miércoles, 24 de diciembre de 2025

FELICITACIÓN NAVIDEÑA

 

PARA ESTAS NAVIDADES

Y PARA EL AÑO QUE EMPIEZA

 

Tener el corazón iluminado

y el ánimo dispuesto en positivo.

Prestar la voluntad y la mirada

al bien y a la verdad para que llene

los días y los meses de alegría.

lunes, 22 de diciembre de 2025

FIN DE AÑO

Con un mínimo cambio de solo una palabra, me apropio de mí mismo y repito felicitación para el nuevo año. En busca del amor, el bien y la belleza. Buen año. 

FIN DE AÑO

 

He de cerrar de nuevo el calendario

de mis días sembrados en el tiempo

de dos mil veinticinco.

Todo es memoria ya. En estos meses

he alzado la mirada y el misterio

me sorprendió sumido en el asombro.

Lo que era piedra o nube, por ejemplo,

se convirtió en amor, bajo el amparo

de lo que le prestaba mi mirada.

Fui creador, adivino, brujo, mago,

alquimista de todas las sustancias.

He abierto el pecho al paso de los días

y jugué al escondite muchas tardes

con las cosas sencillas.

Quizás he amado poco y es posible

que no esté en condiciones

de aprobar el examen de la tarde,

cuando solo es amor lo que interesa.

(Tal vez soy un quejica

y me quejo de vicio:

no lo tengáis en cuenta).

He visto pasar horas infecundas,

he conquistado cimas imposibles,

he buceado hasta el fondo, con peligro

de ahogarme muchas veces,

y otras he sucumbido a la indolencia.

 

Tengo a la vista un cuadro panorámico

con varias tachaduras y otra parte

con figuras mejor elaboradas;

en él he trabajado todo el tiempo.

Hoy ya le pongo marco y esta firma

que tiembla al contemplar que, acaso pronto,

será pasto del tiempo, del espacio,

y, si el azar no acude en su socorro,

acaso del olvido.

No lo dejéis que muera

solitario y frío.


lunes, 15 de diciembre de 2025

LA LLUVIA ME REGALA LA TRISTEZA

 

LA LLUVIA ME REGALA LA TRISTEZA

 

La lluvia me regala la tristeza

en todas esas gotas que golpean

la transparente paz de los cristales.

Cada gota señala un recorrido

y mil gusanos líquidos caminan

como buscando el suelo, donde unirse

en un solo caudal. Todas las gotas

se miran extrañadas, cual si fueran

deportistas en cruel competición.

El aire modifica su textura, planifica

el surco en que han de dar su último aliento.

Agua y viento se abrazan en un baile

que canta una balada vespertina

en el sonoro suelo del cristal.

 

Mi mirada traspasa la ventana

y ensaya el mismo baile con nostalgia,

por no poder cantar la melodía

que entonan en sus notas esta tarde

agua y viento a la vez. El cielo mira

la danza y la bendice. Yo retorno

al interior tranquilo de la sala

y entono en pensamiento los compases

que me suscita en grises la memoria

de todo lo que el tiempo no olvidó.

lunes, 8 de diciembre de 2025

INMACULADA

 

 INMACULADA

Los calendarios marcan como festivo este ocho de diciembre. Tradicionalmente se ha llamado el día de la Inmaculada, haciendo referencia religiosa a la Virgen María. El dogma de la Purísima Concepción es una creencia católica que afirma que la Virgen María, desde el primer instante de su concepción, fue preservada por Dios de toda mancha de pecado original, siendo así la primera y única persona completamente libre de pecado. Fue proclamado formalmente por el Papa Pío IX en 1854, estableciendo que María fue redimida de manera anticipada y singular por su futuro hijo. Así se libraba del dichoso pecado original, ese que nos tiene a todos acongojados y sin saber qué coño hemos hecho para que la tal carga de miedo caiga sobre cada uno de nosotros.

¡Ay de las religiones que se basan en el miedo, en  el pecado y en el castigo, en lugar de buscar sus fundamentos en el amor...!

