Ayer se celebraron elecciones
municipales. También, por supuesto, en Béjar. Los resultados han sido
contundentes. PP nueve concejales; PSOE, tres; Tú Aportas Béjar, tres;
Ciudadanos, uno; Izquierda Unida, uno.
Primero la obviedad por
cortesía: enhorabuena a los vencedores.
La víspera del domingo fue el
día de reflexión. El humorista Forges lo reflejaba muy bien en su viñeta
afirmando que la reflexión se iba a producir pensando y gritando quién iba a
ganar la liga o quién iba a meter el mejor gol. Por ahí, pensaba el humorista,
iban a ir las reflexiones de una buena parte de los ciudadanos.
A mí me parece que la
verdadera jornada de reflexión es hoy y todos los días que vienen. A ella dedico
unas líneas.
En el nivel general, se rompe
el bipartidismo. No me parece ni bueno ni malo: depende de cómo se administren
los resultados. Sí refresca el ambiente la necesidad de tener que hablar y
pactar para llegar a acuerdos. Pero este mismo hecho comporta la dificultad del
propio acuerdo si no se está dispuesto a ceder por todas partes.
Como persona de izquierdas que
me considero, me alegro de que la derecha haya sufrido una bajada general en
votos y en concejales. No porque ellos hayan bajado, sino porque eso significa
subida para la izquierda. Hasta ahora acumulaban más poder que nunca jamás
partido alguno había tenido en la democracia.
Oigo habar a todo el mundo
casi solo en términos de victoria o derrota, de subida o bajada, de ganar o
perder… Como si esto fuera un combate o una riña de niños. Es verdad que hay
que incluir siempre la variable de los asuntos personales, pero mucho más
importante es la reflexión acerca de cómo van a quedar nuestros pueblos y
nuestras ciudades, cómo va a producirse su gobernabilidad y cuál va a ser la dirección
que van a tomar.
Pero yo continúo formando
parte de la Gestora de un partido en Béjar. Creo, además, que la verdadera y
genuina política es la municipal. Me interesa, por tanto, algo más lo que ha
sucedido en esta ciudad estrecha.
Es verdad que el PP ha bajado
bastante en número de votos y en concejales. No me consuela demasiado: lo que
se les ha marchado se ha refugiado en buena parte en Ciudadanos, una marca más
blanda y razonable. Por si fuera poco, han mantenido mayoría absoluta.
El socialismo anda dividido en
Béjar por razones que cada día logro justificar menos y entender peor. La
marcha de muchos militantes a una formación nueva ha supuesto la división del
voto y la representación tan menguada de cada una de las dos formaciones: 3
PSOE y 3 TAB. Queda, me queda, nos queda tarea por delante para tratar de
solucionar esta ruptura. Y compruebo día a día que no se presenta el asunto fácil.
Mi paciencia tampoco será infinita, por supuesto. Por encima de todo ello, el
socialismo en Béjar tiene que hacérselo mirar y reorientar su actividad en otro
sentido. Siempre me ha parecido que dedicar casi todo el esfuerzo en ganar
elecciones es cosa sin fuerza y propia de la derecha. La izquierda tiene que
ganar las elecciones no en la campaña electoral sino inyectando y propagando
sus ideas día a día, en la participación de actividades sociales y culturales,
en las reuniones y en las asociaciones diversas de la ciudad. Si así fuera, la
campaña ya estaría hecha y además permanecería y se haría más sólida cada día y
cada año. Pero para ello hay que participar y provocar el intercambio de ideas
y de actividades, y no quedarse en casa viendo venir lo que se produce por ahí
en el tejido social y cultural. Esa tarea es muy lenta y tiene mucho de ideología
en vena. No es precisamente lo que más se lleva.
No sé muy bien qué quieren
hacer en adelante los de TAB. No es buena señal que celebren alborozadamente la
consecución de tres concejales. A partir de hoy, aunque llega el verano,
empieza el frío para ellos, el frío de la soledad y de la falta de referentes. Y
todo ello habiendo roto el partido en unas condiciones absolutamente
especiales, propiciando la mayoría absoluta para la derecha y habiendo sacado
menos votos que el PSOE, aun apareciendo ante la ciudadanía desde una posición
de campeones de la honestidad y de la valentía. En resumen, ellos sabrán, pero
no estoy seguro de que les haya merecido la pena. Tal vez ellos argumenten algo
distinto y me convenzan.
Los resultados de IU siempre
me apenan porque creo que recogen menos fruto del que siembran. La izquierda
real no sé si se identifica con la izquierda posible. Y la izquierda posible
tiene sus contextos específicos según el tiempo y el lugar en el que se
consideren.
La reflexión acerca de por qué
en Béjar la gente se pasas el tiempo criticando al PP y luego lo votan
masivamente es larga y debe ocupar sitio aparte.
Por encima de los resultados
desnudos, está el panorama que se le presenta a la ciudad. La población
envejece, los jóvenes se marchan y, sobre todo, la participación y la implicación
sociales son cada día más escasas. Y esto último sí que empobrece a la
comunidad. Se seguirá con el ordeno y mando, se hará más visible el
clientelismo y hasta el sentimiento de agradecimiento por recoger algunas
migajas por parte de los cautivos, se continuará propiciando lo menos racional
y lo más rancio en las costumbres y todos nos recogeremos algo más en nuestro
egoísmo. Me gustaría equivocarme pero son mis primeras impresiones. Ya veo que
no son las mejores ni las más positivas.
A pesar de todo, hay que
seguir remando y revisando las ideas y las actividades, porque también tiene
que haber equivocaciones desde el otro lado del río.
Pues a ello. Sin morir en el
intento, pero sin relajarse del todo.
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