martes, 28 de junio de 2022

PUNTO Y APARTE

PUNTO Y APARTE

Estoy en soledad, conmigo mismo.

Se despuebla el espacio de fantasmas.

Me inunda ese vacío en que se borra

todo impulso vital y la conciencia

se pierde y se aniquila hasta olvidarse.

Enfermo de memoria, creo un mundo

nuevo en el que el vacío se recuerda

y vuelve a ser real y a ser presente.

Se estremece lo inmóvil que, en su esencia,

parece descansar fuera del tiempo.

 

          Un sonido solemne se hace eco

para cantar un himno diferente.

Canto, vivo, respiro,

soy otra vez el tiempo.

viernes, 24 de junio de 2022

MAÑANITA DE SAN JUAN

MAÑANITA DE SAN JUAN

«Madrugaba el conde Olinos, mañanita de san Juan…».  O Niño, o Lirio, o Lino, qué más da. Así comienza uno de los romances más conocidos de nuestro romancero clásico. Mañana de san Juan. Mar, naturaleza, amores (si son prohibidos, mejor), melodías, atracción de todos los demás elementos, tragedia, destino, victoria del amor por encima de la muerte… Tantas variables en este romance, siempre incompleto, siempre a la espera de que cualquier nuevo juglar le añada otra imagen que redunde y refuerce estas ideas que contiene desde su origen, desde aquel momento en el que un poeta juglar le dio forma y lo regaló a la comunidad para que firmara la autoría con él mismo.

Y es que la suma del amor con la naturaleza nos da una bebida explosiva. Si, además, le damos el tono de tragedia, entonces el éxito viene solo.

Algo así es lo que sucede con todo lo que acompaña a la noche mágica de san Juan. Todas las manifestaciones que se producen a lo largo y ancho de la geografía del hemisferio norte tienen estos ingredientes. Sustitúyase el amor explícito por el fuego como símbolo sustituto y todo está cumplido. Y, cuando no es mar, es río, o fuente, o manantial. Porque los elementos purificadores y mágicos son, por excelencia, el agua y el fuego.

Las modalidades son incontables. En la pequeña ciudad de Béjar, en la que vivo, la representación es mucho más simple, reducida e infantil: grupos de niños se afanan en levantar pequeños altares en la calle, siempre con elementos de la naturaleza como base (hojas, ramas, algún fruto). Existió en los últimos años un intento de recuperar las hogueras en la calle, pero parece que no le acompaña el éxito. Si alguna vez volvieran, no harían otra cosa que rescatar el símbolo del valor de la naturaleza, del poder del sol en el solsticio de verano, el agradecimiento y una especie de veneración ante los elementos de la naturaleza que más influyen en nosotros y la ilusión de romper con los efectos negativos de todo aquello que no podemos controlar. Luz, amor, misterio, magia, y, por vía de extremos, reconocimiento de la repetición inexorable de los ciclos naturales, aunque queden lejos de nuestro dominio.

Ante todo ello, solo nos queda el misterio de la veneración, de la magia y de ese sentimiento tan personal como mágico que es el amor. Él es el que nos puede salvar.

El romance del conde Olinos termina con estos versos: «De ella nace un rosal blanco; / de él nació un espino albar. / Crece uno, crece el otro, / los dos se van a juntar. / La reina, llena de envidia, / ambos los mandó cortar; / el galán que los cortaba no cesaba de llorar. / De ella nacería una garza; / de él un fuerte gavilán. / Juntos vuelan por el cielo, / juntos vuelan par a par».

He paseado esta hermosa mañana de san Juan por lo Picos de Valdesangil y he creído ver a los dos amantes -a cualquiera que se anime a intentar la vida desde el amor- volar por el cielo de nuestras sierras. El amor los llevaba de la mano. Y, con ellos, he pensado que el amor es tal vez lo único que convierte la vida en algo invencible, en algo que hasta merece la pena vivirse.

miércoles, 22 de junio de 2022

IDEOLOGÍAS

 

       IDEOLOGÍAS

Acaban de celebrarse las elecciones regionales andaluzas con un resultado muy favorable para los partidos de derechas, a pesar de que Ciudadanos desaparece. Los días inmediatos los dedican los medios públicos a analizar esos resultados y a dibujar en qué situación quedan los distintos partidos políticos después de esta convocatoria.

