LAS CAUSAS Y LOS FINES
¿Por qué el tenaz empeño en buscar
causas
a lo que no posee ningún sentido?
Llega la primavera, cesa el frío
y la rosa florece en el rosal.
Su perfume parece que da vida
a todo lo que habita en el jardín.
El sol, en el estío, se apodera
del color y el perfume, y esa rosa
se despoja y se entrega a la quietud.
El otoño la arroja contra el suelo
y allí duerme en los brazos del silencio
que le imponen el frío y el olvido.
Vuelve la primavera, se despierta
y vuelve a florecer en el rosal.
El mismo aroma, la misma lozanía
adornando el parterre y, en otoño,
otra vez al silencio y al olvido.
¿Quién te obliga a nacer, quién te
conduce
una vez y otra vez al sinsentido
de morir y morir para de nuevo
renacer sin un fin justificado?
La vida es solo cosas que suceden
sin saber para qué: ¡qué desatino!
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