viernes, 21 de septiembre de 2012

HOY TENGO SED DE PINOS


HOY TENGO SED DE PINOS
A veces, lentamente,
cuando se va la tarde en desaliento
y en el final del aire se aniquilan
los rayos y la luz del horizonte,
me invade una incurable sed de pinos.

Entonces te imagino dando saltos
luminosos de espuma
por la ladera arriba de un sendero
que se muestra vedado al desaliento.

Entramos más adentro, como al eco
de una llamada blanda y solitaria,
el paisaje nos besa y se demora
en el calor suave de tus labios
y en el mar infinito de tus ojos.
Y tú y yo somos simples, indivisos
anillos de un collar inseparable.

La luna, si anochece,
se duerme de placer entre los árboles
y Dios no sabe dónde
debe esconder su voz por no sentirse
sobrepasado en gozo en ese instante.

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