero esta empresa exige instalaciones muy costosas y habría de ser la obra de todos, agrupados para crearla y para sostenerla, y tendría que ser cogida con fe…”
Y en otro momento, hablando de diversos tipos de telas y capas: “Tienes razón y ya te pediré a su tiempo un trozo de este (tipo de tela) y de otros, con destino al Museo de la Industria que es preciso fundar…”
Tres ejemplos en dos intervenciones: la cíclica decadencia de la industria textil, con sus causas y consecuencias; la diversificación de actividades, con el apunte del turismo; y la ilusión del museo textil.

De esto hace unos cien años. ¿No suena esto a cualquier desahogo de ahora mismo?

viernes, 17 de noviembre de 2017

PAISAJE



PAISAJE

Este sol que se empeña, testarudo,
en ser dueño y señor de nuestras tardes,
cuando noviembre mira sorprendido
las copas amarillas y los cauces
sedientos de los ríos y los valles.

La savia sigue en pie, sus amarillos
se niegan a volar, pasto del suelo.
Todo brilla en la tarde, pero el agua
no llega y hay un canto perezoso
como plegaria seca desde el aire.

Ha de morir noviembre,
y ha de morir llorando,
con agua de alegría o con la pena
de lágrimas azules si la lluvia falta.


Sigo mirando atento el horizonte.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

PRONÓSTICOS


No son los del tiempo. Esos andan más claros estos días. Por desgracia, no hay perspectivas de cambio inmediato y la sequía nos seguirá agobiando hasta que algún día los cielos se desborden y nos aneguen con la abundancia de las lluvias. Ojalá que sea pronto, porque esto sí que es una desgracia para todos, sobre todo para los seres humanos.
Pero el pronóstico hoy va de sociedad y de política, de lo que presumiblemente puede suceder en esta vieja piel de toro. Las aguas (ahora solo es expresión recurrente) andan revueltas, siguen casi desbordadas, a pesar de que los destructores de presas parecen algo más tranquilos y con los humos más reposados. Veremos qué sucederá el próximo día 21D en las elecciones catalanas.
Pero suceda lo que suceda, la enfermedad larvada seguirá ahí y habrá que bizmar al enfermo, ponerle emplastos y recetarle aspirinas para que no se nos ponga peor y vuelva a la tos crónica. Lo malo es que, como se dice en estas tierras, hay andancio, o sea, la gripe está extendida y alcanza a todas las familias. No hay más que echar una ojeada y se verá que, a día de hoy, es políticamente incorrecto plantear ningún movimiento legal que implique cualquier tipo de recentralización; de tal manera que aquel que hable y no dé por descontado que solo es bueno aquello que contribuya a la descentralización y al centrifugado es tildado de retrógrado y de poco menos que tribal.
La verdad que los antecedentes políticos de la dictadura ayudan muy poco a esta defensa. La actitud vociferante y semiviolenta de algunas minorías extremistas tampoco favorecen nada la exposición de motivos y razones, porque ellos no cuelen precisamente exponerlos. Pero me parece -y ahí va el pronóstico- que se van a alzar voces serenas y razonadas en defensa de esa recentralización como forma de mayor igualdad y justicia social. Y tal vez sea desde sectores de la izquierda -ahí están ya los casos de Paco Frutos y de Borrell en Barcelona-, esa que tanto se ha dejado llevar por las pulsiones nacionalistas en los últimos 40 años, desde donde se volverá a poner el grito en el cielo por la falta de operatividad de tanto grupo aislado y tanto reino de taifa.
Yo personalmente lo tengo poco claro. Me reconozco bastante jacobino, pero no por banderas ni patrias, sino porque no tengo del todo claro que la dispersión sea lo que más favorece al ciudadano de a pie. En todo caso, estoy dispuesto a dejarme convencer con ideas y razonamientos; en ningún caso con voces, ensueños ni con ideas preconcebidas. Porque si la descentralización, la nación de naciones, eso de los pueblos (que yo no sé lo que es, y que me aterra pensar lo que sea)… y no sé cuántas cosas más son beneficiosas para el ciudadano normal, entonces ancha es Castilla y sean bienvenidas naciones, autonomías, regiones, provincias, pueblos, barrios y personas. Me convertiré en federalista, confederalista, regional, provincial, aldeano, activista de barrio y hasta adalid de la independencia personal. Y no me valdrán medias tintas ni calentarme al sol que más calienta con tal de complacer gustos imprecisos y poco racionales. Si es bueno, a por ello y hasta el final.
Porque las emociones son mías, esas sí que son mías y nada más que mías.
En fin, que, de momento, me conformaría con que a nadie se le escupiera si serena y razonadamente expone la simple posibilidad de retraer las administraciones en beneficio (o perjuicio, ahí entrarían los razonamientos) del ciudadano, de cualquier ciudadano, con independencia del lugar en el que habita y consume su vida.

