jueves, 27 de octubre de 2022

LEY, PERDÓN Y CONVIVENCIA

 

 LEY, PERDÓN Y CONVIVENCIA

Me paro a contar diez antes de opinar, me hago un guion mental para ordenar y jerarquizar ideas, soy consciente de que cada uno escribe desde un contexto que le condiciona y asumo la necesidad de ser equitativo, sé que me muevo en unos límites de espacio que me he impuesto en esta ventana… Y voy a ello.

Se ha dictado sentencia condenatoria en el juicio que se ha desarrollado, tras la acusación de unos policías, contra la exalcaldesa de Béjar. Mis consideraciones, ordenadas en forma casi de índice, son estas:

- Para los casos en los que los seres humanos no se ponen de acuerdo, las sociedades han necesitado inventar códigos a los que atenerse.

-  Los parlamentos son los encargados de elaborar esos códigos en representación de todos los ciudadanos.

- Los jueces son los obreros encargados de interpretar esas leyes en los juicios, siempre de acuerdo con la literalidad y el espíritu que contengan las leyes que les son dadas. Lo mismito que hace un albañil con los ladrillos y el cemento que se le proporcionan.

- La vida, por suerte, es mucho más rica y variada que cualquier código. Por eso las legislaciones cambian continuamente, caben las interpretaciones de las leyes y las condenas tienen siempre un margen entre lo mínimo y lo máximo.

- El mejor juez es el que no existe, porque los contendientes se han puesto de acuerdo y no ha hecho falta acudir a él.

- Las sentencias hay que acatarlas nos gusten o no nos gusten; pero acatarlas no significa que estemos de acuerdo o en desacuerdo con ellas. Ni desde el punto de vista jurídico (se pueden recurrir) ni desde el punto de vista moral (ya se ha dicho que la vida no cabe en las leyes, y estas son solo una aproximación a la misma).

- Los actos que se han juzgado en este juicio no incluyen ni robos, ni lesiones, ni daños de otro tipo, salvo una coacción momentánea.

- La acusada pidió repetidas veces perdón. Además, dejó su cargo público.

- Todo indica que el asunto se podía haber arreglado con una charla amistosa y un vino de reconciliación. La materia no hubiera dado para más y aquí paz y después gloria. Algo muy diferente hubiera sido que la acusada fuera reiterativa y se mantuviera en su conducta.

- La presentación de una denuncia judicial, sea cual sea su sustentación, acarrea una serie de inconvenientes para el futuro que no son fáciles de solventar, ni para los acusadores ni para los acusados: exposiciones públicas, enquistamiento de posturas, quebraduras en la convivencia…

- A la vida le tenemos que poner algo de coherencia y de analogía. Si así fuera, cualquiera (también los acusadores) tendría que pensar que arrieros somos y en el camino nos encontraremos, y que con la misma dureza con la que juzguemos deberemos ser juzgados. Y hay muchas, muchísimas formas y situaciones en las que podemos encontrarnos en el otro lado. Y entonces…

- Y, en fin, para no alargarme más, que se duerme más tranquilo con el perdón y el acuerdo que con la vara de la ley alzada en amenaza.

- ¿Qué hemos conseguido personal y socialmente con el juicio y con la condena, si, en realidad, solo se había transgredido un precepto legal y se pidió inmediatamente perdón por ello? Tal vez solo hayamos conseguido degradar la convivencia para el futuro. El tiempo dirá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy acertadas me parecen tus consideraciones. Y muy grande el castigo.