SED
Es una tarde gris de primavera.
La lluvia, tan lejana y tan extraña,
se ha dignado a venir a visitarnos.
Son solo escasas gotas, como lágrimas
que lloran en los campos y no sacian
su sed ni comprometen el bautismo
de esta niña, infantil naturaleza.
Abril está esperando que los cielos
accedan a saciar su sed de agua,
a dar vigor a tanto tallo tierno,
que mira hacia la luz y en ella aprende
a echar a andar y a dar primeros pasos.
Cielo y suelo se miran sorprendidos.
Yo los miro y me miro:
también yo soy un ser con sed de agua.
1 comentario:
Yo diría que todos. Cuanto mayor eres tienes mucha sed... Quizás de aprovechamiento de vida que va hacia el ocaso
Publicar un comentario