domingo, 14 de septiembre de 2025

ES UN GENOCIDIO

 

ES UN GENOCIDIO

En la guerra de Israel contra Palestina, sobre todo en la franja de Gaza, se han producido más de cincuenta mil muertos acreditados. El número real tiene que ser mucho mayor. Los muertos son de todo tipo, muchos de ellos niños y mujeres. La ciudad de Gaza, donde vive la mitad de la población, está siendo literalmente arrasada. Los gazatíes se mueren de hambre y andan de un sitio a otro sin cobijo ni poder de resistencia. El individuo ese que preside los EE. UU. se jacta en un vídeo de la posibilidad de crear en la franja una inmensa ciudad de vacaciones una vez que sean expulsados los habitantes nativos... Y así hasta el infinito.

En diversos centros de poder en el mundo (también en España) se andan cuestionando si se trata de un genocidio o de qué coños estamos hablando. Y lo hacen como si estuvieran testando el sexo de los ángeles.

Las palabras son aproximaciones a la realidad; siempre les queda esa grieta por la que se cuelan interpretaciones y connotaciones particulares o colectivas. Pero hay que tener cuajo para seguir dudando de lo que implica todo lo que está ocurriendo en Palestina y cómo se ha de llamar. Al final, lo que importa es la barbarie que vemos a diario y algo menos la interpretación jurídica que de ello se haga y su reflejo en el léxico que describe esa realidad y esas leyes.

Pero, por si acaso, no estaría de más que acudiéramos a la etimología de las palabras para no confundir a la gente con engañifas e intereses inconfesables.

La palabra ´gen´ produce y genera una familia léxica enorme y un sinfín de palabras que hunden su origen en ella; es, sin duda, una madre muy prolífica: generación, genética, género, génesis, genotipo, genoma, ingenio, ingeniero, original, genialidad, gentileza, generalizar, general, genocida, genocidio, genotipo... Y mil más

´Caedere´ es un verbo latino que significa matar. También genera una familia léxica generosa: homicidio, infanticidio, parricidio, magnicidio... Súmense, por favor, ambos términos y obren el milagro: Genocidio = matar el gen, eliminar la generación, exterminar a todo el género, hacer desaparecer de la faz de la tierra a todos los elementos descendientes de los mismos genes... No hace falta ser muy listo para verlo, ni pedir el premio nobel por ello. Y, si no, a estudiar a Salamanca, coño.

¿Qué es, entonces, sino un genocidio, lo que se está perpetrando en las tierras palestinas?

¿Y nos la vamos a coger con papel de fumar? Poco me interesa ahora si jurídicamente es fácil determinar quién es el responsable de esta barbarie, pero lo que se consuma a la vista de todos y con el silencio de no pocos (sobre todo de Occidente -búsquese también su etimología y añádanla a la familia léxica-) es un GENOCIDIO en toda regla. Y quien sea responsable es un GENOCIDA. Lo demás es dar vueltas al caldero sin prender el fuego.

lunes, 8 de septiembre de 2025

ROMERÍA DEL CASTAÑAR

 


ROMERÍA DEL CASTAÑAR

N.B. Hace un año publiqué esta crónica juglaresca de la romería del Castañar. Dicen que fue fidedigna, aunque yo no estuve realmente en la misma. Hoy la reproduzco en las mismas condiciones. Tan solo he cambiado el día de la semana (lunes por domingo), que ni siquiera altera la medida del octosílabo.

Lunes, ocho de setiembre,

el sol despuntado había

y las gentes bejaranas

saludan un nuevo día.

Es día de fiesta, de gozo,

de honrar a Santa María.

Por eso, a media mañana,

hacia el Castañar subían

llenando rodeos y aceras

con palabras de alegría.

 

En torno del santuario

que en el monte se erigía,

se congregan multitudes

para celebrar la misa

en la Plaza de los Tilos,

con toda la clerecía,

los fieles y los cofrades

que forman su cofradía.

Las gentes menos devotas

por el Castañar caminan

repartiendo parabienes,

saludos y cortesías;

unos llenan las aceras,

otros andan a porfía,

por encontrar un buen sitio

desde el que recrear la vista.

Por allí amanecen rostros

de personas conocidas

que solo una vez al año

en el monte aparecían;

por el otro lado caras

de gentes desconocidas

que se mezclan y se funden

en jovial algarabía.

 

La misa ya terminada,

la procesión se veía

con la imagen de una virgen

subida en una hornacina,

seguida de muchos fieles

que cantan, rezan y gritan,

con voz que recibe el viento,

vivas a Santa María.

Los devotos, cuando pasa

la imagen, callan y miran,

tal vez soñando milagros

para el resto de sus días.

Allí las autoridades,

alcalde, concejalías,

guardia civil, comarcanos,

peñas, gentes, policías,

como guardando a la imagen

de ofensas y de mancillas.