Hasta donde veo, escucho y leo, todo cae en el debe o en el haber de los partidos y, más concretamente en el de los candidatos presidenciables. No conozco ni una sola alusión a los electores, a sus características, a su formación, a su situación económica… Ni una sola alusión. No forman parte del análisis. Y esto sucede en todo tipo de elecciones, sea cual sea el resultado y aparezca quien aparezca como ganador o perdedor.

Se da por sentado que los electores siempre tienen razón, que no se equivocan nunca. Por eso, toda la carga de la prueba recae sobre las espaldas de los representantes, quienes, al final del proceso, se convierten en héroes o en villanos, en triunfadores o en fracasados, en campeones o en descendidos de categoría. De esta manera, los medios de comunicación (y, por su influencia, todos los ciudadanos) personalizan la victoria o la derrota en un líder, que parece casi un Moisés guiando a su pueblo.

Me niego a sumarme a esta inercia, que me parece tan simplona y reduccionista.

Solo me fijaré en un par de variables, de entre las muchas que suscita el asunto.

En las citadas elecciones andaluzas, el PSOE presentaba como cabeza de lista a Juan Espadas. Todos los comentaristas, analistas sesudos ellos, afirman que no era muy conocido y, por ello, ha perdido muchos votos. O sea, que las elecciones son también para los analistas una pasarela en la que solo deben desfilar personajes cuya cara sea conocida. Poco o nada importa si ha desempeñado algún puesto anterior, si su formación es sólida o escasa, si posee una ideología firme o pendulona, si… Nada, nada, nada, solo que sea conocido o no. Una de dos, o los analistas no alcanzan el nivel de la normalidad o tildan a los electores de analfabetos mentales. No sé cuál de las dos posibilidades es real. Puede que incluso lo sean las dos. En cualquier caso, pena, penita, pena, desencanto general y desilusión. Claro que es posible que el que se quede por debajo de la normalidad sea yo mismo: tendré que revisar mis argumentos.

La otra variable posee incluso mayor alcance. Es la que afirma que los electores nunca se equivocan. Lo mismo que se dice de los espectadores en el deporte o de los clientes en el comercio. Intento suponer que quieren decir que hay que respetar siempre las decisiones que toman los electores con la suma de sus votos. Pero es que poco o nada tiene que ver una cosa con la otra. Porque me asalta una duda metódica e insalvable. Si el elector siempre tiene razón, ¿en qué nivel de verdad o de mentira quedan las ideologías? Porque uno pensaba -qué cándido- que el socialismo o el liberalismo tienen las bondades o las maldades que atesore cada sistema con independencia de que en una contienda electoral los resultados sean mejores o peores. ¿Qué les podemos decir a los partidos que repetidamente obtienen resultados escasos en elecciones, que su ideología no es válida? Y, sensu contrario, ¿daremos la razón y aplaudiremos a aquellos que utilicen cualquier medio con tal de alcanzar la victoria en votos? Si así fuera, las ideologías poco o ningún sentido tendrían y mejor que los partidos se dejaran de monsergas y dieran todo por bueno con tal de llegar al éxito. La victoria como ideología. «La caída de las ideologías». Esta desgraciada frase les debería sonar a muchos como lema de aquellos que, en otros tiempos, tuvieron al país amordazado y en el más absurdo oscurantismo. Fernández de la Mora dixit.

No dudo de que las ideologías tienen que adaptarse a la realidad de cada momento y deben subrayar unos perfiles u otros, pero perder el paso de las ideas fundamentales, eso nunca. Aunque se obtengan malos resultados electorales. Revisión, análisis, rectificación, asunción de errores, planificación, examen de contextos…, todo resulta necesario. Pero olvidarse de las ideologías es como subirse a un globo aerostático y dejarse llevar por la corriente de aire hacia cualquier sitio.

Lo otro es aquello de los hermanos Marx: Estos son mis principios, pero, si no le gustan, tengo otros. Y eso, casi que no.

lunes, 20 de junio de 2022

ACLIMATARSE

 

 ACLIMATARSE    

Después de una semana larga de infierno, parece que esta primera ola de calor se marcha lejos de estos pagos. Me da miedo pensar que se trata solo de la primera de la temporada. Y todo ello todavía en las vísperas del verano. Como para no creer que las estaciones no son lo que eran y que el verano se estira como los chicles. Soy hombre acobardado con el calor y lo combato mucho peor que el frío y afronto esta temporada casi como de superviviente.