Y luego ya, si eso, para otro rato, eso de las patrias, las banderas, las naciones, los pueblos, las tribus y los pueblos elegidos y especiales. Luego ya, si acaso.

martes, 14 de noviembre de 2017

AMANUENSE


AMANUENSE

La muerte pasa a limpio
las páginas oscuras de la vida.

Lo malo es que en el libro que ella edita
no hay más color que negro y no se sabe
dónde se halla el final, ni el acabose
de imprimir, ni la fecha que anuncie
una nueva edición en la que el índice

no sea un simple borrón de tinta china.

lunes, 13 de noviembre de 2017

MI TESTAMENTO: BLÁZQUEZ DE PEDRO


Con el ánimo de dar voz a este bejarano intrépido y especial, y por si el texto sirve para reflexionar, copio otro de sus artículos más decididos. A la sazón, estaba en la Cárcel Modelo de Madrid, tenía 29 años y en él se había encendido ardorosamente el fuego anarquista. No se templarían mucho sus posturas. Murió en Cuba cuando tenía 52 años.
“MI TESTAMENTO:
Por si hubiera que hacerlo constar en alguna ocasión, o por si los esbirros de cualquier autoridad me quitasen la vida en la hora más inopinada, voy a hacer declaración a modo de testamento, aunque soy joven, me siento vigoroso y no pienso morir por ahora. Y lo hago por impulsos naturales y libérrimos de mi voluntad y de mi conciencia. Conste así.
Las declaraciones son: No creo en ningún dios, execro las fronteras y las patrias, huyo de amos y de señores, y soy enemigo franco y pertinaz de todas las religiones, y más especialmente de la católica.
Reniego del agua con que me bautizaron, de las veces que me arrodillé, hecho un bestia, ante un hombre más imperfecto que yo, para contarle mis procederes, y de las hostias que me tragué en el supuesto de que eran cosa de un dios.
No quiero, cuando me muera,  responso, letanías, cirios, aguas benditas, ungüentos ni cosa alguna que huela a reacción, a rutina, a dogma, a iglesia y a estupidez.
Ambiciono ardientemente que me den sepultura en cualquier sitio, menos en el cementerio de los curas.
Deseo con vehementes ansias que ninguno de los seres que me quieran enlute su cuerpo, invierta lágrimas de rúbrica por mi defunción.
Soy eterno combatidor de las leyes escritas y de las autoridades impuestas.
Me hallo el más feliz de los mortales desde que vivo sin religión, sin dogma, sin ley, sin respeto a ningún gobernante.
Creo que me honra mucho quien me llame ateo, impío, hereje, racionalista, exaltado, rebelde, sacrílego, blasfemo, satán y revolucionario.
Quiero unirme a una mujer o varias sin más lazo que el del amor.
Lucho y lucharé por que toda la Humanidad trabaje en la misma proporción y sea totalmente feliz acabando para siempre con privilegios, monopolios, injusticias, propiedades privadas, capitalismos, explotaciones, asalariamientos, asesinatos, iniquidades, tiranías y despotismos.
Considero una de las mayores y más placenteras glorias de mi vida el haber sido excomulgado por el obispo de Plasencia, Pericón Casas y Souto, tanto que deseo vivamente ser excomulgado algunas veces más, cientos siquiera.
Opino sería muy conveniente que todos los hombres emancipados, que tuvieron la desgracia de recibir una educación religiosa, hicieran semejantes declaraciones. Así podría saberse si el pueblo español es descreído o creyente, como se empeñan en hacernos tragar”.
(Cárcel Modelo, Madrid. El Rebelde, núm. 26, 16 de junio de 1904).

