domingo, 1 de diciembre de 2024

¡ERA VERDAD!

 ¡ERA VERDAD!

Yo sabía que era verdad, pero entiendo que a alguno le podía parecer una broma de mal gusto. Mo, no, era y es verdad. No me resisto a copiar la noticia tomada del periódico Cinco Días. Ya la comenté hace unos días. Hoy me reconforto con el argumento de autoridad.

«El inversor chino Justin Sun cumple la promesa y se come la banana que compró por 6,2 millones.

La obra de arte conceptual fue diseñada por el italiano Maurizio Cattelan

La banana en la edición de Art Basel Miami de 2019, cuando el artista italiano Maurizio Cattelan la pegó a una pared blanca con un pedazo de cinta adhesiva. RHONA WISE (EFE)

 




Juan Pablo Quintero

Madrid - 29 NOV 2024 CET

El coleccionista chino y fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, Justin Sun, dice haber probado la mejor banana de su vida. “Está bastante buena, mejor que las otras”, aseguró. No podía decir otra cosa: la fruta le costó 6,2 millones de dólares (5,6 millones de euros). Es la que estuvo pegada a la pared con cinta adhesiva gris y que se considera una obra de arte conceptual. La pieza dividió al mundo de los críticos del arte en 2019 y es fruto del italiano Maurizio Cattelan, que la tituló Comedian.

Lo que sí puede decir la banana— si las bananas hablaran, claro —es que es la única que no se ha vendido en un supermercado. Sun, de 34 años, la compró en una subasta de Sotheby’s en Nueva York el pasado 21 de noviembre. Ese día, el cripto empresario dijo sentirse incrédulo de haberla ganado y tan solo 10 segundos después de proclamarse su dueño, prometió comérsela. “No se trata solo de una obra de arte; representa un fenómeno cultural que une los mundos del arte, los memes y la comunidad de criptomonedas. Creo que esta obra inspirará más reflexiones y debates en el futuro y pasará a formar parte de la historia”, dijo el día de la subasta. La promesa está cumplida: la ha pelado frente a periodistas e influencers, argumentando que el acto de comérsela formaba parte de la experiencia artística».

¿Cómo se puede ser tan gilipollas? Menos mal que por lo menos se la comió. Por cierto, no eran miles de euros como yo creía, sino millones. Repito por enésima vez que lo importante no es que haya por ahí algún imbécil mental suelto, sino que tenga legión de seguidores. Dios mío, llévame pronto.

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