Pero esta no es más que una entradilla personal que tengo que solucionar por mis propios medios. La anécdota, como quiero que suceda siempre, me lleva a la altura de la categoría.

En los últimos días he leído el libro Cómo evitar un desastre climático, de Bill Gates. No será el mejor estudioso la materia, pero tiene acceso inmediato a los estudios y resultados de los mejores especialistas del mundo. Poderoso caballero es don dinero. Por lo demás, tampoco hay que ser ningún genio para notar lo que se nos viene encima si no tomamos conciencia de ello y nos ponemos, sin tardanza, manos a la obra.

Me refiero, claro, al cambio climático y a todas sus innumerables consecuencias, prácticamente todas negativas para la especie humana. Tal vez para el planeta sea solo un pequeño percance del que puede recuperarse, pero para los seres humanos es casi una operación de vida o muerte. Y uno tiene derecho a la autodefensa y a luchar por la supervivencia.

Como sucede casi siempre, se mezclan dos planos de actuación: la actuación colectiva y la personal.

En la colectiva tienen mucho que decir y que decidir los poderes públicos, en cuyas manos están las decisiones más importantes. En la individual se asienta todo aquello que cada individuo puede y debe hacer para que la dificultad no se torne irreversible.

No nos sirve demasiado la discusión interminable (yo la he tenido amistosa este fin de semana) acerca de qué tanto por ciento les corresponde a unos y a otros. En el atolladero estamos metidos todos y no será lo mejor gastar los esfuerzos en saber si son galgos o son podencos.

Sea cual sea la situación en la que cada uno se halle, será bueno tener en cuenta para actuar que son varios los planos en los que hay que ponerse al tajo, para nuestra vida personal o para tratar de influir con nuestros votos, estudios, protestas y demandas en los dirigentes de los países y en los dueños de las grandes compañías. Fabricar materiales, consumir más o menos energía, cultivar y criar de una manera o de otra, regular todo lo que tiene que ver con la movilidad, y poner coto y cabeza en lo que dedicamos a enfriar y a calentar son los apartados que conforman todo el proceso de gasto, de desgaste, de emisión, de calentamiento y de degradación.

Casi todos somos simplemente consumidores de estos elementos, pero nos apela un comportamiento y unos valores morales que, en pequeños granitos de arena, pueden formar hasta una playa, que servirá, con el mismo sol, para coger un cáncer de piel o para refrescarnos. No es lo mismo consumir más o menos carne, no es lo mismo usar el coche para cualquier trayecto, no es lo mismo comprarse ropa solo porque cambia la moda, no es lo mismo tirar comida que no hacerlo, no es lo mismo saberse abrigar que poner la calefacción o el aire acondicionado a todo gas, no es lo mismo…, no es lo mismo gritar y reflexionar que estar callado, no es lo mismo votar a un partido que tiene una orientación que hacerlo a otro que la tiene diferente, no es lo mismo…

No quiero ponerme tan solemne como aquel aspirante a presidente de los Estados Unidos de Norteamérica que afirmaba «no te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país», pero algo de eso podría servirnos para orientar nuestras conductas en todo a lo que el clima se refiere; que no cambia, como lo hacía hasta ahora, por períodos de larga duración, sino casi de un día para otro.

Como hasta aquí se ha pedido esfuerzo individual, es hora de recordar que lo más importante está en las decisiones que tomen los gobiernos y las grandes corporaciones (hidrocarburos, cereales, construcción, eléctricas, granjas…). Nuestra pequeña fuerza está en las exigencias que les hagamos llegar, con nuestros votos, con nuestras elecciones y con nuestras reflexiones.

No resulta difícil anestesiar a las masas con flases y proclamas inmediatas y egoístas. Las necesidades del día nos impiden ver las necesidades del día siguiente. Pero es que el día siguiente está ya aquí y ha amanecido, aunque nos parezca que estamos en el día anterior. Y cualquiera de estos días no tendrá mañana, si no sabemos levantar la vista y mirar lo que ya nos está poniendo las cosas tan difíciles.

jueves, 16 de junio de 2022

CORPUS CHRISTI

 

 CORPUS CHRISTI

«Tres jueves hay en el año…».

