jueves, 30 de octubre de 2025

ARGUMENTOS DE AUTORIDAD

 

ARGUMENTOS DE AUTORIDAD

 En su obra Conocimiento y libertad, el lingüista y filósofo norteamericano Noam Chomsky reproduce unas palabras de otro gigante del pensamiento moderno: Bertrand Russell. Son estas: «Aquellos cuyas vidas son fecundas para ellos mismos, para sus amigos o para el mundo están inspirados por la esperanza y sostenidos por la alegría: ellos perciben con su imaginación las cosas posibles y la manera de ponerlas en práctica. En sus relaciones privadas no sienten ansiedad por temor a perder el afecto y el respeto de que gozan: tratan de dar libremente su afecto y su respeto, y la recompensa les viene por sí misma sin buscarla. En su trabajo no les inquieta la envidia por sus competidores, sino que se preocupan sin más de la tarea que hay que realizar. En política no consumen su tiempo y su pasión defendiendo privilegios injustos de su clase o nación, sino que aspiran a hacer que el mundo en su conjunto sea más feliz, menos cruel, con menos conflictos entre ambiciones rivales y con un mayor número de seres humanos cuyo crecimiento no se vea empequeñecido y paralizado por la opresión».

Esperanza, alegría, imaginación, afecto, respeto, no envidia, superación del interés personal y aspiración al bien común, libertad. Todo un esquema de vida que podría hasta sonar voluntarista y falto de realidad dura e inmediata.

Pero las metas no se alcanzan si no se marcan en el mapa, si no se organizan los caminos para llegar hasta ellas, si no se prende la ilusión de ponerse en marcha. Las palabras reproducidas no son ocurrencia de un ilusionista ni de un indocumentado, pues ni Chomsky ni Russell lo son precisamente.

Bajar a ras de tierra y vestirse el traje cotidiano de la realidad más inmediata resulta algo más complicado pues el contraste es muy grande. Y no solo en los ambientes políticos, en los que hoy reinan el insulto y la polarización, el enfrentamiento como método y la reducción del horizonte a un deseo inmediato de rebajar la realidad al bulo y a la apariencia de que el contrario ha sido pillado en renuncio y ridiculizado. También lo es en casi todos los ambientes sociales, con ese individualismo tan feroz como ridículo en el que reina el que mejor maneja o posee los medios para aparentar más y mejor.

Con frecuencia acudo a estos argumentos de autoridad en mis páginas, tal vez como escudo salvador para que no se me agoten los ánimos y conserve algún resto de esperanza en la mejora de mí mismo, de la comunidad y de cada uno de los individuos que la componen.

Contrastan estos pobres ánimos con la certeza de que existe mucha gente con conciencia positiva y con visión comunitaria. Pero la veo tambalearse como me veo a mí mismo con altibajos constantes.

Ahora mismo -solo a título de ejemplo- gobiernan los países más poderosos del mundo (America first) unos tipos que se muestran sin ningún pudor como dueños personales de decisiones que afectan a toda la comunidad en general. Y exhiben sus proclamas como si fueran caprichos de quita y pon, que sirven por la mañana pero que nadie sabe si durarán hasta la tarde. Todo ello sin ningún razonamiento ni consideración. De este modo, ¿cómo se puede acceder a la interpretación del mundo y a su posible transformación?

jueves, 23 de octubre de 2025

SUEÑOS

 

SUEÑOS

 

Mi historia se diluye en otra historia

más amplia y más compleja. Si supiera

discernir y acotar lo que me toca

por ser tan solo un ser que, extraño, sigue

una senda que tal vez no está escrita

si no es entre las líneas de un destino

que escribe con oculto abecedario.

Si supiera entender la voz de un código

que opera con la fuerza de un autómata

y repite sus normas, que resultan

para mí un laberinto y me confunden

en mi paso diario por el tiempo.

