ES UN GENOCIDIO
En la guerra de Israel
contra Palestina, sobre todo en la franja de Gaza, se han producido más de
cincuenta mil muertos acreditados. El número real tiene que ser mucho mayor.
Los muertos son de todo tipo, muchos de ellos niños y mujeres. La ciudad de
Gaza, donde vive la mitad de la población, está siendo literalmente arrasada.
Los gazatíes se mueren de hambre y andan de un sitio a otro sin cobijo ni poder
de resistencia. El individuo ese que preside los EE. UU. se jacta en un vídeo
de la posibilidad de crear en la franja una inmensa ciudad de vacaciones una
vez que sean expulsados los habitantes nativos... Y así hasta el infinito.
En diversos centros de
poder en el mundo (también en España) se andan cuestionando si se trata de un
genocidio o de qué coños estamos hablando. Y lo hacen como si estuvieran
testando el sexo de los ángeles.
Las palabras son
aproximaciones a la realidad; siempre les queda esa grieta por la que se cuelan
interpretaciones y connotaciones particulares o colectivas. Pero hay que tener
cuajo para seguir dudando de lo que implica todo lo que está ocurriendo en Palestina
y cómo se ha de llamar. Al final, lo que importa es la barbarie que vemos a
diario y algo menos la interpretación jurídica que de ello se haga y su reflejo
en el léxico que describe esa realidad y esas leyes.
Pero, por si acaso, no
estaría de más que acudiéramos a la etimología de las palabras para no
confundir a la gente con engañifas e intereses inconfesables.
La palabra ´gen´
produce y genera una familia léxica enorme y un sinfín de palabras que hunden
su origen en ella; es, sin duda, una madre muy prolífica: generación, genética,
género, génesis, genotipo, genoma, ingenio, ingeniero, original, genialidad,
gentileza, generalizar, general, genocida, genocidio, genotipo... Y mil más
´Caedere´ es un
verbo latino que significa matar. También genera una familia léxica generosa:
homicidio, infanticidio, parricidio, magnicidio... Súmense, por favor, ambos
términos y obren el milagro: Genocidio = matar el gen, eliminar la generación,
exterminar a todo el género, hacer desaparecer de la faz de la tierra a todos
los elementos descendientes de los mismos genes... No hace falta ser muy listo
para verlo, ni pedir el premio nobel por ello. Y, si no, a estudiar a
Salamanca, coño.
¿Qué es, entonces, sino
un genocidio lo que se está perpetrando en las tierras palestinas?
¿Y nos la vamos a
coger con papel de fumar? Poco me interesa ahora si jurídicamente es fácil
determinar quién es el responsable de esta barbarie, pero lo que se consuma a
la vista de todos y con el silencio de no pocos (sobre todo de Occidente
-búsquese también su etimología y añádanla a la familia léxica-) es un
GENOCIDIO en toda regla. Y quien sea responsable es un GENOCIDA. Lo demás es
dar vueltas al caldero sin prender el fuego.
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