jueves, 6 de noviembre de 2025

LUZ

 

LUZ

 

La sucesión de tiempos desdibuja

el tiempo de la luz, que es permanencia.

Levita sobre el peso de las cosas

un empuje diáfano y celeste,

ajeno del plural y de las normas,

que invita a cada instante a no pensarse

como hecho abandonado y olvidado,

empobrecido y solo, sin la fuerza

de lo que aspira a ser siempre lo mismo,

a superar el tiempo y el espacio.

 

El hecho individual se viste de palabra,

se torna singular y se limita,

y ya pierde el afán de ser eterno,

no sabe que a su lado viven otros

sucesos traspasados por la luz

que es la que purifica y hace a todos

partícipes de un mundo

más alto y permanente.

 

Cuando el tiempo se expande y aniquila

las reglas de los límites del tiempo

para quedarse puro y transparente,

solo espacio de luz, fuego que arde,

todo es un solo espacio, un solo tiempo

con esencia de luz que ciega y mata

con sus límites últimos fijados

en otra realidad que es más propicia

para los gozos del conocimiento.

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