Desde el Mirador, la Virgen

bendice industrias y mira

todo lo que a ver se alcanza

de Béjar y cercanías.

 

De vuelta la procesión,

ya camino de la ermita,

se repiten los aplausos,

los cánticos y los vivas

mientras departe la gente

entre cañas y sangrías.

Los bares, los chiringuitos

que en El Castañar había

no dan abasto sirviendo

lo que la gente pedía.

 

Así se llega la hora

de degustar la comida

en restaurante o al fresco

que les regala la umbría.

 

Para esa hora muchos fieles,

con la costumbre cumplida,

han vuelto a coger la senda

que a la ciudad conducía

desgranando comentarios

que hablan de la romería.

Muchos otros aprovechan

para ir a la corrida

de toros que en “La Ancianita”

se celebra en este día,

-afirman que con la imagen

de la Virgen presidida:

hasta este punto se mezclan

devoción y fantasía-.

 

Solo queda la verbena,

con la noche ya crecida,

para cerrar esta fiesta

y cantar su despedida.

Mañana, de nuevo es hora

del deber y la rutina.

 

¿Qué buscarán estas gentes

monte abajo y monte arriba,

tras una imagen que calla

y parece que medita

viendo a tanta gente junta

y a sus favores rendida?

 

El juglar también contempla

todo lo que allí veía

y no sabe darle a esto

respuesta definitiva.

¿Devoción, costumbre, fiesta,

superstición, fantasía,

miedo, consuelo, carencia

de seguridad de vida?

 

A meditar sobre ello

este juglar os invita.

martes, 2 de septiembre de 2025

AYLAN EN LAS ARENAS

 Hace diez años de la muerte del pequeño Aylan en las playas, huyendo de la guerra. Entonces compuse este alegato en forma de poema que hoy quiero reproducir: sigue tan vigente...

                    AYLAN EN LAS ARENAS

«Las manos de mis niños se me escaparon de la mías». Palabras del padre de Aylan, niño sirio que se ahogó en el mar, entre Turquía y Grecia, junto a su madre y un hermano mayor de cinco años. Todos huían de la guerra en su país.

 

Supe de tu existencia desde el día

aquel que, desde el mar de la Antillas,

surcaron naves hacia el mar de oriente,

con la muerte en sus vientres

y una insaciable sed del oro negro.

Te adiviné en los turbios pensamientos

llegados de la tundra de Siberia,

envueltos en la faz de la locura.

Estabas incubando cuando Europa

jugaba a repartirse Oriente Medio.

Naciste cuando Alá andaba furioso

jugando a la guerrilla con los niños,

descabezando bienes y razones

en nombre solamente del misterio.

Creciste con el miedo a los caprichos

del sátrapa de turno en tu contorno.

El hambre te empujó, te empujó el viento

contra el último engaño de occidente.

El mar se volvió cómplice y al verte

tan solo, tan pequeño, tan humilde,

se apiadó de tu tierno sufrimiento.

 

Todo eso lo había visto y no supe mirarlo.

 

Tú hoy le pusiste cara y me increpaste

por no haberlo gritado a grito limpio,

por no cambiar la parte que me toca

y no gritar la rabia y la impotencia:

por no haberme manchado en mi palabra.

 

Hoy va mi maldición contra esta historia,

que es historia de todas las historias.

Porque hoy tú eres el resto de un naufragio

que llega desde el cielo y certifica

el despiadado paso de los tiempos.

Que los dioses respondan de sus culpas,

que los seres se miren la conciencia,

que yo sepa llorar lo intolerable

pidiendo tu perdón,

y que la tierra grite

un grito de dolor en las arenas

donde tú te rendiste

acunado en el eco de las olas

del mar Mediterráneo.

lunes, 1 de septiembre de 2025

EL VERANO PRESENTA SU RENUNCIA

 

EL VERANO PRESENTA SU RENUNCIA

           

El verano presenta su renuncia

en este día primero de setiembre.

El tiempo no pervive, se transforma

en la materia gris de la conciencia

y se abren nuevas puertas giratorias

al ciclo donde habita la costumbre.

De repente, se anuncia la rutina,

que empieza a convivir con la nostalgia.

 

Es la vida, que rueda y que repite

otro ciclo sin rumbo, como Sísifo

subiendo y descendiendo con la roca,

que esconde en lo más hondo de su seno

las reglas de un destino misterioso.

 

Tan solo tú repites personaje

en ese doble hacer de la conciencia

que suma la costumbre y la nostalgia.

Yo debo interpretarlo pues en ello

me va la realidad de mi existencia.

Te pido solamente que, en escena,

reconozcas mi nombre y mis palabras.

martes, 26 de agosto de 2025

ESTOY NACIENDO

 

ESTOY NACIENDO

 

Estoy naciendo en tiempo que no es tiempo

y en espacio que no conoce límites.

Aún soy acaso fuego o agua o aire,

la tierra no conoce mi presencia.

