HOY
Para José Luis Puerto
Una mañana más, la luz, el día.
Me pongo mis vestidos de inocencia,
es decir, me despojo de prejuicios
y salgo a conocer la paz del mundo,
ese ritual gozoso que abre puertas
a otra visión más alta de mí mismo.
Hoy estoy para todo lo que existe.
Accedo hasta la altura de la
contemplación,
el don más generoso del conocimiento,
y se me ofrecen dones abundantes:
el vuelo sin destino de los pájaros
con sus caligrafías misteriosas;
el río, que serpea allá en lo hondo
y canta una excitante melodía;
rumores de palabras de las gentes,
que van a compartir espacio y tiempo;
la imagen de unas manos ofrecidas
para acoger el mundo entre sus dedos…:
todo lo que se ofrece al por menor
y vive en la pobreza y el contento.
Es un himno de amor hacia la vida,
un armonioso salmo de agradecimiento.
Yo me sumo a ese coro y en sus notas,
me reconozco, vivo, canto.
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