El análisis y las concordancias o discrepancias, para una conversación serena y con viandas.

viernes, 10 de noviembre de 2017

AMOR Y VIDA: BLÁZQUEZ DE PEDRO


Que el ser humano llega a la vida sin conciencia de las imposiciones que le aguardan parece una evidencia; que ordenar la vida supone encauzar esas imposiciones (familiares, sociales, económica, políticas, religiosas…) tampoco parece que se pueda discutir; que existen muchas formas de encauzar esas imposiciones resulta irrebatible… Al fin y al cabo, es la vida, ese trocito de espacio y tiempo que se nos ha concedido y que ni siquiera sabemos si es solo individual o colectivo.
A José María Blázquez de Pedro no se le conocen relaciones amorosas estables. ¿Será su manera de entender el amor lo que se lo impidió? ¿Será tal vez la falta de esa relación la que le facilitó la manera de entender ese amor? ¿Interfieren ambas cosas?
Sirva solo de pretexto y de brevísima introducción para darle la palabra y que se exprese. A partir de aquí, cada uno se hará su composición de lugar.
Desde la Cárcel Modelo de Madrid, escribía este texto parA El Rebelde, en junio de 1904: VIDA: “Ven amada mía; ven, mujer exuberante y hermosa; ven, manantial fecundo de la primogenitura humana; ven, fuente abundosa del placer y de la dicha. Ven, ven a mis brazos. Ven, ven…
Quiero gozar, quiero reír, quiero amar, quiero procrear contigo. Quiero percatarme del respirar anheloso de tu pecho y del latir acelerado de tu corazón. Quiero entrelazar apretadamente mis brazos contra los tuyos. Quiero besarte mucho, mucho, con pasión de llama consumidora, con dulzura de murmuriente ritmosidad, con exquisiteces de plácida ternura, con sacudimientos de espasmódicos arrebatos. Quiero morderte los incitadores y lujuriantes labios, quiero paladear tu lengua, quiero apretar mi cara contra la tuya. Quiero que tus carnes, ahítas de belleza, pletóricas de gozos, saturadas de vigor, repletas de finura y rezumantes de vida, se besuqueen con las mías en frenético, bullente y desenfrenado voluptuosismo. Quiero hociquear en el surco adormecido de tus pechos robustos y turgentes. Quiero palpar las morbideces irreprochables de tus caderas y de tus hombros. Quiero sentir en mis espaldas el contacto escalofriante de tus manos tibias. Quiero refocilarme con el frescor de la brisa que se cuela por entre nuestras carnes conjuncionadas. Quiero aspirar con ansia el ardoroso perfume carnal que borbotea invisible de tu cuerpo gallardo. Quiero gozarte intensamente, extensamente, plenamente, saciadamente. Quiero verter con prodigalidad el germen de la vida en tu cuenca receptiva y fecunda de la maternidad. Quiero gastarme, derretirme, agotarme, consumirme en gozar contigo, al generar más vida. Quiero destrozar mi existencia en hacer surgir otras y otras existencias. Quiero descomponer mi ser para formar otros y otros seres. Quiero morir gozándote y creando vida. Quiero reír, quiero amar…
No te detengas, no dudes, no vaciles. Deprecia compasivamente a los mamarrachos que se atrevan a censurarte.
Sé despreocupada, sé valiente y no busques al unirte al hombre más vínculo que el del amor. Entona un canto libre a la vida, sin temor a nada ni a nadie. Natura, tu madre y receptora, así lo ordena. Desatiende al cura y al juez que se obstinan en sacarte el dinero, echando ridículas bendiciones sobre tu unión, como también a la sociedad injusta, corrompida y deformada que te censura por ser libertaria y digna. Canta, canta a la vida con libertad.
Atiende a Natura que ordena y santifica tan grandioso canto. Ven, ven a mis brazos, ven, ven… Goza, ríe, ama…
Ya viniste. Triunfó Natura. Gocemos y gocemos hasta aniquilarnos para crear vida”.
El contexto real es el de una respuesta a carta de una mujer bejarana, casada pero enamorada del anarquista. Pero esto, salvando el morbo, poco importa. Interesa más la concepción que Blázquez de Pedro tiene del desarrollo del amor en el ser humano, también del amor sexual. Y aún más, tal vez, el valor literario del texto.

