sábado, 23 de enero de 2021

EN MEDIO DE LOS DÍAS

EN MEDIO DE LOS DÍAS

Un mes ya transcurrido del invierno. Los ya lejanos días de fin de año, la ausencia de los seres más queridos, la pandemia que empuja y que no cede, la perspectiva todavía confusa, la ola de frío que heló hasta las entrañas, el ciclón posterior con sus borrascas, el anuncio feliz del nuevo libro, las horas que se apiñan todas juntas en la monotonía, las lecturas diversas que hacen más ancho el mundo, esas calles vacías tanto tiempo, el verde que ya apunta poco a poco, el almendro rompiendo con sus flores (he de bajar a verlo), los hijos y los nietos en figuras pequeñas a través del teléfono, la sensación extraña de un mundo poco alegre y encogido, la primera cigüeña por los aires, la sierra en claroscuro con sus manchas de nieve, el río en lo más hondo, el sol en otros días dando solaz y calma a los paseos frecuentes por la Cerrallana, la luz que ya se estira poco a poco y tal vez se despereza del invierno, mi sensación del tiempo más fugaz y constante, de nuevo Salamanca en mascarillas, la huida instintiva de las duras imágenes que nos deja la tele…

Sin embargo, también al mismo tiempo, sentir que, sea como sea, todo tiene sus ritmos y sus plazos, saber que hay horizontes que barruntan el día, escuchar como ecos de esperanza, acostumbrarse al fin a casi todo, saber que hoy es mejor que ayer y seguro que peor que mañana, sentir que hay muchas gentes en peor situación (aunque sea el mal de muchos un consuelo instintivo de los tontos), mirar y ver que hay gente que nos quiere, poseer el don espléndido de la curiosidad, reconocer que aquello que no depende de nosotros no merece demasiada consideración, querer y ser querido como frontis perfecto o menos malo, hacer del mundo un todo relativo, aceptar como vienen los achaques, seguir emocionándose por lo menos diez veces cada día…

Ya apunta el horizonte hacia febrero, dirá adiós a los santos de la gorra, buscará sombra el perro, habrá de todo un poco (febrero loco), amanecerá Dios y medraremos, buscaremos con fuerza el afán que nos traiga cada día… Y seremos el tiempo, el principio y el fin de nuestro tiempo, que es el alfa y la omega de los tiempos.

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