lunes, 16 de junio de 2025

...POR MÁS QUE CON EL DEDO...

 

...POR MÁS QUE CON EL DEDO...          

Hay multitud de expresiones y refranes que recogen la idea de que quien no elimina o huye del peligro termina por caer en él: “La cabra tira al monte”, “Dime con quién andas y te diré quién eres”, “A quien a buen árbol se arrima buen asombra lo cobija”, “Quien con niños se acuesta...”. Y así hasta el enésimo ejemplo. Esta misma verdad se analiza en un plano más formal y hasta filosófico con aquello de “yo soy yo y mis circunstancias”. Y así podríamos seguir dándole vueltas al asunto.

Estos días se ha ejemplificado socialmente con el descubrimiento de que un trío calavera compuesto por un exministro y secretario de organización del PSOE, otro secretario de organización del mismo partido y un leñador convertido y portero de casa de mala reputación y más tarde elevado a consejero del ministro citado (vaya tres currículos los de estas personas) llevaban mucho tiempo tejiendo una trama para llevárselo crudo con las mordidas de las obras públicas del Gobierno. Los nombres importan poco, pero, por si acaso, son estos: José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García.

Nadie que tenga dos dedos de frente debería extrañarse porque de vez en cuando aparezcan hechos de este tipo: está en la condición humana, por mucho que nos escandalice reconocerlo. La repetición de los mismos prueba, por desgracia, que es así. Menos comprensible resulta ver que no se trata de un hecho aislado, sino de una repetición de hechos sujetos a una intención continuada, o sea, una trama de corrupción.

La sociedad debe procurarse mecanismos para cortar de raíz cualquier hecho de este tipo: descubrimiento, castigo, devolución y recuperación de esos individuos para la sociedad. Como en cualquier robo.

Cuando se trata de personajes con representación pública, su ejemplaridad ha de exigirse con más rigor, pero con el mismo proceso de garantías, de investigación y de castigo. Nada justifica ejemplaridades especiales ni linchamiento ninguno.

Como pertenecen a una organización política, será conveniente que este partido (y cualquier otro en su caso) asuma la parte de responsabilidad social y política que le corresponda. No obstante, nadie es capaz de señalar con precisión cuál es el cortafuegos que hay que marcar ni hasta dónde llega el límite de esa responsabilidad. ¿Hasta el siguiente en el escalafón? ¿Por arriba? ¿Por abajo? ¿Por ambas partes? ¿Hasta el segundo escalón? ¿Hasta dónde?  Cuando el “pillado” es del partido contrario, se tiende a alargar la escala de responsabilidad; pero, cuando les toca a los propios, la tentación es la de limitar hasta donde sea posible ese grado de responsabilidad. Ni por acción, ni por omisión, ni por elección, ni por falta de vigilancia. Y ahí aparecen todas las discusiones, las opiniones y los arrebatos en todos los ambientes. ¿A que nadie dice dónde se pone el límite ni cuál es la frontera que sirva para todas las ocasiones?

Al menos debería quedarles a los partidos la obligación de ser claros con las explicaciones, de no poner la mano en el fuego por nadie si no quieren sacarla quemada de vez en cuando, de actuar con contundencia en lo que les corresponda (nombramientos, ceses, peticiones de perdón, remodelaciones, permanencias en los cargos...) y de no creerse los reyes del mambo nunca.

Para este caso tan grave, yo no sé si es necesario dar un paso al lado en la representación, con congreso propio y convocatoria de elecciones. Sí sé que los ciudadanos juzgarán con sus votos estos hechos antes o después. Y sé también que muchos medios de comunicación se encargarán de recordárselo cada día y tendrán coartada gratis para arrimar el ascua a su sardina. Como no tengo clara cuál es la solución, no me importaría que se actuara por exceso en la petición de disculpas y en pedir opinión a todos.

A mí me siguen importando mucho más (a pesar de todo el ruido que producen asuntos tan graves) algunas otras cosas. Citaré tan solo tres, esas en las que insisto tantas veces.

. ¿Cuándo vamos a encontrar algún método un poco menos malo para que accedan a los puestos los mejor preparados y los que lo hagan viniendo a defender ideas y no intereses, estructuras o puestos personales?

. ¿Por qué esa especie de miedo y casi de reverencia hacia las personas que están por encima en el organigrama y que tienen más decisiones en sus manos? Cuanta menos preparación, menos ideas y más intereses personales, más adulación. Y ahí se fragua el caldo de cultivo y el contexto favorable para las recomendaciones, los favores ocultos y las decisiones torcidas, los cesarismos de medio pelo y los desánimos y desencantos en los que no se mueven en esa escala de valores.

. ¿Cuándo se hará efectiva y real la limitación de mandatos?