Hoy es uno de ellos. Si se revisan las fechas, todas tienen base religiosa. Influencia total de la Iglesia en la vida de esta comunidad durante tanto tiempo. Este del Corpus Christi hunde sus raíces en plena Edad Media. Como tantas cosas. Después, expansión y solemnidad. Hasta su esplendor en el Barroco.

En esta piel de toro, su celebración ha recuperado lugares, personas y lucimientos. Como se trata de una fiesta de la más reluciente primavera, todo se confabula para que el colorido sea el mejor.

Es lo que sucede en la ciudad estrecha en la que me voy haciendo viejo. No hace mucho ha sido declarada fiesta de carácter internacional. No sé cuáles son los criterios que rigen estos nombramientos ni las obligaciones que acarrean. Sí sé que los representantes públicos se afanan en que no falte ningún detalle. Los de un lado y los del otro.

Ya hay gente engalanando calles y alzando altares florales para la procesión. En los días anteriores se realizan exhibiciones y algún desfile que recuerda luchas y conquistas guerreras. Algún representante público me ha asegurado que vendrán un par de coroneles a acompañar la procesión, que se invita a la delegada del Gobierno, que acude el obispo de la diócesis y que acudirá hasta el retirado arzobispo Rouco Varela. No faltará todo tipo de grupos y de cofradías y de niños y niñas de primera comunión, banda de música, hombres de musgo y resto de parafernalia…

Con todo este conjunto de elementos, se formará la procesión y se habrá traído a la ciudad estrecha a un número considerable de personas de fuera que se dejará sus buenos euros en los bares. Después, «fuese y no hubo nada», salvo para los creyentes que sigan su novena correspondiente.

Esta es, seguramente, la fiesta mejor estudiada, en sus componentes, en su organización y en sus implicaciones sociales y religiosas. Cualquiera puede leer en especialistas, si es que le falta algún dato que se salga del sentido común y de la repetición. Porque con el sentido común llegará muy lejos, seguro.

En la ciudad de Béjar se pueden visualizar muy bien todo el proceso y las dependencias de los distintos estamentos.

Me surgen, en mi candidez, algunas consideraciones y preguntas desde siempre. En forma indiciaria, son estas:

a)       Nada que oponer a una celebración religiosa preparada y realizada por los creyentes.

b)      No sé cómo se puede entender la presencia y la coparticipación de organismos civiles en la misma, salvo que lo hagan de forma individual y como otros creyentes más. Lo más inquietante es la rendición de banderas civiles ante el Corpus Christi.

c)       ¿Qué hacen ahí cargos militares? ¿Acaso el símbolo religioso necesita que lo escolten con armas? ¡Pero, si de algo tiene que ser símbolo, es precisamente del AMOR!  

d)      ¿Por qué empeñarse en hacer creer a la gente en la historicidad de los hombres de musgo (elemento esencial para que la fiesta haya sido declarada de interés internacional) si el sentido común enseña que son sencillamente mentira y una engañifa creada hace tan solo un siglo, aunque el acompañamiento a la procesión, como elemento de carácter natural, sea muy anterior?

e)       ¿Para qué ese empeño en representaciones de conquistas y de reconquistas, de yo te mato y tú no, de yo me impongo y tú te sometes, si tampoco este hecho de la reconquista de la ciudad tiene ninguna base histórica, ni falta que hace? Ay esto de las religiones una contra otra. ¿Pero no íbamos, cristianos, a fomentar el amor y no la guerra ni los enfrentamientos?

f)       ¿Por qué los católicos creyentes no se arman de garrotes y expulsan a los que vienen solo al espectáculo de los hombres vestidos de salvajes y no a la exaltación de un elemento en el que se cree? ¿O cambiamos chupitos por fe de cualquier manera?

g)      En la situación actual, no animaría yo a nadie a echar por tierra esta fiesta, ni siquiera como está concebida: no sé si lo aguantaría la gente. Solo pido que se considere en qué condiciones estamos prestando atención y esfuerzo a algo que, en el nivel religioso, deben cuidar los creyentes; pero que está montada en unas bases totalmente de barro y con escasas bases de razón, cuando no en columnas de papel.