El dogma ajusta muy bien a los intereses de la iglesia católica y no incita a la crítica a casi nadie, pues supone un día más de fiesta para descansar y llenar las calles y carreteras de personas en busca de no se sabe qué. Mañana será otro día y aquí paz y después gloria.

Pobre mujer esta María, si es que realmente existió: nada menos que, sin comerlo ni beberlo, se encuentra separada del resto de los mortales y elevada a “sin mancha” e “inmaculada”, que son la misma palabra y significan lo mismo. “Bedita tú entre todas las mujeres”. Para que así no sea manchado “el fruto de tu vientre, Jesús”.

Qué cantidad de virguerías y de revueltas para tratar de dar divinidad a ese Cristo que, si no, se nos escapa de las manos y se nos viene a ser como cualquiera de nosotros, y acaso también cargado con el peso del pecado original.

Y que nadie se olvide: todo ello repleto de connotaciones reproductivas. La Virgen María es inmaculada; ¿y las demás mujeres? Jugar con algo tan extraordinariamente maravilloso como es el hecho de dar a luz, de traer un nuevo ser al mundo, es muy peligroso y puede traer consigo las reacciones más inesperadas.

Creo que no hay en toda la Historia de las historias ninguna que se aproxime a todas las vueltas y revueltas que la doctrina de la iglesia ha ido dando con tal de que sus explicaciones se ajusten a sus creencias.

Pero de todas las figuras ninguna como la Virgen, que tiene que hacer de puente entre las carencias humanas y los misterios divinos. Qué sentimiento de ternura me produce imaginarme su figura en medio de tanto misterio y de tantos designios desconocidos. Apenas le queda el acatamiento, pronunciar el fiat y tal vez asombrarse ante todo lo que se le venía encima.

Es, claro, la figura más humana que la religión ha creado para conformar su doctrina. Si lo que conforma la imaginación tuviera visos de verdad...

viernes, 28 de noviembre de 2025

LO IMPORTANTE

 

LO IMPORTANTE

Cualquier manual de teoría literaria o diccionario de términos filológicos recoge las definiciones de sinécdoque y de metonimia como recursos que toman la parte por el todo, o usan un término por otro por la contigüidad que poseen. Así “espada” por “torero”, o un “jerez” por un “vino de la comarca de Jerez”. Eso nos permite ampliar y recrear la realidad a nuestro antojo y mostrarla desde caras muy diferentes.

En la práctica diaria, todos somos poetas y ensayistas, pues usamos estos y otros recursos cuando hablamos con cualquiera e intercambiamos información. No, no somos escritores por ello: lo hacemos sin conciencia y sin notar el valor de transformación que conlleva. Los creadores, en prosa o en verso, utilizan estos recursos con conciencia de que lo están haciendo y para qué lo están haciendo. Por eso los seleccionan, los escogen, los regulan, los ordenan y los hacen aparecer y desaparecer según su criterio. Unas veces aciertan más y otras fracasan en el intento.

Pero decía que todos los usamos estos recursos en la conversación diaria, cuando hablamos del tiempo, cuando “cortamos un traje” a los vecinos o cuando arreglamos de un plumazo el mundo.

En estos últimos días se habla en todas partes de los cincuenta años transcurridos desde el final de la dictadura, de la sentencia condenatoria al fiscal general del Estado, del enjuiciamiento a los responsables de la DANA de Valencia, del enjuiciamiento a varios exdirigentes del PSOE, del rifirrafe continuo de los partidos y sus descalificaciones, de los partidos de fútbol...; qué sé yo, de todo lo humano y lo divino.

Pues en todos los asuntos introducimos sinécdoques y metonimias a gogó. Dicho de otro modo, nos acogemos a aquella parte que nos favorece y con ella abanderamos o echamos por tierra todo el contenido de lo que juzgamos. Esto lo podemos aprovechar desde un sitio y desde otro, con apariencia de tener razón.