 

Cuánta transformación, cuánta materia

a bordo de la nave del misterio,

oculta en el silencio de los siglos.

 

De repente despierta mi conciencia:

soy cuerpo que se siente en movimiento,

luz que traspasa todo lo que observa,

sustancia diminuta, voz que canta,

lanzadera sin rumbo por el aire,

llama que quiere arder para quemarse,

y ascender y volver de nuevo al sitio

donde empezó a existir, en esa noria

que repite y repite su trabajo

en una obstinación incomprensible.

 

Estoy suspenso, absorto, enmimismado,

tratando de entender tan solo un poco

en este misterioso abecedario.

martes, 19 de agosto de 2025

CÓMPLICES

 

CÓMPLICES

Resulta recurrente la discusión acerca de la labor del escritor e intelectual ante la realidad más acuciante, sobre todo ante los hechos más crueles, como son las guerras y los conflictos que producen hambre y desastres naturales. Se suele afirmar que la literatura, y la poesía en concreto, no tienen como misión arreglar el mundo, sino crear belleza a través de la palabra. Anoto aquí también otra opinión de peso acerca de este asunto. Habla el filósofo y ensayista George Steiner: «La cuestión de si el poeta debe hablar o callar, de si el lenguaje está en condiciones de casar con sus necesidades, es una cuestión real. “Ninguna poesía después de Auschwitz”, dijo Adorno, y Sylvia Plath plasmó el significado latente de esta afirmación de una manera al mismo tiempo histriónica y profundamente sincera. ¿Ha perdido nuestra civilización en virtud de la inhumanidad que implantó y que justificó -somos cómplices de lo que nos deja indiferentes- el derecho a ese lujo indispensable que llamamos literatura? (...). No digo que los escritores deban dejar de escribir. Esto sería fatuo. Me pregunto si no estarán escribiendo demasiado, si el diluvio de letra impresa a través del cual luchamos por abrirnos paso, aturdidos, no representa por sí mismo una subversión del significado».

El contexto de esta frase es el de las guerras mundiales. Hoy no es que haya guerras mundiales, es que el mundo está en guerra, los conflictos se reproducen como setas y cada vez son más letales. Todos deberían porrear en la conciencia de los más sensibles. Algunos resultan sencillamente insoportables. ¿Qué debe hacer el que se manifiesta por escrito y aspira a ser leído? ¿Qué postura tomar ante la constatación de que casi cualquier palabra de un creador ni va a ser oída ni escuchada y no va a influir en absoluto en la resolución de los conflictos? ¿Hay que seguir gritando? ¿Hay que rendirse y olvidar la existencia de esos conflictos? ¿Hay que apuntarse como voluntario para luchar físicamente en el campo de batalla?

Ahí seguimos, con la duda y con la herida a cuestas, con la impotencia a las espaldas y con el desánimo llamando a la puerta. Las variables son muchas y todas tienen algún punto de poyo que las explica. Tal vez lo que menos dudas ofrezca sea todo aquello que apela a la conciencia de cada uno y a la respuesta que a esa llamada tengamos que dar. Cada uno en sí mismo y en los círculos más próximos, en los que pueda dejar alguna semilla que acaso algún día pueda nacer, crecer y dar algún fruto.

En el contexto de mi espacio y de mi tiempo presentes, un incendio devora los parajes naturales que le dan a estas tierras un sabor de lujuria en sus paisajes. La misma teoría y la misma duda. ¿Qué hacer?, cómo gritar?, ¿qué resoluciones personales adoptar?, ¿habrá que echar a la hoguera los versos que proclaman la belleza y quemarla con ellos?, ¿tendremos que analizar a fondo las causas de los desastres y denunciarlas con razones y

prosa sin remilgos y a tumba abierta?

Hay humo en el ambiente, mucho humo. Mi mente se consume en la impotencia y ando desorientado, como el fuego. Que todo acabe pronto y vuelva a ser el cielo sobre el suelo un beso y no un enfado.

miércoles, 13 de agosto de 2025

¿QUIÉN GUARDARÁ DE MÍ...?

 

¿QUIÉN GUARDARÁ DE MÍ...?

 

¿Quién guardará de mí

las notas que protegen el recuerdo?

¿Y cómo arpegiarán

formando una imprecisa melodía?

 

Sé que tan solo soy

un eco casual del universo,

una simple partícula,

un átomo de un cuerpo gigantesco.

 

Pero han de ser tan solo

esas pequeñas cosas las que digan

las letras de mi nombre

cuando ya no comparta su presencia.

Alguna roca, acaso,

regalará una lágrima a la tierra

y el río la reciba

para decir con ella que comparte

esa mella minúscula

que el silencio del tiempo orada y grita;

un papel despistado,

o el eco que repite la costumbre

que cifraban las horas

en el roce diario con la vida.

 

Me duele no saberlo,

pues el dolor consiste en no saberse,

y entonces no estaré para contarlo.