Entre esta concepción y la de la represión social continua, ¿cuál es la recomendable? A pensar al rincón.

jueves, 9 de noviembre de 2017

REDESCUBRIENDO UN TESORO


Hace ya bastantes años, cayó en mis manos -por cortesía de un buscador ratón de biblioteca- la fotocopia de una revista publicada en Béjar hace un siglo. Era época de agitación de ideas, de páginas y de personas que tenían mucho que decir desde y en la ciudad estrecha.
Había oído hablar de él pero nunca lo había encarado de manera directa. Era, y es y será, un personaje singular y muy llamativo. Su nombre es José Carmelo Blázquez de Pedro, más conocido por José María Blázquez de Pedro. Me acerqué con curiosidad a los números del periódico-revista Cultura y Tolerancia. Y descubrí, en cuanto abrí la ventana de sus páginas, la existencia de un ser excepcional. Amante de su familia, religioso primero y anticlerical más tarde, anarquista progresivo, agitador cultural, replicante irredento, provocador social, idealista infinito… y mil cosas más que me lo dejaron como una de las personas que merece la pena conocer y con las que es delicioso intercambiar ideas.
Por diversas razones, me olvidé un poco de él. Tampoco había demasiadas pistas para seguirle ni textos a los que acudir. No los había o yo no los conocía. Después, algunas citas concretas, varias alusiones indirectas y no mucho más.
Hoy -ayer- llega a mis manos un trabajo serio y concienzudo (350 páginas más cuadernillo) que rastrea la personalidad y la obra de este bejarano exento, único y, como tantos otros, casi desconocido por casi todos. Ni ha sido ni será seguramente políticamente correcto; por lo tanto, no interesa. Me apresuro con avidez a conocerlo algo más. Su personalidad y, sobre todo, sus textos. En ellos y en ellas están sus ideas. Pronto presentaré este libro e incitaré como mejor sepa a que otros lo conozcan también. Ando en sus páginas y cada línea es un gozo.
Una pequeña muestra. En un discurso a los obreros bejaranos, los anima a luchar por el horario de ocho horas y predica no a favor del trabajo y de los horarios interminables sino para entender el valor del tiempo libre y la dedicación de cada ser a sí mismo y no a la satisfacción de necesidades impuestas por los poderosos. Esto dice en el discurso: “Lo honroso, lo enorgulleciente, lo humano, lo natural, lo bueno, lo justo y lo bello es ser libres, es sentirse contentos, es hallarse dignificados es disfrutar de todo lo existente en igual proporción que los demás, es vivir cada cual su propia e independiente vida, en lugar de arrastrarse  de modo triste y miserable y supeditarla inútilmente al mango de una herramienta.
La culpa de todo esto -me diréis- no es nuestra, sino de la religión, que nos bestializa y degrada desde la niñez; del capital, que nos estruja sin conciencia y no nos deja el tiempo indispensable para sentir, observar, pensar y darnos clara cuenta de nuestro lamentable estado; y de la autoridad, que nos oprime, violenta, aprisiona y mata”.

Buenas palabras para una discusión seria y con dinamita. Quizás para después del fútbol. Cachis.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

ALBATROS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA


ALBATROS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA

Las alas desplegadas cara al viento,
señor de las tormentas, soberano
del mar y de los cielos, el albatros
es viajero alado casi siempre.
Vuela en lo alto del aire, se divierte,
juega a calmar las aguas y las calma
cuando planea majestuoso y lento,
príncipe de las nubes en su vuelo.