 

Mi mirada está ciega, mis impulsos

me empujan y yo ignoro mi destino,

mi fe se fue hace tiempo no sé a dónde,

me encuentro, como todos, arrojado

a vivir en la angustia del que sabe

que no sabe si sabe o es tan solo

un sueño entre los sueños del que nunca

se atreve a despertar por si descubre

que acaso la verdad es tan terrible

y es mejor dibujar dentro del sueño

una historia feliz en la que nunca

se deja de soñar con dulces sueños.

jueves, 16 de octubre de 2025

TARDE JUNTO AL RÍO (LA ALISEDA)

 

TARDE JUNTO AL RÍO (LA ALISEDA)

 

Me siento a refrescarme junto al río

y observo cómo el agua se sorprende

de verme pensativo. Los calores

me rinden a la sombra de los árboles.

Nos damos la palabra mutuamente

y creamos la vida dialogando.

Mis penas son las suyas y sus aguas

me regalan la voz de sus querellas.

Los alisos se inclinan hacia el cauce

como dando certeza de notarios.

 

Hoy el río me escucha y ha calmado

su incesante salmodia. Le he contado

todo lo que me llora la conciencia,

y he suplicado, humilde y confiado,

que guarde mi secreto en el silencio.

Tan solo aguas abajo podrá el río

tristemente contarlo

mezclando entre sus aguas

su canto con mi canto.

 

Los ríos son fiables confidentes

que llevan en su cauce nuestras penas

hasta el mar, donde todo se diluye

en brazos del silencio y del olvido.    

jueves, 9 de octubre de 2025

EL FUTURO ABOLIDO

 

EL FUTURO ABOLIDO

Las encuestas que realmente valen son aquellas que marcan tendencia, o sea, las que repiten resultados similares a lo largo de un tiempo. Eso parece que está ocurriendo en lo que se refiere a la opinión de la gente más joven, que no deja de crecer en su acercamiento a la extrema derecha. Mucha gente se escandaliza y no sé cuántos se van al rincón de pensar, para tratar de dar con las claves que expliquen las razones por las que esto sucede.

Parece razón biológica que las generaciones jóvenes miren al futuro como algo a lo que aspiran para ser conquistado y en lo que ser protagonista. Tienen casi toda la vida por delante y escasa mochila de experiencia del pasado. Además, tradicionalmente, cada generación comporta una buena parte de ruptura con el pasado y con la generación de sus padres: ´hay que matar al padre´. Hay que crear un mundo nuevo y mejorado, con protagonismo propio.

Lo que se observa ahora mismo entra en contradicción con estas apreciaciones. ¿Cuál es la causa? El asunto nos afecta a todos, pero han de ser los sociólogos y los representantes públicos los que pongan mano a la obra para encauzar esa deriva y ese aparente oxímoron.

Intentar descubrir en unas líneas el Mediterráneo es, como diría don Quijote, pensar en lo excusado.

Las razones son siempre múltiples y la realidad es confusa. Solo enumerar algunas y ordenarlas jerárquicamente resulta tarea casi ingente. Pero no afrontarlas es dejar que la tendencia se convierta casi en ley. Y entonces...

No se me ocurriría a mí ni decir que las generaciones jóvenes son una maravilla ni que son la suma de todos los defectos. También su realidad es muy variada. Y no deberíamos renunciar a exigir a cada uno de esos jóvenes la parte de responsabilidad que le concierne, que no es poca. Esa tendencia a regalar los oídos por parte de los representantes públicos a todos los ciudadanos no es más que una demagogia demasiado barata y de resultados muy negativos. También ellos, los jóvenes, como todos los demás, podrían preguntarse no solo qué hace la sociedad por ellos, sino también qué hacen ellos por la sociedad.

La otra parte, tal vez la más amplia, cae del lado del resto de la comunidad. Y ahí hay que incluir todo aquello que compone el contexto en el que los citados jóvenes van encarando la vida y lo que presienten para el futuro, para su futuro.