Cualquier ejemplo nos sirve. Tomemos el que acaso sea el más extremo: la dictadura que sufrió este país durante cuarenta años. Ahora se produce el cincuenta aniversario de su desaparición («Buen don Guido, ya eres ido, y para siempre jamás»). Alguien afirma que en ese periodo se produjeron cosas positivas; otros aseguran que ese fue un período negro de nuestra Historia. ¿Quién tiene razón? Pues seguramente ambos. ¿Quién puede negar que, aunque solo sea por pura fórmula aritmética, algo se haría bien a lo largo de tantos años? ¿Quién puede negar que se produjeron atropellos sin fin durante esa larga noche de los tiempos?

¿Hay un empate en esta disputa? ¡En absoluto! Inmediatamente asoma el peligro terrible de la equidistancia («todos son iguales») y el del desánimo por parte de quien no analiza y se deja llevar por la comodidad de lo genérico. Entonces, ¿quién engaña? Pues aquel que toma la parte por el todo y se olvida de que el todo es mucho más que la parte.

¿Qué favor le hace a su postura aquel que rechaza de manera absoluta la afirmación del contrario y no defiende la suya ordenando en importancia lo que es importante y colocando en segundo orden lo que es menos importante? ¡Ninguno! Hay mil argumentos y ejemplos para dar a entender que la dictadura es mala por sí misma, con independencia de que produzca algún elemento positivo. Una breve lista de calamidades y de privaciones en ella: enjuiciamientos y asesinatos sin garantías, falta de libertades de todo tipo, asociaciones, desigualdad ante la ley, no diversidad de opiniones, no participación de todos, responsabilidad no compartida, organización social controlada, eliminación de los poderes que no se basan en la razón... Mil razones. Por cierto, también aquellas que tienen que ver con el progreso económico (¿cuáles son las dificultades económicas de los jóvenes actuales, comparadas con las que sufrimos muchos niños de la dictadura?) Por favor, lean, pregunten, comparen y decidan. Y ahora me sitúo en el otro sitio: ¿Voy a negar por ello que existan dificultades en la actualidad? Pues claro que no.

La realidad es siempre múltiple y un hecho hay que defenderlo sabiendo organizar y jerarquizar las razones: las más importantes no anulan, pero colocan, a las más débiles en segundo o tercer escalón.

En este esquema mental me gustaría que se produjeran los razonamientos. De un lado y del otro.

Cuando así no sucede, ¿qué nos pasa? Pues lo que estamos viendo; que la polarización nos invade, la razón se esconde y aparecen la exageración, la exclusión y el enfrentamiento continuo. El peligro de la equidistancia asoma y el desánimo puede hacer mella en mucha gente.

Por desgracia, este ejemplo extremo se puede trasladar fácilmente a la actualidad política, social y hasta personal.

Fui aprendiz de carbonero en la niñez, no hortelano; pero sé que los rábanos no se han de coger por las hojas, pues corremos el riesgo de que se nos queden enterrados.

Una hermosísima canción pedía en su letra distinguir «lo que tiene importancia» de «lo importante». Pues eso. 

jueves, 27 de noviembre de 2025

EXAMINO LA ATMÓSFERA CELESTE

 

EXAMINO LA ATMÓSFERA CELESTE

 

Examino la atmósfera celeste

en esta tarde luminosa y lenta

de un noviembre de otoño. Mi mirada

se dirige a la luz de las estrellas.

El cielo es todo azul. Dios está en calma.

Es la naturaleza un sueño dulce.

 

Mi estado de confianza dura poco,

solo mientras recuerdo otros sucesos:

los hechos desgraciados producidos

al amparo engañoso que provoca

la civilización y sus acosos

-Hiroshima es de fuego y Nagasaki

es un grito terrible entre cenizas-;

hay tsunamis, volcanes, terremotos

que rugen con su furia desatada

y anuncian que ellos solos son bastante

para expandir la muerte y el abismo;

nadie sabe si hay vida en otros mundos,

y, si la hay, desconocen la existencia

de este exiguo y minúsculo planeta;

hay plagas y epidemias y tragedias...