Mas, cuando vuelve a tierra, su presencia
se torna ordinariez, torpeza, desaliño,
se ríe de su presencia el marinero
y es otro su valor y su apariencia.

Es solo en las alturas
donde muestra su faz majestuosa.

Así también la luz que da cobijo
a la voz del poeta y lo convierte
en albatros del mundo imaginado
cuando vuela otros mares y otros cielos
y hace vivir los sueños y la nada.

También ha de volver a ras de tierra
y hacerse con los mandos de la vida,
esa vida sencilla y ordinaria
que lo iguala con todos los que pisan
la piel de las aceras.

Albatros cual poetas en el cielo;

poetas como albatros en la tierra.

martes, 7 de noviembre de 2017

¿EGREGIO O TIPO LLANO?


Palabras de Ortega, en su obra “La deshumanización del arte”: La poesía tiene que ser poesía pura, libre de implicación sentimental. El arte es un juego, es algo completamente intrascendente. Ese es el nuevo arte: ¡un deporte! ¡Una inyección de juventud deportiva! ¡La poesía es hoy el álgebra superior de las metáforas! El arte nuevo tiene que crear un nuevo público, un público artístico, que sea capaz de entenderlo como tal arte. El arte nuevo rechaza a la masa, que siempre corre a revolcarse en la realidad humana sin ver lo artístico. Hay que saber mirar el cristal, en lugar de mirar el jardín que hay al otro lado de la ventana. Hoy día, en la era del velocípedo y el cinematógrafo, la vanguardia es un arte impopular, un arte que solo se dirige a los que son capaces de entenderlo: los egregios.

Neruda en su “Manifiesto para una poesía impura”, en Caballo verde para la poesía: “Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y azucena, salpicada por las diversas profesiones que se ejercen fuera y dentro de la ley. Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos”.
Y por los mismos años, Vallejo: “Un hombre pasa con un pan al hombro, / ¿Voy a escribir, después, sobre mi doble? / Otro se sienta, ráscase; extrae un piojo de su axila, mátalo. / ¿Con qué valor hablar del psicoanálisis? / Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano. / ¿Hablar luego de Sócrates al médico? / Un cojo pasa dando el brazo a un niño. / ¿Voy después a leer a André Breton? / Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre. / ¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo? / Otro busca en el fango huesos, cáscaras. / ¿Cómo escribir después del infinito? / Un albañil cae de un techo, muere, y ya no almuerza. / ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora? / Un comerciante roba un gramo en el peso al cliente. / ¿Hablar después de cuarta dimensión? / Un banquero falsea su balance. / ¿Con qué cara llorar en el teatro? / Un paria duerme con el pie a la espalda. / ¿Hablar después a nadie de Picasso? / Alguien va en un entierro sollozando. / ¿Cómo luego ingresar en la Academia? / Alguien limpia un fúsil en su cocina. / ¿Con qué valor hablar del más allá? / Alguien pasa contando con sus dedos. / ¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?”.
Y así siempre. O casi siempre. El creador confuso y sin saber a qué carta quedarse, en qué cesto poner los huevos o a qué número jugarse las apuestas. Y no se trata solo de apuntarse a la moda ni al sol que más calienta. No, no es solo cosa de triunfos, sino de actitud personal, de honestidad, de concepción vital. Los parámetros del arte, las consecuencias del arte, las implicaciones y los contextos del arte.
¿Poesía pura? ¿Poesía impura? ¿La deshumanización del arte que proclamaba Ortega, o la implicación hasta las trancas en los hechos sociales, en sus asuntos y en sus niveles formales?
Hoy he traído tres ejemplos de hace un siglo. El combate se hace eterno y se repite siempre. Cada generación. Cada autor. Cada obra. Tal vez cada poema.