Y aquí la enumeración de elementos de ese contexto y el orden de importancia de los mismos: perspectivas laborales, cansancio con el presente, innovaciones sociales y culturales bruscas, cultura del esfuerzo (o no) y de la constancia, costumbres, presencia o ausencia de ideas y de reflexión, ausencia de verdades más o menos absolutas que obliguen a todos (sociedad líquida), ejemplos individuales de referencia, velocidad de la vida, individualismo voraz, falta de sentido social, nuevas tecnologías, bulos...

Todos estos elementos forman una lista incompleta y tal vez no bien ordenada que nubla la confianza de los jóvenes y los anima a buscar soluciones sencillas, rápidas y sin explicaciones que les den fundamento.

El panorama no es muy halagüeño. Lo peor es que no se vislumbra un futuro mejor. Se diría que los jóvenes ven el futuro abolido, o al menos confuso y de color gris oscuro.

Sean cuales sean los nuevos pasos, ninguna solución será buena si no apunta a la supervivencia y a la salvación común, a pensar en la sociedad como un conjunto en el que la aportación debe ser la de todos y los beneficios también. En caso contrario, el más fuerte se sentirá cómodo y obtendrá beneficios abundantes.

El futuro no está abolido. Está por escribir. Y hay que hacerlo con buena letra y con renglones rectos, para que la página entera se pueda leer con claridad y ser bien entendida.

¿Por qué no se les da voz en los medios de comunicación a aquellas personas que tengan algo que decir, desde sus razonamientos y desde sus investigaciones, en estas materias? Se nos va el tiempo y se nos van las imágenes en discusiones de bar, en banalidades, en cuestiones nominales y en insultos y descalificaciones, cuando no en conciertos con alaridos y miles de vatios de sonidos ensordecedores.

Y luego nos pasa lo que nos pasa y nos escandalizamos. Cachis...

martes, 30 de septiembre de 2025

DE VIRIS ILLUSTRIBUS

 

DE VIRIS ILLUSTRIBUS

Las comunidades han necesitado desde siempre ejemplos y referencias, espejos en los que mirarse, modelos para ser imitados. Desde el macho alfa de la manada primitiva hasta el ejemplo más refinado por su cultura y por su actividad social o intelectual en otras épocas.

Los ejemplos se han ido modelando a lo largo del tiempo y las características de esos ejemplos se han ido adaptando a los valores que la sociedad ha ido imponiendo, o se ha dejado imponer por poderes superiores. No es lo mismo un modelo primitivo de buen cazador que un modelo de guerrero espartano, o que un cultivador exquisito de virtudes religiosas, ni que un modelo de científico creador de elementos de ayuda para la sociedad, o un deportista actual... Apasionante resulta echar tan solo una mirada a esa panoplia de modelos para entender cómo se han ido confeccionando las escalas de valores y tal vez para quedarnos sorprendidos por ello.

Uno tiene la impresión -por no asegurar que la evidencia- de que hoy se llevan la gloria aquellos ejemplos que mejor saben explotar la pasarela pública y que mejor saben vender el producto a una sociedad que se alimenta de imágenes vacías y de ráfagas aisladas. O sea, de apariencias, en todas sus variedades.

Pero la paleta cromática es muy variada y el arco iris admite muchos tonos. Quiero decir, claro, que no todo es o blanco o negro; que no todo es solo apariencia y que hay ejemplos que demuestran lo contrario.

Los ayuntamientos suelen distinguir a algunos de sus vecinos con reconocimientos públicos que suponen para los premiados algo así como ponerlos en un pequeño pedestal para que sirvan de ejemplo ante los demás miembros de la comunidad. Se convierten en algo así como ´ciudadanos ilustres´, al modo de aquellos viri illustres clásicos tan celebrados en obras que llevan el título de De viris illustribus.