 

Miro al sol y le pido humildemente

que atempere sus rayos, y a la atmósfera

que siga en equilibrio mucho tiempo,

como boina que ampara la existencia

de ese rastro de vida que me acoge.

 

En esta situación, me veo inquieto,

me puede el pesimismo, me persigue

un rastro de tristeza y de desánimo.

Una nube traspasa el horizonte.

Un pájaro se posa en una rama.

Hay personas del brazo paseando.

 

Miro de nuevo al sol y al firmamento

y entono una oración en el silencio.

jueves, 20 de noviembre de 2025

LOS PÁJAROS A LAS ESCOPETAS

 

LOS PÁJAROS A LAS ESCOPETAS

Creo que ya he utilizado alguna vez este marbete popular, pero no me importa repetirlo.

Resulta que, el mismito día del dichoso aniversario, una sala del Tribunal Supremo se despacha con la sentencia (aunque sea con el formato tan frecuente del filtrado) que condena al fiscal general del Estado, dicen que por revelación de secretos, aquella noticia que había dado a conocer antes un asesor perverso, verrugado, malencarado y bachiller llamado Miguel Ángel Rodríguez, que ya traía tras de sí una amplia trayectoria de hechos de la peor calaña e intención.

Las sentencias se acatan, pero no hay por qué compartirlas. Para un estado de derecho, la verdad es la verdad judicial. ¿Hay que repetirlo más veces? Por eso se acata.

Pero

«No he de callar por más que con el dedo,

ya tocando la boca o ya la frente,

silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?

¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?

¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,

puede hablar el ingenio, asegurado

de que mayor poder le atemorice...».

Francisco de Quevedo. Epístola satírica y censoria...

Cuesta pensar en la bondad y en el asiento jurídico de esta sentencia a la vista de lo que se ha conocido del juicio y de los testimonios que en él se han aportado y que se deben valorar como prueba. Esta vez parece que de poco o de nada han servido.

Cuesta tanto o más discutir y polemizar con un alto tribunal, compuesto, se supone, por personas muy cualificadas y que no deben dejarse llevar por tendencias ideológicas personales, tan lícitas como obligatoriamente separadas del análisis de las pruebas.

Pues, a pesar de esas costas, que asumo en mi debe, tengo que confesar que no entiendo la resolución. Y mucho menos con una justicia tan garantista como la española.

Es cierto que la legislación siempre concede un margen de interpretación, porque la vida no cabe encerrarla literalmente en la ley y en los preceptos; por eso la interpretación de los tribunales y los márgenes en los castigos: de tanto a tanto. No me cabe en la cabeza ni en ningún margen legal o temporal la solución que le han dado a este caso. De nuevo, los pájaros se han vuelto contra las escopetas, y lo que fue en origen una confesión de un defraudador confeso y la propagación de un bulo por parte de un asesor perverso, verrugado, malencarado y pendenciero se ha vuelto contra quien señaló que algo era incorrecto y que la verdad era algo totalmente distinto a lo que se propagó.

Acepto también que la sentencia tendrá sus considerandos y sus explicaciones, que no está redactada y que habrá que atenerse a esa redacción. Y todas las consideraciones que se me quieran hacer. A día de hoy, me parece un disparate mayúsculo que hace que se pierda algo más la confianza en la justicia si es que no andaba ya bastante perdida.

También sé que habrá algunos que le den la vuelta al enunciado y sostengan que qué bemoles tiene el tribunal para juzgar en contra de casi toda la opinión pública. Tienen su derecho, pero con su pan se lo coman.

La inferencias y consecuencias que de esta sentencia se derivan creo que son mayúsculas y que casi todas irán en beneficio de aquellos verrugados y malencarados que propagaron el bulo, así como de todos sus correligionarios. No entro ni a enumerarlas porque me asusto.

El tiempo dirá. Hoy no es precisamente un buen día para mi forma de pensar.