Ni quiero ser absoluto en nada ni excluyente, porque sé que la historia de cada día está compuesta de muy diversos elementos, y que todos pesan. Pero sí me atrevo a animar al que quiera a considerar estos y otros datos. Después, cada uno debería decidir aquello que más le convenza.

viernes, 10 de junio de 2022

A VUELTAS CON LA IGUALDAD

 A VUELTAS CON LA IGUALDAD

Se nos llena la boca todo el tiempo reclamando igualdad y en cuanto abrimos los ojos no observamos más que desigualdad creciente por todas partes. Y, como nos quedamos casi siempre en el genérico, apenas echamos nuestro cuarto a espadas para intentar concretar en qué podría consistir el día a día de esa igualdad.

Será bueno recordar la metáfora sencilla que nos dice que, en la vida, si se parte de posiciones desiguales, todo lo demás en mentira podrida y engañifa. Y que también encierra verdad la afirmación de que unos se esfuerzan más que otros y, por ello, merecen más. Conjugar ambas realidades es tarea cotidiana para una sana convivencia. Solo nos queda añadir que, al menos en cronología, partir en igualdad de condiciones en la carrera de la vida es anterior a lo que suceda en su desarrollo. Por tanto, convendría no descuidar esta derivada y dedicar nuestros esfuerzos a que se cumpla en la medida de lo posible.

La realidad nos muestra machaconamente que hay un grupo social, que se repite y se sucede, al que le cuesta mucho más conseguir una situación vital confortable. Es ese que se denomina con frecuencia como PRECARIADO.

¿Quién pertenece a él y cuáles son sus características? Ahí hay trabajo para sociólogos y politólogos. Hoy solo quiero anotar algunas necesidades que tienen que ser cubiertas entre todos para que este grupo social tan numeroso se integre en la comunidad en una situación confortable y que favorezca -a todos- en la convivencia.

Me gusta el listado que propugna Guy Standing en su obra El precariado: «Seguridad económica, tiempo, espacio de calidad, conocimiento y capital financiero».

La seguridad económica apunta a una renta básica; el segundo a la inmensa riqueza que supone tener tiempo libre para ennoblecer la vida individual; el tercero mira a los lugares que deben ser comunes y públicos en los que todos se nos sintamos dueños copartícipes de esos bienes; el cuarto, a la riqueza que suponen la curiosidad y el conocimiento, que han de ser adquiridos por todos y a todos ha de favorecerse el acceso a ellos; y el último hace referencia a la conciencia de que el camino de enriquecimiento ha de ser similar en todos y no tan desigual como se puede comprobar en herencias y en puestos de trabajo desempeñados por muchos que, en ningún modo, han demostrado ni mejor preparación ni esfuerzo ni cualidades superiores.

Todo un plan de pensamiento, de trabajo, de ideología, de programas políticos y de prácticas en el día a día. De los representantes públicos y de cada uno de nosotros.

Y luego ya viene todo eso de ponerse verdes, de salir en las fotos y de apuntarse cualquier triunfo, de ir a tentar a la suerte con una vaca lechera (es lo que acaba de hacer un aspirante a presidente de la Junta de Andalucía), o, por no irse más lejos, patronear cofradías primaverales en campos con peñas cruzadas o en marismas, que tanto da. Banalidades, niñerías, fruslerías, vergüenzas ajenas, comportamientos pueriles. Nada.

miércoles, 8 de junio de 2022

LOS MEJORES

 

LOS MEJORES

Me asusta observar cómo nos dejamos llevar por los primeros sentimientos. Si así sucede, sus razones habrá para que esto ocurra y no estaría de más que los más sesudos intentaran encontrar las razones que lo explican.

Ayer mismo, el tenista Rafael Nadal consiguió su victoria número catorce –nada menos que CATORCE- en el torneo Roland Garros. Lo cierto es que la hazaña parece casi inalcanzable para cualquier otro tenista. Enseguida, los medios de comunicación se han deshecho en elogios y ditirambos al deportista, hasta situarlo en un pedestal inaccesible.

Ante sucesos tan importantes para la comunidad, me gusta siempre dejar en forma de índice algunas consideraciones:

1.- Cada hecho hay que analizarlo y explicarlo en su contexto. Lo contrario es falsear la realidad.

