DE
MIS CRÓNICAS DE URGENCIA
“De
todos los poemas concebidos
acaso solo un verso permanezca”,
me dijiste pensando en el futuro.
“Me sirve de consuelo y de contento
cuando pienso en los libros que no he escrito”.
Aflige el
sentimiento la sequía
y ya no mana el agua de las fuentes.
Tal vez los manantiales están tristes
y no lloran más lágrimas ni limpian
de tanta suciedad los corazones.
El
sol se
despachaba con la luna:
“Estoy cansado de venir al alba
poniendo buena cara y luz continua
para que luego el cielo se me nuble
triste y lloroso por lo que hace el mundo”.
La
luna,
sorprendida, le responde:
“Duermes a pierna suelta cada noche
mientras yo me desvelo y en la sombra
contemplo los amores que, furtivos,
no me ofrecen ni vela en ese encuentro”.
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