Parece evidente que las imágenes y metáforas de la poesía comprometida envejecen antes. Un repaso rápido a lo traído arriba lo confirma- ¿Y qué?, diría el autor. Y tal vez yo con él. La renovación de esa poesía y la insistencia en ella tiene un camino aparentemente más sencillo; pero también más auténtico y emocional. Siempre queda la duda entre ser “egregio” o tipo llano. Cada cual sabrá lo que tiene que hacer.

lunes, 6 de noviembre de 2017

LA CADENA TRÓFICA LITERARIA


De vez en cuando caen en mis manos libros que se atreven con la demolición del hecho literario, con la risa literaria del mundo idealizado y fantasioso en el que tantos se instalan, seguro que para mantener ese mundo en el misterio y en la bruma que tan misericordiosa es con todos los que en ella se quieren refugiar.
Yo creo que puedo afirmar que he vivido casi toda mi vida al lado o en el interior del mundo de la creación literaria: lectura, enseñanza, creación, conferencias, análisis… Tal vez debería callarme y no agitar el panorama más de la cuenta, por la lluvia que me pueda caer encima. Tengo una ventaja que me ayuda: me gusta mucho la desmitificación y siempre la he defendido, no necesito cambiar el registro ni impostar nada para opinar acerca de este mundo. Y, a pesar de que me gusta la desmitificación, creo que la creación sigue siendo privilegio de pequeños dioses; o mejor, momentos especiales que sitúan al creador en un estadio único. Pero nada debería dejarlo allí para siempre; lo mejor es que, una vez producida la creación, se baje del pedestal y se vuelva a la vida con naturalidad, sin sentirse tocado por ninguna varita mágica ni creerse portadore de ningún don divino.
Lo que más me molesta de todo este mundo es que, en el fondo, las peleas se producen por un sencillo plato de lentejas, por unos minutos de vanidad o por una simple cerveza (a veces hasta sin alcohol). No son metáforas, sino ejemplos de la realidad. El ladrón de furgonetas llamado Dioni se jugó el tipo, pero al menos se llevó una buena saca de billetes y tomó el sol (y otras sustancias) en las playas soleadas de Río.
Algunas veces hay autores que se pegan el gusto de soltarse y de repasar historias internas y menos conocidas de creadores. Ahí aparecen todas las miserias imaginables y otras pocas más, al sombrajo se le caen todos los palos y lo que era tempestad se torna calma y hasta ausencia de una miajita de brisa. Vamos, vida llana y rastrera, vanidad y escasa altura. De “los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa” a “lo que pasa en la calle”.
Tal desmontaje es lo que intenta Rafael Reig en la novela “La cadena trófica. Manual de literatura para caníbales”. En boca de Espronceda pone estas palabras: “Al fin y al cabo, la literatura no es más que un tipo que está en su casa y se pone a escribir en pijama. Este individuo obstinado escribe y escribe, sin parar, hasta que consigue terminar el libro. Después otro sujeto lo imprime, otro lo distribuye y, al final del recorrido, siempre aparece otro, también en su casa, que se pone a leer sin zapatos, con los pies encima de la mesa. Esto es el fenómeno literario. Pare usted de contar. Tipos cansados, con ojeras, que escriben en pijama. Mujeres adormiladas en un vagón de tren. Hombres que se descalzan para leer más cómodos. Niños absortos en un rincón del patio durante todo el recreo”. Todo esto dicho por Espronceda: qué ironía.

En esta novela rige un tono jocoso y paródico; eso del fenómeno literario necesita muchas matizaciones, claro (creadores, editores, distribuidores, modas, lectores…); pero sería bueno que el mar encalmara, que el misterio se hiciera más luminoso para no caer en aquello de los jueves milagro, y que todos tuviéramos en el horizonte la levedad del tiempo y del espacio.

viernes, 3 de noviembre de 2017

CONFESIÓN


CONFESIÓN

Te digo siempre cosas sin vergüenza
cuando pienso que no estás escuchando:
es la forma más franca de contarte
todo lo que me guardo si me miras.

Lo mismo me sucede cuando sueño
que tú también contigo estás soñando:
no me corto ni un pelo pues confirmo
-con demorado gusto, lo confieso-
que te dejas hacer todas las cosas
y hasta noto tu piel más decidida.