2.- Cuando a uno se le adjetiva como el mejor, convendría acotar que se está pensando en un espacio de tiempo más o menos largo, pero determinado, pasado el cual, no se sabe qué puede suceder, porque las circunstancias pueden cambiar.

3.- «Ser» apunta siempre a algo duradero y esencial; como si estuviéramos hablando de un hecho que no se puede modificar. Con estos absolutos tenemos que tener cuidado. Es el viejo y peliagudo dilema entre «ser» y «estar».

4.- En la vida, casi todo se mide por comparación, en este caso, con los demás tenistas. Dentro de algún tiempo, Nadal no podrá ganar sus partidos por salud, por edad o por cualquier otra circunstancia. ¿Entonces ya no será el mejor?

5.- ¿Incluimos en ser el mejor solo los elementos deportivos? Rotundamente, no. La estima tiene que estar sustentada en una personalidad que sea modelo y ejemplo para la comunidad. Cuando la persona tiene además una vida pública, esto adquiere aún más importancia. Si repasamos la lista de deportistas más admirados, nos daremos cuenta de que no se cuelan muchos que no presenten una hoja de servicios en su carácter que tenga que ver con la normalidad, con la humildad y con el buen comportamiento. Por eso el número de los mejores es escaso y luce tanto: Gasol, Iniesta… Y, por supuesto, Nadal.

6.- ¿Cuándo le daremos un poco de publicidad a los «mejores» en otros campos de la vida: medicina, educación, pensamiento, creación…?

A esta lista se podrían sumar otras muchas variables que nos deberían alzar desde la anécdota a la categoría.

Mi admiración por Nadal y por todo lo que representa. Lo mismo que por todos los que se esfuerzan y sirven de ejemplo en sus actividades. Todos ellos son los mejores.

lunes, 6 de junio de 2022

TANTEO PARA UN POEMA

 

                                             TANTEO PARA UN POEMA

Sentado ante un papel resuelto en blanco,

 buscándole cosquillas a la vida,

con ánimo tal vez semivacío,

les suplico a mis ojos y a mis manos

que invoquen a mi sangre y la hagan tinta,

que logren de mi voz síntesis clara,

que ordenen todo el tráfico que corre

por los surcos internos de mis venas,

que manden a la calle a mis ideas,

que canten mi niñez con voz de versos,

que transformen las horas de la tarde

en una plataforma navegable,

que, al cabo, mi conciencia invente el tiempo

y en él deje que el mundo mane sangre

o se duerma en los brazos del olvido.

 

Luego observo mis manos y son otras,

mis ojos se hacen luz en lo que miran.

Me estremezco, respiro, canto, vivo.

jueves, 2 de junio de 2022

PALABRAS PARA UN CUMPLEAÑOSS

 

PALABRAS PARA UN CUMPLEAÑOS

Sara cumple trece años

Trece ciclos enteros te contemplan

desde el alto balcón de los sentidos.


Regálales tus ojos y tus manos,

siéntete agradecida por las cosas

que han llenado tus horas y tus días:

tus padres y tu hermano, los abuelos,

tus tíos, la familia, los amigos...,

todos los que en el mundo te han querido.


Deja que en tu conciencia esté presente

el impulso creciente de la curiosidad

para seguir buscando y, en la búsqueda,

sentir que el mundo es tuyo si tú quieres,

aunque gastes la fuerza en el camino

y llegues sin certezas a la meta.

 

Cumplirás otros trece y otros trece,

el camino se hará largo o estrecho

según los avatares y los días.


Pon el ánimo siempre al lado bueno

y busca la manera de hacer cierta

tu única obligación en esta vida:

Que solo en ser feliz sea tu ejercicio.

Nuestro amor, por supuesto, te acompaña.

miércoles, 1 de junio de 2022

VIVIR SIEMPRE A LA CONTRA

 

VIVIR SIEMPRE A LA CONTRA

«El consuelo que le queda esta noche al barcelonismo es, indefectiblemente, soñar con una derrota de un Madrid que está en la final después de conseguir tres milagrosas remontadas consecutivas ante el PSG, el Chelsea y el Manchester City. El Liverpool es el aliado de las esperanzas culés. Triste alivio agarrarse al KO del eterno rival para compensar las desgracias propias. Pero no hay otra alternativa si se quiere evitar caer en la depresión futbolística.