Supongo que establecer los reglamentos y los protocolos para esas designaciones no debe de resultar nada sencillo. ¿Qué perfiles son los que van a ser premiados? Después de haber elegido esos perfiles, ¿a quién dejas fuera, si siempre hay varias personas que pueden merecer esos honores? Si te presentan un candidato, ¿cómo te atreves a dejarlo fuera con tu voto negativo? ¿Hay que atreverse alguna vez a dejar alguno de estos premios desierto? Y así una ristra de preguntas. No, no debe de resultar sencillo esto de la designación de premiados. Aunque, en resumen, mejor será pecar por exceso que por defecto.

En Béjar creo que este año han acertado de pleno al premiar a vecinos que se han destacado sobre todo en actividades que tenían como finalidad el provecho no propio, sino de los demás ciudadanos. Dicho de otro modo, la solidaridad -además de otras cualidades- ha sido reconocida en las personas que visiblemente la han practicado y la siguen practicando. Por eso, mi reconocimiento y mi enhorabuena para ellos. En este caso con nombres y apellidos: Abejarock y sus organizadores, Festival de blues y la familia Sánchez Paso, Luis Felipe Comendador, Juan Hernández Heras, Nayerda Slujalkovsky. Y tras ellos, para todos aquellos que no han sido premiados, pero que ejercen en el silencio la ayuda y el ejemplo con su vida y su escala de valores.

Como le comenté a uno de los premiados, este puede que sea uno de los reconocimientos más bonitos y que produzca mayor satisfacción, porque viene de la mano de los vecinos, de las personas más próximas, de aquellas con las que se convive y en quienes más y mejor puede lucir el ejemplo para ser imitado.

Inevitable para mí recordar el premio que en los primeros años del siglo pasado ya se concedía, por suscripción popular, en la revista bejarana Cultura y Tolerancia, dirigida por el anarquista José María Blázquez de Pedro, nada menos que «A la mujer más buena»

Este es un caso más en el que se cumple aquella afirmación unamuniana de que «Nada hay más universal que lo individual, pues lo que es de cada uno lo es de todos».

Así, de nuevo, lo que parece anécdota se nos convierte en categoría y en guion de pensamiento para cualquiera en el espacio y en el tiempo. Dicho de otra manera, que lo que se predica para esta ciudad estrecha y para el año presente sirve para cualquiera otra y en cualquier momento.

domingo, 21 de septiembre de 2025

CONSEJOS VENDO

 

CONSEJOS VENDO

Las revoluciones tecnológicas y comunicativas han abierto la ventana de tal manera que cualquiera puede asomarse a ella y echar su cuarto a espadas para arreglar el mundo en todas sus variables. Por eso, a nadie le puede extrañar que, en no importa qué rincón de la aldea global, cualquier persona opine en público y solucione de palabra el mayor desaguisado.

Tal vez antes las discusiones tenían el campo algo más acotado y se referían con mayor frecuencia a aquellos sucesos que se presentaban en un espacio y en un tiempo más reducidos y más próximos; todo lo demás quedaba demasiado lejano y acaso no se opinaba sobre ello, por desconocimiento o porque no interesaba.

Hoy, ya lo he dicho, todo está en boca de todos.

No está mal que así sea, porque la aldea es global y porque todo atañe, casi visualmente y en tiempo real, a todos. Bienvenido sea ese soplo de luz y de llamamiento a la participación y al compromiso.

Pero, si le damos la vuelta a aquel dicho que afirmaba que no hay mal que por bien no venga, nos encontramos con que no hay bien que por mal no venga.

Algunos peligros acechan a esta oportunidad de intervenir en todo.

El primero es el de meter la mano en el fuego de la ignorancia, pues poco o casi nada sabemos de casi todo. Un poco de prudencia y de humildad no vendría mal. Tampoco un algo de contención en las afirmaciones. Un fondo difuso de sentido común y de buena voluntad es el que mejor resiste los embates del instinto, de la pasión y de lo primero que se nos ocurre.

El segundo apunta a la forma de comportarnos en una conversación cualquiera. Me atrevo a sugerir algunos consejos para que esta discurra un poquito menos mal. Son estos:

a) Escuchar, siempre escuchar.

b) Realizar intervenciones cortas.

c) Tratar de que lo que digamos guarde relación con lo que ha dicho nuestro interlocutor, o sea, dialogar y no sumar monólogos.