La causalidad es siempre múltiple y las explicaciones hay que buscarlas en varias fuentes. Todas juntas crean una huerta en la que germinan tanto las rosas como las espinas. Depende del cultivo que con ellas hagamos. En este caso se juntaron muchas. Hacer florecer el jardín no será fácil.

Pero que nadie se engañe. Una tormenta a destiempo estropeará una cosecha, pero no elimina la especie. Si la raíz es buena, la tierra volverá a hacerla florecer. Las ideas siguen estando ahí. Y de ellas y de su aplicación tendríamos que estar siempre hablando si no fuera por esa climatología adversa, que tiene más largo alcance que esta tormenta, pues alcanza a todo un cambio climático.

Espero que se entienda la metáfora.

viernes, 13 de junio de 2025

ELECCIÓN

 

ELECCIÓN

 

Es la vida un vacío que se regala

para ejercer en él de milagrero

e inyectarle la luz y la sustancia

que implica la diaria realidad.

 

Depende de nosotros el proceso

y el tipo de actitud. El más mostrenco

invita a soportar ese vacío,

como si de un cansancio se tratara,

y en él vivir como lo hacen los muertos.

El segundo es llenarlo a golpe limpio

de aciertos y de errores: somo seres

echados a vivir en un desierto

con escasos oasis de consuelo.

 

Tal vez los ingredientes más notables

se llamen religión o patriotismo,

con raciones de sexo y de ironía.

 

En los tiempos que corren yo me quedo

con los restos de sexo y de ironía.

El primero por dar placer al cuerpo,

esa única verdad que me asegura

que al menos sigo vivo. La ironía

por reírme del mundo y de mí mismo

y salvarme del miedo y del abismo.

 

Sé que no es demasiado, pero acepto

mis límites de ser y mi indigencia.

jueves, 5 de junio de 2025

DE UNA EXCURSIÓN FALLIDA

 

DE UNA EXCURSIÓN FALLIDA

Tenía programada una salida para perderme por esos montes de dios el próximo fin de semana y algún día más. Este esquinazo del sur de Salamanca y del norte de Cáceres iba a ser escenario de nuestros (seríamos tres amigos) cansancios, de nuestras charlas, de nuestros recuerdos, de nuestros arreglos del mundo, de las añoranzas..., y de la constancia de que la amistad es uno de los contextos en los que uno se manifiesta mejor y más contento. Béjar, Montemayor, Peñacaballera, Puerto de Béjar, Baños de Montemayor, Hervás, La Garganta y regreso a Béjar. No es la primera correría y sé bien que el resultado es muy satisfactorio.

Pero no ha podido ser: una indisposición ha mandado todo al garete y nos ha dejado casi con las botas puestas y con la mochila al hombro. No pasa nada, otra vez será.

Aunque ya he dicho que el resultado es muy satisfactorio, la realidad de cada hora y de cada día acota las posibilidades y termina por elegir las que menos te esperabas. Por eso, yo podía tener una lista con el deseo de esas posibilidades; sin embargo, esta vez me tengo que quedar con la miel en los labios y dejarlo todo en el deseo y en la imaginación.

Como de hollar el espacio y los montes se trataba, me imaginaba contemplando pinos, castaños, olmos, alisos, fresnos, cerezos en sazón, enebros, abedules, romeros, espinos, tomillos, nidos, huras, madrigueras, olores diversos a animales, campos de fresa, prados en plenitud, regatos y escorrentías, fuentes, restos de neveros, roquedales y espesos bosques... Y, afilando un poco el oído, me acompañarían los sonidos de los tordos, las palomas, las cigüeñas, buitres, milanos, cernícalos, águilas, perdices, picapinos, aviones, mirlos, lavanderas, zorzales y mirlos, herrerillos, arrendajos, rabilargos... Todas las aves del paraíso, de este paraíso natural que es toda esta serranía y su caída sur hacia las tierras de Extremadura, donde se mezclan bosques frondosos con cotarros, mogotes, oteros, muelas, cerrales, morrenas o calveros.

Con todo, a pesar de este contexto natural tan variado, nada como la amistad y la palabra. Y en ello íbamos a emplear las horas de luz, las del cansancio y las del reposo en estos días.

Las rutas estaban diseñadas, los ánimos estaban dispuestos, los preparativos ajustados y hasta la predicción del tiempo parecía darnos una tregua después de unos días de mucho calor.

Cada día tiene su afán. No pasa nada. Hay más días que longaniza. La naturaleza sigue estando ahí en espera de otras fechas. Los deseos se recuperarán. Y la ocasión será más propicia.

Entretanto, que cada uno se haga a la idea de haber hollado esos caminos y de haber cumplido con el deber de la palabra, que da realidad a la amistad y arregla el mundo por unos ratos. Tanto árbol, pájaro y naturaleza pueden adornar eso que se ha quedado en propósito; pero que se puede desarrollar en la imaginación.

Vale.