Calla y duerme si quieres todo el tiempo,
pero quiero saber si, al despertarte,

sigues siendo la misma que en el sueño.

jueves, 2 de noviembre de 2017

CON-VENCER


Me gustan las palabras que incorporan el prefijo cum-, com-, con-, co-; me gustan porque con él añaden siempre la idea de compañía, de pluralidad, de versiones diferentes, de soluciones compartidas, de cesiones amistosas…, de buenos deseos, de buena voluntad. Así pasa con com-pañero, com-pinche, com-binar, com-patible, con-cierto, cón-clave, con-ciudadano, co-rreligionario… y tantas otras.
Y sucede también con el término con-vencer, que, si en la raíz mantiene la realidad de vencer, lo hace ya cargada de connotaciones positivas y de sentimientos compartidos. A la memoria aquello de “venceréis, pero no convenceréis”.
Seguimos a cuestas con el grave asunto de Cataluña. Ayer mismo veía unas imágenes en las que unos exconsejeros de la Generalitat llegaban a Madrid, se supone que para presentarse ante la justicia, que los ha requerido. A su lado, una legión de periodistas acosándolos con cámaras y preguntas. Y, en medio de todos, un grupo de personas con banderas españolas que poco menos que los envolvían, como si de un sudario se tratara. Ahora que el proceso parece que se encauza en elecciones y que la justicia sigue su curso inexorable, muchos comentaristas televisivos o de periódicos andan sueltos y hasta apasionados en su interés por que los políticos catalanes entren inmediatamente en prisión.
La justicia sigue su paso y dirá lo que tenga que decir. Déjenla, por favor. Unos y otros, por cierto, que la otra parte también se desata en pasión y en sinrazón. Pero, en lo que a lo social y político toca, ¿por qué ese interés en el mal de otras personas?, ¿a qué viene ese desborde de entusiasmo por la desgracia ajena?, ¿no les parece poco el horizonte penal que se adivina para todos los acusados?, ¿por qué ese regodeo?
Vencer con el palo es solo propiedad del fuerte y deja desvalido al menos fuerte; vencer con la ley supone acudir a un acuerdo anterior al que todos tienen que someterse, pero la vida es muy compleja para que quepa en los preceptos legales y, a menudo, las sentencias dejan insatisfecha a alguna de las partes; vencer con las ideas es atraer al otro al lado de nuestro razonamiento y terminar tomando unas copas juntos, con el con-vencimiento de que hemos com-partido la verdad después de haber creado el ambiente propicio para darse la mano y sentirse a gusto juntos. En este último caso ya no estamos venciendo, estamos con-venciendo.
Necesitamos la ley como referente al que acudir; sin ella andamos perdidos y el fuerte hará lo que más convenga a sus intereses siempre. Pero debemos adobarla con un ambiente de relajación y de buenas intenciones. Y a banderazos no creo que lo vayamos a lograr.
Y lo que sirve para estos banderazos -o para esa salva de aplausos incomprensibes cuando se aprueba la aplicación del 155 de la Constitución- tiene que ser válido para los otros banderazos de rechazo o de exclusión en los que se ha tenido y se tiene a buena parte de la población en Cataluña. Porque hay banderazos físicos, pero los hay mucho más sutiles (educación, medios…), que percuten como gota malaya y dejan un hoyo profundo lleno de pus y de recelos.
Desde mi incomprensión casi absoluta de todo nacionalismo (sigo aguardando explicaciones que me hagan cambiar de opinión), apelo a la fuerza de la con-vicción, no quiero vencer a nadie, sino con-vencer, sentir que el otro no recela de mí ni yo de él; que, por el contrario, los dos estamos deseando tomar un vino juntos, pasear en com-pañía y alentar un futuro de manos tendidas y de ayuda mutua.
¿Cómo no se va a poder con-vencer al nacionalismo con esa mano tendida y con la serenidad de presentar la batalla de las ideas de com-partir y no de separar ni de separarse de la mesa en la que todos tienen que comer, los ricos que quieren irse y los pobres que se sienten desconcertados?

Ábranse los bares, extiéndanse las mesas y sentémonos a ellas. Las tertulias aguardan, las razones esperan. Y las banderas que se junten y que no envuelvan a nadie a la fuerza. Ni de un lado ni del otro. Es la única manera de vencer todos, o sea, de con-vencer.