Si al fondo de prudencia le añadimos estos mecanismos, que son tanto mecánicos como mentales, creo que todos ganaríamos mucho y los malos entendidos, que tanto abundan y que estropean casi todas las disputas, empezarían a sentirse desplazados y extraños.

Cualquiera echará a rodar su imaginación figurándose a los cargos públicos y a los periodistas sabelotodo en plena pelea, barullo y griterío. Pero es más importante, si esto tiene alguna virtualidad, que lo apliquemos a nuestras conversaciones de diario, esas que conforman nuestra intrahistoria, la historia de verdad, aquella pequeñita en la que somos o deberíamos ser protagonistas.

Las visiones del mundo son infinitas; sus expresiones deben aspirar a ser sencillas, claras y prudentes. La convivencia está en juego; la polarización y la crispación, también. Y no está el horno para bollos.

domingo, 14 de septiembre de 2025

ES UN GENOCIDIO

 

ES UN GENOCIDIO

En la guerra de Israel contra Palestina, sobre todo en la franja de Gaza, se han producido más de cincuenta mil muertos acreditados. El número real tiene que ser mucho mayor. Los muertos son de todo tipo, muchos de ellos niños y mujeres. La ciudad de Gaza, donde vive la mitad de la población, está siendo literalmente arrasada. Los gazatíes se mueren de hambre y andan de un sitio a otro sin cobijo ni poder de resistencia. El individuo ese que preside los EE. UU. se jacta en un vídeo de la posibilidad de crear en la franja una inmensa ciudad de vacaciones una vez que sean expulsados los habitantes nativos... Y así hasta el infinito.

En diversos centros de poder en el mundo (también en España) se andan cuestionando si se trata de un genocidio o de qué coños estamos hablando. Y lo hacen como si estuvieran testando el sexo de los ángeles.

Las palabras son aproximaciones a la realidad; siempre les queda esa grieta por la que se cuelan interpretaciones y connotaciones particulares o colectivas. Pero hay que tener cuajo para seguir dudando de lo que implica todo lo que está ocurriendo en Palestina y cómo se ha de llamar. Al final, lo que importa es la barbarie que vemos a diario y algo menos la interpretación jurídica que de ello se haga y su reflejo en el léxico que describe esa realidad y esas leyes.

Pero, por si acaso, no estaría de más que acudiéramos a la etimología de las palabras para no confundir a la gente con engañifas e intereses inconfesables.

La palabra ´gen´ produce y genera una familia léxica enorme y un sinfín de palabras que hunden su origen en ella; es, sin duda, una madre muy prolífica: generación, genética, género, génesis, genotipo, genoma, ingenio, ingeniero, original, genialidad, gentileza, generalizar, general, genocida, genocidio, genotipo... Y mil más

´Caedere´ es un verbo latino que significa matar. También genera una familia léxica generosa: homicidio, infanticidio, parricidio, magnicidio... Súmense, por favor, ambos términos y obren el milagro: Genocidio = matar el gen, eliminar la generación, exterminar a todo el género, hacer desaparecer de la faz de la tierra a todos los elementos descendientes de los mismos genes... No hace falta ser muy listo para verlo, ni pedir el premio nobel por ello. Y, si no, a estudiar a Salamanca, coño.

¿Qué es, entonces, sino un genocidio, lo que se está perpetrando en las tierras palestinas?

¿Y nos la vamos a coger con papel de fumar? Poco me interesa ahora si jurídicamente es fácil determinar quién es el responsable de esta barbarie, pero lo que se consuma a la vista de todos y con el silencio de no pocos (sobre todo de Occidente -búsquese también su etimología y añádanla a la familia léxica-) es un GENOCIDIO en toda regla. Y quien sea responsable es un GENOCIDA. Lo demás es dar vueltas al caldero sin prender el fuego.