El Madrid, en estos siete años de autodestrucción blaugrana, ha sido capaz de ganar tres Champions seguidas y hoy va a por una cuarta que le permitiría ampliar su palmarés europeo a 14 trofeos. Que no ganen en París sería el mejor título del Barça en esta triste temporada. Solo al nivel del ‘no fichaje’ de Mbappé...».

Copio estos dos párrafos pertenecientes a un artículo de opinión del director del diario Sport, Lluís Mascaró, del día 28-05-2022. Este día se jugaba la final de la Champions de fútbol. Ejemplos de este tipo se pueden encontrar casi a diario en los periódicos catalanes.

Como se puede leer, en nada se desdibuja la verdad si se afirma que les vale más el mal ajeno que el bien propio. Es lo que he llamado en otras ocasiones vivir a la contra. Luego, como se trata de equipos que ganan con mucha frecuencia, llegan el llanto y el crujir de dientes, el enfado, el decaimiento y hasta la mala leche. Cuando el rival (en este caso convertido en enemigo) gana con remontadas, tal vez sin merecimientos aparentes y con elementos que invocan a la épica y hasta la magia, entonces todo se vuelve disgusto, cabreo y hasta furia contra no se sabe qué. Y todo ese estado de ánimo no hace más que enaltecer las sensaciones de los aficionados ganadores. En fin, toda una liturgia que resume formas de estar en la vida.

Resulta muy grave que haya que estar aguantando semejantes controversias, que ocupan a casi toda la sociedad y que no paran, pues se suceden una tras otra. Pero que esto lo aticen directores de medios de comunicación ya casi no tiene nombre. ¿No tienen bastante con animar a su equipo y dejar en paz a los demás? Pero si casi les va la vida en ello y tienen a toda una sociedad detrás. Pues no hay manera. Recuerdan a aquellos aspirantes a adolescentes que no están contentos si no están peleando con alguien, aunque no haya ninguna causa que lo motive. Eso sí, tiene que ser contra otro equipo grande, porque, si no, no se pondrían a la altura del contrincante. Signo evidente de pequeñez, de provincianismo y de complejo de inferioridad. O tal vez de entregar toda catadura moral en aras de conseguir compradores y lectores del periódico. Penoso.

Hay muchas personas que piensan que todo esto no es otra cosa que rifirrafes propios del mundillo del fútbol y que no va más allá. Ojalá tengan razón, pero no es lo que yo pienso y veo.

El interés que en esta sociedad despierta el fútbol trae como consecuencia que todo lo que en él sucede adquiera gran importancia en el día a día y que termine por trasladar a la convivencia ese enfrentamiento que sobrepasa todas las barreras del entretenimiento y de las aficiones lógicas de cada uno. Aquello para lo que los medios de comunicación sirven de altavoz termina por ejercer una gran influencia en todos los miembros de la comunidad. ¿No decimos lo mismo de los personajes públicos? Pue ríanse ustedes del poder de un parlamentario comparado con el que tiene un futbolista de estos equipos.

Cuando, como es el caso, se trata de un periódico catalán y catalanista, que orienta sus noticias y comentarios más a poner en la picota las deficiencias de su enemigo que las virtudes propias, y se hace el traslado de este estado continuo de opinión a la vida cotidiana, los resultados que se pueden observar resultan desoladores para la convivencia social y política.

A los resultados me remito y a lo que ven mis ojos cada día me someto.

Tal vez, si se analizaran los sermones casi diarios de algunos medios, encontraríamos alguna explicación de lo que sucede en otros ambientes y contextos. Sé que apunto a una opinión de largo alcance, pero cada día estoy más convencido de que es así.

Y las líneas anteriores poco o nada tienen que ver con que cada cual sea aficionado de un equipo o de otro. Pero vivir de las desgracias del vecino no hace más que envilecernos a todos. Aúpa el equipo de cada cual y dejen a los demás en paz, que la vida es algo más que un deporte y la suma y el respeto han de valer mucho más que la resta, el resquemor y hasta el odio. A mí me gustaría vivir en una sociedad que sume y se divierta, y no en una que esté todo el día suspirando por la desgracia y el fracaso ajenos.